Ave, Sancte Míchaël Archángele, Árchidux Dómini Sábaoth,
Christianórum fídei Totur, Dóminus tecum,
Tu es benedíctus inter mília Angelórum:
Te humíliter deprécor,
Offer pro mea inconsideráta voluntáte Ministérium
tuum Angélicum Sanctíssimæ Trinitáti,
O Sancte Præpósite Paradísi
Quem honoríficant omnes Angelórum Cives,
defénde me in prælio mortis meæ.
Ut non péream in treméndo judício Dei. Amen.
℣. Ora pro nobis, Sancte Míchaël Archángele.
℟. Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.
ORATIO
Omnípotens sempitérne Deus, qui réspicis terram et facis eam trémere: parce metuéntibus, propitiáre supplícibus; ut, cujus iram terræ fundaménta concutiéntem expávimus, cleméntiam contritiónes ejus sanántem júgiter sentiámus.
Beáti Archángeli tui Michaelis intercessióne suffúlti: súpplices te, Dómine, deprecámur; ut, quod ore prosequimur, contingamus et mente. Per Dóminum nostrum Jesum Christum, Fílium tuum, qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti, Deus, per ómnia sǽcula sæculórum. Amen.
TRADUCCIÓN
Dios te salve, San Miguel Arcángel, archiduque del Señor de los ejércitos,
Protector de la fe de los Cristianos, el Señor es contigo,
Bendito eres tú entre los miles de Ángeles:
Humildemente te suplico,
Ofrece tu Angélico Ministerio a la Santísima Trinidad
Por mi inconsiderada voluntad.
Por mi inconsiderada voluntad.
Oh Santo prepósito del Paraíso,
A quien honran todos los angélicos ciudadanos,
Defiéndeme en el combate de mi muerte,
Para que no perezca en el tremendo Juicio de Dios. Amén.
℣. Ruega por nosotros, San Miguel Arcángel.
℟. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
ORACIÓN
Omnipotente y sempiterno Dios, que miras la tierra y la haces estremecer, perdona a aquellos que están temerosos, y muestra tu misericordia a cuantos te imploran; para que quienes tememos tu ira, que agita los fundamentos de la tierra, podamos disfrutar siempre de tu misericordia, que sana sus conmociones.
Apoyados por la intercesión de tu bienaventurado Arcángel San Miguel, humildemente te suplicamos, oh Señor, que lo que ha pasado por nuestros labios podamos conservarlo en nuestra alma. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén.
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)