Ángel
 Santo, amado de Dios, que después de haberme tomado, por disposición 
divina, bajo vuestra bienaventurada guarda, jamás cesáis de defenderme, 
de iluminarme y de dirigirme: yo os venero como a protector, os amo como
 a custodio; me someto a vuestra dirección y me entrego todo a Vos, para
 ser de Vos gobernado. Os ruego, por lo tanto, y por amor de Jesucristo 
os suplico, que, cuando sea ingrato para con Vos y obstinadamente sordo a
 vuestras inspiraciones, no queráis, a pesar de esto, abandonarme; antes
 al contrario, ponedme pronto en el recto camino, si me he desviado de 
él; enseñadme, si soy ignorante; levantadme, si he caído; sostenedme, si
 estoy en peligro, y conducidme al cielo para poseer en el una felicidad
 eterna. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios deberán relacionarse con el artículo. Los administradores se reservan el derecho de publicación, y renuncian a TODA responsabilidad civil, administrativa, penal y canónica por el contenido de los comentarios que no sean de su autoría. La blasfemia está estrictamente prohibida, y los insultos a la administración constituyen causal de no publicación.
Comentar aquí significa aceptar las condiciones anteriores. De lo contrario, ABSTENERSE.
+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)