Traducción del artículo escrito por José Atento para VLAD TEPES BLOG.
NUEVA LEY DE INMIGRACIÓN ABRE LAS FRONTERAS DE BRASIL A LOS NARCOTRAFICANTES Y AL CALIFATO ISLÁMICO
Por José Atento
Este artículo trata la situación de la islamización de Brasil a la luz de la nueva Ley de Inmigración,
aprobada por el Senado del país y enviada a sanción presidencial. Es un
paso que ha sido tomado para incrementar la inexistente presencia
islámica en Brasil hasta convertirse en un poder influyente. Para
entender la situación uno necesita entender el deterioro del paisaje
político del país, que será brevemente discutido en el curso del
artículo (teniendo en mente que las políticas en Brasil tiene un gran
factor de complicación: la corrupción a nivel endémico).
Durante
una conferencia islámica en Chicago en el 2008 yo escuché el audio de
un discurso de un imán en el cual describe cómo Brasil se convertirá en
una nación islámica dentro de 50 años. Estaba consciente de lo que
pasaba en Occidente, pero pensaba que Brasil no estaría en el eje del
interés islámico. Estaba equivocado. Después de todo, Brasil es una
potencia en América del Sur no sólo por el tamaño de su país (recuerda
que Brasil es más grande que los Estados Unidos sin Alaska), sino
también por el tamaño de su economía e influencia. De hecho, se ha dicho
que a donde va Brasil, también va América del Sur.
En
1964 un gobierno democrático pero alineado con la URSS fue derrocado
por los militares brasileños so pretexto de evitar que Brasil se
convirtiera en una “Nueva Cuba”. El régimen militar permaneció en el
poder, renunciando lentamente bajo la presión de un frente democrático
que reunía políticos, sociedad civil y obispos católicos de Brasil (la
mayoría de los cuales adhería a la Teología de la Liberación).
Durante este período las acciones de la guerrilla comunista tuvieron
lugar y la mayoría de los líderes guerrilleros fueron deportados,
principalmente al Chile de Allende, Cuba o Francia. En 1988, una nueva
Constitución fue promulgada y en 1989 se realizaron elecciones
presidenciales. Los líderes guerrilleros regresaron al país bajo una ley
de amnistía y se unieron a numerosos partidos pro-socialistas. El más
notable de ellos fue el Partido dos Trabalhadores (PT), liderado por el
sindicalista Luiz Inácio Lula da Silva,
quien fue comparado por muchos con Lech Wałęsa y Václav Havel. La
diferencia es que contrario a Wałęsa y Havel, Lula quiso el socialismo y
el globalismo.
El nuevo régimen civil alcanzó su cúspide durante la presidencia de Fernando Henrique Cardoso
(1995-2003), del también izquierdista Partido da Social Democracia
Brasileira (PSDB). Él controló la inflación y llevó al país a un
crecimiento fenomenal, incluso bajo acusaciones de rampante corrupción.
Lula da Silva fue electo en 2003, permaneciendo en el poder hasta 2011.
Usó el legado económico de su predecesor, creando su propia base
corrupta en un intento de solidificar su poder. Su objetivo fue mantener
al PT en control permanente del Gobierno Federal. A él le sucedió Dilma Roussef
en 2012, pero la economía no sobrevivió a los 8 años de Lula da Silva y
la corrupción que alcanzó niveles sin precedentes. La corrupción fue
hecha pública por unos pocos jueces jóvenes y valientes en lo que fue
conocido como la Operación Autolavado (Operação Lava Jato). Dilma Roussef fue destituida, siendo remplazada por su vicepresidente, Michel Temer.
Merece
mencionarse que desde la presidencia de Fernando Cardoso, Brasil ha
virado a la izquierda y varios exguerrilleros se convirtieron en
Ministros del Estado. Esto continúa hasta hoy bajo el actual presidente.
Entonces entra una non sancta alianza entre la izquierda y el islam, estilo brasileiro.
Encuentro de Ahmed Rehab (director ejecutivo de la oficina de Chicago del Consejo para las Relaciones Americano-Islámicas) con la ex ministra de DD. HH. de la Presidencia Maria do Rosário Neves Fiorentin
La
mayoría de la izquierda en el Brasil es antisemita (sic), anti-Israel y
pro-Palestina. Agrega a la ecuación la inherente animosidad anti-USA
(acusada de ayudar a los militares en 1964) y la caída de Saddam Hussein
y de Gadafi, también sus simpatías por Irán, y tienes puertas abiertas
para cualquier líder islámico a las altas escalas del poder.
A
finales de la década de 1990 ha habido una creciente presencia de apoyo
de la Arabia de Saúd y de los Emiratos Árabes Unidos por un esfuerzo
exponecial en construir mezquitas y madrasas, aún cuando el número de
musulmanes permanece muy pequeño (los registros oficiales mencionan poco
menos de 100.000 mientras que los líderes islámicos mencionan dos
millones).
El
clérigo musulmán wahabí Mohamed bin Abderramán al-Arefe (derecha),
inspeccionando una musala (lugar informal de oración islámica) en la
favela paulista Cultura Física (año 2016).
