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sábado, 17 de septiembre de 2016

BERGOGLIO, DEMOLEDOR DE LA EUCARISTÍA (PEOR QUE LUTERO)

El periodista Antonio Socci, en su artículo L'autunno caldo di Bergoglio e la passione della Chiesa [El otoño caliente de Bergoglio y la pasión de la Iglesia], plantea lo siguiente
Pero el objetivo principal [del Terror herético bergogliano, N. del E.] concierne una vez más a la Eucaristía y entra dentro del proyecto de “protestantización” de la Iglesia Católica (sic) que es poderosamente querido por un eje político que va desde los Estados Unidos de Obama hasta Alemania y Europa del Norte. Probablemente se trata del proyecto al cual se opuso Benedicto XVI y por el cual fue “acompañado a la salida”.
 
La ruptura debería consumarse el próximo 31 de octubre, con la visita bergogliana a Suecia para “celebrar” los 500 años del cisma de Lutero.
 
Ya la visita en sí misma es ocasión de discusión, porque el Obispo de Roma se ha obstinadamente negado a acudir al Congreso Eucarístico de Génova, en septiembre (primer caso, en el Post-Concilio, de un “Papa” que rechaza participar en este evento espiritual), mientras que participa de manera entusiasta en las celebraciones del más devastador hereje de la historia de la Iglesia. En esta ocasión puede ocurrir lo “irreparable”, es decir, puede verificarse la aprobación de la “intercomunión” entre católicos y luteranos.
 
Esto significaría la abolición de hecho de la doctrina católica sobre la transustanciación, en la práctica la abolición de la Eucaristía. Hay que recordar que en la ceremonia del pasado 28 de junio, y no de casualidad, el Papa emérito Benedicto XVI insistió en el término “transustanciación”, precisamente para indicar el peligro inminente…
 
La intercomunión entre católicos y luteranos equivaldría a la equiparación de la Eucaristía con el pan normal de la cena luterana. Para la Iglesia sería una catástrofe. ¿Cuáles son los indicios que van en esta dirección?

Para confirmar sus sospechas, Socci menciona dos momentos (y sus respectivos discursos, porque a Bergoglio se le va la lengua): la serie de preguntas y respuestas en el marco de la visita el 15 de Noviembre pasado a los luteranos de Roma (y la interpretación que del mismo hiciera la prensa semioficial que es “Civiltà Cattolica”) y la homilía del 13 de Septiembre del presente, y Mario Caponeto (no sabemos si tiene parentesco con cierto sujeto que habla cosas ciertas, pero cuyas obras no le compadecen) trae a colación el Ángelus de la Domínica Infraoctava de Corpus del año pasado (7 de Junio de 2015):
“El Evangelio presenta el relato de la institución de la Eucaristía, realizada por Jesús durante la última Cena, en el cenáculo de Jerusalén. La víspera de su muerte redentora en la cruz, Él realizó lo que había predicho: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre, y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo... El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él» (Jn 6, 51.56). Jesús toma entre sus manos el pan y dice «Tomad, esto es mi Cuerpo» (Mc 14, 22). Con este gesto y con estas palabras, Él asigna al pan una función que no es más la de simple alimento físico, sino la de hacer presente su Persona en medio de la comunidad de los creyentes.
  
[...] El Cristo que nos nutre bajo las especies consagradas del pan y del vino, es el mismo que nos viene al encuentro en los acontecimientos cotidianos, está en el pobre que tiende la mano, está en el sufriente que implora ayuda, está en el hermano que demanda nuestra disponibilidad y espera nuestra acogida. Está en el niño que nada sabe de Jesús, de la salvación, que no tiene la fe. Está en cada ser humano aún en el más pequeño e indefenso”.

Partamos de Bergoglio diciendo que en la Última Cena, Jesús asignó al pan “una función que no es más la de simple alimento físico, sino la de hacer presente su Persona en medio de la comunidad de los creyentes”, lo que daría a entender que NO HAY TRANSUBSTANCIACIÓN, sino que se le da una función nueva. La función que a un ente se le asigna es parte de los accidentes perceptibles por los sentidos, no de la forma (o esencia discernible por el entendimiento) del mismo; y la Doctrina Católica tradicional sostiene que en la Transubstanciación la sustancia del Pan y el Vino pasan a ser la Real y Verdadera Presencia por entero de Nuestro Señor Jesucristo en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.

