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miércoles, 27 de mayo de 2020

JUAN CALVINO: HISTORIA SECRETA


http://300sploggers.blogspot.com/2010/12/good-article-on-secret-jew-john-calvin.html
http://id3417.securedata.net/solarsabbath/calvin.htm
  
 
Contrario a la creencia general, el protestantismo es de origen judío. Fue deliberadamente concebido para dividir a los adherentes del cristianismo y dividir a la gente. Así parece inferirse de unos discursos dados en una convención de la logia judía B’nai B’rith que tuvo lugar en París hacia finales de 1935-inicios de 1936, que luego aparecieron en la revista mensual The Catholic Gazette, de la Sociedad Misionera Católica de Inglaterra, en Febrero de 1936, en un artículo que hoy traducimos al español:
“EL PELIGRO JUDÍO Y LA IGLESIA CATÓLICA”
  
Nota del editor inglés: Nadie puede negar que hubo y aún hay un problema judío. Desde el rechazo de Israel, hace 1900 años, los judíos se han esparcido en todas direcciones, y a pesar de las dificultades e incluso persecuciones, ellos se han establecido casi como un poder en casi toda nación de Europa.
 
Teniendo en vista este problema judío, que afecta en forma especial a la Iglesia Católica, publicamos los siguientes fragmentos increíbles de un número de discursos recientemente hechos bajo los auspicios de una sociedad judía en París [El semanario francés Le Réveil du Peuple, poco después, publicó que esa sociedad es la logia B’nai B’rith, vetada a los no judíos. N. del T.]. El nombre de nuestro informante debe permanecer oculto. Él es ampliamente conocido por nosotros, pero en razón de sus relaciones peculiares con los judíos en la hora presente, acordamos no revelar su identidad ni dar detalles adicionales del encuentro en París más allá de los siguientes extractos que, aunque a veces son traducidos libremente, sin embargo reflejan sustancialmente el significado de las declaraciones originales.
***
“‘Mientras quede entre los gentiles cualquier concepción moral del orden social, y hasta que toda la fe, el patriotismo y la dignidad sean desarraigadas, nuestro reino no podrá comenzar.
 
Hemos ya cumplido con parte de nuestro trabajo, pero aún no podemos afirmar que lo hemos realizado completamente. Tenemos aún un camino largo antes de que podamos destruir a nuestro principal oponente: la Iglesia Católica...
  
Debemos siempre tener en mente que la Iglesia Católica es la única institución que ha permanecido, y que, mientras siga existiendo, será un obstáculo en nuestro camino. La Iglesia Católica, con su trabajo metódico y sus enseñanzas morales y edificantes, mantendrá siempre a sus hijos en tal estado mental que los hace ser demasiado fuertes para ceder a nuestra dominación, y para inclinarse ante nuestro futuro Rey de Israel...
 
Ese es el por qué hemos estado tratando de descubrir la mejor manera de sacudir a la Iglesia Católica desde sus mismos cimientos. Hemos esparcido el espíritu de la revolución y el falso liberalismo entre las naciones de los gentiles para persuadirlos de negar su fe e incluso de avergonzarse de profesar los preceptos de su religión y de obedecer los madamientos de su Iglesia. ¡Hemos llevado a muchos de ellos a pavonearse de ser ateos, y más que eso, a gloriarse de ser descendientes del simio! Les hemos dado nuevas teorías, imposibles de realizarse, como el comunismo, el anarquismo y el socialismo, que ahora sirven a nuestro propósito... Los estúpidos gentiles las han aceptado con gran entusiasmo, sin percatarse que esas teorías son nuestras, y que ellas constituyen nuestra arma más poderosa contra ellos mismos...
 
Hemos denigrado a la Iglesia Católica con las más ignominiosas calumnias, hemos contaminado su historia y desgraciado incluso sus más nobles actividades. Le hemos imputado los errores de sus enemigos, y así estos últimos están más cerca a nosotros... Tanto así, que nosotros ahora somos testigos con gran satisfacción, de las rebeliones contra la Iglesia en varios países... Hemos tornado a sus clérigos en objeto de odio y ridículo, los hemos sujetado a la burla de la plebe... Hemos causado que la práctica de la Religión Católica sea considerada como desactualizada y una mera pérdida de tiempo...
 
