Tomado de EL RETO HISTÓRICO, en recuerdo de que el 16 de Noviembre de 1793, 83 sacerdotes católicos fueron ahogados en el río Loira por los revolucionarios franceses.
LOS PECADOS DE JEAN-BAPTISTE CARRIER, EL DESCONOCIDO “SÁDICO” DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA
Posiblemente el peor asesino del “Terror” revolucionario
francés de finales del XVIII
Miguel Ángel Ferreiro
14/08/2018
“Noyades de Nantes”, pintura anónima de época, Musée d’histoire de Nantes
La Revolución Francesa trajo muchas cosas, destacan
los cambios político-sociales considerados esenciales
para llegar al mundo moderno. Sin embargo, tiene otro
legado que no mucha gente suele citar, incluso aquellos
que saben mucho sobre la Revolución procuran tocar
poco: los asesinatos en masa.
El “Terror” en la Revolución Francesa
Muchos conocerán al indudable protagonista de lo que se llamará “el
Terror”: era Maximilien Robespierre. Estaba a la cabeza del “Comité de
Salvación Pública” que quería crear una nueva Francia ideal haciendo tabla
rasa, luchando contra todo lo que le pareciera —a su criterio—
contrarrevolucionario. Pero además de Robespierre hubo otros que consideraron necesaria esa tabla rasa y no dudaron en utilizar el asesinato
para lograrlo. El hombre que quiso perfeccionar este sistema fue Jean Baptiste Carrier.
Jean Baptiste Carrier, grabado de época
¿Quién era Jean-Baptiste Carrier?
Decir que Carrier era un sádico en realidad no le hace justicia, se queda
corto. Carrier era parte de los Montagnard, o “La Montaña”, la sección
revolucionaria radical del Partido Jacobino. Sin embargo, era más radical
que la mayoría de los Montagnard. Maximilien Robespierre, líder de este
partido, intentó reconciliarse un tanto con elementos religiosos de Francia
iniciando su “Culto de la Razón y Culto del Ser Supremo”, la nueva
religión Revolucionaria.
Fiesta del Ser Supremo en el Campo de Marte, que tuvo lugar el 20 de prairial del año II – 8 de
junio de 1794.
Carrier, sin embargo, no estaba a favor de ninguna religión, ni siquiera de la
de la Razón y su sueño era la descristianización completa de Francia.
Estaba decidido a lograr este objetivo, sin importar cuántos tenía que
llevarse por delante.
Jean-Baptiste fue asignado como representante del Comité de Seguridad Pública en la ciudad de Nantes en noviembre de 1793. Nantes, al norte del recién creado departamento de Vandea, se creía que estaba controlado por rebeldes realistas ya que en aquel año se inició una rebelión armada de los vandeanos contra la Revolución, apoyados por la nobleza en el exilio. Aquella rebelión desencadenó una guerra civil extendida por buena parte del oeste de Francia que fue brutalmente reprimida tras su derrota.
Escena de la Guerra de la Vendée.
Henri de La Rochejaquelein en la batalla de Cholet, el 17 de octubre de 1793.
Con este panorama, había mucha paranoia de que la ciudad pudiera
contener una quinta columna realista. Carrier fue enviado inicialmente para
supervisar simplemente el aprovisionamiento de tropas para luchar en la
guerra de la Vendée, pero pronto amplió sus responsabilidades más allá de
eso.
Los primeros asesinatos en masa de
Carrier
Uno de los primeros problemas que Carrier encontró a su llegada fue el problema de la peste. Las prisiones de Nantes ya estaban superpobladas, con numerosas muertes al día —la mayoría almacenes comerciales con malas condiciones para albergar personas— y existía el temor de que aquellas sórdidas condiciones fueran caldo de cultivo perfecto para enfermedades que se propagarían al resto de la ciudad.
Uno de los primeros problemas que Carrier encontró a su llegada fue el problema de la peste. Las prisiones de Nantes ya estaban superpobladas, con numerosas muertes al día —la mayoría almacenes comerciales con malas condiciones para albergar personas— y existía el temor de que aquellas sórdidas condiciones fueran caldo de cultivo perfecto para enfermedades que se propagarían al resto de la ciudad.
Su primera solución, muy al estilo Robespierre, era guillotinar a los
prisioneros para descongestionar las cárceles, pero eso solo empeoraría la
situación; después de todo, los cadáveres son imanes de enfermedades.
También ordenaba fusilamientos a diario, pero le parecía un sistema poco
efectivo y lento. Carrier, entonces, ideó una forma de eliminar a estos
prisioneros rápidamente y deshacerse de los cuerpos al mismo tiempo:
ahogarlos en masa.
Dibujo sobre los “ahogamientos de Nantes”
Así fue como 160 sacerdotes y monjas fueron llevados a los muelles de
Nantes y obligados a subir a las barcazas que luego navegaban hacia el río
Loira. Una vez que las barcazas estuvieron lo suficientemente lejos, las
hundieron. Los prisioneros, incapaces de nadar debido a sus ataduras, se
ahogaron.
El “comité” revolucionario de Carrier
Carrier se dio cuenta de que tenía un nuevo método de ejecución muy
eficiente, mejor que la guillotina. Rápidamente reunió un “Comité” —el 4
de diciembre— para determinar sus próximas depuraciones. Así, este
comité, realizó un listado con varios cientos de personas identificadas como
“contrarrevolucionarias”; todas estas personas fueron hechas prisioneras y
forzadas a subir a las barcazas de la muerte.
