Noticia tomada de LIBÉRATION (Francia). La traducción es nuestra
PEDOFILIA: POR QUÉ LA COMUNIDAD ULTRA ORTODOXA DE ISRAEL ESTÁ EN LA MIRA
Veintidós adultos sospechosos de abuso de menores han sido arrestados.
Sus actos fueron conocidos de ciertos responsables extremistas de la
comunidad judía, que ocultaron su existencia a las autoridades.
Por Nissim Behar, corresponsal en Tel-Aviv (28 de Marzo de 2017, 12:41h).
Un judío ultra ortodoxo oculta su rostro con el talit mientras es conducido al tribunal en Tel-Aviv.
La
conmoción está a su máximo en el seno de la comunidad ultra ortodoxa de
Israel después del arresto, en la noche entre el domingo 26 y el lunes
27 de Marzo, de 22 adultos acusados de pedofilia y abuso de menores. En
el marco de esta redada sin precedentes en la historia judicial israelí,
varias decenas de policías operando en simultánea han fijado sus
objetivos en todos los grandes centros ultra-ortodoxos del país, como la
ciudad de Bnei Brak (suburbio de Tel-Aviv), la de Beit Shemesh, el
barrio de Mea Shearim (Jerusalén), y también el asentamiento de Beitar
Illit (Cisjordania).
Entre
el marco etario de 20 a 62 años, los sospechosos eran conocidos de
vieja date por sus fechorías en el seno de su comunidad, pero estas
jamás fueron puestas al conocimiento de la justicia israelí. Puesto que
una parte de la ultra-ortodoxia no reconoce la existencia del estado
judío por razones religiosas y no quieren tener nada que ver con las
«instituciones sionistas». Pero igualmente porque sus rabinos rigen
todos los aspectos de la vida de su rebaño, a quienes les ordenan evitar
al máximo los contactos con el mundo laico, necesariamente pervertido.
La ultra-ortodoxia representa el 10% de la población israelí y un buen
número de sus miembros prefieren lavar su ropa sucia en casa para
preservar la imagen de su comunidad.
El ala más extremista de la comunidad
He
aquí el por qué la policía llevó a cabo su investigación previa como si
debiera infiltrar una organización criminal. Reclutaron informantes y
tejieron los hilos, de vigilancia también y las interceptaciones
telefónicas. La policía obtuvo sus primeras informaciones gracias a los
archivos de Moshé Kiviti, un activista ultra ortodoxo y anti sionista
que pasó igualmente por un «juez de paz» en su pequeño medio. Es a él,
en todo caso, a quien se confió el trámite de las denuncias por
agresiones sexuales interpuestas por personas que los rabinos le
enviaban. Después de un simulacro de procesos a puerta cerrada, algunos
de estos «justiciables» eran exiliados en otras ciudades, a otros se les
forzaba a tomar medicamentos que regularan su libido o se les enviaba a
terapeutas ultra-ortodoxos. Estos últimos se «olvidaban», también, de
reportar los casos a las autoridades judiciales y sociales, cuando la
ley los obliga. En uno de los casos que tuvo que tramitar, Kiviti ordenó
el cierre de un establecimiento de comercio que la madre del «culpable»
tenía en Jerusalén. Una pena acompañada de una fuerte multa.
Interrogado
el lunes, Kiviti es uno de los responsables del «Comité para preservar
la pureza de nuestro campo», una organización informal que, con el pasar
de los años, se ha arrogado el estatus de guardián de la virtud en el
ala más extremista de la comunidad ultra-ortodoxa. Igualmente conocida
bajo el nombre de Mishmeret HaTzniyut (הַצְנִיעוּת מִשְׁמֹרֶת, «Policía
de la modestia»), esta milicia utiliza frecuentemente la violencia
contra las mujeres ultra-ortodoxas cuyo comportamiento es juzgado como
«impúdico». Ella extorsiona igualmente a los comercios que funcionan en
los barrios ultra-ortodoxos obligándoles, por ejemplo, a pagar una multa
por no disponer de una entrada separada para los hombres y para las
mujeres.
180 casos sexuales consignados en cuadernos
Los
investigadores han descubierto el rol de Kiviti por casualidad. Porque
su nombre aparece en un dossier de violencias y de chantajes por los
cuales fue arrestado a mediados de Febrero. Un interrogatorio seguido
por un allanamiento fue realizado en su domicilio, donde los policiales
fueron sorprendidos por una treintena de cuadernos verdes, rosas, azules
y violetas que contenían las actas de los «procesos» organizados por el
sospechoso. Ellos contenían las actas de 180 casos sexuales «juzgados»
por Kiviti en dos años. Lo que significa que además de la veintena de
sospechosos de pedofilia y de abuso arrestados el lunes –entre ellos,
algunos recientes y ya confesos–, otros 160 todavía transitan libremente
en el seno de la comunidad ultra ortodoxa.
Los
arrestos realizados por la policía israelí suscitaron aún más tensiones
en el seno de la comunidad ultra-ortodoxa que, después de varias
semanas, su ala más radical protestó ante el pedido del rabino Shmuel
Auerbach contra la conscripción de algunos de sus miembros para las filas del Tzahal, el ejército israelí. Estas protestas son siempre violentas: 3
heridos y 27 detenidos se han registrado al comienzo de la semana.
Luego
del inicio de la redada del lunes, numerosos simpatizantes de Auerbach
han dicho que la «entidad sionista» vino a capturarlos en razón de su
oposición al reclutamiento militar. Ellos arrojaron todo cuanto tenían a
su alcance sobre los vehículos de los investigadores –algunos de los
cuales fueron gravemente averiados– y esto sin duda hubiera permitido,
sin quererlo, el escape de numerosos predadores sexuales.
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