Elementos tomados del artículo publicado por Lord Dreadnought en LIVEJOURNAL, de DEATH TO COMMUNISM y de HENRY MAKOW. Enviado por un lector que pidió permanecer en el anonimato por seguridad.
El pasaporte de Vladímir Putin muestra que su madre es judía.
En la primera edición del libro de Putin First Person: An Astonishingly Frank Self-Portrait by Russia’s President (Primera persona: Un autorretrato sorprendentemente franco del Presidente de Rusia), dice que el apellido de soltera de su madre María Ivánovna era Shalomovitch (que aparentemente es un apellido judío). Pero en la segunda edición, cambia convenientemente a Shelomova. ¿¿Un encubrimiento??
Los padres de Vladímir Putin: Vladímir Spiridónovich Putin y María Ivánovna Shalomovitch/Shelomova.
El abuelo materno de Putin (Iván Andréyevic Shalomóvitch/Shelomov) fue un judío involucrado en la revolución bolchevique, y su abuelo paterno trabajó toda su vida como el chef de Lenin y Stalin. Su abuelo paterno, Spiridón Ivánovich Putin (1879–1965), fue empleado en la dacha de Vladímir Lenin en Gorki como cocinero, y después de la muerte de Lenin en 1924, continuó trabajando para la esposa de Lenin, Nadezhda Krupskaya. Posteriormente cocinaría para Stalin cuando el líder soviético visitaba una de sus dachas en la región de Moscú. Spiridon después trabajó en una dacha perteneciente al Comité del PCUS de la ciudad de Moscú, en la cual el joven Putin podría visitarlo.
Putin fue llevado al poder por la Federación de Comunidades Judías de Rusia. El presidente judío de esa asociación Román Arkádievich Abramóvich (quien también dona dinero al movimiento judío ortodoxo Jabad Lubavitch) declaró en una entrevista en 2005 que si Putin quería, podía obtener la ciudadanía israelí como un judío étnico. Y que su madre era una judía de apellido Shelomova. Esto hace a Putin plenamente judío para la ley judía.
Putin traza su más temprana conexión al judaísmo hasta su primera infancia en Leningrado (actual San Petersburgo), cuando se hizo amigo de una familia judía que vivía en su bloque de apartamentos. En su autobiografía del 2000, Putin escribió que esa familia sin nombre lo amó y que él acostumbraba buscar su compañía.
“Ellos eran judíos observantes que no trabajaban los sábados, y el padre estudiaba la Biblia y el Talmud todo el día”, escribió Putin. “Una vez le pregunté qué estaba murmurando. Él me explicó qué era este libro, y estuve inmediatamente interesado”. ¿Puede alguno creer que los judíos dejen a los goyim leer sus libros sagrados?
Sólo mira de cerca la cara y las orejas de Putin; él no es más cristiano que Benjamín Netanyáhu. Es solamente otro criptojudío, habiéndose convertido convenientemente al Cristianismo Ortodoxo. ¡Qué conveniente!. Como señala el libro New Republic de Julia Ioffe, varios de sus más cercanos confidentes, como el maestro de judo que sirvió como mentor y padre subrohado, son judíos. Además, el socio más cercano de Putin y primer ministro de Rusia, Dimítri Medvedev es también judío (de apellido Mendel, según archivos judíos). Vladimir Putin es solamente otro manipulador, avaricioso, demoníaco, billonario y oligarca judío, que está engañando a todos en Rusia.
