Amado Señor nuestro, Jesús Sacramentado, por aquel amor a las almas que
te llevó a humanarte en el purísimo seno de María, nacer en una gruta,
sufrir flagelación y coronación de espinas, morir en una cruz e
instituir el Santísimo Sacramento, te rogamos que brindes ayuda a las
pobres almas que están padeciendo en el Purgatorio. Tú que por su amor
abrazaste los mayores tormentos, escucha ahora nuestra oración y
aplícales los méritos de tu Preciosísima Sangre.
Te rogamos por todas aquellas almas, pero de modo especial te rogamos que te acuerdes de las almas de los nuestros, amigos y enemigos. Recuerda también, oh Jesús, las almas de nuestros bienhechores, de los sacerdotes, de todos los ministros de la Iglesia Católica y de quienes están más desamparados. Recuerda las almas que están penando por nuestra culpa, y finalmente aquellas a las cuales estamos más obligados. Ten piedad de todas ellas, no las dejes padecer más; llévalas de aquel lugar de tormentos a la Patria de la paz y del descanso eterno prometida a Abrahán y a toda su estirpe en la Fe. Tal esperamos por tus méritos, oh buen Jesús. Así sea.
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)