Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO
¿FUE TRADICIONAL EL FALLECIDO PRESBÍTERO Y SU “Fátima Center”? DE HECHO, ÉL PERMANECIÓ HASTA EL FINAL COMO MIEMBRO DE LA HERÉTICA SECTAS CONCILIAR
El presbítero Nicholas Gruner (izquierda) permaneció vinculado e inclusive profundizó su lazo con la Seudoiglesia del Antipapa marxista/modernista Francisco Bergoglio (derecha) y sus predecesores.
Infortunadamente, el presbítero Gruner introdujo la versión exagerada y no-católica de Fátima que proclamó la herejía de que “Fátima” es igual en autoridad a la Sagrada Escritura.
Queridos Padres de TRADITIO: Después de la muerte de Nicholas Gruner en 2015, su “Fátima Center” ha sido dirigida por otros. Siempre he tenido dudas sobre el estatus de Gruner y su cruzada. Advierto que la organización está ahora incluyendo los nombres de los santos post-Vaticano II en sus letanías. ¿El presbítero Gruner y los que lo sucedieron fueron tradicionalmente católicos o no? (Ron)
Respuesta de los Padres de TRADITIO: El fallecido presbítero Gruner permaneció como miembro de la Seudoiglesia hasta el final. Él incluso buscó permanecer en ella cuando la misma quería suspenderlo. Contrasta la actitud de Gruner con la del valiente Arzobispo Lefebvre, quien, cuando fue supuestamente “excomulgado” de la iglesia conciliar en 1988, esencialmente dijo: Bueno; la Neoiglesia no es católica de todos modos, y no quiero tener parte en ella.
Ítem, parecía que al final el presbítero Gruner devino más y más amigable con la herejía novusordiana, cuando al comienzo él se alineó contra la fraudulenta “Nueva Misa”. Ese tema fue difícilmente mencionado en las últimas ediciones de su Fátima Crusader. Así, su ministerio fue manchado con la herejía conciliar. Aunque parecía que al comienzo tenía un vínculo relativamente sincero con Fátima, él y su Cruzada de Fátima al final se hicieron más y más cercanos con un puñado de cardenales, obispos y presbíteros conciliares, que devinieron involucrados en el Gran Holocausto Sexual y de Lavado de Dinero de la iglesia conciliar.
“Fátima” es un tema mezclado con gruesas malas concepciones e incluso herejías. Como una devoción privada, Fátima es una cosa, y fue así como se la consideró primero, también como subordinada a devociones marianas establecidas como las de Nuestra Señora de Lourdes y Nuestra Señora de Guadalupe. Pero después del herético Anticoncilio Vaticano II (1962-1965), Fátima tomó una vida propia, obsesionada con nociones no católicas sobre el “Fin de los tiempos” y “secretos”. Poco después del Conciliábulo, devociones de vieja data a Nuestro Señor, como el Sagrado Corazón, la Preciosísima Sangre, el Santísimo Nombre, Corpus Christi y Cristo Rey, estaban siendo desplazadas por una exagerada exaltación “New Age” de Fátima sobre la enseñanza dogmática de la Iglesia. Además, al menos por implicación, los extremistas de Fátima estaban convirtiendo a la Bienaventurada Virgen María en una diosa -y esa es la notoria herejía de idolatría: elevar una criatura u objeto sobre Dios mismo-, un grave pecado contra el Primer Mandamiento de la Ley de Dios.
Infortunadamente, el presbítero Gruner también trajo su versión exagerada y no católica de Fátima, y escribió que “Fátima” era igual en autoridad a la Sagrada Escritura. Tal creencia es una flagrante herejía, puesto que ninguna aparición posterior al período Apostólico tiene parte alguna en la Revelación Pública de la Iglesia, que dogmáticamente consiste solamente en la Sagrada Escritura (“la Biblia”) y la Sagrada Tradición (enseñanzas transmitidas desde los Apóstoles de Cristo).
Ítem, parecía que al final el presbítero Gruner devino más y más amigable con la herejía novusordiana, cuando al comienzo él se alineó contra la fraudulenta “Nueva Misa”. Ese tema fue difícilmente mencionado en las últimas ediciones de su Fátima Crusader. Así, su ministerio fue manchado con la herejía conciliar. Aunque parecía que al comienzo tenía un vínculo relativamente sincero con Fátima, él y su Cruzada de Fátima al final se hicieron más y más cercanos con un puñado de cardenales, obispos y presbíteros conciliares, que devinieron involucrados en el Gran Holocausto Sexual y de Lavado de Dinero de la iglesia conciliar.
“Fátima” es un tema mezclado con gruesas malas concepciones e incluso herejías. Como una devoción privada, Fátima es una cosa, y fue así como se la consideró primero, también como subordinada a devociones marianas establecidas como las de Nuestra Señora de Lourdes y Nuestra Señora de Guadalupe. Pero después del herético Anticoncilio Vaticano II (1962-1965), Fátima tomó una vida propia, obsesionada con nociones no católicas sobre el “Fin de los tiempos” y “secretos”. Poco después del Conciliábulo, devociones de vieja data a Nuestro Señor, como el Sagrado Corazón, la Preciosísima Sangre, el Santísimo Nombre, Corpus Christi y Cristo Rey, estaban siendo desplazadas por una exagerada exaltación “New Age” de Fátima sobre la enseñanza dogmática de la Iglesia. Además, al menos por implicación, los extremistas de Fátima estaban convirtiendo a la Bienaventurada Virgen María en una diosa -y esa es la notoria herejía de idolatría: elevar una criatura u objeto sobre Dios mismo-, un grave pecado contra el Primer Mandamiento de la Ley de Dios.
Infortunadamente, el presbítero Gruner también trajo su versión exagerada y no católica de Fátima, y escribió que “Fátima” era igual en autoridad a la Sagrada Escritura. Tal creencia es una flagrante herejía, puesto que ninguna aparición posterior al período Apostólico tiene parte alguna en la Revelación Pública de la Iglesia, que dogmáticamente consiste solamente en la Sagrada Escritura (“la Biblia”) y la Sagrada Tradición (enseñanzas transmitidas desde los Apóstoles de Cristo).
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)