Ítem, Israel y sus medios siempre fueron amigables a la Rusia de Putin, e ignoraron completamente la posición política de EE.UU. hacia el presidente ruso. Durante una conferencia noticiosa del 4 de Marzo de 2014, Putin llamó a los manifestantes anti-Yanukóvich “fuerzas reaccionarias, nacionalistas y antisemitas”, la mayoría de los medios israelíes usaron las mismas definiciones contra los protestantes del Euromaidán. Putin ha usado repetidamente el alegado antisemitismo de los nacionalistas ucranianos para justificar la anexión rusa de la Crimea controlada por Ucrania en 2014. En Enero de Putin atacó verbalmente a los nacionalistas ucranianos llamándolos “Banderitas” (una referencia al nacionalista ucraniano y antisemita Stepán Andríyovich Bandera, quien luchó durante la IIGM contra el ejército soviético) durante un discurso que dio en el Día Internacional de Memoria del Holocausto, cuando fue invitado por el rabino Shlomo Dovber Pinchas Lazar, más conocido como Berel Lazar en el Museo judío de Moscú.
En contraste, las actitudes hostiles a los judíos son prevalentes en solamente el 30% de la población rusa, según el índice mundial de 2015 de la Liga Antidifamatoria Judía, un porcentaje menor que en Francia (37%), Polonia (45%) o Ucrania (casi 50%).
Putin fue también el primer líder ruso en visitar Israel, donde tuvo una recepción oficial. Él también visitó una sinagoga en Moscú, participó en las ceremonias de encendido de las luces en Jánuca, y alegadamente tiene una puerta abierta para uno de los dos rabinos principales de Rusia, Berel Lazar.
Bajo Putin, la jasídica FCJR adquirió una creciente influencia en la comunidad judía, en parte debido a la influencia de empresarios mediatos que apoyan a la Federación por medio de sus alianzas con Putin, notablemente Lev Leviev y Román Abramóvich. Según la JTA, Putin es popular entre la comunidad judía de Rusia, que lo ve como una fuerza para la estabilidad. El rabino jefe de Rusia, Berel Lazar, dijo que Rusia tiene en Vladímir Putin su “líder más pro-judío”, al que acredita que “lucha más vigorosamente contra el antisemitismo que cualquier líder ruso anterior”.
Abramóvich fue la primera persona que le recomendó a Borís Yeltsin elegir a Putin como su successor. Cuando Putin formó su primer gabinete como primer ministro en 1999, el judío Abramóvich era el que primero tenía “entrevistas personales” con cada uno de los candidatos antes de que fueran aprobados. Después de todo, Abramóvich permaneció como uno de los aliados centrales de Putin.
En 2007 Putin le preguntó a este judío quién sería elegido como el nuevo presidente, y Dimitri Médvedev fue entonces personalmente recomendado por Abramóvich. En la cumbre del G-20 en Londres en 2009, y la cumbre del G-8 en 2010, fue Médvedev quien fue reconocido como el que trajo consigo una muestra de la nueva moneda mundial supranacional “United Future World Currency”, por la cual hizo una fuerte campaña según Bloomberg.com.
Chris Hutchins, quien ha escrito las biografías Abramovich: The Billionaire from Nowhere (Abramóvich: el billonario de ningún lugar) y Putin A Biography (Putin, una biografía), describe la relación de Putin con Abramóvich como una “entre un padre y su hijo favorito”.
Bajo el encabezado “Rusos prominentes”, Román Abramóvich es destacado en la enciclopedia de Russia Today “Russiapedia”. Dice, entre otras cosas, que Abramóvich tuvo acceso al “círculo más íntimo” de Yeltsin por medio del oligarca judío Borís Berezovski.
Para los judíos de Rusia, cuyas cifras estimadas oscilan entre 100.000 y 500.000, Putin marcó la ruptura con el antisemitismo de las pasadas élites comunistas y de la otrora todopoderosa KGB, a la cual sirvió por casi dos décadas.
Tratados como un saco de boxeo por los gobernantes comunistas y agitados como molestia por Borís Yeltsin, el presidente resistente a la restitución que los remplazó, la judería rusa ha experimentado una edad de oro bajo Putin. Desde la frontera marítima con Japón hasta la frontera terrestre con Finlandia, docenas de sinagogas en Rusia han sido devueltas a las comunidades que, con ayuda de los rabinos de Jabad, comenzaron a florecer y abrir cientos de guarderías, escuelas y centros comunitarios judíos.