Y los gentiles, en su estupidez, han sido timados más fácilmente de lo que esperábamos. Uno pudiera esperar más inteligencia y más sentido común práctico, pero ellos no son más que un rebaño de ovejas. Que pazcan en nuestros campos hasta que estén lo suficientemente gordos para merecer ser inmolados a nuestro ‘futuro Rey del Mundo’...
  
Hemos fundado muchas asociaciones secretas, las cuales todas trabajan para nuestro propósito, bajo nuestras órdenes y dirección. Hemos hecho un honor, un gran honor, a los gentiles permitiéndoles entrar en nuestras organizaciones, que, gracias a nuestro oro, están floreciendo ahora más que nunca. Aunque queda nuestro secreto de esos gentiles que traicionan sus propios y más preciosos intereses al unirse a nuestra conspiración, que nunca deben saber que estas asociaciones son de nuestra creación, y que sirven a nuestro propósito.
  
Uno de los mayores triunfos de nuestra Francmasonería es que esos gentiles que se hacen miembros de nuestras logias nunca sospechen que los estamos usando para construir sus propias cárceles, sobre cuyos tejados debemos erigir el trono de nuestro Rey Universal de los Judíos; y nunca deberían saber que los hemos ordenado a forjar las cadenas de su propia esclavitud a nuestro futuro Rey del Mundo.
  
Desde antes, hemos considerado nuestra estrategia en nuestros ataques a la Iglesia Católica desde el exterior. Pero eso no es todo. Dejadnos explicar cómo hemos ido más lejos en nuestro trabajo, para acelerar la ruina de la Iglesia Católica, y cómo hemos penetrado en sus círculos más internos, y llevado incluso a algunos de su clero para ser pioneros de nuestra causa.
 
Aparte de la influencia de nuestra filosofía, hemos tomado otros pasos para asegurar una brecha en la Iglesia Católica. Permitidme explicar cómo hemos hecho: Hemos inducido a algunos de nuestros hijos a unirse al Cuerpo Católico, con la explícita intimación de que deberían trabajar en una forma más eficiente para desintegrar a la Iglesia Católica, creando escándalos en su seno. Así hemos seguido el consejo de nuestro Príncipe de los Judíos, que tan sabiamente dijo: ‘Haced que algunos de vuestros hijos se conviertan en clérigos, para que ellos puedan destruir a la Iglesia’. Infortunadamente, no todos los judíos ‘convertidos’ han probado ser fieles a su misión. ¡Muchos de ellos nos han traicionado! Pero, por otro lado, otros han mantenido su promesa y honrado su palabra. De ahí que el consejo de nuestros Ancianos ha logrado ser un éxito.
 
Nosotros somos los padres de todas las revoluciones, incluso de aquellas que a veces se vuelven en contra nuestra. Somos los amos supremos de la paz y la guerra. ¡Podemos blasonar ser los creadores de la Reforma! Calvino fue uno de nuestros hijos; él era descendiente de judíos, y fue comisionado por autoridades judías y alentado con financiación judía para plasmar su esquema en la Reforma [que era convencer a los cristianos que era correcto el tomar usura, y otras herejías condenables que violan las leyes de Dios, N. del T.].
 
Martín Lutero cedió inconscientemente a la influencia de sus amigos judíos y, de nuevo, con autoridad judía y financiación judía, su complot contra la Iglesia Católica tuvo éxito. Pero desafortunadamente descubrió el engaño, y se convirtió en una amenaza para nosotros, así que dispusimos de él como hemos hecho con tantos otros que se atreven a oponerse a nosotros.
 
Gracias a nuestra propaganda, a nuestras teorías del liberalismo y nuestras malas interpretaciones de la libertad, la mentes de muchos entre los gentiles estuvieron prontas a recibir la Reforma. Ellos se separaron de la Iglesia para caer en nuestras redes. Y así la Iglesia Católica ha quedado sensibemente debilitada, y su autoridad sobre los reyes de los gentiles ha sido reducida casi a la nada.
 
