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NO QUEREMOS QUE SE ACABE LA RELIGIÓN

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ORGULLOSAMENTE HISPANOHABLANTES

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jueves, 29 de noviembre de 2018

NOVENA A LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA

Novena compuesta por un religioso del convento del Seráfico Padre San Francisco en Santa Fe de Bogotá en el año 1848, y reimpresa en 1906. Imprimátur de Mons. Juan Vicente Arbeláez Gómez, Arzobispo de Santa Fe de Bogotá, quien le concedió 80 días de Indulgencia a cada oración de la Novena.
  
NOVENA EN HONOR DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA
  


Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
  
ACTO DE CONTRICIÓN
Pésame, Señor, de todo corazón de haberos ofendido por ser Vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, y propongo firmemente la enmienda.
  
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Soberana Señora, Emperatriz de los Cielos y tierra, Estrella refulgente del mar, que fija en los candores de vuestra Inmaculada pureza diriges los errados navegantes, hijos de Adán. Yo el más indigno de todos ellos, me postro ante tu Sagrada Imagen, venerándote en el primer instante de tu Purísima Concepción, desde el cual fuiste escogida para Madre de Dios y Virgen Purísima, y te suplico en esta novena, que consagro a tus aras, que te dignes de ser mi Madre, pues lo eres de todos los miserables hijos de Adán; y me alcances del trono de la Beatísima Trinidad pureza de intención y conformidad con su santísima voluntad, para que por vuestra santísima intercesión sean mis súplicas oídas de su piedad; y en especial, Señora, se digne concederme el remedio de esta especial necesidad que os manifiesta mi corazón, lo que con gran confianza espero de vuestras piedades para que, una vez conseguida, te rinda en esta vida las gracias, hasta que logre congratularte en la gloria eternamente. Amén.
  
DÍA PRIMERO - 29 DE NOVIEMBRE
MEDITACIÓN: «Fui creada desde el principio, antes de todos los siglos» (Eclesiástico 24, 14).
Contemplad, almas, cómo habiendo llegado al trono de la Beatísima Trinidad las humildes deprecaciones de Señor San Joaquín y Señora Santa Ana, Padres de María Santísima, se determinó en aquel Divino Consistorio dar cumplimiento a sus deseos, y así determinó Dios Uno y Trino, llegada la plenitud de los tiempos y el momento de cumplir el plan de la Redención, manifestarlo al Arcángel San Gabriel en esta forma: «Gabriel, ilumina, vivifica y consuela a Joaquín y Ana, nuestros siervos, y diles que sus oraciones llegaron a nuestra presencia, y sus ruegos son oídos de nuestra clemencia. Promételes que recibirán fruto de bendición con el favor de nuestra diestra, y que Ana concebirá y dará a luz una hija, a quien le damos por nombre MARÍA». Contemplad cómo con esta determinación descendió al punto el Arcángel en forma humana, más refulgente y hermoso que el sol, y se les apareció a los padres dichosos de María Santísima, y les anunció la Concepción dichosa de esta Divina Niña, advirtiéndoles que era en todo maravillosa esta embajada, pues la Hija que había de concebir había de ser grande, escogida, poderosa, llena del Espíritu Santo, y que su Concepción alegraría al Cielo y la tierra. 
  
Rezar nueve Avemarías contemplando este Misterio.
  
ORACIÓN PARA EL DÍA PRIMERO
¡Oh Soberanos Señores míos y esclarecidos Santos Joaquín y Ana! Todos los que hemos empezado esta novena en honra de la Concepción de vuestra Santísima Hija María, nuestra Señora, os damos mil parabienes del feliz anuncio que os dio el Santo Arcángel y gozándonos de vuestro gozo, os suplicamos humildemente nos alcanceis de la Santísima Trinidad, purifique nuestras conciencias con sus divinos auxilios, para que concibamos pensamientos, palabras y obras libres de toda impureza, que dignamente prosigamos esta novena, y alcanzadnos de vuestra Santísima Hija y Señora nuestra, las especiales súplicas que en ella le hacemos, para que purificados en esta vida le sirvamos fieles, y en la otra para siempre le alabemos. Amén.

INVOCACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
  1. Ave María Santísima, Señora nuestra, llena de gracia, inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen. Por esta infinita dignidad e incomparable prerrogativa vuestra, y por el singular privilegio de vuestra purísima Concepción, os suplico, que pues el Padre, como a Hija suya, os hizo poderosísima, que en vida y en muerte me libréis del poder del Demonio. Amén. Ave María y Gloria.
  2. Ave María Santísima, Señora nuestra, llena de gracia, inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen. Por esta infinita dignidad e incomparable prerrogativa vuestra, y por el singular privilegio de vuestra purísima Concepción, os suplico, que pues el Hijo, como a Madre suya, os hizo sapientísima, que me alcanceis de su Divina Majestad una Fe constante y una esperanza firme, y que ni en vida ni en muerte me pueda pervertir alguna ignorancia o error. Amén. Ave María y Gloria.
  3. Ave María Santísima, Señora nuestra, llena de gracia, inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen. Por esta infinita dignidad e incomparable prerrogativa vuestra, y por el singular privilegio de vuestra purísima Concepción, os suplico, que pues el Espíritu Santo, como a Esposa suya, os enriqueció de una caridad inmensa, me alcancéis que mi corazón perpetuamente se abrase en el fuego del amor divino. Amén. Ave María y Gloria.
  4. Ave María Santísima, Señora nuestra, llena de gracia, inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen. Por esta infinita dignidad e incomparable prerrogativa vuestra, y por el singular privilegio de vuestra purísima Concepción, os suplico, que pues la Santísima Trinidad os hizo templo suyo, sustentado sobre las columnas de las más sólidas virtudes, que me alcanceis de su Divina Majestad que participando de vuestras virtudes, sea yo vivo templo suyo en tiempo y eternidad. Amén. Ave María y Gloria.

GOZOS EN HONOR A LA INMACULADA CONCEPCIÓN
  
Todo el mundo en general
Os cante con alegría:
Sois concebida, María,
Sin pecado original.
  
Si Dios legislador pudo
Dar en la ley excepción,
Y hacer que en la Concepción
Fueseis la Vara sin nudo;
Armada estais con escudo
De exenta en la Ley penal:
Sois concebida, María,
Sin pecado original.
  
Si en gracia con su poder
Dios a los Ángeles creó,
Esto mismo ejecutó
En vuestro primer ser;
Que así quiso disponer
Vuestro claustro virginal:
Sois concebida, María,
Sin pecado original.
   
Si Vos fuisteis decretada
Ante toda criatura,
Ya quedasteis, Virgen Pura,
De la culpa preservada,
Para cerrarle la entrada
A la Serpiente infernal:
Sois concebida, María,
Sin pecado original.

Si en el diluvio se ve
Que a todo el mundo anegó;
Y no obstante se salvó
Solo el Arca de Noé,
Verdadero anuncio fue
Que sois Arca Celestial:
Sois concebida, María,
Sin pecado original.
   
Si viendo Moisés que ardía
La zarza, y no se quemó,
Que la culpa no os tocó
Confiesa la Iglesia pía,
Porque Dios, que os protegía,
Os libró de incendio tal:
Sois concebida, María,
Sin pecado original.
  
Si su corriente el Jordán
Pasando el Arca, cortó,
Vuestra Concepción pasó
Sin las corrientes de Adán,
Que su contagioso afán
Suspendió reverencial:
Sois concebida, María,
Sin pecado original.
  
Si aquel decreto de Asuero
No se extendió con Ester,
Tampoco a Vos comprender
En el instante primero
Pudo la culpa, ni el fuero
Del decreto universal:
Sois concebida, María,
Sin pecado original.

Si Dios como Omnipotente
Libró vuestra Concepción,
Con pía y acorde unión
Cantaremos igualmente,
Diciendo de gente en gente
Con aplauso universal:
Sois concebida, María,
Sin pecado original.
  
Si con tierna devoción
América os ha elegido
Por patrona y aplaudido
Del Papa la decisión,
Sea vuestra protección
Para América especial.
Sois concebida, María,
Sin pecado original.
     
Árboles de la montaña
Que alzais las copas al cielo
Nieves, escarchas y hielo
Y bramador vendaval.
Bendecid a vuestra Reina
Y repetid a porfía:
Sois concebida, María,
Sin pecado original.

Lindas flores de los valles
y flores de los jardines
Violetas, rosas y jazmines
De blancura sin igual
Exhalad blandos aromas
Y repetid cada día:
Sois concebida, María,
Sin pecado original.
 
Estrellas del firmamento
Blanca luna, sol radiante,
Agua clara del torrente
Tan limpia como el cristal
Bendecid al Dios del cielo
Y repetid a porfía: 
Sois concebida, María,
Sin pecado original.
   
Apacible primavera
Crudo invierno, ardiente estío
Fuego, granizo y rocío
Y asolador temporal
Ensalzad a nuestra Madre
Repitiendo a porfía:
Sois concebida, María,
Sin pecado original.
 
Pobres ancianos, enfermos,
Y jóvenes valerosos,
Niños que dormís gozosos
Sobre el pecho maternal,
Alzad los ojos al Cielo
Y repetid cada día:
Sois concebida, María,
Sin pecado original.
 
Almas nobles fervorosas
En el mundo desterradas,
Vírgenes puras amadas
Del monarca celestial,
Complaced a vuestro Esposo
Repitiendo cada día:
Sois concebida, María,
Sin pecado original.
  
Pueblos todos de la tierra,
Señores de las naciones,
Valerosos campeones
De este valle terrenal,
Doblad con amor la frente
Y repetid a porfía:
Sois concebida, María,
Sin pecado original.
 
