NOTA PREVIA: La “moral de situación” o Situationsethik
consiste esencialmente en el apelo a circunstancias y juicios
subjetivos para resolver casos de conciencia, en lugar de ceñirse a las
normas y principios objetivos (como la Revelación y el Magisterio
infalible de la Iglesia). Se le conoce como “Jesuitismo” porque los
jesuitas del siglo XVII –Francisco Suarez, Luis de Molina, Étienne
Bauny, Tomás Sánchez, Gabriel Vázquez, Gregorio de Valencia, Vincenzo
Filiucci, Antonino Diana y otros– desarrollaron este modelo y lo
aplicaron en el Sacramento de la Confesión, en sus misiones y
direcciones espirituales, lo que motivó críticas de parte de dominicos,
protestantes, jansenistas –sobre todo de Blaise Pascal– y San Alfonso
María de Ligorio por igual; y la condena por Alejandro VII, Inocencio XI
y Pío XII.
“Amóris lætítia” TIENE UN AUTOR A LA SOMBRA. SE LLAMA VÍCTOR MANUEL FERNÁNDEZ
Impresionantes semejanzas entre los pasajes clave de la exhortación del
Papa Francisco y dos textos de hace diez años de su principal consejero.
Un doble sínodo para una solución que ya estaba escrita
Por Sandro Magister para CHIESA ESPRESSO/LA REPPUBLICA - Traducción de Helena Faccia Serrano para INFOVATICANA.
Jorge Mario Bergoglio -luego Francisco I- y Víctor Manuel “Tucho” Fernández Martinelli
ROMA, 25 de mayo de 2016 Son los párrafos clave de la exhortación
post-sinodal “Amóris lætítia”. Y son también -a propósito- los más
ambiguos, como demuestran las múltiples y contrastantes interpretaciones
y aplicaciones prácticas que han tenido a continuación.
Son los párrafos del capítulo octavo; de hecho, abren el camino a la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar.
Que elPapa quería llegar a esto, es algo que es evidente para todo. Era algo que ya hacía cuando era arzobispo de Buenos Aires.
Pero ahora se descubre que algunas formulaciones clave de la “Amóris lætítia” tienen una prehistoria argentina, copiadas tal cual de un par de artículos de los años 2005 y 2006 de Víctor Manuel Fernández, ya entonces –y aún hoy– pensador de referencia del Papa Francisco y escritor a la sombra de sus textos principales.
Más abajo se pueden comparar algunos pasajes de la “Amóris lætítia” con otros de esos dos artículos de Fernández. La semejanza entre unos y otros es enorme.
Pero antes es mejor enmarcar los hechos. En esos años Fernández era profesor de teología en la Universidad Católica Argentina de Buenos Aires. En esa misma universidad se llevó a cabo en 2004 un congreso teológico internacional de profundización de la “Veritátis splendor”, la encíclica de Juan Pablo II “sobre algunas cuestiones fundamentales de la enseñanza moral de la Iglesia”, decididamente crítica de la ética “de la situación”, la corriente laxista presente entre los jesuitas del siglo XVII y difundida hoy más que nunca en la Iglesia.
Que el
Pero ahora se descubre que algunas formulaciones clave de la “Amóris lætítia” tienen una prehistoria argentina, copiadas tal cual de un par de artículos de los años 2005 y 2006 de Víctor Manuel Fernández, ya entonces –y aún hoy– pensador de referencia del Papa Francisco y escritor a la sombra de sus textos principales.
Más abajo se pueden comparar algunos pasajes de la “Amóris lætítia” con otros de esos dos artículos de Fernández. La semejanza entre unos y otros es enorme.
Pero antes es mejor enmarcar los hechos. En esos años Fernández era profesor de teología en la Universidad Católica Argentina de Buenos Aires. En esa misma universidad se llevó a cabo en 2004 un congreso teológico internacional de profundización de la “Veritátis splendor”, la encíclica de Juan Pablo II “sobre algunas cuestiones fundamentales de la enseñanza moral de la Iglesia”, decididamente crítica de la ética “de la situación”, la corriente laxista presente entre los jesuitas del siglo XVII y difundida hoy más que nunca en la Iglesia.