Estamos agradecidos con los protestantes por su lealtad a nuestros deseos (aunque la mayoría de ellos están, en la sinceridad de su fe, inconscientes de su lealtad a nosotros). Les estamos agradecidos por su maravillosa ayuda que nos han dado en nuestra lucha contra la fortaleza de la Civilización Cristiana, y en nuestras preparaciones para el adviento de nuestra supremacía sobre el mundo entero y sobre los reinos de los gentiles.
 
Hace mucho que hemos tenido éxito en derribar la mayoría de los tronos de Europa. El resto caerán en el futuro cercano. Rusia ya adora nuestro mandato, Francia, con su gobierno masónico, está bajo nuestro pulgar. Inglaterra, en su dependencia a nuestras finanzas, está bajo nuestro talón; y en su protestantismo está nuestra esperanza para la destrucción de la Iglesia Católica. España y México son juguetes en nuestras manos. Y muchos otros países, como los Estados Unidos, han caído ya en nuestros planes.
 
Pero la Iglesia Católica aun está viva... Debemos destruirla sin dilación y sin misericordia. La mayoría de la prensa mundial está bajo nuestro control; alentémosle por tanto en forma más violenta para que el mundo odie a la Iglesia Católica. Intensifiquemos nuestras actividades para envenenar la moralidad de los gentiles. Esparzamos el espíritu de la revolución en las mentes de la gente. Ellos deben despreciar el patriotismo y el amor de su familia, considerar su fe como una farsa, su obediencia a su Iglesia como una degradante servidumbre, para que ellos se hagan sordos al apelo de la Iglesia y ciegos a sus advertencias contra nosotros. Sobre todo, hagámosle imposible a los cristianos que están fuera de la Iglesia Católica el volver a ella, o a los no cristianos el unirse a la Iglesia; de otro modo la gran obstrucción a nuestra dominación se fortalecerá y nuestro trabajo será inútil. Nuestro complot será develado, los gentiles se volverán contra nosotros con espíritu vengativo, y nuestra dominación sobre ellos jamás se realizará.
  
Recordemos que tanto como queden aún enemigos activos de la Iglesia Cristiana, podemos esperar para convertirnos en Amos del Mundo... Y recordemos siempre que el futuro Rey Judío no reinará sobre el mundo mientras que el Papa de Roma sea destronado, como los otros monarcas de los gentiles sobre la tierra...”
 
Nota del Autor: Antes de que estos documentos llegaran a mi conocimiento, yo era menos que descuidado en el cumplimiento de mis deberes religiosos, pero desde entonces, gracias a Dios, mi fe ha crecido más y más fuerte, y mi creencia en la Iglesia Católica como el único baluarte contra los enemigos de nuestra Civilización Cristiana es más firme que nunca. Es por ello que oro para que todo cristiano esté alerta frente a esta inminente conspiración judía, para que todo el mundo cristiano pueda enlistarse bajo el estandarte de la Iglesia Católica, y así pueda unirse frente al único enemigo común. G. G.
(Chronology of The International Conspiracy)
Resaltemos específicamente el que el conferencista de la B’nai B’rith dice: “Calvino fue uno de nuestros hijos; él era descendiente de judíos, y fue comisionado por autoridades judías y alentado con financiación judía para plasmar su esquema en la Reforma”.

Calvino, en realidad no era tal en su tiempo. ¿Cómo? En toda lengua viva, la pronunciación y escritura de las palabras cambia a través del tiempo. El francés no es la excepción. Así, cabe preguntarse ¿Cuál era la pronunciación del apellido “Calvino” en el francés medio (siglos XIV-XVI)? ¿En qué momento adoptó esa grafía, y por qué? ¿De dónde se deriva?
  
De acuerdo a la partida bautismal que se encuentra en los archivos catedralicios de la antigua diócesis de Noyon (desde el concordato de 1801 la diócesis fue abolida, y hoy es parte de la Diócesis de Beauvais), Juan era hijo del notario eclesial Gérard CAUUIN (Cauuin, según la grafía de la época) y Jeanne le Franc. En el francés de la época, la segunda U era originalmente una V (las vocales en el francés antiguo eran A, E, I, O, V). La uve francesa podía ser una vocal o consonante (si precedía a una vocal, esta V se convertía en consonante). Así, pasaba a pronunciarse Cauvin (El protestantismo y la regla de fe, parte tercera, capítulo I, 3).
  
