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viernes, 31 de enero de 2020

SE SUICIDÓ PRESBÍTERO ESTADOUNIDENSE

  
En la mañana del 28 de Enero de 2020, fue hallado en la rectoría (casa cural) de San Santiago (Saint Joseph, Misuri) el cuerpo sin vida del presbítero conciliar Evan Patrick Carroll Harkins, el cual cometió suicidio mediante un disparo.
  
Harkins, de 34 años (nació el 11 de Agosto de 1985), estudió en el Conception Seminary College, dirigido por la abadía benedictina del mismo nombre (que está siendo investigada por presuntos casos de abuso sexual) fue instalado presbítero para la diócesis de Kansas City-Saint Joseph el 29 de Mayo de 2010 con el inválido rito montini-bugniniano (por tanto, no era sacerdote católico), y fue designado en 2012 como párroco de San Santiago y administrador parroquial de San Patricio (siempre en la ciudad de Saint Joseph, Misuri). Estudiaba además Derecho canónico en la Universidad Católica de América.
  
Regularmente, Harkins asistía en los retiros de la Fraternidad Sacerdotal San Pedro (FSSP) en la casa de retiro de las Benedictinas de María, Reina de los Apóstoles en Gower (Misuri), cuya abadesa, Cecilia Snell, escribió el día de ayer la siguiente carta, la cual aporta detalles aterradores: 
30 de Enero de 2020
San Juan Bosco
   
Queridos amigos,
    
Aún sufrimos con gran consternación la reciente e inesperada muerte del Padre Evan Harkins. Es especialmente cierto que aquellos de nosotros que conocimos bien al Padre simplemente no podemos entender esta tragedia. Vino de la nada, y sucedió a uno de los sacerdotes más buenos, santos, caballerosos y humildes que conocemos. Todo parecía perfectamente normal en la vida del Padre. Él ofreció Misas en la parroquia y oía confesiones este fin de semana. Quedamos sorprendidas; ¿Cómo pudo haber sucedido esto, pero especialmente a alguien como el Padre Harkins? Esto no agrega nada. Simplemente no tiene sentido.
   
Incluso desde que era seminarista, el Padre ha sido cercano a nuestra comunidad. Por más de nueve años y medio pasados, él ha ofrecido Misas para nosotras más veces de las que puedo contar. Él organizó y asistió a un encuentro mensual de sacerdotes en nuestra casa de retiros, y acababa de estar en un retiro privado en nuestro monasterio la semana pasada. Después de hablar con nuestro capellán que estaba con él, y también a su madre [Allison Carroll], que era muy cercana al Padre, habían ciertos detalles que me siento compelida a traeros a fin de daros algo de paz, entendimiento y cercanía a este suceso trágico para nuestra comunidad, para nuestros hermanos sacerdotes y seminaristas, para su familia, para sus feligreses anteriores y actuales, y todos los que conocieron y amaron al Padre.
   
Luego de asistir a un evento en [la parroquia Nuestra Señora del] Buen Consejo a comienzos de Enero, el Padre se sintió muy enfermo. Se sintió tan enfermo del estómago que se detuvo en un hospital, como no pensaba hacerlo de vuelta a St. Joseph. Le fue prescrita una medicación para aliviar el dolor y las nauseas. Un par de semanas después, le reveló a su madre que había comenzado a sufrir de cierto pánico y ansiedad por cosas que nunca antes le habrían molestado. Las Hermanas que interactuaron con él en la casa de retiro pudieron sentir que él no estaba en sí, como también nuestro capellán que fue capaz de hablar con él por largo trecho.
   
Aunque no sabemos a ciencia cierta qué estaba pasando exactamente en la mente del Padre, solamente puedo relatar nuestras propias experiencias con el mismo tipo de medicamentos prescritos al Padre: inhibidores de recaptación de serotonina.
   
Yo misma tuve una experiencia que nunca olvidaré, y fue absolutamente aterradora. Tomé la pastilla en la noche, y no pude dormir, hallando que estaba perdiendo todo el control de mis pensamientos y emociones. Pensaba que mi mente y mi cuerpo habían sido completamente secuestrados. Sobra decir, dejé de tomar la medicina inmediatamente.
   
A otra Hermana le fue dada una prescripción para su problema gástrico. El médico prescribió un medicamento que era normalmente usado para la depresión y la ansiedad, pero también es usado para problemas gástricos. Cuando la encontré a la mañana siguiente en posición fetal, gimoteando y convulsionando, boté inmediatamente el resto de la botella.
   
Todavía otra Hermana cayó en depresión profunda después de serle prescrito un antidepresivo para aliviar el dolor de cabeza. Luego que ella lo estuvo tomando un par de días, se sentía tan deprimida y con pensamientos suicidas, y caminaba fuera del monasterio hacia la carretera, con el pensamiento abrumador de quitarse la vida. Fue un milagro que ella volviera, por intercesión de San Benito, y cuando supe lo que pasaba dentro de ella, inmediatamente boté también esas píldoras. Los pensamientos suicidas se fueron luego que las pastillas agotaron su vida media.
    