Atención. La “Veritátis splendor” no es una encíclica menor. En marzo de 2014, en uno de sus raros y muy meditados escritos como
En la “Veritátis splendor” el
Pues bien, ese congreso del año 2004 en Buenos Aires, dedicado en particular a la teología de la familia, se movió en la misma dirección trazada después por Ratzinger. Y fue precisamente para reaccionar a ese congreso por lo que Fernández escribió los dos artículos citados, prácticamente en defensa de la ética de la situación.
Esos dos artículos fueron también la causa de que la congregación para la educación católica bloqueara la candidatura de Fernández como rector de la Universidad Católica Argentina, para doblegarse años más tarde, en 2009, al entonces
En 2013, apenas elegido
A partir de entonces Fernández pasa casi más tiempo en Roma que en Buenos Aires, atareadísimo haciendo de escritor fantasma de su amigo el
De hecho, el primer libro que reveló al mundo el genio de Fernández fue: “Sáname con tu boca. El arte de besar”, publicado en 1995 en Argentina con esta presentación al lector escrita por el propio autor:
“Te aclaro que este libro no está escrito tanto desde mi propia experiencia, sino desde la vida de la gente que besa. Y en estas páginas quiero sintetizar el sentimiento popular, lo que siente la gente cuando piensa en un beso, lo que experimentan los mortales cuando besan. Para eso charlé largamente con muchas personas que tienen abundante experiencia en el tema, y también con muchos jóvenes que aprenden a besar a su manera. Además consulté muchos libros, y quise mostrar cómo hablan los poetas sobre el beso. Así, tratando de sintetizar la inmensa riqueza de la vida, salieron estas páginas a favor del beso. Espero que te ayuden a besar mejor, que te motiven a liberar lo mejor de tu ser en un beso”.
Mientras que en lo que concierne la consideración que Fernández tiene de sí mismo basta una cita de hace un año, extraída de una entrevista suya al “Corriere della Sera”, en la que se mostró desdeñoso hacia el cardenal Gerhard L. Müller, prefecto de la congregación para la doctrina de la fe y, por consiguiente, examinador previo –pero ignorado desde hace tres años– de los borradores de los textos papales:
“He leído que algunos dicen que la curia romana forma parte esencial de la misión de la Iglesia, o que un prefecto del Vaticano es la brújula segura que impide que la Iglesia caiga en el pensamiento ‘light’; o bien que ese prefecto asegura la unidad de la fe y garantiza al pontífice una teología seria. Pero los católicos, leyendo el Evangelio, saben que Cristo ha asegurado una guía y una iluminación especial alPapay al conjunto de los obispos, pero no a un prefecto o a otra estructura. Cuando se oyen decir cosas de este estilo parecería casi que el Papa es un representante suyo, o una persona que ha venido a molestar y que debe ser controlada. […] ElPapaestá convencido de que lo que ya ha escrito o dicho no pueda ser castigado como si fuera un error. Por lo tanto, en el futuro todos podrán repetir esas cosas sin miedo a ser sancionados”.
Este es, por lo tanto, el personaje que Francisco mantiene cerca de sí como su pensador de referencia, el hombre que ha puesto por escrito extensas partes de la “Evangélii gáudium”, el programa del pontificado; de la “Laudato si’”, la encíclica sobre al ambiente; y, por último, de la “Amóris lætítia”, la exhortación post-sinodal sobre la familia.
*
He aquí, a continuación, los pasajes de la “Amóris lætítia” en los que
son evidentes la copia sobre las formulaciones de Fernández de hace diez
años.
Es útil leerlos teniendo presente lo que ha dicho recientemente Robert Spaemann, gran filósofo y teólogo con el que Fernández no puede ser comparar en absoluto:
Es útil leerlos teniendo presente lo que ha dicho recientemente Robert Spaemann, gran filósofo y teólogo con el que Fernández no puede ser comparar en absoluto:
“El verdadero problema es una influyente corriente de teología moral, ya presente entre los jesuitas del siglo XVII, que sostiene una mera ética de la situación; ética que Juan Pablo II rechazó, condenándola en su encíclica ‘Veritátis splendor’. La ‘Amóris lætítia’ rompe también con este documento magisterial”.