Sacerdotes del Eterno,
Pontífices, Confesores
Y santos habitadores
De la Ciudad Eternal,
Repetid mil y mil veces
Llenos de santa alegría:
Sois concebida, María,
Sin pecado original.
  
Espíritus soberanos
Que cercáis nuestros altares,
Ofreced nuestros cantares
Al Rey del cielo inmortal,
Y ensalzad a vuestra Reina
Repitiendo cada día:
Sois concebida, María,
Sin pecado original.
  
Santa Iglesia universal,
Repetid con alegría:
Sois concebida, María,
Sin pecado original.
 
Por la siguiente antífona y oración, el Papa Pablo V, mediante decreto del 10 de Julio de 1615, concede 100 días de Indulgencia.
Antífona: Esta es la vara en la cual no hubo ni el nudo del pecado original, ni la corteza de la culpa actual.
℣. En tu Concecpión, oh Virgen, fuiste Inmaculada;
℟. Ruega por nosotros al Padre, cuyo Hijo diste a luz.

ORACIÓN
¡Oh, Dios!, que por la Inmaculada Concepción de la Virgen preparaste digna morada para tu Hijo; rogámoste que, así como preservaste a Ella de toda mancha por la muerte prevista de tu mismo Hijo, así también nos concedas que, mediante tu intercesión, lleguemos limpios de toda culpa a tu presencia. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
  
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
   
DÍA SEGUNDO - 30 DE NOVIEMBRE
Por la señal...
Acto de Contrición y Oración inicial.
    
MEDITACIÓN: «Mancha original nunca hubo en ti» (Cánticos 4, 7).
Considerad, almas, cómo preparados con soberanos favores y especiales disposiciones los padres de María Santísima, se determinó en el Divino Consistorio de esta Soberana Princesa: «Creemos un alma de nuestros deseos, un fruto de nuestros atributos, un prodigio de nuestro infinito Poder, sin que le toque ni le ofenda la mácula de la culpa de Adán. Hagamos una obra que sea objeto de nuestra Omnipotencia, sea única imagen de nuestra Divinidad y sea en nuestra Presencia, por todas las eternidades, complemento de nuestro beneplácito y agrado; en ella depositaremos todas las prerrogativas y gracias que en nuestra primera condicionada voluntad, destinábamos para los Ángeles y los hombres si en el primer estado se conservaran. No conviene a nuestra equidad y providencia omitir lo más decente, perfecto y santo, por lo que es menos: el Verbo, que se ha de humanar, siendo Redentor y Maestro de los hombres, ha de fundar la Ley perfectísima de gracia y enseñar en ella a obedecer y honrar a padre y madre, como causas segundas de su ser natural: esta Ley se ha de ejecutar primero honrando el Verbo Divino a la que eligió por Madre suya, previniéndola con lo más admirable, más santo y excelente de todas las gracias y dones: y entre ellos será la honra y beneficio más singular el no sujetarla a nuestros enemigos ni a su malicia, y así ha de ser libre de la muerte y de la culpa».
   
Rezar nueve Avemarías contemplando este Misterio.
  
ORACIÓN PARA EL DÍA SEGUNDO
¡Oh Soberana Reina de los Ángeles! Cielo hermosísimo, adornado de divinas luces, a vuestros pies santísimos postrados todos los que os veneramos en esta Novena, os damos mil parabienes por la determinación de la Beatísima Trinidad en haceros exenta de la culpa original, y en adornar y enriquecer vuestra alma de purezas y bienes celestiales, de que sumamente nos gozamos todos los miserables hijos de Adán, y os suplicamos humildes atendáis a vuestros ruegos, alcanzándonos de la Beatísima Trinidad lo que os representamos en esta Novena, y en especial un eficaz auxilio para que purificadas nuestras almas por la confesión y penitencia, continuando estos divinos ejercicios, merezcamos los eternos premios de la Gloria. Amén.
   
Las Invocaciones y los Gozos se rezarán todos los días.
     
DÍA TERCERO - 1 DE DICIEMBRE
Por la señal...
Acto de Contrición y Oración inicial.
     
