El Hermano Estanislao José (en el siglo Olimpio) Fernández Cordero, FSC, recibió de Nuestro Señor, las promesas a quienes sean devotos del Santo Viacrucis: 
- Yo concederé todo cuanto se me pidiere con fe, durante el rezo del Viacrucis.
 - Yo prometo la vida eterna a los que, de vez en cuando, se aplican a rezar el Viacrucis.
 - Durante la vida, yo les acompañaré en todo lugar y tendrán Mi ayuda especial en la hora de la muerte.
 - Aunque tengan más pecados que las hojas de las hierbas que crece en los campos, y más que los granos de arena en el mar, todos serán borrados por medio de esta devoción al Viacrucis. (ADVERTENCIA: Esta devoción no elimina la obligación de confesar los pecados mortales, aunque ayuda mucho a impetrar la gracia de la contrición de los mismos -sobre todo ante la privación de los Sacramentos que en muchos lugares se padece en estos últimos tiempos-).
 - Los que acostumbran rezar el Viacrucis frecuentemente, gozarán de una gloria extraordinaria en el cielo.
 - Después de la muerte, si estos devotos llegasen al Purgatorio, Yo los libraré de ese lugar de expiación, el primer martes o viernes después de morir.
 - Yo bendeciré a estas almas cada vez que rezan el Viacrucis; y mi bendición les acompañará en todas partes de la tierra. Después de la muerte, gozarán de esta bendición en el Cielo, por toda la eternidad.
 - A la hora de la muerte, no permitiré que sean sujetos a la tentación del demonio. Al espíritu maligno le despojaré de todo poder sobre estas almas. Así podrán reposar tranquilamente en mis brazos.
 - Si rezan con verdadero amor, serán altamente premiados. Es decir, convertiré a cada una de estas almas en Copón viviente, donde me complaceré en derramar mi gracia.
 - Fijaré la mirada de mis ojos sobre aquellas almas que rezan el Viacrucis con frecuencia y Mis Manos estarán siempre abiertas para protegerlas.
 - Así como yo fui clavado en la Cruz, igualmente estaré siempre muy unido a los que me honran, con el rezo frecuente del Viacrucis.
 - Los devotos del Viacrucis nunca se separarán de Mí porque Yo les daré la gracia de jamás cometer un pecado mortal.
 - En la hora de la muerte, Yo les consolaré con mi presencia, e iremos juntos al cielo. La muerte será dulce para todos los que Me han honrado durante la vida con el rezo del Viacrucis.
 - Para estos devotos del Viacrucis, Mi alma será un escudo de protección que siempre les prestará auxilio cuando recurran a Mí.
 

Interesante el dato.
ResponderEliminarCasi todas las devociones tienen promesas.
ResponderEliminar