__________
Comparación entre la “Amóris lætítia” y los dos artículos de Víctor Manuel Fernández de hace diez años
Los textos con las correspondientes abreviaciones:
AL – Francisco, Exhortación apostólica “Amóris lætítia”, 19 de marzo de 2016.
Fernández 2005 – V. M. Fernández, “El sentido del carácter sacramental y
la necesidad de la confirmación”, en “Teología” 42 n. 86, 2005, pp.
27-42.
Fernández 2006 – V. M. Fernández, “La dimensión trinitaria de la moral.
II. Profundización del aspecto ético a la luz de ‘Deus caritas est”, en
“Teología” 43 n. 89, 2006, pp. 133-163.
Junto a las abreviaciones se indican, cada vez, el número del párrafo en
el caso de la “Amoris laetitia” y el número de página en el de los
artículos de Fernández.
“AMÓRIS LÆTÍTIA”, párrafo 300:
“Se evita el riesgo de que un determinado discernimiento lleve a pensar
que la Iglesia sostiene una doble moral” (AL: 300). / “No se propone así
una doble moral o una «moral de situación»” (Fernández 2006: 160).
“AMÓRIS LÆTÍTIA”, párrafo 301
“Para entender de manera adecuada por qué es posible y necesario un
discernimiento especial en algunas situaciones llamadas «irregulares»,
hay una cuestión que debe ser tenida en cuenta siempre, de manera que
nunca se piense que se pretenden disminuir las exigencias del Evangelio.
La Iglesia posee una sólida reflexión acerca de los condicionamientos y
circunstancias atenuantes. Por eso, ya no es posible decir que todos
los que se encuentran en alguna situación así llamada «irregular» viven
en una situación de pecado mortal, privados de la gracia santificante”
(AL: 301). / “Contando con los condicionamientos que disminuyen o
suprimen la imputabilidad (cf. CCE 1735), existe siempre la posibilidad
de que una situación objetiva de pecado coexista con la vida de la
gracia santificante” (Fernández 2005: 42).
“Los límites no tienen que ver solamente con un eventual desconocimiento
de la norma. Un sujeto, aun conociendo bien la norma, puede tener una
gran dificultad para comprender “los valores inherentes a la norma”
[Nota 339: Juan Pablo II, Exhort. ap. Familiáris consórtio (22
noviembre 1981), 33: AAS 74 (1982), 121] o puede estar en condiciones
concretas que no le permiten obrar de manera diferente y tomar otras
decisiones sin una nueva culpa” (AL: 301). /cuando el sujeto histórico
no está en condiciones subjetivas de obrar de otra manera ni de
comprender “los valores inherentes a la norma” (cf. FC 33c), o cuando
“un compromiso sincero con respecto a una norma determinada puede no
llevar inmediatamente a acertar en la observancia de semejante norma”
[Nota 45: B. Kiely, “La ‘Veritátis splendor’ y la moralidad personal”, en G. Del
Pozo Abejon (ed.), “Comentarios a la ‘Veritátis splendor'”, Madrid,
1994, p. 737]. (Fernández 2006: 159)
“Como bien expresaron los Padres sinodales, “puede haber factores que
limitan la capacidad de decisión”. Ya santo Tomás de Aquino reconocía
que alguien puede tener la gracia y la caridad, pero no poder ejercitar
bien alguna de las virtudes [Nota 341: Cfr Summa Theologíæ I-II,
q. 65, a. 3, ad 2; De malo, q. 2, a. 2], de manera que aunque posea
todas las virtudes morales infusas, no manifiesta con claridad la
existencia de alguna de ellas, porque el obrar exterior de esa virtud
está dificultado: “Se dice que algunos santos no tienen algunas
virtudes, en cuanto experimentan dificultad en sus actos, aunque tengan
los hábitos de todas las virtudes” [Nota 342: Íbid., ad 3] (AL: 301). /
“Santo Tomás reconocía que alguien puede tener la gracia y la caridad,
pero no poder ejercitar bien alguna de las virtudes “propter áliquas
dispositiónes contrárias” (ST I-II 65, 3, ad 2). Esto no significa que
no posea todas las virtudes, sino que no puede manifestar con claridad
la existencia de alguna de ellas porque el obrar exterior de esta virtud
está dificultado por disposiciones contrarias: “Se dice que algunos
santos no tienen algunas virtudes, en cuanto experimentan dificultad en
sus actos, aunque tengan los hábitos de todas las virtudes” (íbid., ad
3) (Fernández 2006: 156).
