SAN CORNELIO
Es preciso pasar por muchas tribulaciones
para entrar en el reino de Dios.
(Hechos de los Apóstoles, 14, 21).
San Cornelio, presbítero de Roma, después de haber administrado los asuntos de la Santa Sede durante la vacancia que siguió a la muerte de San Fabiano, fue elegido para sucederle. Luchó contra el hereje Novaciano. Desterrado, recibió el consuelo de las cartas que le dirigió San Cipriano, rico patricio convertido y obispo de Cartago. El gobierno del perseguidor Decio lo desterró de Roma y a causa de los sufrimientos y malos tratos que recibió, murió en el destierro, como un mártir murió en junio del año 253
SAN CIPRIANO, Obispo y Mártir
San Cipriano desempeñó un papel importante en la historia de la Iglesia y en el desarrollo del pensamiento cristiano en África. Convertido al cristianismo en edad adulta, el santo dedicó todos sus esfuerzos a mantener viva la fe de la Iglesia tras ser decretada un violenta persecución contra los cristianos.
Fue desterrado a Curubis por varios años, hasta que el pro-cónsul Máximo ordenó su regreso para que compareciera ante él. Trató de obligarlo a desistir de su fe, pero el Obispo se mantuvo firme, por lo que fue decapitado en Cartago el 14 de septiembre del año 258. Cuando se le avisó que había sido condenado a muerte, respondió: "¡Alabado sea Dios!" y dio 25 monedas de oro al verdugo que debía cortarle la cabeza.
MEDITACIÓN SOBRE TRES PENSAMIENTOS DE SAN CIPRIANO
I. ¿No es acaso gran locura, dice este gran santo, amar esta vida en la que tanto se sufre, y huir de la muerte que debe libramos de todos nuestros males? Cristiano, tú crees en el paraíso; ¿Por qué, pues, te adhieres a esta vida que te mantiene alejado de él? ¿Por qué temes la muerte que pone fin a tus penas y da comienzo a tu felicidad? ¿Si tuvieses fe viva, tendrías acaso estos sentimientos? ¡Qué locura es amar las aflicciones, las penas y las lágrimas del mundo, y no tender hacia una felicidad que no puede sernos arrebatada! (San Cipriano).
II. ¿Por qué amas el mundo con sus placeres y honores? Si tú no escuchas sus máximas, si no sigues sus ejemplos, él te desprecia y maltrata; si haces su voluntad, se convierte en tu amigo, te halaga, te acaricia, pero no lo hace sino para perderte con más seguridad. ¿Por qué, pues, amar a tu enemigo? ¿Por qué amarlo, cuando sabes que tu complacencia jamás lo satisfará, y sus placeres jamás te harán feliz?
III. ¿Por qué no amas a Jesucristo? Él te amó cuando aún eras su enemigo; murió por ti en una cruz; te promete el cielo en recompensa de tu amor. y sin embargo, en vez de amarlo, lo ofendes todos los días; te pones de parte del demonio su adversario. ¿Qué te ha hecho Jesucristo para que lo trates tan cruelmente? Puesto que el mundo te detesta, ¿por qué amas al que te odia? ¿Por qué más bien no amas a quien te redimió? (San Cipriano).
El desprecio del mundo
Orad por los que están en pecado mortal.
ORACIÓN
Haced, os lo rogamos, Señor, que la solemnidad de los bienaventurados mártires y pontífices santos Cornelio y Cipriano nos haga experimentar los efectos de su protección, y que su gloriosa intercesión nos haga agradables ante vuestra divina Majestad. Por J. C. N. S. Amén.
Al hablar de velos misteriosos, hay uno en particular en el orden eclesiástico, tal vez el más engañoso. Es el velo de la Iglesia Thucquista. Esta trampa del Infierno es típicamente asiática. En las selvas del Vietnam, los vietnamitas atrapan la presa sin ningún esfuerzo. Cavan en tierra un hoyo amplio y profundo, lo tapan y disimulan con tiras de caña y hojarasca y aguardan el paso de un animal cuyo peso vence las tiras y la hojarasca y cae en el hoyo cavado. Lo extraen y se comen el animal que sea. Puede ser una víbora, un jabalí o una rata. Pues bien, muchos católicos, decepcionados con los montinianos y los lafiebristas, buscando mejores oportunidades económicas y de convivencia social, cayeron en la trampa thucquista, disfrazada de católica.
ResponderEliminara) Hasta el más ignorante sabe que los obispos consagrados por el Obispo Thuc son falsos ya que Thuc no tenía autoridad para consagrar a nadie, en virtud de que no era Obispo domiciliario con una diócesis y por lo tanto carecía de jurisdicción.
b) Además, a la muerte de un Papa la Sede queda Vacante y cualquier innovación queda prohibida, es decir, suspendida, es decir, sin efecto jurídico, es decir, nula.
c) En cuanto a su estabilidad racional, Thuc en un principio reconoció la autoridad de Pablo VI, luego se sustrajo a ella y finalmente a ella se sometió.
d) Thuc celebró la Misa falsa de Montini y consagró obispo$ y ordenó sacerdote$ que pagaran bien el $ervicio.
e) En resumen, no habiendo Papa católico verdadero ocupando visiblemente la Silla Papal, ningún obispo puede ser consagrado y ningún sacerdote puede ser ordenado válida y lícitamente. Ésta es la Ley de la Iglesia.
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ResponderEliminarEl tiempo se acorta.
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