MEDITACIÓN: «Ella aplastará tu cabeza» (Génesis 3, 15).
Contemplad, almas, cómo habiéndose determinado en el Consistorio de la Beatísima Trinidad la creación del alma de María Santísima, Señora nuestra, manifestó el Altísimo a los Santos Ángeles, cómo, por qué y para qué habían de cuidar de esta Soberana Reina, y así hablando por todos les dijo: «Ya sabéis cómo la antigua Serpiente, después de la señal que vio de esta maravillosa mujer, la andaba rodeando a todas y desde la primera que criamos persigue con astucia y asechanzas a las que conoce más perfectas, pretendiendo encontrar entre todas a la que ha de llorar, y quebrantar su cabeza, y cuando atento a esta purísima e incomparable criatura la reconociere tan Santa, pondrá todo su esfuerzo en perseguirla; pero nuestra voluntad es que esta nuestra Ciudad Santa, y Tabernáculo del Verbo Encarnado, tengais especial cuidado para guardarla, asistirla, defenderla, consolarla con digno cuidado y reverencia mientras fuere viadora entre los mortales». Contemplad cómo en la manifestación de la Divina voluntad recibieron los Ángeles nuevo júbilo y gloria accidental, y rindieron gracias al Altísimo, y con santa emulación cada uno deseaba que le tocase en suerte de ser guardia de la Reina: entonces la Divina Majestad eligió de los nueve Coros de cada uno cien, que son novecientos. Luego señaló otros doce para que más de ordinario la asistiesen en forma corporal y visible; fuera de estos, designó el Señor otros dieciocho de los más superiores, para que subiesen y bajasen por esta mística escala con embajadas de la Reina a su Alteza, y del mismo Señor a ella; sobre todos estos, señaló el Altísimo otros setenta Serafines de los supremos y allegados al Trono de la Divinidad para que confiriesen con la Princesa del Cielo y la comunicasen, del mismo modo que ellos mismos entre sí comunican y hablan, y los superiores iluminan a los inferiores, que todos hacen el número de mil Ángeles, entre Serafines y los demás de los Órdenes inferiores; con que esta ciudad de Dios quedó superabundantemente guarnecida contra los ejércitos infernales.
   
Rezar nueve Avemarías contemplando este Misterio.
  
ORACIÓN PARA EL DÍA TERCERO
Soberanos y celestiales Espíritus, Grandes de la Corte del Cielo, fuertes que guardáis el vivo Templo del mejor Salomón, Cristo Señor nuestro, mil parabienes os damos por el gozo y gloria accidental que recibisteis en ser guardas y custodios de la que se concebía pura y sin mancha para ser Madre del Divino Verbo, y os suplicamos humildes nos asistais con vuestros soberanos influjos, para que libres de las asechanzas de nuestros comunes enemigos, podamos celebrar con toda pureza esta Novena de la Inmaculada Concepción de vuestra Reina y Señora nuestra, María Santísima, y que se digne concedernos lo que en ella le suplicamos, y en especial nos guardéis y defendáis de los enemigos del nombre Cristiano, para que triunfando neustras almas de su poder, sirviendo a su Majestad en esta vida, os acompañemos en la Gloria. Amén.
   
Las Invocaciones y los Gozos se rezarán todos los días.
     
DÍA CUARTO - 2 DE DICIEMBRE
Por la señal...
Acto de Contrición y Oración inicial.
     
MEDITACIÓN: «La gracia está difundida en tus labios» (Salmo 44, 3).
Contemplemos, señores, cómo prevenidas y dispuestas todas las cosas por la Divina Sabiduría para sacar en limpio del borrón de toda la naturaleza a la Madre de la gracia, se formó (aunque del modo natural de las demás) pero con especiales cuidados del Divino poder el cuerpo de María Santísima en el vientre de Señora Santa Ana. Contemplad, pues, que aunque este cuerpo no era capaz de los dones espirituales antes de tener alma, mas lo era de los dones naturales, y éstos le fueron concedidos por orden y virtud sobrenatural, con tales condiciones como convenía para el fin de la gracia singular a la que se ordenaba aquella formación, sobre todo el orden de naturaleza y gracia. Fue la Concepción de este Soberano cuerpo en domingo, correspondiente a la creación de los Ángeles, cuya Reina y Señora había de ser superior a todos. En el siguiente sábado próximo a la Concepción del cuerpo, se hizo la segunda Concepción, que es la que celebra nuestra Madre la Iglesia, creando el Altísimo el Alma de su Madre, e infundiéndola en su cuerpo con que entró en el mundo la pura criatura más Santa, más perfecta y agradable a sus ojos de cuantas ha creado y creará hasta el fin del mundo; ni por sus eternidades.
   
Rezar nueve Avemarías contemplando este Misterio.
  
ORACIÓN PARA EL DÍA CUARTO
Soberana Reina de los Ángeles, Margarita preciosísima, formada y creada maravillosamente en la concha nácar de vuestro precioso cuerpo, sin las amarguras de la culpa original; humildemente postrados a vuestros pies todos vuestros devotos, os damos mil parabienes por vuestra entrada feliz en el mundo, preciosa en el cuerpo y agraciada en el alma, y pues venís, Señora, a dar a nuestra naturaleza la honra que perdimos por la original culpa, siendo excepción del Divino Decreto que a todos los demás comprendió: os suplicamos rendidos nos alcancéis de vuestro Santísimo Hijo lo que en esta Novena os pedimos, siendo de vuestro agrado, y así mismo miréis con ojos de piedad al Sumo Pontífice, Colegio de Cardenales, Arzobispos y Obispos para el buen gobierno de la Santa Iglesia, y para que todos los Católicos vivamos en gracia y amistad de su Majestad, y el aumento de vuestros cultos, para que después de esta vida merezcamos besar vuestros pies en la Gloria. Amén.
   