Ha
habido un incremento en el número de visitas de líderes islámicos a
cualquier dirigente estatal a nivel estatal, municipal y federal. Ha
habido un incremento de actividad relacionada con la seguridad pública,
incluyendo el arresto de varios musulmanes acusados de conspiración de
terriorismo, como también una creciente actividad de Hizbolá en conexión con el crimen organizado.
Pero
el islam no tiene el impacto sobre la población local que sus líderes
quisieran. El único modi de un crecimiento más rápido es alentar la
inmigración musulmana en Brasil. Hay un esfuerzo concertado vinculado
entre funcionarios del gobierno, oenegés (v.g., financiadas
por la Open Society Foundation de George Soros y la Fundación Ford),
grupos cristianos y líderes islámicos para abrirle la puerta a más
inmigrantes y refugiados. La industria halal (alimentos permitidos en la
ley islámica) es una puerta, pero no de importancia entre los
musulmanes. Conoced la nueva Ley de Inmigración.
El
senador Aloysio Nunes, quien fuera líder de guerrillas, y ahora
Ministro de Asuntos Exteriores, es el autor de esta legislación que,
entre otras cosas, destruye las fronteras del país. La principal
intención de la izquierda brasileña es la “integración continental”, es
decir, que América del Sur se convierta en una sola Entidad Socialista
(ellos tienen a Venezuela como modelo, seriamente). Así, la nueva
legislación apunta primariamente al libre tránsito de extranjeros de los
países fronterizos, dándoles plenos derechos de ciudadanía. Pero
cualquiera que venga a Brasil, incluso como turista, puede reclamar lo
mismo. Las puertas están abiertas para cualquiera, venga de donde venga.
Esta
ley, en términos prácticos, deja a la policía migratoria brasileña en
manos de las organizaciones internacionales (por ejemplo, las Naciones
Unidas y la Unión de Naciones Suramericanas [UNASUR]), sin limitar el
número de inmigrantes que llegan a Brasil. Como dijo
el Ministro de Justicia: “Pueden ser mil, diez mil o cien mil por año,
todos son bienvenidos”. Si Brasil no puede proveer para su gente, con
decenas de millones viviendo en la pobreza, ¿cómo proveerá para “cien
mil refugiados por año”?
Esta
ley garantiza que los extranjeros —cualquiera que quiera permanecer en
Brasil— tendrán acceso a todos los servicios —salud pública y bienestar—
como si fueran brasileños. Pero Brasil no es Suecia ni Alemania. ¿Quién
costeará todo esto?
Los visitantes (turistas) son considerados inmigrantes, con todos los derechos, sólo necesitan decir que lo son.
A
los extranjeros les será permitido formar partidos políticos y
sindicatos. ¿A quién representarán? ¿Ellos propenderán por el bien común
público o a fuerzas y entidades externas?
La
ley permite la creación de “espacios comunes”. En este caso varios
enclaves de extranjeros se crearán en territorio brasileño. ¿Zonas de
paso restringido, para cualquiera?
Creando
un país sin fronteras, esta ley hace más difícil la lucha contra el
tráfico de armas y drogas, que ya es un gran problema. ¡El control de la
criminalidad estará comprometido, porque la ley permite la “no
criminalización de la inmigración”, ignorando el hecho de que existen
inmigrantes y turistas ilegales y peligrosos!
Brasil
está enfrentando un conflicto de la peor clase. Una crisis de
confianza, una crisis moral, una crisis económica, falta de empleo con
decenas de millones de parados, una sobrecarga de seguridad social, una
seria crisis en el sistema de salud pública, y una excesiva carga fiscal
que dificulta la prosperidad económica. Hay 60.000 asesinatos por año,
38.000 violaciones, y 7,6 millones de armas ilegales cruzando las
fronteras brasileñas, y un indisputado nivel de poder para el crimen
organizado y los traficantes de drogas.
Las
leyes que permiten un mundo sin fronteras han fracasado en Europa.
Necesitamos ser honestos y realistas. El discurso humanitario no
sobrevivirá a la falta de empleo, al perjuicio que se levanta en las
turbas disputando por pan y medicinas, las migajas arrojadas al viento, y
esta ley viene con valores equivocados, sin mirar quién está de puertas
adentro. Abrir nuestras puertas a un mundo desconocido es cerrarle la
puerta a una vida digna para los brasileños.
Antes
que proponer una ley que acepte a cientos de miles de refugiados e
inmigrantes sin controles ni cotas, nuestros representantes deberían
entender que cualquier absorción de migración puede hacerse solamente
por aquellos que tienen las condiciones y bajo los criterios en los
cuales se sustentan esas condiciones. Pero parece que nuestros
representantes no son mejores que sus pares europeos.
Considerando
que la Unión Europea ya había expresado su interés en relocalizar
refugiados fuera de Europa, Brasil corre el peligro de convertirse en el
albañal de la UE.
Sólo
un último apunte. El alcalde de São Paulo, João Dória, un
socialdemócrata, está vendiendo activos municipales so excusa de que
quiere mejorar los servicios. ¿Dónde fue a anunciarlos? A los países del
Golfo. Él es un fuerte candidato presidencial para las elecciones el
próximo año. Los pronósticos no son buenos.
https://www.kabyle.com/articles/coran-nest-pas-parole-increee-dieu-26107-28032017
ResponderEliminarhttps://www.kabyle.com/articles/larabe-classique-nest-pas-langue-du-coran-24042-17012015