Sin embargo, la anglización del apellido Cauvin en el siglo XVI no lee como V la segunda U de Cauuin, sino que mantiene el sonido de la U, sonando Cauuin. Pero, en la transición del nombre al inglés, la sílaba final que se lee “uuin” es pronunciada como “whɪn” (el sonido ɪ es la representación fonética de la “i” corta en inglés, como en “sit”) debido al diptongo precedente “au” que es “azotado”, pronunciándose éste como una O, como en el inglés “Paul” (se pronuncia “Pol”) o en español “toro”. Esto es representado en el diccionario inglés-francés compilado por el lexicógrafo Randle Cotgrave en 1611.
 
Página del Diccionario Inglés-Francés de Randle Cotgrave, Londres 1611.

Así, la pronunciación inglesa de Cauvin es de este modo: C-oh-uwh-in (“i” corta), exactamente como el inglés “Cohen”.

Más todavía: la “L” intermedia en la adaptación latina del apellido Cauuin (Calvínus), adoptada por Juan Cauuin en sus días universitarios. En el citado diccionario inglés-francés, la “L” intermedia se convierte en una “L” muda, siendo aún pronunciado correctamente como “Cauuin” en inglés y francés, que es homófona a Cohen.
 
Además, el que Calvino no era Calvino sino Cauvin, se demuestra en la entrada “Juan Calvino” de la Encyclopedia Britannica, 9ª edición (año 1875), página 714 (la traducción es nuestra):
CALVINO, Juan. (1509 - 1564) nació en Noyon, en la Picardía, el 10 de Julio de 1509. Su padre, Gerard Calvin o Cauvin, fue notario apostólico y procurador fiscal para el señor de Noyon, desempeñando ciertos oficios eclesiásticos en conexidad con esa diócesis. [...] El apellido de Calvino parece haber sido escrito indistintamente como Cauvin, Chauve, Calvus o Calvinus. En las noticias contemporáneas de Gerard y su familia, en los registros capitulares de la catedral de Noyon, el nombre siempre es pronunciado Cauuin (énfasis añadido). [...] En sus cartas escritas en francés, él usualmente firmaba como “Jean Calvin”.

La Encyclopedia of Religion, editada por MacMillan Publishing Co., tomo III, (año 1987), página 30, registra (traducción nuestra):
“CALVINO, JUAN (1509 - 1564): [...] Bautizado Jean Cauvin, desde sus días en la universidad usó el nombre Calvino, la forma latinizada de Cauvin”.

El escritor Eustace Mullins en su libro de 1987 The Curse of Canaan: A demonology of History (La maldición de Canaán: Una demonología de la Historia), cap. IV, pág. 56, (número de tarjeta de catálogo de la Biblioteca del Congreso 87-90479) provee la siguiente información (la traducción es nuestra):
“... Él fue educado en el Collège du Montaigu, donde [Ignacio] Loyola, fundador de la secta (sic) de los jesuitas, había estudiado. Cauin más tarde se mudó a París, donde continuó sus estudios con los humanistas entre 1531-1532. Durante su estadía en París era conocido como Cauin. Él entonces se mudó a Ginebra donde formuló su filosofía conocida como calvinismo. Al ser conocido primero en Ginebra como Cohen (la pronunciación usual de Cauin), él anglicizó su nombre a John Calvin”.

A todo esto, ¿qué tienen que ver los judíos con la palabra Cohen, y por ende, con Juan Calvino? En hebreo, la palabra Cohen (כֹּהֵן‎) significa Sacerdote. Y aunque no todos los que llevan el apellido Cohen (o cualquiera de sus variantes) sean de ascendencia levítica, e incluso, ni siquiera sean judíos (o viceversa), sí hay varios elementos clave:
  • LA AMBICIÓN DE PODER: La finanza es desde la antigüedad uno de los sectores en que los judíos se mueven, sobre todo en la Edad Media, porque los judíos eran sumamente ricos, y al ser prohibida para los cristianos la usura, los judíos a menudo eran banqueros y tesoreros de los poderosos, ganando poder e influencia (lo que les mereció la suspicacia cuando no el odio abierto tanto de los cristianos como de los judíos pobres).
      