Las Invocaciones y los Gozos se rezarán todos los días.
 
DÍA QUINTO - 3 DE DICIEMBRE
Por la señal...
Acto de Contrición y Oración inicial.
     
MEDITACIÓN: «Fue hecha hermosa» (San Ildefonso).
Contemplad, almas, cómo habiendo llegado aquella hora deseada de la Concepción de María Santísima, como que cumplió el Omnipotente a satisfacción el deseo que desde su eternidad tenía de comunicar a esta Divina Señora los mayores tesoros de gracia y virtudes que jamás se dieron, ni se darán eternamente a otra alguna criatura, y así derramó todas las gracias y dones en aquella Alma Santísima de María en el instante primero de su Concepción, en tan eminente grado, cual ninguno de los Santos, ni todos juntos pudieron alcanzar. Contemplad cómo desde aquel instante empezó a ejercitar la Divina Niña los actos de algunas virtudes que el Altísimo le había comunicado, como fueron los de las tres virtudes teologales (Fe, Esperanza y Caridad), los de la Religión, y las demás Cardinales, que a estas siguen. Conoció a Dios como en sí es, y como Creador y Glorificador, con heroicos actos lo reverenció, alabó, dio gracias porque le había creado; y le amó, le temió, adoró y le hizo sacrificio de magnificencia, alabanza y gloria por su ser inmutable, conoció los dones que recibía (aunque el de la Maternidad se le ocultó) y por todos dio gracias con profundísima humillación y postraciones corporales, que luego hizo en el vientre de su madre con aquel cuerpecito tan pequeño, y con estos actos mereció más en aquel estado, que todos los Santos en el supremo de su perfección y santidad. Sea por siempre bendita y alabada.
   
Rezar nueve Avemarías contemplando este Misterio.
    
ORACIÓN PARA EL DÍA QUINTO
¡Oh Emperatriz Soberana de los Cielos! ¡Oh prodigio admirable del Poder de Dios! ¡Oh María Santísima, Señora nuestra!, que desde el primer instante de vuestra purísima Concepción fuisteis enriquecida con todos los bienes de la gracia y naturaleza, y como mayorazgo de la Beatísima Trinidad, tomasteis posesión de todos, desde el instante de tu dichosa animación. Infinitos parabienes os damos por el feliz logro de tantos bienes y os suplicamos, Señora, que a todos los que afectuosamente celebramos esta Novena, nos concedáis lo que en ella rogamos, y en especial nos alcancéis de vuestro Santísimo Hijo la luz que necesitamos para ejercitar los actos de las virtudes Teologales, para que creyendo, esperando y amando a su Majestad, humildes y reconocidos lo adoremos y reverenciemos como a nuestro Supremo Señor; y así mismo, Señora os pedimos miréis con ojos de misericordia a esta República y a nuestros magistrados para el acierto del gobierno. Por la paz, unión y concordia de todos los Príncipes cristianos, extirpación de las herejías y destrucción de la mahometana secta, para que rendidos todos al yugo de nuestra Católica Fe, vivamos en gracia y os veneremos en la Gloria. Amén.
  
Las Invocaciones y los Gozos se rezarán todos los días.
 
DÍA SEXTO - 4 DE DICIEMBRE
Por la señal...
Acto de Contrición y Oración inicial.
   
MEDITACIÓN: «El Señor santificó tu tabernáculo» (Salmo 66, 5).
Considerad, almas, cómo entre los muchos favores que el Todopoderoso hizo a María Santísima en aquel primer instante de su Concepción, fue darle noticia especial y conocimiento de la Divinidad y Trinidad Santísima, y aunque no la vio intuitivamente y clara como Bienaventurada, sí la vio abstractivamente con otra luz y vista inferior a la visión beatífica, pero superior a todos los otros modos con que Dios se puede manifestar, o se manifiesta al entendimiento creado; porque le fueron dadas más especies de la Divinidad tan claras y manifiestas, que en ellas conoció el Ser inmutable de Dios, y en Él a todas las criaturas con mayor luz y evidencia que ninguna otra criatura criatura por otra; conoció la creación, estado y ruina de los ángeles rebeldes, y la justificación y gloria de los buenos; el estado primero de Adán y Eva, con su ignorancia, y el engaño, culpa y miseria en que por ella quedaron los primeros padres, y por ellos todo el linaje humano, la determinación de la Divina Voluntad para su reparación, y cómo ya se iba acercando y disponiendo. Contemplad, almas, que por todas estas maravillas que fue conociendo por su orden aquella Alma Santísima de María en el instante que fue unida con su cuerpo, fue también obrando heroicos actos de las virtudes con incomparable admiración, y para que más te enamores de las piedades de esta Divina Señora, sabe que desde aquel instante, siendo aquel cuerpecito tan pequeño, que apenas se podían percibir sus potencias exteriores, conociendo la caída del hombre, lloró y derramó lágrimas en el vientre de su madre. Conociendo la gravedad del pecado contra el Sumo Bien, y con este milagroso afecto, pidió luego por el remedio de los hombres, y comenzó el oficio de Medianera, Abogada y Reparadora. Y antes de conversar con los hombres, los amaba con ardentísima caridad, y tan presto como tuvo el ser natural, tuvo el ser su bienhechora con el amor divino y fraternal que ardía en su abrasado Corazón, y sus peticiones aceptó el Altísimo con más agrado, que todas las oraciones de los Santos y Ángeles. Sea alabada de todas las criaturas por siempre.
   
