S. S. León XIII
256º Papa de la Iglesia Católica (20-II-1878 / 20-VII-1903)
En Octubre 13 de 1884, el Papa León XIII, experimento una visión horrible. Después de celebrar la Eucaristía, estaba consultando sobre ciertos temas con sus cardenales en la capilla privada del Vaticano cuando de pronto se detuvo al pie del altar y quedo sumido en una realidad que solo el veía. Su rostro tenia expresión de horror y de impacto. Se fue palideciendo. Algo muy duro había visto. De repente, se incorporo, levanto su mano como saludando y se fue a su estudio privado. Lo siguieron y le preguntaron: ¿Que le sucede su Santidad? ¿Se siente mal?
El respondió: "¡Oh, que imágenes tan terribles se me han permitido ver y escuchar!", y se encerró en su oficina.
¿Qué vio León XIII?
"Vi demonios y oí sus crujidos, sus blasfemias, sus burlas. Oí la espeluznante voz de Satanás desafiando a Dios, diciendo que el podía destruir la Iglesia y llevar todo el mundo al infierno si se le daba suficiente tiempo y poder. Satanás pidió permiso a Dios de tener 100 años para poder influenciar al mundo como nunca antes había podido hacerlo."
También León XIII pudo comprender que si el demonio no lograba cumplir su propósito en el tiempo permitido, sufriría una derrota humillante. Vio a San Miguel Arcángel aparecer y lanzar a Satanás con sus legiones en el abismo del infierno.
Después de media hora, llamo al Secretario para la Congregación de Ritos. Le entrego una hoja de papel y le ordeno que la enviara a todos los obispos del mundo indicando que bajo mandato tenia que ser recitada después de cada misa, la oración que ahí el había escrito.
Sancte Michael Archangele, defende nos in praelio. Contra nequitiam et insidias diaboli esto praesidium. Imperet illiI Deus, supplices deprecamur. Tuque Princeps Militia Caellestis, Satanam aliosque spiritus mailgnos, qui ad perditionem animarum pervagantur in mundo divina virtute in infernum detrude. Amen.
Traducido es:
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la pelea y sé nuestro amparo contra la maldad y las asechanzas del demonio. Hágase oir de Dios Su voz imperiosa, como rendidamente te lo suplicamos, y tú Príncipe de la Milicia Celestial, armado con el poder divino precipita al infierno a Satanás y a todos los espíritus malignos que para perdición de las almas andan dispersos por el mundo. Amén.
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)