    Conviene recordar que Gerardo, padre de Juan Calvino/Cauvin/Cohen, era secretario apostólico del obispo de Noyon Charles de Hangest y su sobrino Jean, procurador ante el capítulo catedralicio y fiscal del condado de Noyon (el obispo de Noyon era Conde y Par de Francia), en la región de Picardía, que entonces albergaba una floreciente colonia de marranos.
     
    Los marranos eran los judíos de España y Portugal (la Tarsis bíblica) que, habiéndose convertido exteriormente al catolicismo, conservaban en secreto sus creencias y prácticas judías, por lo que fueron expulsados de estas naciones, tomando luego rumbo a Francia, Suiza, Alemania, Holanda, Inglaterra y Escocia, países donde ¡oh sorpresa! el Protestantismo nació y se arraigó fuertemente. De ahí que dos autores nada sospechosos afirmaron que
    “la Reforma, más allá de ser un movimiento contra el Catolicismo, debería verse también como un movimiento hacia el Judaísmo” [Elizabeth Caldwell Hirschman - Donald Neal Yates, When Scotland Was Jewish: DNA Evidence, Archeology, Analysis of Migrations, and Public and Family Records Show Twelfth Century Semitic Roots (Cuando Escocia era judía: Evidencia de ADN, arqueología, análisis migratorio, y registros públicos y familiares muestran raíces semíticas del siglo XII. McFarland & Co. Publishers, Jefferson (Carolina del Norte) - Londres 2007 (Reimpresión de 2015). En adelante, se citará como WSWJ].
    confirmando la advertencia que hiciera el cardenal español Juan Martínez Silíceo, que “todas las herejías que han ocurrido en Alemania y Francia fueron sembradas por descendientes de judíos, como ya hemos visto y vemos diariamente en España”.

    Gerardo, que era un hombre entendido en litigios, pero gran estafador, introdujo a sus tres hijos varones (Carlos, Juan y Antonio) al estado religioso (más aún, les consiguió beneficios eclesiásticos); y como su padre, los tres fueron excomulgados por herejía. Es en este momento oportuno citar un episodio harto discutido en su autenticidad, pero de irrefragable veracidad fáctica porque se ha dado tal cual: Ante el Edicto de Granada, los judíos de España escribieron a sus hermanos en Constantinopla:
    «Judíos honrados, salud y gracia: Sabed que el rey de España por pregón público nos hace volver cristianos y nos quiere quitar las haciendas y nos quita las vidas, y nos destruye nuestras sinagogas, y nos hace otras vejaciones, las cuales nos tienen confusos e inciertos de lo que debemos hacer. Por la ley de Moisés os rogamos y suplicamos tengais por bien de hacer ayuntamiento y enviarnos con toda brevedad la deliberación que en ello habeis hecho.
    - Chamorro, príncipe de los judíos en España»

    Los judíos de Constantinopla contestaron en el siguiente tenor:
    «Amados hermanos en Moisés: vuestra carta recibimos, en la cual nos significais los trabajos e infortunios que padeceis, de los cuales nos ha cabido tanta parte como a vosotros. El parecer de los grandes sátrapas y rabíes es el siguiente:
    A lo que decís que el rey de España os hace volver cristianos, que lo hagais pues no podeis hacer otro, pero conservad la ley de Moisés en vuestros corazones. A lo que decís que os manda quitar vuestras haciendas, haced vuestros hijos mercaderes para que les quiten las suyas; y a lo que decís que os quitan la vida, haced vuestros hijos médicos y apotecarios para que les quiten las suyas; y a lo que decís que os destruyen vuestras sinagogas, haced vuestros hijos clérigos para que les profanen y destruyan su religion y templo. A lo que decís que os hacen otras vejaciones, procurad que vuestros hijos entren en oficios de república (médicos, abogados, contadores) para que sujetándoles os podais vengar de ellos. Y no salgais de esta órden que os damos, porque por experiencia veréis que de abatidos vendréis a ser tenidos en algo.
    -Usuff, príncipe de los judíos de Constantinopla».
    Este documento fue hallado por el cardenal Silíceo en los archivos de la Catedral Primada de Toledo, sirviendo como prueba para establecer el Estatuto de Limpieza de Sangre.

