Señor mío, yo se que si miraseis a nuestras iniquidades no habría ninguno que pueda escapar de la eterna condenación. Mas acordaos que habéis sufrido los más crueles tormentos, derramasteis vuestra Sangre Preciosísima y habéis muerto con el solo fin de perdonarnos. No tengo otra consolación sobre la tierra, sino de ver a los pecadores que vuelven a vuestros pies. Concededme la conversión de este pecador obstinado N.: su alma está en vuestras manos. Amén. (SANTA CATALINA DE SIENA)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios deberán relacionarse con el artículo. Los administradores se reservan el derecho de publicación, y renuncian a TODA responsabilidad por el contenido de los comentarios que no sean de su autoría. La blasfemia está estrictamente prohibida, y los insultos a la administración es causal de no publicación.
Comentar aquí significa aceptar las condiciones anteriores. De lo contrario, ABSTENERSE.
+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)