Mientras grupos de derechos humanos reportan aumentos de ataques xenófobos en varias ocasiones durante la presidencia de Putin, raramente los judíos son blanco de estos ataques. Bajo Putin, leyes más duras llevaron a la disolución de los grupos ultranacionalistas que una vez florecieron en Rusia. Cientos, si no miles de nacionalistas rusos y antisemitas fueron encarcelados durante su presidencia.
Mijaíl Chlenov, secretario general del Congreso Judío Euroasiático, dijo que las tendencias projudías de Putin son parte de la razón por la que los incidentes antisemitas sean relativamente raros en Rusia. En 2013, el Congreso Judío de Rusia documentó solamente diez ataques y actos vandálicos antijudíos, en comparación con las docenas que ocurren en Francia.
Pocos disputarán que Putin ha sido amigable a la vida institucional judía en Rusia, especialmente a las organizaciones y líderes pertenecientes al movimiento jasídico Jabad.
Boruch Gorin, un rabino jabad y jefe del Museo Judío y Centro de Tolerancia de Moscú, de $50 millones de dólares, reconoció personalmente a Putin por proveer fondos estatales para la institución, que abrió en 2012. Putin también donó un mes de sueldo al museo.
“Putin ha facilitado la apertura de sinagogas y centros comunitarios a lo largo de Rusia, a petición de la comunidad judía. Esto ha tenido un profundo efecto en la vida judía, especialmente fuera de Moscú”, dijo Gorin. “Él instituyó encuentros anuales con líderes de la comunidad judía y asiste a eventos de la comunidad. Su amistad con la comunidad judía le ha dado mucho prestigio y da el tono para los líderes locales”.
Zvi Gitelman, profesor de estudios judíos en la Universidad de Míchigan que estudia las relaciones entre etnicidad y política en la antigua Unión Soviética, dijo que “Jabad, con la ayuda de Putin, es ahora la expresión religiosa dominante del judaísmo en una población mayoritariamente no religiosa”.
(JTA) — Cuando incluso los policías rusos tenían que pasar los controles de seguridad para entrar a los JJ.OO. de Invierno en Sochi, el rabino Berel Lazar ingresaba sin siquiera mostrar su identificación.
Pero la relación de Lazar y Putin parece ir más allá de los expedientes políticos. En 2012, Lazar guió al líder ruso en un recorrido por el Muro Occidental de Jerusalén. Y el año pasado Putin hizo a Lazar miembro de la prestigiosa orden rusa Mérito a la Patria, la más alta condecoración civil del país y la única que es raramente conferida a personas que no son nacidas en Rusia (Lazar, italiano, se convirtió en ciudadano ruso en el 2000).
Vladímir “Vova” Putin, un niño de una familia muy pobre de la Unión Soviética, fue por 16 años un oficial de la KGB, llegando al cargo de Teniente Coronel, pero en el 2000 se convirtió en un Zar sin corona de Rusia (1/6 de la superficie de la Tierra), o mejor, el nuevo Sha global del Petróleo y el hombre más rico del mundo. No es sabio ser demasiado curioso sobre cómo el rico consiguió su fortuna, pero ¿no sorprende por qué muchos rusos son tan pobres? ¿Por qué son más pobres que en los años más difíciles del poder soviético, y por qué Rusia tiene tantos huérfanos, como si estuviera en guerra? La economía rusa está en declive, y casi nada se hace allí. Todo es adquirido del extranjero, incluso el equipamiento militar, aunque la Unión Soviética era un líder exportador. Rusia se ha convertido en un país del tercer mundo, un apéndice de materias primas del mundo industrializado.
