El título de esta nota no tiene precedentes en este blog, pero la razón de mi burla es porque unos "científicos" revelaron en el Museo de Historia Natural de Nueva York (EE. UU.), un SUPUESTO fósil de 47 millones de años de un lémur hallado en el año 1983 en Messel (Estado de Hesse, Alemania) que dizque es el “eslabón perdido entre los simios y el hombre”.
Redacté “científicos” entre comillas porque en realidad ellos, que se dicen los
más inteligentes del mundo no saben ni dónde ponen los pies (no quiero
pasar a palabras mayores). Además, la mayoría ha comprado el cartón (los
diplomas) que los acredita como magister o doctor.
La
palabra SUPUESTO la resalto porque les recuerdo la historia del hombre
de Piltdown, un engaño que fue perpetrado por los evolucionistas a
principios del siglo XX. La historia de este engaño comenzó y se basó en
unos restos óseos (en concreto un cráneo parcial, un diente suelto y
una mandíbula con dientes) descubiertos en Inglaterra en 1912, en
Piltdown, un pueblo de Sussex. Un obrero los localizó en una cantera, y
se los entregó al arqueólogo aficionado Charles Dawson, que los
presentó, junto con el eminente paleontólogo Smith Woodward (del Museo
Británico), en la Sociedad Geológica de Londres. Durante años, se
mantuvo el debate sobre el origen de estos restos, y la prensa dijo que
muy probablemente correspondieran al ansiado eslabón perdido,
denominándosele Eoanthropus dawsonii. Estos restos fueron aceptados por
la comunidad científica sin mayores análisis, debido principalmente a
que era perfecto e idéntico a la idea de aquella época sobre el eslabón
perdido. La idea de esa época era que el eslabón tenía que haber tenido
un gran cerebro pero igualmente presentar rasgos simiescos, y
posteriormente haber evolucionado a una apariencia humana; idea
contraria a la existente actualmente y que presentan los fósiles
verdaderos.
Ahora
pues, ¿cómo se dio el descubrimiento del fraude? No obstante,
comenzaron a surgir cada vez más interrogantes sobre la antigüedad y el
origen de esos restos. Finalmente, el dentista A.T. Marston, determinó
que los dientes de ese esqueleto correspondían evidentemente a un
orangután, el diente suelto a un mono y el cráneo a un ser humano: a
partir de entonces, los análisis del contenido en flúor de los huesos
demostraron que el enterramiento había sido intrusivo, así como que el
color ferruginoso oscuro de los huesos se debía a un tratamiento
químico, para uniformar las diferencias de color entre la mandíbula (más
moderna) y el cráneo (más antiguo).
Quiero
que mis palabras sean proféticas, porque a “Ida” (como llamaron los “científicos” al hallazgo del especímen conocido como Darwinius masillæ) y a quienes lo sostienen les sucederá lo
mismo que a los de Piltdown, esto es, quedarán en ridículo de tal forma
que nadie, absolutamente nadie, los podrá vindicar.
El "eslabón perdido" NO EXISTE porque, simple y llanamente, la evolución es UNA GRAN FARSA; y como dice Rabelais: "Parad la función. La farsa ha terminado".
En conclusión, anexo esta foto. Las explicaciones sobran.
¡Viva la Creación! ¡Viva la Iglesia Católica! ¡Viva la Santa Escritura! ¡Abajo el “dogma evolucionista”! ¡Muerte a Charles Darwin y a sus ebrios simios! ¡Muerte al payaso masonazo de Richard Dawkins! ¡Abajo la vana ciencia de este mundo!
Aclaración: Este blog sostiene que los Simpson es un programa que debido a su contenido, no deben verlo menores ni personas de criterio débil, por sus constantes burlas a la religión. Con todo, es una crítica mordaz a la sociedad contemporánea.
No tengo conocimientos cientificos, pero ciertamente en Venezuela hubo un caso muy sonado sobre una Doctora Venezolana que viajaba en un avión con otros acompañantes. El avión cayó a tierra y las autoridades informaron que todos habian muerto. A la casa de la doctora llegaron los restos en feretro cerrado y cuando estaban en los últimos días del velatorio se apareció la Doctora. Había sobrevivido a la tragedia ayudada por sus conocimientos médicos y unos indigenas. Se forma una bien fea porque la pregunta fue y ¿de quién fueron los restos que nos trajeron en el feretro? Los familiares solicitaron legalmente la apertura del feretro. Revisaron los restos y cual sería la gran sorpresa...eran restos de animales.
ResponderEliminarFijaos bien que los evolucionistas, en su afán de persuadir a la gente hacia sus errores son capaces de crear escándalos peores.
ResponderEliminarLa ciencia de este mundo es vana, el Don de Dios basta para la vida eterna.
Muerte a los evolucionistas.