Artículo publicado por John Horvat II en LIFE SITE NEWS. Traducción propia.
RESPUESTA GUBERNAMENTAL FRENTE AL COVID DEFIENDE LOS CLUBES NUDISTAS Y SWINGERS, Y DESPRECIA LA ORACIÓN
Muchos funcionarios actúan como si el pecado, la revuelta y el vicio ayudaran a contener el virus.
20 de Noviembre 2020 (LifeSiteNews)
— Si la crisis por el coronavirus es tan seria como dicen que es, los
líderes deberían ayudar a establecer la credibilidad de la amenaza. En
muchos lugares, ellos están fallando miserablemente. En muchas
jurisdicciones, las medidas adoptadas supuestamente para contener la
pandemia COVID-19 (sic) parecen estar parcializadas contra la virtud y
en favor del vicio.
De
hecho, muchos funcionarios actúan como si el pecado, la revuelta y el
vicio ayudaran a contener el virus. Las reuniones religiosas, sin
embargo, son etiquetadas automáticamente como eventos súperpropagadores,
una amenaza a la salud pública. Tal tratamiento injusto mina la
credibilidad de los esfuerzos para controlar la pandemia. Peor aún, a
nadie parece importarle tan obvia conclución.
Abrir los clubes de desnudistas como un derecho de la Primera Enmienda
Por
ejemplo, los cristianos de California quedaron perplejos por la orden
de un juez de San Diego que dijo que los clubes de desnudistas no pueden
ser cerrados durante las restricciones del
COVID-19 (sic). Se les debe permitir reabrir “para proporcionar
entretenimiento en vivo para adultos” como una expresión de sus derechos
de la Primera Enmienda.
Los
lugares de culto presentaron argumentos idéntcos a los funcionarios del
estado. Con todo, por meses, las iglesias permanecieron cerradas o son
sujetas a restricciones arbitrarias y absurdas para servicios interiores
o exteriores. La Primera Enmienda mencioa explícitamente el culto. A
las autoridades no les preocupó. Los clubes de desnudistas, sin embargo,
les importan grandemente a ellos.
Perjuicio contra el culto
Este
perjuicio gubernamental no es nuevo. Parece ser un precedente
recurrente. Al comienzo de la cuarentena, los feligreses estaban
alarmados de encontrar cerrados como “no esenciales” los servicios
religiosos, mientras que los abortorios y los dispensarios de marihuana
eran clasificados como servicios esenciales. Las protestas y revueltas
“mayoritariamente pacíficas” también aparecían ser exentas de las
restricciones del coronavirus. Incluso funcionarios públicos asistieron a
marchas y otros eventos donde no se cumplía con el “distanciamiento
social” y las normas de mascarillas. Las revueltas nocturnas de
Portland, Oregón fueron estimadas como una expresión de los derechos de
la Primera Enmienda. Los revoltosos no estaban leyendo Biblias, sino que
las quemaban.
Decisiones
como las del juez de San Diego revelan la naturaleza injusta y
arbitraria de las restricciones del virus. Ítem, el criterio para el
juicio no es la reverenciada ciencia que frecuentemente citan los
progresistas como justificación para todo. Los funcionarios están dando
rienda suelta al pecado y al vicio. Sus declaraciones parecen coincidir
con las actitudes hostiles de los jueces, gobernadores y demás
funcionarios “iluminados” progresistas para con la religión.
Una ‘convención swinger’ en Nueva Orléans
Otro ejemplo de prejuicio progresista es la reciente convención swinger
en Nueva Orléans. Cientos de “swingers” bajaron a la ciudad para buscar
compañeros y potencialmente exponer a otros en cercana proximidad
sexual. El encuentro de cuatro días, llamado “Naughty in N’awlins” toma
lugar cuando un “repunte” de casos de COVID-19 (sic) a lo largo del país
llevó a muchas comunidades a establecer más restricciones.
Con
todo, la programación del evento es una maratón de oportunidades para
exposición y contactos cercanos. Incluye un crucero donde la ropa es
opcional, fiestas de piscina en el tejado, eventos para hacer parejas,
un “Baile Erótico”, y seminarios sobre azotes. El grupo también visitará
y celebrará en la calle Borbón en el centro de Nueva Orléans. Los
organizadores insisten que se usarán mascarillas y las actividades se
dividirán en grupos más pequeños de lo normal.
Aun
así, el evento ocurre cuando los funcionarios de la ciudad advirtieron
de un repunte en casos de COVID-19 (sic) en la ciudad, del cual culparon
a las festividades de Halloween y las fiestas universitarias. Ellos
dijeron que hay una “corta ventana temporal” para tomar medidas antes de
implementar reglas más estrictas que impedirían acaecer grandes
reuniones como la convención de swingers.
El
vicio parece gozar de un “estatus más favorecido” en la ciudad. Las
actividades más inmorales son consideradas parte del programa de
recuperación del coronavirus de la ciudad. A comienzos de Noviembre, un
concierto al aire libre por el influenciador de redes sociales cristiano
Seán Feucht expulsó a 400 asistentes que no usaban correctamente la
mascarilla. Al contrario de las fiestas universitarias, el evento
provocó a ira a la oficina del alcalde.
Enviando el mensaje equivocado
Tal
favorecimiento del pecado envía un mensaje mixto: la promiscuidad será
promovida mientras que el proceder virtuoso en otros sectores será
restringido.
Los
funcionarios piden a la población alejarse entre sí y evitar los
contactos innecesarios mientras que contemporáneamente promocionan el
más íntimo de los contactos. Le dicen a la gente que cambie radicalmente
sus vidas, mientras que otros pueden gratificar libremente sus vicios.
Es contradictorio restringir la Misa, los sacramentos y la oración eclesiástica mientras se permite una convención de swingers y los clubes de desnudistas. Si la clave para contener el COVID-19 (sic) es un espíritu de restricción, ¿por qué promover los swingers y los clubes de desnudistas, los cuales canalizan desenfreno y un irrespeto por todas las reglas de la moralidad?
Excluir y desprecian a Dios
Finalmente,
la respuesta oficial al brote de coronavirus es una actitud naturalista
y atea que excluye a Dios de cualquier estrategia de contención. Dios
es considerado no esencial. La respuesta va un paso más allá facilitando
los pecados y los vicios que ofenden a Dios y destruyen la sociedad.
Estos funcionarios minan sus esfuerzos y desprecian a los cristianos,
dándoles razones para dudar de su imparcialidad.
¿Cómo
la gente puede tomarse en serio las medidas contra el coronavirus
cuando excluyen de plano los medios sobrenaturales por los cuales vienen
las soluciones verdaderas? Una respuesta más apropiada sería apelar a
Dios, que puede hacer todas las cosas, para mitigar la devastación del
virus. Ignorar a Dios es una política insensata. Siempre termina en
desastre.
John Horvat II es un estudioso, investigador, docente, conferencista internacional y autor del libro Return to Order, como también es autor de cientos de artículos publicados. Vive en
Spring Grove, Pensilvania, donde es vicepresidente de la Sociedad Americana de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad.
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