Vladímir Putin acompañando al primer ministro sionista Benjamín Netanyáhu en su recorrido por el Museo Judío y Centro de la Tolerancia en Moscú
En Rusia, las plantas hidroeléctricas fallan, los depósitos de munición explotan, las aeronaves se estrellan, los barcos se hunden, y los trenes colisionan. Los terroristas islámicos vuelan casas, y matan niños rusos. La audiencia de todo un teatro fue tomada como rehén. Incendio y revueltas, inundaciones, incontables desastres naturales y humanos. Las relaciones humanas y las familias son degradadas. El nivel de ciencia, cultura, salud y educación está en declive. Mientras tanto se construyen palacios y yates lujosos para los súperricos. En contraste, la vivienda del pobre no es reparada. Hay más chabolas, y el campo está despoblado. En los últimos 20 años, han muerto 30 millones de personas por falta de empleo, hogar y comida, más que durante la invasión de la Alemania nazi (27 millones). Rusia está perdiendo un millón de personas al año, principalmente entre los eslavos: rusos, ucranianos y bielorrusos. Una ciudad completa se pierde al año.
Rusia supera a algunos países africanos en términos de corrupción (154º lugar entre 178). La prensa rusa mencionó que Vladímir Putin tiene ahorros secretos de más de 40 millardos de dólares. La gente se pregunta cómo el camarada Vladímir Putin pudo hacer una gran fortuna y dónde él, un excomunista y espía de la KGB, guarda sus dólares. ¿En el Krémlin?
Desde 2000, cuando Putin se convirtió en el nuevo presidente de Rusia, los precios del petróleo han subido considerablemente y la economía rusa recibió más de dos billones de dólares de la venta de petróleo y gas. Ni un céntimo de este dinero ha sido invertido en la verdadera economía rusa. Parte del dinero del petróleo va a bienes importados y el resto desaparece en los bolsillos de los jefes judíos que se sientan en el barril de petróleo. La eterna pregunta es “¿Quién vive bien en Rusia?”. En diferentes épocas, hubo diferentes personas, pero ahora todos saben que la vida es solamente buena para los oligarcas superricos, en su mayoría judíos.
En Rusia, la mayoría de los nuevos súperricos son descendientes de no-cristianos (los judíos), los ancestros de muchos de ellos vivieron en los establecimientos de la secta jasídica en el oeste del Imperio ruso, en las pequeñas ciudades de Polonia, Bielorrusia y Ucrania, y en la presente región rusa de Smolensk. En la URSS hubo cientos de miles de personas honradas y respetadas, pero fueron excluidos de los nuevos súperricos “rusos”, que aparecieron en el momento y lugar correcto en Moscú en el entorno del presidente Yeltsin. ¿Quiénes dieron millones e incluso millardos de dólares a estos oligarcas judíos para aprovecharse de la privatización en 1993 luego de que la Unión Soviética colapsara? Silencio.
Putin no acabó con el mandato oligárquico en Rusia, ¡qué sinsentido! Él apartó a Berezhovski y a Mijaíl Jodorkovski, porque ellos eran una amenaza a su poder, que el Poder Monetario necesita para ser fuerte y centralizado. El acuerdo Putin – Oligarcas es claro: El Krémlin para él, la economía para ellos.
Según un informe del website de la banca rusa lenta.ru, que da a 48 judíos en la lista una riqueza neta combinada de $132,9 millardos de dólares, mientras que los judíos son solamente el 0,5% de la población rusa. La riqueza total de los billonarios rusos es menos de 300 millardos.
Entre los 48 judíos que conforman la lista, 42 son asquenazíes y juntos tienen una fortuna neta de $122,3 millardos de dólares; la riqueza neta promedio de cada billonario asquenazí ronda los $2,9 billones. El asquenazí más rico es Mijaíl Fridman, quien tiene una fortuna neta de $17,6 millardos y es el segundo hombre más rico de Rusia. Los asquenazíes billonarios incluyen a Víktor Vekselberg (fortuna neta de $17,2 millardos), Leónid Mikhelson (fortuna neta de $15,6 millardos), German Khan (fortuna neta de $11,3 millardos), Mijaíl Prokhorov (fortuna neta de $10,9 millardos), y Román Abramóvich (fortuna neta de $9,1 millardos).