Rezar nueve Avemarías contemplando este Misterio.
  
ORACIÓN PARA EL DÍA SEXTO
¡Oh poderosísima Reina de los Ángeles!, dulcísimo imán de nuestros corazones. Divina Maestra de las más heroicas virtudes, mil parabienes os damos por la posesión de tantos bienes con que se enriqueció el Todopoderoso desde el primer instante de tu Purísima Concepción. ¡Oh, qué hermosos pasos fueron los tuyos!, Hija del Príncipe, pues con ellos primero llegaste a la Divinidad. Divinos son tus ojos, pues con ellos robaste el corazón de Dios. Vuestra piedad imploramos todos los que devotos asistimos a vuestros cultos, y os pedimos nos alcancéis todo lo que en esta Novena os suplicamos, y pues por el conocimiento de la culpa lloraste nuestras miserias, alcanzadnos lágrimas de perfecta contrición, y no permitáis, Señora, que en esta Novena quede alguno en culpa mortal, sino que purificados todos por una buena confesión, firmes en el propósito de no ofender más a vuestro Santísimo Hijo, después de esta vida celebremos vuestras purezas en la Gloria. Amén.
   
Las Invocaciones y los Gozos se rezarán todos los días.
 
DÍA SÉPTIMO - 5 DE DICIEMBRE
Por la señal...
Acto de Contrición y Oración inicial.
     
MEDITACIÓN: «Descansé igualmente en la ciudad santificada» (Eclesiástico 24, 15).
Contemplad, almas, cómo en aquella visión que tuvo el Evangelista San Juan, en que vio «la ciudad santa, la Nueva Jerusalén, que descendía del Cielo preparada como la esposa adornada para su esposo», le manifestó el Altísimo al Evangelista sagrado todos los misterios, gracias y privilegios de la Concepción en gracia de María Santísima Señora nuestra; y así la llama Nueva, porque todos sus dones, grandezas y virtudes fueron nuevas, y causan nueva maravilla a los Santos, y porque vino sin el contagio de la culpa, y descendió de la gracia por nuevo orden suyo, y lejos de la común ley del pecado; y nueva porque entró en el mundo y triunfando del demonio y del primer engaño, que fue la cosa más nueva que en él se ha visto desde su principio. Y como todo esto era nuevo en la tierra, y no pudo venir de ella, dijo que bajó del Cielo, y aunque por común orden de la naturaleza desciende de Adán, pero no vino por el camino ordinario de la culpa, pues solo para esta divina Señora hubo otro decreto de la Divina Predestinación, y se abrió nueva senda por donde viniese, y así nueva bajó desde el Cielo de la mente y determinación de Dios; y dice que bajó como esposa adornada, porque así como entre los mortales se buscan los mejores adornos para el día de los desposorios, ¿qué adornos, qué preparación, qué joyas serían las que puso el Altísimo en el cuerpo y alma de la que siendo su esposa, se concebía para madre del Unigénito del Padre? ¡Y más siendo el Señor que la adornó Dios Omnipotente, infinito y rico sin medida ni tasa! Y así, almas, admiradas con júbilo y alabanza, preguntad «¿Quién es esa que sale como aurora, hermosa como la Luna, escogida como el Sol, terrible como ejércitos bien ordenados?». Y os responderán los Ángeles: «Esta es María Santísima, única Esposa y Madre del Omnipotente, que bajó al mundo adornada y preparada como Esposa de la Beatísima Trinidad para su Esposo y para su Hijo, concebida en los candores de la gracia. Alábente eternamente todas las criaturas».
   
Rezar nueve Avemarías contemplando este Misterio.
  
ORACIÓN PARA EL DÍA SÉPTIMO
¡Oh Reina de los Ángeles! ¡Oh hermosísima Esposa del Cordero inmaculado! ¡Oh mística Ciudad de refugio, y amparo para todos! Humildemente postrado a vuestros Sacratísimos pies, os damos continuos parabienes de los adornos de excelentes virtudes y prerrogativas con que os adornó el Altísimo en el primer instante de vuestra Purísima Concepción, y os suplicamos rendidos nos concedáis lo que en esta Novena os representamos, y en especial, Señora, que nos alcancéis de vuestro Santísimo Hijo el que adorne nuestras almas de todas las virtudes y destierre de ellas todos los vicios, para que sirviéndole en esta vida con vuestro amparo, logremos verlo eternamente en la Gloria. Amén.
  
