Si Hakuna fue el último grito del sentimentalismo en la conciliar española, os iréis para atrás con lo que sigue.
El presbítero ex-salesiano español José Antonio “Toño” Casado Garcinuño, vicario parroquial de la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar, en Madrid, ha hecho pasta con sus musicales como “33 El musical” (del cual solo ganó una fuerte depresión y un pleito con la productora), “Vía Crucis: El musical” (que Francisco Bergoglio le pidió presentar en el Jubileo de los Jóvenes en el 2025), o su más reciente “Sueños”, sobre la vida de San Juan Bosco.
Eso, por no hablar (volviendo a “La Obra”) de Fernando Cuevas Raposo, el “Cura de Tinder” de Valencia (aunque nacido en Ibiza hace 67 años). Abogado de profesión, “pitó” como numerario llevando cinco años de ejercicio, y se hizo “sacerdote del Opus Dei”. Desde 2009, se dedicó aparte de las capellanías de los colegios opusinos en Valencia, a mediar vía WhatsApp para encontrar pareja en España (inclusive –dice– le escriben desde Sudamérica y otros lugares de Europa) y casarse, ufanándose del récord de «355 matrimonios y ningún divorcio», al menos hasta Febrero de 2024. A diferencia de la red de la llamita, el requisito mínimo de Raposo es (aparte de ser mayor de 22 años) que sea «de misa dominical para arriba».
Todo ello es sintomático: perdida la espiritualidad en la Iglesia Conciliar, toca intentar sustituirla con ruido y moderneces. Pero al final, ese vacío no se llena.
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)