El periodista Nikolai Svanidze, miembro de la Cámara Pública de Rusia, y consejero de la oficina del presidente Vladímir Putin, dijo en respuesta que la lista era un “informe nazi” y que las etnicidades de los miembros más ricos de la sociedad rusa no debería ser publicada, como si fuera “sujeta a causas de demanda”.
Los judíos Rothschild que crearon la Unión Soviética en la cima. Aún controlan Rusia, del cual Abramóvich es el frente judío de:
- la compañía de propiedad del gobierno ruso Rosneft, en negocios con los Rockefeller [los Rockefeller son judíos, y de la línea de sangre de los Rothschild] dirige Exxon y BP a pesar de las “sanciones”.
- El gobierno Putin y Anatoli Chubáis son dueños en conjunto de RUSNANO.
- En 2012, Rothschild Capital Partners trajo un 37% stake en la consejería de riqueza de Rockefeller y el grupo de manejo de activos.
- Los Rothschild dirigen Glencore, y unieron fuerzas con el gobierno de Putin para crear la compañía de aluminio más grande del mundo, RUSAL.
- La Rothschild Global Financial Advisory está localizada en el centro de Moscú y su website presume de “acceso político de alto nivel” al gobierno ruso.
- Oleg Deripaska es jefe de RUSAL.
- Abramóvich es el más cercano confidente de Putin, y un accionista conjunto con el gobierno ruso en empresas como Gazprom, Aeroflot, y RUSAL.
- Putin seleccionó a su cercano amigo Oleg Deripaska para representar a Rusia en ABAC (Consejo Asesor de Empresas del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico). Deripaska es también un cercano amigo y socio de negocios de RUSAL con Román Abramóvich.
- La familia Rothschild es accionista mayoritaria del Rio Tinto Group. RUSAL y Rio Tinto están involucradas en operaciones mineras conjuntas a pesar de las denominadas “sanciones” impuestas por Occidente.
- Nat Rothschild es un inversionisa de RUSAL y mejor amigo de Román Abramóvich. Nat es también amigo cercano, y socio de negocios de Oleg Deripaska en RUSAL.
Vladímir Putin ante el Muro de los Lamentos (26 de Junio de 2012).
Vladímir Putin heredó apartamento de su maestra de preparatoria Mina Yudikskaya Berliner.
Inauguración del Museo Judío y Centro de la Tolerancia en Moscú (8 de Noviembre de 2012).
Vladímir Putin enciende la primera luz del Jánuca junto al rabino ítalo-ruso Shlomo Dovber Pinchas Lazar “Berel Lazar”, en la sinagoga Marina Roscha de Moscú (21 de Diciembre de 2000).
Lev Avnérovich Leváyev (billonario uzbeko-israelí) obsequia una menorá de plata a Vladímir Putin (21 de Diciembre de 2000).
Avigdor Lieberman, ex-ministro de relaciones exteriores sionista, y Vladímir Putin (5 de Junio de 2009)
Vladímir Putin y el ex-primer ministro sionista Ariel Sharon Sheinermann (5 de Noviembre de 2003. Sharon era primo del comandante comunista Ernesto “Ché” Guevara Sheinermann/De la Serna).
Vladímir Putin y el ex-diplomático y consultor geopolítico estadounidense Heinz/Henry Alfred Kissinger Stern.
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Recordar que los judíos están marchando a los goyim hacia el microchip: La marcha forzada judía al microchip.
Desde el 1 de Enero de 2013 en la Federación de Rusia se implementó el sistema de tarjeta de identificación electrónica (УЭК –Универса́льная Электро́нная Ка́рта, Universálnaya Elektrónnaya Kárta), lo mismo que el RFID. Esto es admitido oficialmente por la administración del krai (provincia) de Jabárovsk.
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)