Las Invocaciones y los Gozos se rezarán todos los días.
 
DÍA OCTAVO - 6 DE DICIEMBRE
Por la señal...
Acto de Contrición y Oración inicial.
      
MEDITACIÓN: «Reina concebida sin pecado original» (Invocación añadida por Pío IX a la Letanía Lauretana).
Esta ciudad mística de María Santísima, dice el Evangelista, «tenía un alto y grande muro». Contemplad, almas. cómo son altísimos los misterios que en esta mística Ciudad, María Santísima, están encerrados, y para conocer algunos, consideremos cómo cuando en el primer instante de su Concepción se le manifestó la Divinidad en aquel modo (que queda dicho en el día sexto de la Novena), entonces la Beatísima Trinidad, como renovando los antiguos Decretos de engrandecerla, hizo un acuerdo, y como contrato con esta Señora (aunque no se lo dio a conocer por entonces), pero fue como confiriéndolo entre sí las tres Divinas Personas, y fue en esta forma: «A la dignidad que damos a esta pura criatura de Esposa nuestra, y Madre del Verbo que ha de nacer de ella, es consiguiente y debido constituirla Reina y Señora de todo lo creado, y sobre los dones y riquezas de nuestra Divinidad que para sí misma la dotamos y concedemos, es conveniente darle autoridad para que tenga mano en los tesoros de nuestras misericordias infinitas, para que de ellos pueda distribuir y comunicar a su voluntad las gracias y favores necesarios a los mortales, señaladamente a los que como hijos y devotos suyos la invocaren, y que pueda enriquecer a los pobres, remediar a los pecadores, engrandecer a los justos, y ser universal amparo de todos. Y para que todas las criaturas la reconozcan por su Reina, Superiora y depositaria de nuestros bienes infinitos con facultad de poderlos dispensar, le entregaremos las llaves de nuestro pecho y voluntad, y será en todo la Ejecutora de nuestro beneplácito con las criaturas. Darémosle a más de esto, el dominio y potestad sobre el dragón, nuestro enemigo, y todos sus aliados los demonios, para que teman su presencia y su nombre, y con él se quebranten y desvanezcan sus engaños, y que todos los mortales que se se acogieren a esta ciudad de refugio se hallen ciertos y seguros, sin temor de los infernales espìritus y sus falacias». Consideremos por último, cómo sin manifestarle este decreto al Alma de María Santísima en aquel instante primero le manda el Señor que orase con afecto; y que pidiese la eterna salud, y en especial por los que a ella se encomendasen en el discurso de su vida, y le ofreció la Beatísima Trinidad, que en aquel rectísimo Tribunal nada le será  negado. Bendita seais para siempre.
   
Rezar nueve Avemarías contemplando este Misterio.
  
ORACIÓN PARA EL DÍA OCTAVO
¡Oh Soberana Reina de los Ángeles! Señora universal de todas las criaturas, tesorera y depositaria de las piedades: humildemente postrado a vuestros santísimos pies todos vuestros devotos, y en especial todos los pecadores, os damos eternos parabienes de los especiales privilegios y singulares mercedes con que os enriqueció la Beatísima Trinidad desde el instante primero y graciosísimo de vuestra Purísima Concepción, y os suplicams rendidos nos concedáis misericordiosa el especial favor que en esta Novena representamos, pues en tus manos puso el Altísimo la dispensación de todos los bienes; enriqueced nuestras almas con todas las virtudes de que necesitamos de que necesitamos para servir a vuestro Santísimo Hijo, y adelantar vuestros cultos, y no permitáis, Señora, que en esta Novena muera alguno en pecado mortal, para que sean todos vuestros ruegos aceptados a los Divinos ojos, y viviendo en su gracia, logremos por tu intercesión, la Gloria. Amén.
  
Las Invocaciones y los Gozos se rezarán todos los días.
   
DÍA NOVENO - 7 DE DICIEMBRE
Por la señal...
Acto de Contrición y Oración inicial.
      
