La Santa Iglesia Católica y en particular la Orden del Carmen —la Antigua Observancia y los Descalzos— hace memoria hoy de todos sus Santos y Bienaventurados que ya gozan de la Visión Beatífica en el Cielo.
Durante su vida en este mundo, se constituyeron en verdaderos carmelitas, puesto que fueron moldeados bajo la figura maternal de Nuestra Señora la Virgen María; tuvieron la dicha de haber vivido en intimidad con Ella y de Ella ser verdaderos Apóstoles y Esclavos. De Nuestra Señora aprendieron a vivir en Cristo y sólo de Su Amor; en Ella se inspiraron para entregar su vida a la Iglesia Católica y a las almas…
Que el ejemplo de estos Santos, sirva para suscitar nuevas generaciones de santidad en estos tiempos de Apostasía generalizada; jóvenes santos de hoy, que revestidos del Bendito Escapulario del Carmen, testimonien lealtad a la Doctrina Católica de siempre, aunque esa santidad haya de ser vivida en las catacumbas de la resistencia.
La Gran Familia del Carmelo se divide en dos partes: Religiosos y Cofrades. Los Religiosos, que forman la parte principal de la Orden, se dividen a su vez en Orden Primera (frailes), Orden Segunda (Monjas) y la Orden Tercera (seglares, solteros, casados y viudos). Mientras que los Cofrades, son todos aquellos que llevan impuesto el Bendito Escapulario y que, sin pertenecer propiamente a la Orden, se benefician de las gracias espirituales de la misma: Santas Misas, oraciones, sacrificios… todo lo que los religiosos carmelitas consigan de provecho espiritual, redunda en los Cofrades del Escapulario.
Oremos pues hoy, a lo largo del día, por todas esas buenas almas que un día en este mundo participaron del Espíritu del Carmelo y que ahora se encuentran retenidas en el Bendito Purgatorio. Tengamos esa caridad para con esas Almas que tan devotas fueron de Nuestra Señora y de Su Escapulario; tal vez cuando tengamos que partir de este mundo, nosotros también necesitaremos con seguridad de las oraciones de otros hermanos.
ORACIÓN (Del Misal Carmelitano)
Omnipotente y misericordioso Dios, que cada año nos regocijas con la conmemoración de todos los Santos de la orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo, concédenos propicio que por sus méritos e intercesión, viviendo para Ti solo en la meditación del yugo de tu ley y la perfecta abnegación, merezcamos llegar con ellos a la felicidad de la vida eterna. Por J. C. N. S. Amén.
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)