Traducción del artículo publicado en MEDIAS-PRESSE.INFO (Francia)
Las verdades ocultas, los secretos y los miedos del papa Luciani, las negociaciones jamás reveladas sobre el caso Emanuela Orlandi, los documentos reservados sobre el IOR (el Instituto para las Obras de Religión,
el banco del Vaticano), las cuentas corrientes de papas, cardenales,
actores famosos y políticos, la verdad sobre la dimisión de Ratzinger,
la batalla subterránea contra las reformas de Francisco, los abusos
sexuales entre los niños del coro papal que viven en el Vaticano, el
poder sin medida del lobby gay: Peccato originale (Pecado
original), el último libro del periodista Gianluigi Nuzzi que salió el
pasado 9 de noviembre de 2017 en Italia tiene el efecto de una bomba
sobre estos diferentes temas candentes.
Una tesis sobre la muerte del papa
Luciani emerge de las líneas que le son consagradas. A través de la
publicación de nuevos documentos clasificados del IOR, remontados a los
años 70, el periodista hace resaltar claramente el rol de Mons. Paul
Marcinkus Lenartowicz, prelado estadounidense a cargo del banco vaticano, el IOR, y
la voluntad de Juan Pablo I
de «hacer la limpieza», en nada menos que las altas esferas del
Instituto. Una tentativa de revolucionar la Curia Romana que estaba
confinada, y luchaba entonces, con un sistema tentacular, oculto, que
implicaba a los altos prelados de la Santa Sede para favorecer a través
del IOR a personalidades políticas, empresarios, actores, directores de
cine, cardenales, operaciones financieras millonarias y el tráfico
internacional de drogas, todas estas actividades aún realizadas hoy.
Este mismo lobby financiero construido alrededor de la banca vaticana
había frenado cualquier intento de reforma de Juan Pablo I, hasta
provocar su muerte en 1978. Gianluigi Nuzzi sostiene, gracias a ciertas
confidencias del cardenal Silvio Oddi, cercano a Juan Pablo I,
transcritas en el libro, que el deceso del pontífice, 33 días después de
su elección al trono pontifical, fue la consecuencia de una mala salud
que se agravaría fuertemente tras el descubrimiento por el papa Luciani de «esta verdad trágica e indecible».
Sobresale
en el libro de Nuzzi las difíciles relaciones entre Luciani y
Marcinkus, que devela los bastidores tras el primer encuentro entre los
dos hombres cuando Juan Pablo I no era entonces sino el patriarca de
Venecia: «Piensa en gobernar la diócesis, yo pienso en asegurar la
supervivencia de la Iglesia», habría dicho Mons. Paul Marcinkus al
obispo en la despedida, después de qu este último le pidiese las cuentas
concernientes a la cesión de parte de la Banca Católica del Véneto al
Banco Ambrosiano de Roberto Calvi, sin que los obispos venecianos fueran
informados. Roberto Calvi, que se proclamaba «el banquero de Dios» o
«el Rotschild italiano», centro en los años 80 de un escándalo
financiero que le valdría una condena a cuatro años de prisión por
distintas malversaciones y operaciones dudosas ligadas a la mafia, fue
encontrado colgado bajo un puente del Támeis el 19 de junio de 1982. La
policía británica concluyó inicialmente que se suicidó. Pero más tarde
la tesis del asesinato se impuso. El IOR, el banco del Vaticano ¡era
entonces el principal accionista del Banco Ambrosiano!
Entre
los otros secretos revelados por este libro impactante, hay uno
relacionado con la madre Teresa calcutense, que según Nuzzi, y de
acuerdo a los documentos bancarios, «tenía una cuenta corriente en el
IOR tan grande, que si ella la hubiese cerrado, ocasionaría la quiebra
del Instituto».
Otro capítulo versa sobre el caso de Emanuela Orlandi.
La desparición misteriosa de esta ciudadana del Vaticano, de edad de 15
años, tiene en suspenso a Italia luego de tres décadas porque implica
al Estado vaticano, al Estado italiano, el Instituto para las Obras de
Religión -de nuevo-, la Banda della Magliana (asociación criminal mafiosa italiana), el Banco Ambrosiano -nuevamente-, y los servicios secretos de diferentes países. En mayo de 2012, el padre Gabriele Amorth
afirmó que Emanuela Orlandi fue secuestrada por un miembro de la
policía del Vaticano para orgías sexuales, y luego fue asesinada. El
periodista italiano revela que las negociaciones entre la Santa Sede y
la fiscalía de Roma tuvieron lugar para cerrar el caso, lo que hace
suponer que alguien, en el seno de la Ciudad vaticana, está al tanto.
¿Rapto? ¿Asesinato? Si la joven está actualmente «en el cielo» como lo
afirmó en una reciente declaración el papa Francisco,
entonces no se trata de un secuestro sino de un homicidio… Si algunos
miembros del Vaticano son responsables de esta desaparición, ¿quiénes
son? ¿Cuál fue el papel del jefe de la Magliana, Enrico «Renatino» De Pedis,
asesinado en 1990 y sospechoso de tener un rol clave en la desaparición
de la menor y de Roberto Calvi? Extrañamente la tumba de De Pedis se
encuentra en la cripta de la basílica de San Apolinar, lo que generó una
verdadera «tensión mediática» que puso al Vaticano en vergüenza. Esta
sepultura, normalmente reservada a los sumos pontífices, cardenales y
obispos diocesanos eméritos, fue autorizada tras una donación de 500
millones de liras…
Luego
siguen las páginas más polémicas que se dedican, apoyadas por
documentos, a los escándalos sexuales y al lobby gay que condiciona
fuertemente las decisiones del Vaticano, entre violencias y presiones
perpetradas en los sacros palacios: sobre la gay party con cocaína [revelada el] 28 de junio pasado en un apartamento del Palacio del Santo Oficio en la cual participó Monseñor Luigi Capozzi
quien, completamente «disparado», fue arrestado por los gendarmes del
Vaticano que llegaron a interrumpir esta orgía homosexual; sobre las
confidencias de Elmar Theodor Mäder, el excomandante de la Guardia
Suiza: «Existe en el Vaticano un lobby gay tan poderoso que es peligroso
para la seguridad del pontífice»; sobre las declaraciones del papa
Francisco: «En el Vaticano existe un lobby gay»; sobre el abuso sexual a
los niños del coro papal en el pre-seminario del Palacio de San Carlos
en el Vaticano revelado por un polaco, Kamil Tadeusz Jarzembowski, que
en la época de los hechos, entre 2009 y 2014 era menor y compañero de
habitación de un joven abusado como él. Una copia de su carta de
denuncia ante la Congregación para la Doctrina de la Fe obra el libro
con la respuestia del dicasterio: «luego de una lectura atenta de la
carta recibida, no se resaltan hechos delictivos que se inscriban en la
esfera de los delitos reservados a este dicasterio» La Congregación por
tanto aseguró a Jarzembowski que el papa Francisco estaba al tanto del asunto.
Este libro retrata «los bajos» de un bloque de poder criminal, homosexual, financiero, y sus múltiples ramificaciones, que continúan actuando impunemente, más fuertes que los
FRANCESCA DE VILLASMUNDO
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)