El Comité de Carrier realizaría este proceso hasta 9 veces más; familias
enteras fueron ahogadas en el Loira, con Carrier creyendo que incluso los
niños habían sido corrompidos por el pensamiento de sus padres, no se
salvan ni los recién nacidos (En misivas firmadas de su puño se confirma
que ahogó a bebés), todos son enviados a la muerte. A menudo, los matones
de Carrier simplemente capturaban a cualquiera que tuviera algo que
querían, para robarlo una vez ejecutado. También siguió fusilando, más de
3000 personas en total, hay testimonios escritos con las listas de sus
fusilamientos —igualmente en masa y sin la inmensa mayoría juicio— aquí
un ejemplo del libro de sesiones del Comité
(datos reales extraídos de Charles Berriat-Saint-Prix,
Revolutionary Justice, p. 12-30):
- El 29 de diciembre, 100 presos condenados a muerte.
- El 30 de diciembre, 97 presos condenados a muerte.
- El 31 de diciembre, 120 presos condenados a muerte.
- El 1 de enero 118 presos condenados a muerte.
- El 2 de enero, 289 presos condenados a muerte.
- El 3 de enero, 99 presos condenados a muerte.
- El 4 de enero, 199 presos condenados a muerte.
El 5 de enero, 250 presos condenados a muerte. - El 6 de enero, 202 presos condenados a muerte.
- El 7 de enero, 62 niñas y mujeres condenados a muerte por seguir al ejército de Vendée.
- El 8 de enero, 45 mujeres y niñas condenaron a muerte por seguir al ejército de Vendée. Algunas mujeres embarazadas, sin embargo, obtienen un receso.
- El 13 de enero, un chef vendeen, Jandonnet de Langrenière, es condenado a muerte.
- El 17 de enero, 97 presos condenados a muerte.
- El 18 de enero, 57 presos condenados a muerte. Una primera absolución es pronunciada por la comisión, Pierre Turpin, de 16 años, es liberado.
- El 19 de enero, 207 presos condenados a muerte. Dos acusados, Joseph Joly y Jacques Camus, son absueltos.
- El 25 de enero, 26 presos condenados a muerte.
- El 27 de enero, solo un juicio, Jean Barbin, absuelto.
- El 28 de enero, 6 presos condenados a muerte.
- El 10 de febrero, un chef vendeen, Giroud Marcilly, fue condenado a muerte.
- El 13 de febrero, la viuda de Marcilly es condenado a muerte.
- El 14 de febrero, tres acusados fueron absueltos.
- El 15 de febrero, tres acusados fueron condenados al transporte.
- El 19 de febrero, un noble, Dailly, es condenado a muerte.
Los fusilamientos de Nantes, acuarela de Béricourt.
El ilimitado sadismo de Carrier
Pero J.B. Carrier tenía su método favorito, al que agregó su “toque
sádico” personal, después de todo era su método de ejecución; los
sacerdotes y las monjas eran desnudados y atados antes de ahogarse, por
lo que morirían habiendo roto sus votos de castidad. Carrier llamó a este
proceso un “matrimonio republicano”; nació de su total desdén por la
religión en todas sus formas y seguramente por la propia vida del prójimo.
En última instancia, al menos 4.000 hombres, mujeres y niños se ahogaron
en lo que Carrier llamó la “bañera nacional”, y probablemente cientos más
que no estaban en sus listas.
Ejecución de religiosos en la “bañera nacional”
El reino de terror de Carrier terminó con la caída de los
Montagnards. Inicialmente, Carrier fue llamado a París para testificar en el
juicio de Robespierre; Sin embargo, pronto fue acusado por innumerables
testigos de su crueldad en Nantes. En su juicio, Carrier alegó ignorancia
total, una estrategia que resultó contraproducente contra el peso de cientos
de testigos de su sadismo. Fue declarado culpable y ejecutado el 16 de
diciembre de 1794.
Los pecados de Jean-Baptiste Carrier —responsable de más de 9.000
asesinatos— pueden parecer relativamente pequeños en comparación con
los de otros encargados de las purgas de los regímenes represivos, e incluso
un santo en comparación con Robespierre, cuyo Terror mató a cerca de
40.000 personas. Pero Carrier, sin embargo, era un hombre que meditaba
mucho sobre matar gente y cómo hacerlo de la manera más rápida y
eficiente posible. Así se convirtió en quien creó los asesinatos masivos
organizados, ya que miles de personas se ahogaron sin importar si eran
inocentes o culpables. Poseía la peligrosa combinación de sadismo y
eficiencia, y la gente de Nantes y la Vendée pagaron el precio.
Traducción: “Antigua cárcel de almacenes de café. Durante el Terror en el invierno de 1793-
1794, durante el mandato del Comité de J.-B. Carrier (que fue condenado a muerte por el
Tribunal Revolucionario de París y guillotinado el 16 de diciembre de 1794), de 8 a 9,000
ciudadanos de Vendée, Anjou, la región de Nantes y Poitou (hombres, mujeres y niños) fueron
encarcelados en esta cárcel. Casi todos perecieron. Víctimas de inanición y tifus, fusilados cerca
de la carretera de Gigant, o ahogado en el Loira. – La gente de Nantes era presa del Terror”.
Fuentes:
- Reynald Secher (1986) La Vendée-Vengé, Le génocide franco-français.
- Charles Berriat-Saint-Prix, Revolutionary Justice, p. 12-30.
- Alfred Lallié (1883) Las prisiones de Nantes durante la Revolución.
- Roger Dupuy (2005) Nueva historia de la Francia contemporánea. Volumen 2: La República Jacobina.
Les tendría que dar vergüenza a los franceses por esa diabólica revolución.
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