Si quieres ser perfecto, anda y vende cuanto tienes, y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo: ven después y sígueme. (Mateo 11, 21)
San Antonio Abad
San Antonio, al oír estas palabras del Evangelio, se las aplicó como si hubieran sido dichas especialmente para él. Distribuyó sus bienes entre los pobres y se retiró al desierto. El demonio, para seducirlo, empleó toda la pompa de las grandezas, todo el brillo del oro y todos los atractivos de la voluptuosidad; pero su humildad lo libró de sus asechanzas, el temor al infierno extinguió los ardores impuros que encendía en su corazón, y la invocación a Jesús le dio la victoria sobre todos sus enemigos. Murió en el año 356.
MEDITACIÓN SOBRE LA VIDA DE SAN ANTONIO
I. San Antonio abandona y desprecia el mundo, dócil a la inspiración de Dios. Lo abandona generosamente, en la flor de su edad, para consagrar a Dios en el yermo el resto de su vida. ¡Cuántas veces tú también oíste las mismas palabras que convirtieron al santo! Sin embargo, todavía estás en el mundo. No te da el mundo sino trastornos y disgustos, y con todo lo amas; ¡qué no harías si te procurase felicidad!
II. El mundo sigue a San Antonio a la soledad para tentarlo allí. El demonio se sirve de la voluptuosidad, del brillo de las riquezas y de los honores; emplea halagos, amenazas, ilusiones y tormentos, a fin de echarlo de su desierto. Pero quien había vencido al mundo en el mundo, lo venció también en la soledad. La humildad, la oración, la austeridad, la invocación a Jesús le dieron la victoria sobre todas esas tentaciones. Vete a donde quieras, en todas partes encontrarás tentaciones; siempre te atacará el demonio, te seguirá tu carne y te perseguirá por todas partes.
III. Nuestro santo quiere pagar al mundo con la misma moneda; este enemigo había ido a atacarlo a su soledad, va el santo a desafiarlo hasta su casa. Deja el desierto para predicar el desprecio de las riquezas y de los placeres, para animar a los mártires, para confirmar a los cristianos en la fe. Aprended, almas santas, a dejar vuestra soledad y la suavidad de la contemplación para trabajar en la salvación de las almas. Aprended a combatir valerosamente al mundo por medio del ejemplo de vuestra vida y de vuestras santas conversaciones.
El amor a la soledad. Orad por los que son tentados.
ORACIÓN
Señor, os rogamos hagáis que la intercesión de San Antonio, abad, nos torne agradables a Vuestra Majestad, a fin de que obtengamos por su asistencia lo que no podemos esperar de nuestros méritos. Por J. C. N. S. Amén.
San Antonio un gran ejemplo que hoy nadie conoce ni respeta!!!!
ResponderEliminarHoy hay que mirar a nuestros grandes maestros y a Dios y tomar alguno de sus tantos ejemplos!!
Estupenda esta pagina gracias
El Ritual Romano Tradicional incluye esta bendición para los animales en la fiesta de San Antonio Abad:
ResponderEliminarBENEDÍCTIO EQUÓRUM ET ANIMÁLIUM, IN DIE SANCTI ANTÓNII ABBÁTIS FACIÉNDA
℣. Adjutórium nostrum in nómine Dómini.
℞. Qui fecit cœlum et terram.
℣. Dómine, exáudi oratiónem meam.
℞. Et clamor meus ad te véniat.
℣. Dóminus vobíscum.
℞. Et cum spíritu tuo.
Orémus.
ORATIO
Deus, refúgium nostrum et virtus: adésto piis Ecclésiæ tuæ précibus, Auctor ipse pietátis, et præsta; ut, quod fidéliter pétimus, efficáciter consequámur. Per Christum Dóminum nostrum (Oh Dios, nuestro refugio y fortaleza, y Autor de toda piedad: atiende piadoso las preces de tu Iglesia, para que consigamos eficazmente cuanto fielmente pedimos. Por Jesucristo Nuestro Señor). ℞. Amen.
Orémus.
ORATIO
Omnípotens sempitérne Deus, qui gloriósum beátum Antónium váriis tentatiónibus probátum, inter mundi hujus túrbines illǽsum transíre fecísti: concéde fámulis tuis, ut et præcláro ipsíus proficiámus exémplo, et a præséntis vitæ perículis ejus méritis et intercessióne liberémur. Per Christum Dóminum nostrum (Omnipotente y sempiterno Dios, que hiciste que el glorioso San Antonio, probado por varias tentaciones, transitase ileso por las tormentas de este mundo, concede a tus siervos que podamos aprovechar su preclaro ejemplo, y por sus méritos e intercesión seamos liberados de los peligros de la vida presente. Por Jesucristo Nuestro Señor). ℞. Amen.
Orémus.
ORATIO
Bene✠dictiónem tuam, Dómine, hæc animália accípiant: qua córpore salvéntur et ab omni malo, per intercessiónem beáti Antónii, liberéntur. Per Christum Dóminum nóstrum (Reciban, Señor, tu ben✠dición estos animales: para que salven sus cuerpos y, por la intercesión de San Antonio, sean librados de todo mal. Por Jesucristo Nuestro Señor). ℞. Amen.
Luego se asperjan con agua bendita.
Muchas gracias por este aporte, hermano. Que Dios te bendiga.
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