“AMÓRIS LÆTÍTIA”, párrafo 302
“Con respecto a estos condicionamientos, el Catecismo de la Iglesia
Católica se expresa de una manera contundente: «La imputabilidad y la
responsabilidad de una acción pueden quedar disminuidas e incluso
suprimidas a causa de la ignorancia, la inadvertencia, la violencia, el
temor, los hábitos, los afectos desordenados y otros factores psíquicos o
sociales» [Nota 343: N. 1735], En otro párrafo se refiere nuevamente a
circunstancias que atenúan la responsabilidad moral, y menciona, con
gran amplitud, «la inmadurez afectiva, la fuerza de los hábitos
contraídos, el estado de angustia u otros factores psíquicos o sociales»
[Nota 344: Ibíd., 2352; cf. Congregación para la Doctrina de la Fe, Declaración Jura et bona, sobre la eutanasia (5 mayo 1980), II: AAS 72 (1980), 546.
Juan Pablo II, criticando la categoría de “opción fundamental»,
reconocía que «sin duda pueden darse situaciones muy complejas y oscuras
bajo el aspecto psicológico, que influyen en la imputabilidad subjetiva
del pecador”: Exhort. ap. Reconciliátio et pœniténtia (2
diciembre
1984), 17: AAS 77 (1985), 223]. Por esta razón, un juicio negativo sobre
una situación objetiva no implica un juicio sobre la imputabilidad o la
culpabilidad de la persona involucrada [Nota 345: Cf. Pontificio
Consejo para los Textos Legislativos, Declaración sobre
la admisibilidad a la sagrada comunión de los divorciados que se han
vuelto a casar (24 junio 2000), 2] (AL: 302). / “Esto aparece de un
modo explícito en el Catecismo de la Iglesia Católica: “La imputabilidad
y la responsabilidad de una acción pueden quedar disminuidas e incluso
suprimidas a causa de la ignorancia, la inadvertencia, la violencia, el
temor, los hábitos, los afectos desordenados y otros factores psíquicos o
sociales” (CCE 1735). El Catecismo menciona también la inmadurez
afectiva, la fuerza de los hábitos contraídos, o un estado de angustia
(cf. CCE 2352). Aplicando esta convicción, el Pontificio Consejo para
los Textos Legislativos expresó que, al referirse a la situación de los
divorciados vueltos a casar, sólo está hablando de “pecado grave,
entendido objetivamente, porque el (p. 158) ministro de la Comunión no
podría juzgar de la imputabilidad subjetiva” [Nota 42: Pontificio
Consejo para los Textos Legislativos, Declaración del 24-06-2000, punto 2a] (Fernández 2006: 157).