    Juan Calvino en persona, según cuenta el sabio sacerdote Giovanni Perrone en el tomo segundo de su obra El protestantismo y la regla de la fe, habiendo obtenido los beneficios del altar de Notre-Dame-de-la-Gésine en la catedral de Noyon y el curato de Pont-l’Éveque (permutado de Saint Martin de Martheville), cuyas rentas le permitieron estudiar en Orléans y Bourges con Melchor Wolmar, emisario de Lutero (y que después dirá de Calvino que es violento y perverso, adecuado para la sedición protestante), aspirando posteriormente a un priorato en París, amenazando con tomar venganza de la Iglesia tal, que se hablara por más de quinientos años si no se la concedían. Pero no lo obtuvo, ya que fue concedido el beneficio a un sobrino de un Condestable de Francia. De modo que su Institución, al igual que las 95 Tesis de su colega y enemigo Lutero, nació del despecho y de una ambición frustrada por prebendas eclesiales, que no por amor de la Verdad ni celo de la gloria de Dios.
  • LOS RASGOS Y ENTORNO DE CALVINO: Hirschman y Yates, en el capítulo “The Religions of Scotland: Did Presbyterianism Have Crypto-Jewish Origins?” (Las religiones de Escocia: ¿El presbiterianismo tiene orígenes judíos?) de su libro, hacen la siguiente reseña de Calvino/Cauuin/Cohen:
    “Juan (Jean) Calvino nació en 1509 en Picardía, Francia; el nombre familiar probablemente fue Cauvin. El padre de Juan, Gerardo, estaba empleado como fiscal por el señor de Noyon. De la juventud de Juan, sabemos solamente que sirvió a la familia noble de deMontmor y estudió para el sacerdocio. En su temprana adultez, Calvino se mudó a París, donde se hizo amigo de los dos hijos del médico del rey de Francia [Guillermo Cop, N. del T.]. Dado su apellido y la ocupación de su padre, Nicolás y Miguel Cop probablemente eran descendientes de criptojudíos [N. del A. Cop, también vertido Cope, debería ser visto probablemente como otro de estos apellidos británicos que hemos catalogado en los capítulos 8 y 9 que están basados en letras hebreas, en este caso Kaf כ / Apellidos sefardíes: Cope, Copeland, Coppel].
     
    El padre de Calvino le persuadió a abandonar la instrucción para una carrera eclesiástica, y en cambio persiguiera una educación en las leyes. Sin embargo, en 1529 Calvino decidió buscar educación en las humanidades bajo el estudioso Andrea Aciate [N. del A. Un apellido ítalo-árabe] en Bourges, Francia. Calvino fue acompañado allí por un amigo de Orléans, Melchor Wolmar. Wolmar instruyó a Calvino en Griego, y posteriormente en París, Calvino se hizo también aventajado en Hebreo. De 1532 a 1534, Calvino experimentó una epifanía religiosa, tornándose al Protestantismo. Concurrentemente, su amigo Nicolás Cop fue elegido rector de la Universidad de París. Calvino ayudó a preparar el discurso inaugural de Cop, que fue de un tono fuertemente Protestante. En resultas, a Cop se le ordenó presentarse ante el Parlamento de París, pero en cambio huyó a Basilea, Suiza (un fortín protestante).
       
    En ese tiempo, estaba en marcha una guerra entre Francisco I y Carlos V, así que Calvino se vio forzado a tomar camino a Suiza por Ginebra. En Ginebra, William Farel [N. del A. Apellido sefardí francés], fundador de la Iglesia Reformada en Ginebra, convenció a Calvino a quedarse y ayudar a predicar la nueva teología Protestante. Calvino se obligó, y creó varias escuelas religiosas Protestantes en la ciudad.
      