Aunque no es específicamente la misma medicina que le fue prescrita al Padre, todas las anteriores, interferían con los neurotransmisores, que son señales químicas al cerebro. Aunque las Hermanas sólo tenían dosis mínimas, el Padre estaba con medicación por tres semanas. Si bien no hay duda que estos medicamentos ciertamente pueden y ayudan a las personas, también es muy cierto que los mismos medicamentos pueden hacer que algunas personas literalmente pierdan el control de sus mentes. También, el Padre no creció tomando cualquier tipo de medicación, que quizá lo hiciera mucho más sensible a los efectos negativos de la droga.
    
El Padre Harkins dejó su retiro temprano sin explicación. Supe posteriormente que no pudo manejar los sentimientos de pánico y ansiedad que estaba experimentando. También había tenido una muy horrible pesadilla mientras estuvo aquí. Aunque el Padre pudo haber tenido algo de estrés y ansiedad antes de Enero, sé, como todos sabemos, que él no habría, ni pudiera haber acabado su vida por su propia cuenta. Claramente comenzó a experimentar sentimientos que nunca había tenido antes de empezar a tomar ese medicamento. Y esta consciencia probablemente le causó aun más ansiedad, no sabiendo cómo lidiar con tales sentimientos abrumadores, produciendo un efecto de avalancha. Él no estaba haciendo una conexión con el medicamento, que pudo ser la fuente de estos ataques. Y aquí estamos ahora, tantos corazones rotos, tratando de bregar con el peor resultado absoluto de los efectos colaterales de los medicamentos bajo prescripción.
     
Espero y ruego que estas palabras puedan de alguna forma ayudar que las almas entiendan cómo pudo haberle sucedido algo así a alguien como el Padre Harkins, y manejar el tremendo dolor de todo esto. Adicionalmente, quizá puede también ser una advertencia a ser muy cuidadosos respecto a los farmacéuticos. Una persona puede tener una reacción diametralmente opuesta a otra cuando toma el mismo medicamento.
    
Por favor, sentiros libres de enviar este mensaje a cualquiera que conoció y amó al Padre. Creo con todo mi corazón que el buen Dios, Quien conoce todas las cosas, tomará en cuenta estas circunstancias, y concederá su Divina Misericordia al Padre y a todos nosotros. Continuaremos orando muy fervientemente con todo nuestro corazón, y confiamos todo al Inmaculado Corazón de Nuestra Madre, sabiendo que ella intercederá por el Padre y por todos nosotros.
   
En su Doloroso e Inmaculado Corazón,
    
Madre Cecilia, abadesa
Benedictinas de María, Reina de los Apóstoles.
  
Aun en estas circunstancias expuestas (efectos secundarios de medicamentos), el suicidio siempre ha sido considerado una muestra de debilidad y poca paciencia frente a las adversidades, y en el caso, al no haber sido ordenado con el Rito Católico tradicional, no recibió las gracias anexas a dicho estado. Ítem, el Código Pío-Benedictino de Derecho Canónico, en su Libro II, parte I, sección I, título tercero (De las obligaciones de los clérigos), canon 138 prescribe:
Clérici ab iis ómnibus quæ statum suum dédecent, prorsus abstíneant: indécoras artes ne exérceant; aleatóriis ludis, pecúnia expósita, ne vacent; arma ne gestent, nisi quándo justa timéndi causa subsit; venatióni ne indúlgeant, clamorósam autem núnquam exérceant; tabérnas áliaque simília loca sine necessitáte aut ália justa causa ab Ordinário loci probáta ne ingrediántur (Los clérigos deben abstenerse absolutamente de todo lo que no conviene a su estado: no pueden ejercer artes indecorosas, ni dedicarse a los juegos de azar que arriesguen el dinero; ni portar armas, a menos que haya un justo motivo de miedo; ni indulgirse en la cacería, y nunca ejercerla clamorosamente; ni jamás entrar en las tabernas o cualesquiera otros locales similares sin necesidad u otra justa causa aprobada por el Ordinario del lugar).
Claro, el wojtyliano Canon 285 dice vagamente en sus §§ 1-2 que sus presbíteros deben abstenerse de cosas indecorosas y evitar lo que sea extraño al estado clerical. Y por eso es que suceden casos como este, o el del presbítero de la FSSP Kenneth Walker (13 de Septiembre de 1985 - 11 de Junio de 2014), muerto en extrañas circunstancias en medio de un asalto en la Misión Mater Misericórdiæ de Phoenix (Arizona), donde su cofrade ministerial Joseph Terra (párroco) resultó gravemente apaleado.

1 comentario:

  1. https://religionlavozlibre.blogspot.com/2020/02/habla-la-abadesa-sobre-el-suicidio-del.html

    Al parecer, Harkins estaba en tratamiento con Prozac u otro medicamento de la familia de los ISSR (inhibidores selectivos de receptación de serotonina), antidepresivos recetados también para tratar los transtornos digestivos.

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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)