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domingo, 22 de noviembre de 2020

LAS CORONAMEDIDAS DEFIENDEN LA INMORALIDAD

Artículo publicado por John Horvat II en LIFE SITE NEWS. Traducción propia.
   
RESPUESTA GUBERNAMENTAL FRENTE AL COVID DEFIENDE LOS CLUBES NUDISTAS Y SWINGERS, Y DESPRECIA LA ORACIÓN
Muchos funcionarios actúan como si el pecado, la revuelta y el vicio ayudaran a contener el virus.
   
      
20 de Noviembre 2020 (LifeSiteNews) — Si la crisis por el coronavirus es tan seria como dicen que es, los líderes deberían ayudar a establecer la credibilidad de la amenaza. En muchos lugares, ellos están fallando miserablemente. En muchas jurisdicciones, las medidas adoptadas supuestamente para contener la pandemia COVID-19 (sic) parecen estar parcializadas contra la virtud y en favor del vicio.
   
De hecho, muchos funcionarios actúan como si el pecado, la revuelta y el vicio ayudaran a contener el virus. Las reuniones religiosas, sin embargo, son etiquetadas automáticamente como eventos súperpropagadores, una amenaza a la salud pública. Tal tratamiento injusto mina la credibilidad de los esfuerzos para controlar la pandemia. Peor aún, a nadie parece importarle tan obvia conclución.
   
Abrir los clubes de desnudistas como un derecho de la Primera Enmienda
Por ejemplo, los cristianos de California quedaron perplejos por la orden de un juez de San Diego que dijo que los clubes de desnudistas no pueden ser cerrados durante las restricciones del COVID-19 (sic). Se les debe permitir reabrir “para proporcionar entretenimiento en vivo para adultos” como una expresión de sus derechos de la Primera Enmienda.
   
Los lugares de culto presentaron argumentos idéntcos a los funcionarios del estado. Con todo, por meses, las iglesias permanecieron cerradas o son sujetas a restricciones arbitrarias y absurdas para servicios interiores o exteriores. La Primera Enmienda mencioa explícitamente el culto. A las autoridades no les preocupó. Los clubes de desnudistas, sin embargo, les importan grandemente a ellos.
    
Perjuicio contra el culto 
Este perjuicio gubernamental no es nuevo. Parece ser un precedente recurrente. Al comienzo de la cuarentena, los feligreses estaban alarmados de encontrar cerrados como “no esenciales” los servicios religiosos, mientras que los abortorios y los dispensarios de marihuana eran clasificados como servicios esenciales. Las protestas y revueltas “mayoritariamente pacíficas” también aparecían ser exentas de las restricciones del coronavirus. Incluso funcionarios públicos asistieron a marchas y otros eventos donde no se cumplía con el “distanciamiento social” y las normas de mascarillas. Las revueltas nocturnas de Portland, Oregón fueron estimadas como una expresión de los derechos de la Primera Enmienda. Los revoltosos no estaban leyendo Biblias, sino que las quemaban.
   
Decisiones como las del juez de San Diego revelan la naturaleza injusta y arbitraria de las restricciones del virus. Ítem, el criterio para el juicio no es la reverenciada ciencia que frecuentemente citan los progresistas como justificación para todo. Los funcionarios están dando rienda suelta al pecado y al vicio. Sus declaraciones parecen coincidir con las actitudes hostiles de los jueces, gobernadores y demás funcionarios “iluminados”  progresistas para con la religión.
   
Una ‘convención swinger’ en Nueva Orléans
Otro ejemplo de prejuicio progresista es la reciente convención swinger en Nueva Orléans. Cientos de “swingers” bajaron a la ciudad para buscar compañeros y potencialmente exponer a otros en cercana proximidad sexual. El encuentro de cuatro días, llamado “Naughty in N’awlins” toma lugar cuando un “repunte” de casos de COVID-19 (sic) a lo largo del país llevó a muchas comunidades a establecer más restricciones.
   
Con todo, la programación del evento es una maratón de oportunidades para exposición y contactos cercanos. Incluye un crucero donde la ropa es opcional, fiestas de piscina en el tejado, eventos para hacer parejas, un “Baile Erótico”, y seminarios sobre azotes. El grupo también visitará y celebrará en la calle Borbón en el centro de Nueva Orléans. Los organizadores insisten que se usarán mascarillas y las actividades se dividirán en grupos más pequeños de lo normal.
       
Aun así, el evento ocurre cuando los funcionarios de la ciudad advirtieron de un repunte en casos de COVID-19 (sic) en la ciudad, del cual culparon a las festividades de Halloween y las fiestas universitarias. Ellos dijeron que hay una “corta ventana temporal” para tomar medidas antes de implementar reglas más estrictas que impedirían acaecer grandes reuniones como la convención de swingers.
   
El vicio parece gozar de un “estatus más favorecido” en la ciudad. Las actividades más inmorales son consideradas parte del programa de recuperación del coronavirus de la ciudad. A comienzos de Noviembre, un concierto al aire libre por el influenciador de redes sociales cristiano Seán Feucht expulsó a 400 asistentes que no usaban correctamente la mascarilla. Al contrario de las fiestas universitarias, el evento provocó a ira a la oficina del alcalde.
   
Enviando el mensaje equivocado
Tal favorecimiento del pecado envía un mensaje mixto: la promiscuidad será promovida mientras que el proceder virtuoso en otros sectores será restringido.
   
Los funcionarios piden a la población alejarse entre sí y evitar los contactos innecesarios mientras que contemporáneamente promocionan el más íntimo de los contactos. Le dicen a la gente que cambie radicalmente sus vidas, mientras que otros pueden gratificar libremente sus vicios.
    
Es contradictorio restringir la Misa, los sacramentos y la oración eclesiástica mientras se permite una convención de swingers y los clubes de desnudistas. Si la clave para contener el COVID-19 (sic) es un espíritu de restricción, ¿por qué promover los swingers y los clubes de desnudistas, los cuales canalizan desenfreno y un irrespeto por todas las reglas de la moralidad?
  
Excluir y desprecian a Dios
Finalmente, la respuesta oficial al brote de coronavirus es una actitud naturalista y atea que excluye a Dios de cualquier estrategia de contención. Dios es considerado no esencial. La respuesta va un paso más allá facilitando los pecados y los vicios que ofenden a Dios y destruyen la sociedad. Estos funcionarios minan sus esfuerzos y desprecian a los cristianos, dándoles razones para dudar de su imparcialidad.
   
¿Cómo la gente puede tomarse en serio las medidas contra el coronavirus cuando excluyen de plano los medios sobrenaturales por los cuales vienen las soluciones verdaderas? Una respuesta más apropiada sería apelar a Dios, que puede hacer todas las cosas, para mitigar la devastación del virus. Ignorar a Dios es una política insensata. Siempre termina en desastre.
   
John Horvat II es un estudioso, investigador, docente, conferencista internacional y autor del libro Return to Order, como también es autor de cientos de artículos publicados. Vive en Spring Grove, Pensilvania, donde es vicepresidente de la Sociedad Americana de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad.

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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)