“Por otra parte, puesto que no podemos juzgar de la situación subjetiva
de las personas [Nota 23: Sobre este punto algunas intervenciones
recientes del Magisterio ya no
dejan dudas. El Pontificio Consejo para los Textos Legislativos expresó
que, al referirse a la situación de los divorciados vueltos a casar,
está hablando de “pecado grave, entendido objetivamente, porque el
ministro de la Comunión no podría juzgar de la imputabilidad subjetiva”:
Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, Declaración del
24/06/2000, punto 2a. Igualmente en una reciente notificación de la
Congregación para la Doctrina de la Fe, se sostiene que para la doctrina
católica “existe una valoración perfectamente clara y firme sobre la
moralidad objetiva de las relaciones sexuales de personas del mismo
sexo”, mientras “el grado de imputabilidad subjetiva que esas relaciones
puedan tener en cada caso concreto es una cuestión diversa, que no está
aquí en discusión”: Congregación para la Doctrina de la Fe,
Notificación sobre algunos escritos del Rvdo. P. Marciano Vidal,
22/02/2001, 2b. Evidentemente, el fundamento de estas afirmaciones está
en lo que sostiene el Catecismo de la Iglesia Católica en el punto 1735,
citado a continuación en el texto de este artículo] y contando con los
condicionamientos que disminuyen o suprimen la imputabilidad (cf. CCE
1735), existe siempre la posibilidad de que una situación objetiva de
pecado coexista con la vida de la gracia santificante” (Fernández 2005:
42).
“AMÓRIS LÆTÍTIA”, párrafo 305
“A causa de los condicionamientos o factores atenuantes, es posible que,
en medio de una situación objetiva de pecado – que no sea
subjetivamente culpable o que no lo sea de modo pleno – se pueda vivir
en gracia de Dios, se pueda amar, y también se pueda crecer en la vida
de la gracia y la caridad, recibiendo para ello la ayuda de la Iglesia
[Nota 351: En ciertos casos, podría ser también la ayuda de los
sacramentos…]. El discernimiento debe ayudar a encontrar los posibles
caminos de respuesta a Dios y de crecimiento en medio de los límites”
(AL: 305). / “Este dinamismo trinitario que refleja la vida íntima de
las divinas Personas, puede realizarse también en una situación objetiva
de pecado (p. 157) siempre que, debido al peso de los
condicionamientos, no sea subjetivamente culpable.(Fernández 2006:
156)”.
“[...] una “realización del valor dentro de los límites de las
capacidades morales del sujeto” [Nota 46: G. Irrazabal, “La ley de la
gradualidad como cambio de paradigma”, en “Moralia” 102/103 (2004), p.
173]. Hay entonces “objetivos posibles” para este sujeto condicionado, o
“etapas intermedias” [Nota 47: Cf. G. Gatti, “Educación moral”, en AA.VV., “Nuevo Diccionario de Teología moral”,
Madrid, 1992, p. 514] en la realización de un valor, aunque siempre
orientadas al pleno cumplimiento de la norma” (Fernández 2006: 159).
“No hay duda que el Magisterio católico ha asumido con claridad que un
acto objetivamente malo, como es el caso de una relación prematrimonial,
o el uso de un preservativo en una relación sexual, no necesariamente
lleva a perder la vida de la gracia santificante, de la cual se origina
el dinamismo de la caridad” (Fernández 2006: 158).
“Por otra parte, puesto que no podemos juzgar de la situación subjetiva
de las personas y contando con los condicionamientos que disminuyen o
suprimen la imputabilidad (cf. CCE 1735), existe siempre la posibilidad
de que una situación objetiva de pecado coexista con la vida de la
gracia santificante” (Fernández 2005: 42).
“¿No justifica esto la administración del Bautismo y la Confirmación a
adultos que estén en una situación objetiva de pecado, de cuya
culpabilidad subjetiva no se puede emitir juicio?” (Fernández 2005: 42).
Magister y su "beri.tatis splendor" jaja.... ¿se cree que con esas armas del gnóstico woytila va a combatir el error? woytila y cia eran mencheviques que llevaron la revolución hasta cierto punto que no molestaba a los neocones (léase neoconservas que conservan lo revolucionado en el vedos pero no quieren errores nuevos). Hay dos alas desde el vedos, los menche estilo ratzinger que no quieren ir rápido para no arruinar la obra y los bolches estilo blasphemoglio kung etc que quieren ir por todo lo más rápido posible. En eso están por ejemplo desde hace décadas las revistas communio y la revista concilium, el ala hard y soft en un tironeo hegeliano intentando conciliar los opuestos.
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