En
muchas diócesis de Francia se usa este prefacio en la Misa de
Dedicación de la Iglesia, en la cual se tributa alabanza a Dios por los
dones concedidos por medio de la Iglesia, verdadera casa de oración
donde habita la gloria de Dios y la verdad y la caridad se encuentran,
arca de salvación frente al diluvio del error, único lugar donde se
confieren los sacramentos y se imparte la sana doctrina y que, con el
apoyo de Cristo su Esposo, milita fielmente en la tierra y triunfa
eternamente en el Cielo.
PRÆFÁTIO IN DEDICATIÓNE ECCLÉSIÆ: Vere dignum et justum est, ǽquum
et salutáre, nos tibi semper et ubíque
grátias ágere: Dómine sancte, Pater omnípotens, ætérne Deus: Qui hanc
oratiónis domum, quam ædificávimus, bonórum ómnium largítor inhábitas,
et Ecclésiam, quam ipse fundásti, incessábili operatióne sanctíficas.
Hæc est enim vere domus oratiónis, visibílibus ædifíciis adumbráta,
templum habitatiónis glóriæ tuæ, sedes incommutábilis veritátis,
sanctuárium ætérnæ caritátis. Hæc est arca, qui nos a mundi eréptos
dilúvio, in portu salútis indúcit. Hæc est dilécta et única sponsa, quam
acquisívit Christus Sánguine suo, quam vivíficat Spíritu suo, cujus in
sinu renáti per grátiam tuam, lacte verbi páscimur, pane vitæ roborámur,
misericórdiæ tuæ subsídiis confovémur. Hæc fidéliter in terris, Sponso
adjuvánte, mílitat, et perénniter in cœlis, ipso coronánte, triúmphat.
Et ídeo cum Ángelis et Archángelis, cum Thronis et Dominatiónibus,
cumque omni milítia cœléstis exércitus, hymnum glóriæ tuæ cánimus, sine
fine dicéntes. Sanctus… [Verdaderamente es digno y justo, equitativo y
saludable, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor Santo, Padre
omnipotente y eterno Dios, porque Tú, dispensador de todos los bienes,
que habitas en esta casa de oración que hemos construido, con incesante
operación santificas a la Iglesia que has fundado. Esta es verdadera
casa de oración, simbolizada por edificios visibles, templo de
habitación de tu gloria, sede de la verdad inconmutable y santuario de
la eterna caridad. Esta es el arca que nos salva del diluvio para
conducirnos al puerto de salvación. Esta es la única y amada Esposa, que
Cristo adquirió por su Sangre, vivificada con su Espíritu, en cuyo seno
renacimos por tu gracia, nos alimentamos por la leche de tu palabra,
nos fortalecemos con el Pan de vida y somos confortados con el socorro
de tu misericordia. Ella es la única que, con la ayuda de su Esposo,
fielmente milita en la tierra, y coronada por Él, triunfa eternamente en
el Cielo. Por eso, con los Ángeles y los Arcángeles, con los Tronos y
las Dominaciones, y con toda la milicia de los ejércitos celestiales,
cantamos un himno a tu gloria diciendo sin cesar. Santo…].
Lastimosamente, en algunas ediciones bilingües latín-francés del Misal Romano en los años 60 (al igual que en el Supplementum pro Gallia editado en 1962), las secciones «Hæc est arca, qui nos a mundi eréptos dilúvio, in portu salútis indúcit» y «Hæc fidéliter in terris, Sponso adjuvánte, mílitat, et perénniter in cœlis, ipso coronánte, triúmphat» fueron suprimidas.
ResponderEliminarPor otra parte, este Prefacio fue extendido a todos los que celebran con el Misal roncalliano por el Decreto “Quo magis” del 19 de Marzo.