MEDITACIÓN: «Yo soy la Inmaculada Concepción» (Palabras de Nuestra Señora en Lourdes).
Los fundamentos del muro de aquella Ciudad que vio San Juan, estaban adornados con todas las piedras preciosas. Es esta Ciudad, María Santísima, los muros, su fortaleza y seguridad; las piedras preciosas, su hermosura, alteza de santidad y dones, y su Concepción Purísima, que es el fundamento de todo lo cual hemos de contemplar, que desde el primer instante de su Concepción, fue adornada por la Beatísima Trinidad de todos los dones y virtudes que representan estas preciosas piedras, y le fueron conferidos los privilegios correspondientes: En la primera, que es el Jaspe, se le dio fortaleza y constancia para la ejecución de todas las virtudes en el grado más heroico que se puede considerar, y a esta correspondió el privilegio de superioridad e imperio sobre Lucifer y todos los infernales espíritus, para mandarlos y arrojarlos a los Infiernos, cuando la Reina gustase. En el segundo, que es el Zafiro, se le concedió una grandiosa serenidad y paz interior y exterior, para que como Cielo inmutable, gozase de una paz serena y sin nubes ni turbación, y el privilegio correspondiente para comunicar sosiego y serenidad de entendimiento a quien se la pidiere por medio de su intercesión. En el Calcedonio, que fue la tercera, se le significó su Santísimo Nombre y las virtudes que tendría, no más que nombrado con reverencia, y el privilegio fue darle virtud a este nombre para desterrar las densas nubes de la infelicidad, y destruir los errores de las herejías, paganismo, idolatría y todas las dudas de la Fe Católica. En la cuarta, que fue la Esmeralda, se le comunicó gracia de amabilidad y dulzura devota, y por privilegio, que pudiese comunicar estas gracias a quien de veras la amase. En la quinta, que es el Sardonio, se le comunicó la similitud con su Santísimo Hijo, al privilegio de hacer por su intercesión eficaz con sus devotos, el valor de la Redención. En la sexta, que es el Sardio, se le comunicó el incendio del amor divino con que ardía incesantemente desde su Purísima Concepción, y el privilegio para dispensar el influjo del Espíritu Santo, su amor y sus dones, con todos los que por medio de esta Divina Señora le pidiesen. En la séptima, que es es el Crisólito, se le comunicó amor a la Iglesia Militante y la ley de gracia, y el privilegio de alcanzar, a quien le llamare, gracia con que disponerse para recibir los Santos Sacramentos. En el octavo, que es el Berilio, se le comunicaron con singularidad las virtudes de Fe y Esperanza, y el privilegio de dar a sus devotos esfuerzo y paciencia en los trabajos. En la novena, que es el 'I'opacio, la pureza de su virginidad perpetua, junto con el ser Madre de Dios, y el privilegio de ser maestra y guía de vírgenes y castas. En la décima, que fue el Crisopacio, se le concedió inmóvil firmeza en la esperanza, y el privilegio de que fuese eficaz medianera para sus devotos esta ciudad. En el undécimo, que fue el Jacinto, se le infundió un amor intensísimo de la Redención del linaje humano, y el privilegio de alcanzar el fruto de la Redención para los pecadores que la llamasen de veras. En la duodécima, que fue la Amatista, se le dio virtud para afligir con su presencia a los demonios, y el privilegio de expelerlos de los cuerpos humanos, con la invocación de su Santísimo Nombre. Todas las criaturas te alaben por todos los siglos. Amén.
Rezar nueve Avemarías contemplando este Misterio.
  
ORACIÓN PARA EL DÍA NOVENO
¡Bellísima soberana de nuestras almas! ¡Brillante estrella que nos guías en el tempestuoso mar de esta vida! ¡Lucero hermoso de la mañana, que os anticipáis risueña a la luz del claro Sol de justicia, anunciándonos sus misericordias y sus bondades! ¡Mensajero bendito de paz, anuncio de alegría! Vuestros somos, Madre amabilísima, y deseamos serlo por toda la eternidad, especialmente los que devotos y amantes hemos llegado al fin de este Novenario, que rendidos os hemos ofrecido en prueba de amor y fidelidad. Y pues tan próspera sois, y tan  poderosa con su Alteza: os suplicamos, Señora, miréis con ojos de misericordia a vuestros siervos pobres y miserables, y con los dones que el Señor puso en vuestras manos para  distribuirlos a los necesitados, reparad nuestra vileza, enriqueced nuestra desnuda pobreza, y compelednos como Señora, hasta que eficazmente queramos y obremos lo más perfecto y hallemos gracia en los ojos de vuestro Santísimo Hijo, Señor nuestro. Rogad, Señora, por nosotros, y por todos los que creen, confiesan y defienden el dogma de vuestra pura e inmaculada Concepción, definido por el augusto Pontífice Rey y Vicario de Jesucristo, el inmortal Pío IX, vuestro hijo predilecto.  Proteged a toda la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, hoy perseguida y atacada por los emisarios de Satanás, perversos y usurpadores. Proteged a todo el Episcopado y clero católico, y a nuestros dignos Prelados; iluminad a los ciegos incrédulos, sostened a los que padecen por vuestra causa, y dadnos a todos fuerza contra vuestros enemigos para que, después de pelear con ánimo resuelto y alegre las batallas del Señor en este mundo en que militamos como soldados de Cristo y vuestros, vayamos a recibir algún día su bendición, y de vuestros divinos labios una dulce sonrisa de aprobación que sea nuestra eterna recompensa. Amén.

Las Invocaciones y los Gozos se rezarán todos los días.

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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)