EX-NUNCIO EN COLOMBIA, SOSPECHADO POR LAVADO DE DINERO

Noticia de GLORIA NEWS.

   

 

El caso se refiere al arzobispo Ettore Balestrero, de 51 años, y a la compañía importadora de carne Balestrero 61, propiedad de su hermano Guido. Probablemente a causa de la investigación en curso, Balestrero fue trasladado en julio de Colombia al Congo [La República Democrática del Congo (antiguo Congo belga), que no debe confundirse con la República del Congo (el Congo francés), N. del E.].

  

Según algunos investigadores, el nuncio transfirió una “donación” de 4 millones de euros (4 millones 500 mil dólares) a través de Suiza a su hermano en Italia. Se sospecha que el dinero proviene de ventas de carne argentina importada ilegalmente a Italia en los años ‘1980 por la compañía de Balestrero. En el 2015 la compañía intentó llevar el dinero a casa.

  

Balestrero dijo a la policía que las transacciones fueron llevadas a cabo sin su conocimiento, aunque el 4 de septiembre de 2015 él firmó en la oficina de un abogado en Génova un informe confirmando la “donación”, que se usó para construir un centro de natación en dicha ciudad, el mayor de toda Europa.

  

Según medios de comunicación italianos, el cardenal de la curia Mauro Piacenza tenía conocimiento de la transacción.

  

Al saber en septiembre de 2017 que la policía italiana estaba siguiéndole la pista, dejó de utilizar su teléfono habitual y compró tarjetas de celular colombianas, para comunicarse con su hermano, quien utilizaba teléfonos de línea en dos hoteles, en un intento fallido de evitar la vigilancia telefónica por parte de la policía italiana.

  

La policía interceptó también las llamas telefónicas de larga distancia de Balestrero al cardenal de la curia Mauro Piacenza, de quien pensaba recibir consejos espirituales para afrontar su situación jurídica.

   

COMENTARIO: Balestrero tuvo una carrera fulgurante en la jerarquía eclesiástica. Egresado del Almo Colegio Capranica luego de estudiar derecho, el 18 de Septiembre de 1993 fue instalado presbítero diocesano para Roma. Posteriormente, consiguió la licenciatura en teología y el doctorado en Derecho canónico. En 1993 ingresa a la Pontificia Academia Eclesiástica (para ingresar al servicio diplomático) Fue enviado a la nunciatura de Mongolia-Corea entre 1996 y 1998, y la de los Países Bajos entre 1998 y 2001, cuando entró en la sección de relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado, ocupando el cargo de consejero de la Nunciatura, ocho años más tarde se convertía en Subsecretario de Relaciones con los Estados y mano derecha del entonces secretario de Estado, Tarsicio Bertone. El 22 de Febrero de 2013, fue nombrado Arzobispo titular (in pártibus infidélium) de Victoriana en Túnez y Nuncio Apostólico en la República de Colombia. Allí organizó la visita de Francisco Bergoglio a este país el año anterior.

  
Pero, de repente, se le vira la tortilla el 6 de julio de 2018, cuando la Santa Sede hace pública una nota en la que se comunica el traslado a la nunciatura apostólica en Kinshasa (antigua Léopoldville, capital del Congo belga) “para la tramitación de algunas labores” luego de que el argentino Luis Mariano Montemayor (llamado a consultas por las difíciles relaciones con el gobierno del presidente Joseph Kabila Kabange) y su designación como Nuncio en Colombia. En términos burocráticos, ser designado Encargado de negocios ante un Estado luego de ser Embajador equivale a todas luces a un descenso, casi un castigo.

  
A esta investigación se suma el que Balestrero estuvo involucrado en el famoso caso Vatileaks: Resulta que en el 2012, él era jefe de la delegación ante el Comité de Expertos en la Evaluación de Medidas contra el Blanqueo de Capitales y el Financiamiento del Terrorismo del Consejo de Europa, participando en las negociaciones para avalar la transparencia financiera del Vaticano. El diario italiano La Repubblica reveló en su artículo Los secretos de la Banca de Dios: Cómo el dinero ha envenenado el Vaticano del día 21 de febrero de 2013 que Balestrero era la mano derecha del cardenal Bertone en los asuntos del IOR, y al día siguiente, Benedicto XVI le designó nuncio en Colombia, en una jugada típica de promoveátur ut amoveátur aunque el portavoz Federico Lombardi lo negara en su momento, asegurando que el nombramiento lo venían estudiando de dos meses atrás (sin duda algo sabría para tomar tal decisión).
  
En conclusión, como dice el dicho: MÁS ALTO SUBE, MÁS RECIO CAE.