NOTA: “Kardinarr” es un juego de palabras alemán que significa “Cardenal bufón”.
A resultas de un ictus y una hemorragia cerebral que se le presentó el 21 de Septiembre de 2017, falleció a las 4:45h (hora de Alemania) en la Casa episcopal en la ciudad alemana de Maguncia el cardenal Karl Lehmann Waldner a la edad de 81 años.
Hijo de Karl Lehmann († 1986) y Margareta Waldner († 1997), fue ordenado sacerdote con el Rito Romano Tradicional el 10 de Octubre
de 1963, pero como modernista convencido que fue (asistió a Karl Rahner
durante el Vaticano II y en la cátedra de Teología Dogmática en la
Universidad de Münster, y fue mentor de Gerhard Ludwig Müller), apostató y siguió la Roma Modernista, donde en
1983 fue instalado obispo de Maguncia con el Rito Montini-bugniniano y dos años después elegido presidente de
la Conferencia Episcopal Alemana; por cabildeo de su amigo el
ex-canciller Helmut Kohl en el Vaticano fue elevado al cardenalato en
2001 (junto a Jorge Mario Bergoglio y Walter Kasper) y participó en los
cónclaves de 2005 y 2013 (fue además miembro de la “Mafia de San Galo”).
Apoyó
entre otras cosas, el diaconado para las mujeres y la ordenación
presbiteral de hombres casados, el suministro en los hospitales
católicos de la píldora abortiva, el ecumenismo, el meaculpabilismo ante el Holocuento
(en una visita de los obispos alemanes al memorial Yad Vashem en
Jerusalén dijo: «No se puede ser libre y querer liberarse del recuerdo
de la Shoá»), la apertura de Alemania a los inmigrantes, y darle la
comunión a los divorciados vueltos a casar (esto último fue adoptado en
la infame Amóris Lætíta). Recibió, entre otras distinciones
(además de “Bufón del año” por el Club del Carnaval de Aquisgrán en
2005), el premio “Abraham Geiger” de la Universidad de Postdam y el
grado de Comendador de la Legión de Honor francesa en 2006, el premio
“Karl Barth” y la medalla “Martín Lutero” por parte de la Iglesia
Evangélica Luterana de Alemania en 1994 y 2016.
Por todo lo anterior, y su papel en la Apostasía y la perdición de muchísimas almas por medio del ecumenismo y el liberalismo moral, amén de su odio a la Liturgia Tradicional (llegó a decir una vez que «pedir la Confirmación por el Rito antiguo es una tontería, y yo no lo voy a conceder»), QUE SU ALMA ARDA EN EL INFIERNO POR TODA LA ETERNIDAD.
A propósito, la frase de Karl Lehmann en el monumento al Holocuento se entiende en el sentido de que él es judío, toda vez que toda vez que el apellido alemán Lehmann equivale al apelativo yidish Loew/Löw (לֹעװ), portado nada menos que por el cabalista Yehudá Loew ben Bezalel, el Maharal de Praga. En el siglo XIX lo germanizaron a Lehmann (el “Lehman” de los banqueros estadounidenses que quebraron en 2008 es una variante del mismo).
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