Para que se dé la Transubstanciación (y por consiguiente, para la validez del Santo Sacrificio de la Misa), se requiere, además de la Materia [Hostia y Vino], la Forma (pronunciación de las Palabras Consecratorias "HOC EST ENIM CORPUS MEUM" - "HIC EST ENIM CÁLIX SÁNGUINIS MEI, NOVI ET ÆTÉRNI TESTAMÉNTI MYSTÉRIUM FIDEI, QUI PRO VOBIS ET PRO MULTIS EFFUNDÉTUR, IN REMISSIÓNEM PECCATÓRUM") y la intención del Ministro (Sacerdote legítima y válidamente ordenado por Obispo legítima y válidamente consagrado) de hacer lo que manda la Iglesia (renovar en forma incruenta el Santo Sacrificio de la Cruz del Calvario).
  
Pero sabemos que en la Iglesia Conciliar NO HAY SACERDOTES NI OBISPOS LEGÍTIMOS Y VÁLIDOS porque el Ritual de Ordenación fue adulterado (no hay Ministro), y su Novus Ordo Missae (creado por seis pastores protestantes dirigidos por el francmasón Bugnini) adulteró las Palabras Consecratorias (o en otras palabras, adulteraron la Forma), por lo que en el Novus Ordo, la Transubstanciación no tiene lugar. Ni siquiera la pretensa Consubstanciación que inventó Berengario de Tours y que Lutero y Cranmer (que eran más letrados que Bergoglio) impusieron en sus sectas se atrevían a tanto.

Lutero decía:
“Yo declaro que todos los prostíbulos, los homicidios, los robos, los asesinos y los adúlteros son menos malvados que esa abominación que es la misa papista”.
 
Y más aún:
“Cuando la misa sea destruida, pienso que habríamos derribado con ella todo el papismo. De hecho, el papismo se apoya en la misa como en una roca, todo entero con sus monasterios, obispados, colegios, altares, ministerios y doctrinas, en una palabra con todo su peso. Todo esto se derrumbará necesariamente cuando será derribada su misa sacrílega y abominable”. (Martín Lutero, Libelo contra Enrique VIII)
  
Mas como no podía destruir la “Papisten Messe” de un solo golpe, la modificó para hacerla más accesible al pueblo, y expurgó poco a poco, eliminando el Ofertorio, los Altares y la Consagración, porque
“Sin embargo, para conseguir este fin con éxito y sin peligro, será necesario preservar algunas de las ceremonias de la misa antigua para los de mente débil, quienes se escandalizarían con un cambio muy rápido”.
Por eso surgió la Fórmula Missae en 1523, y dos años después, el 29 de Octubre de 1525, la Deutsche Messe und Ordnung des Gottesdiensts. Y sobre la Presencia real, Lutero planteó la Consubstanciación (aunque él -y algunos de sus seguidores aún hoy- preferia el término “Unión Sacramental”), con la particularidad que. según él, en el pan está el Cuerpo de Cristo y en el vino Su Sangre, justificando así que los legos pudiesen recibir las dos especies (por algo el Concilio de Trento enfatizó que Jesucristo está todo entero en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad en la Hostia y el Cáliz, y por tanto, basta con recibir la Hostia).
  
Mas caben algunas diferencias entre Lutero y Bergoglio:
  • Lutero, independientemente de si tenía vocación sacerdotal o no, ERA UN SACERDOTE LEGÍTIMA Y VÁLIDAMENTE ORDENADO. Bergoglio NO ES SACERDOTE porque el rito empleado en su ordenación es tan inválido como el rito anglicano.
  • Lutero fue doctor en teología. Bergoglio, por su parte, desprecia la teología.
  • Al menos a Lutero le preocupaba que la gente se escandalizara por sus ideas. A Bergoglio, no. Él prefiere que sus cambios sean de un solo golpe, así se escandalicen los intelectuales.
  • Se dice que Lutero tenía en su estudio un cuadro de la Virgen y el Niño. Bergoglio, por su parte, parece no tener el menor respeto a la Virgen.
  • Lutero reconocía en los judíos el Gran Mal, y los señalaba como enemigos de Dios y de los hombres. Bergoglio se regodea de compartir con "sus hermanos mayores", y condena todo proselitismo hacia los judíos.
 
En conclusión: Si Lutero era un anticristo, Bergoglio es un pseudoprofeta.

1 comentario:

  1. Interesante, y os recomendamos estos enlaces si queréis profundizar en el tema:

    http://religion.oxfordre.com/view/10.1093/acrefore/9780199340378.001.0001/acrefore-9780199340378-e-89

    http://www.righteousnessislove.org/wp-content/uploads/2013/07/Martin-Luther-Works-of-Martin-Luther-Vol.-6.pdf

    http://www.projectwittenberg.org/etext/luther/Liturgies/FORMULA.txt

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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)