Esta es la columna escrita originalmente por Luis Fernando Pérez Bustamante en su blog COR AD COR LOQUITUR, alojado en INFOCATÓLICA. Pero como suscitó polémica, él la retocó haciéndola más nice (No me gustan los anglicismos, N. del E.). Gracias a PENSAMIENTO DISIDENTE por rescatar la primera versión de la columna (la imagen es de cortesía de uno de nuestros becarios artísticos).
“SI TRAEN A LUTERO DE VUELTA, YO ME VOY”
El predicador de la Casa Pontificia, P. Raniero Cantalamessa Giovannini, ha predicado hoy, Viernes Santo, en presencia del Papa Francisco. Y entre otras cosas ha dicho esto:
En otras palabras, la justicia de Dios es el acto por el cual Dios hace justos, agradables a él, a los que creen en su Hijo. No es un hacerse justicia, sino un hacer justos.
Lutero tuvo el mérito de traer a la luz esta verdad, después que durante siglos, al menos en la predicación cristiana, se había perdido el sentido y es esto sobre todo lo que la cristiandad le debe a la Reforma, la cual el próximo año cumple el quinto centenario. “Cuando descubrí esto, escribió más tarde el reformador, sentí que renacía y me parecía que se me abrieran de par en par las puertas del paraíso”.
Bien, voy a decirlo de forma que se me entienda claramente. Yo dejé de ser protestante, entre otras razones, para abandonar la herejía solafideísta. Si meten esa herejía en la Iglesia, como de hecho están intentando hacer, me largo.
O, en otras palabras. Si Lutero -heresiarca- cabe en ese neocatolicismo aberrante que están imponiéndonos, yo no quepo. Ni yo ni, pienso, ninguno de los conversos del protestantismo al catolicismo de las últimas décadas. Que somos unos cuántos, créanme.
Obviamente, confío en que el Señor impedirá semejante aberración. Pues es claro, a estas alturas, que solo Él puede evitar que la Iglesia se vaya al abismo.
Exsurge Domine et iudica causam tuam.
Luis Fernando Pérez Bustamante
Una verdadera pasión de la Iglesia resulta ser esta última reivindicación de Lutero, bofetada solemne a Cristo, cual esbirro que se atrevió a castigar el rostro más hermoso de todos los siglos. Sólo el consuelo de entender el Corazón del Divino Amante puede superar la tristeza de verlo sufrir de tal manera
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