El pasado viernes 28 de Noviembre, el ayuntamiento de Bruselas (Bélgica) inauguró en la Plaza Mayor de dicha ciudad un belén diseñado por la decoradora de interiores alemana autoidentificada como “católica” Victoria María Geyer, en el cual los personajes (hechos de retazos) no tienen rostro en nombre de la “inclusión”. «La ausencia de rostros busca dejar espacio a la imaginación del público, mientras que la elección de la tela rinde homenaje a la historia textil belga», justificó la decoradora en el evento.
La instalación, llamada «Las telas del Belén» (que costó 65.000 euros procedentes de los contribuyentes de la ciudad) fue realizada a instancias de Brussels Major Events, la organizadora del mercadillo navideño de la ciudad, e inaugurada con presencia del alcalde Philippe Close Mahoux (del Partido Socialista) y del presbítero Benoît Lobet, decano de la catedral de San Miguel y Santa Gúdula.
El conjunto fue blanco de críticas por el hecho que no tuviera rostros ni manos (según Geyer, para que «todos los católicos, independientemente de su origen o procedencia, puedan identificarse con el relato del nacimiento de Cristo»), en lo que se considera un ataque a la tradición cristiana. «Hemos tocado fondo… y seguimos cavando», dijo el futbolista Thomas Meunier. Por su parte, Georges-Louis Bouchez, presidente del centroderechista Movimiento Reformista (parte de la coalición de gobierno en Bélgica), dijo en Instagram que «las figuras sin rostro parecen más un homenaje a los zombis encontrados cerca de las estaciones de tren de Bruselas que un belén», y exigió al ayuntamiento su remplazo inmediato o al menos para el siguiente año (la instalación está pensada para su uso durante los próximos cinco años). Hasta el analista político y musulmán Fouad Gandoul comentó en el diario De Standaard que las figuras, lejos de ser humanos, parecían ser producto de laboratorio.
El día de la inauguración, Close justificó el cambio en que el antiguo belén, tras 25 años, se había deteriorado: «Desafortunadamente, tuvo que ser reemplazado. Optamos por mantener el símbolo cristiano, pero en una versión renovada», al tiempo que pidió «bajar el tono» por la temporada (cosa que a la visconversa no hizo cuando su partido rechazó en 2022 la propuesta de aturdir los corderos antes de sacrificarlos en la fiesta islámica del Sacrificio). El presbítero Lobet destacó la interpretación «deliberadamente contemporánea» del belén, diciendo los materiales textiles y las siluetas evocan la precariedad asociada con la historia del nacimiento de Cristo y la hacen accesible «a todos los rostros».
Con todo, ni bien lo inauguraron, fue vandalizado, ya que la cabeza en la figura del niño fue robada en la madrugada del sábado. Victor Kanyanzira, portavoz del ayuntamiento, y el Brussels Major Events confirmaron el hecho y anunciaron la reposición de la cabeza y que aumentarán la vigilancia, pero sin mayores detalles.


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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)