Reflexión por João Christian Franco. Traducción propia.
«No puedes ser negacionista. Tienes que creer en la ciencia (moderna) y en la academia».
La ciencia moderna y la academia: Hechizo gnóstico-cabalista para que los goyim crean.
El problema no es la ciencia, sino la ciencia MODERNA, que no tiene nada de lógica, racional, científica, objetiva o inocente, sino que revela uma esencia pervertida, engajada, tendenciosa, oscura y oscurantista y radicalmente comprometida con la agenda talmúdica.
Giordano Bruno, Copérnico, Galilei, Newton, Marx, Freud, Einstein. Gente que, como científicos o filósofos, fueron buenos brujos.
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«Freud participó regularmente de las actividades de la logia masónica de B’nai B’rith [1] en Viena. Primero fue atraído por la Naturphilosophie (Filosofía natural), especie de misticismo panteísta, tomado sobre todo de los escritos masónicos de Goethe [exponente del romantismo gnóstico-cabalista alemán], el cual también frecuentara la logia de B’nai B’rith.
Freud siguió las ideas de Jacob Frank [2], el cual enseñaba que “todas las cosas eran santas”, que había una raíz del mal en Dios, pero que este mal resultaba solo de la dispersión de las “Santas chispas”, y que los hombres deberían entregarse al mal para congregarse de nuevo [retornar a la divinidad pre-caída]. El pecado, decía él, es santo, y en él debemos bucear: él es el nuevo mesías [3].
La idea fundamental de Freud es la de que debemos liberarnos de todas las leyes religiosas [4], en especial de la Torá [entiéndase: 10 mandamientos y la moral sobrenatural]. Él tomó sus conclusiones de la Cábala, que es la forma esencialmente judía de la gnosis» Étienne Marie Joseph Paule Couvert, en “De la gnose à l’œcuménisme” (De la gnosis al ecumenismo).
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NOTAS AL PIE
[1] B’nai B’rith (בְּנֵי בְּרִית) es una masonería formada exclusivamente por judíos. Su significado “Hijos de la Alianza” (abrahámica) bien resume la idea talmúdico-noeísta (o noájida), según la cual los judíos son especiales, escogidos, elegidos, extraordinarios y una élite, al paso que los goyim son comunes, preteridos, réprobos, ordinarios y vulgares. Los judíos son hijos de Noé y de Abrahán, mientras que los goyim son simples hijos de Noé (noeísmo/noaquidismo), sin los mismos derechos, sin la naturaleza, la ontología y las prerrogativas exclusivamente judaicas en el futuro reino mesiánico del Anticristo.
[2] Jacob Frank (1726-1791; nacido Jacob Josef ben Yehuda Leyb/יַעֲקֹב יוֹסֵף בֵּן יְהוּדָה לייב), creador del frankismo, fue un comerciante judío que afirmó ser el Mesías. Jacob Frank se inició en el sabataísmo cuando visitó los Bálcanes. Al retornar a su país, fundó una secta clandestina cuyos adeptos observaban públicamente la ley judía, pero secretamente se dedicaban a prácticas sexuales prohibidas. Todo esto explica las teorías y la terapia de Freud, que consistían en corromper la moral, pervertir el género humano y entender el alma humana y las razones de la conducta humana y de los estados emocionales por las vías de la represión castradora y del determinismo de la líbido y los impulsos sexuales. Lo que se presenta como ciencia y teoría académica, no pasa de burbuja gnóstica y judía. Lo que parece ser psicoterapia, se resume en un expediente de manipulación y corrupción moral.
[3] «El pecado, decía él, es santo, y en él debemos bucear: él es el nuevo mesías»: Tal explica la insistencia del freudismo de ver santificar el pecado, la perversión, la líbido desenfrenada, el ello y los impulsos sexuales ciegos como sinónimos para el Dios inmanente de los seres aprisionados en la materia, mientras demoniza la moral, la religión, la represión, la civilización, el ego, el súperego y la razón como extensiones, prisiones, estructuras e ilusiones del dios malo y aprisionador. Sus teorías y su falsa psicoterapia adquieren así un rostro cosmológico, moral e soteriológico de tenor gnóstico. Si el Mesías judaico es un personaje (el Anticristo) y una nación pavimentadora (los judíos), es también una fórmula, esto es, la fórmula de la rebelión contra la razón (superego) y contra la moral (sobrenatural). Por la vía de la rebelión se obtiene la redención (de ahí la correlación con el Mesías, que es un redentor). Esta es la liberación de la represión sexual que, en el fondo y en verdad, el freudismo alude y decanta.
[4] «La idea fundamental de Freud es la de que debemos liberarnos de todas las leyes religiosas»: Sustituyendo, de esta arte, la moral represora, con sus 10 Mandamientos, por las 7 leyes de Noé que encerrarán a los goyim en la red de poder judía.
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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)