    Sin embargo, la teología dentro del nuevo movimiento Protestante era líquida; una diversidad de posiciones teológicas estaba presente incluso desde los primeros días, quizá debido al deseo de superar la estricta ortodoxia de la doctrina Católica. Así, las opiniones calvinistas fueron compartidas por algunos, pero no todos los teólogos Reformados de la época. Calvino se mudó después a Estrasburgo, donde se casó con una viuda, Idelette de Burre, en 1540. Él continuó predicando, escribiendo y enseñando en Estrasburgo, estableciéndose comu uno de los primeros autores de la nueva teología”. (WSWJ, págs. 50; 200-201)
    A partir de estos datos, y tras estudios de genealogía y de registros, los autores llegan a esta conclusión:
    “De esta cápsula biográfica aprendemos que el padre de Calvino era fiscal en Picardía, que contenía en ese entonces una floreciente colonia de marranos [N. del A. Sectas altamente monoteístas y consecuentemente compatibles, teológicamente, con el Judaísmo]. Obviamente su padre era letrado y bien educado; él también era un consejero para la nobleza (rasgos comunes de los criptojudíos). Gerardo Cauvin era claramente ambicioso para su hijo, guiando su carrera con una mira hacia el ascenso social y económico. Él no era una influencia de fervor religioso Católico o de piedad convencional.
      
    Leemos también que Juan escogió aprender Griego y Hebreo, idiomas que le permitirían leer el Antiguo Testamento (esto es, la Torá) en su forma original, en vez de confiar en las traducciones Cristianas al Latín. Percibimos también que favorecía la alfabetización universal, un valor judaico, que dos de sus más cercanos amigos tenían apellidos sefardíes, y que se casó con una mujer llamada Idelette de Bure, evidentemente de posible ascendencia sefardí. Un retrato sobreviviente de Juan Calvino lo muestra con gorro de cuero, barba larga y facciones oscuras. Aunque no pretendemos juzgar la sinceridad o la orientación cristiana de sus creencias, sostenemos que era de ascendencia criptojudía, que se movía en círculos que incluían Marranos, y que naturalmente su teología habría sido influenciada por estos lazos ancestrales y comunales [N. del A. Joannes Alphonsius Albertus Goris Gijsen, en Étude sur les colonies marchandes méridionales (portugaises, espagnoles, italiennes) à Anvers de 1488 à 1567, Lovaina 1925) presenta listas de Marranos arrestados entre 1519-1570, algunos acusados de judaizantes, otros por calvinismo; uno, Marcos Pérez, fue desterrado, y Alfonso Rubero huyó a Inglaterra en 1540 (págs. 651-654)]”. (Íbid., pág. 204)
    Retrato de Juan Calvino de la Biblioteca universitaria de Ginebra, del cual se dice es el retrato de Calvino más exacto todavía existente. ¿Pelirrojo sajón israelita o mamzér (מַמְזֵר, hebraísmo traducible como “bastardo” o “despreciable”) idumeo?
         
    Características similares se observan en un grabado antiguo de su discípulo y apóstol John Knox.
      
  • REFORZÓ LA LEY DEL ANTIGUO TESTAMENTO: “Calvino era amenazador ante sus enemigos, actuando más como un lobo devorador que como una oveja indefensa. El historiador William Jones observó ‘esa más odiosa característica papista a la cual adhirió Calvino durante su vida: el espíritu de persecución’. Note cómo describe a sus oponentes teológicos: ‘...todos esos inmundos y villanos... perros locos que vomitan su inmundicia contra la majestad de Dios y quieren pervertir toda la religión. ¿Deben ser perdonados?’ (16 de Octubre de 1555). Odió a los anabaptistas y los llamó ‘secuaces de Satanás’. Cuatro hombres que no estaban de acuerdo con él sobre quién debía ser admitido a la Cena del Señor fueron decapitados, descuartizados, y las partes de sus cuerpos fueron colgadas como advertencia en lugares estratégicos de Ginebra. Quemó a Miguel Servet (por rechazar el bautismo de niños y negar la divinidad de Cristo). Calvino escribió sobre Servet: ‘Uno no debería contentarse con simplemente matar a esa gente, sino quemarlas con crueldad’”. (FBIS, “The Calvinism Debate”).
         
    Inclusive, Calvino sostenía que el cristianismo era la vía de salvación para los gentiles, mientras que los judíos podían seguir transitando por el camino de su antigua Alianza, lo que en otras palabras se traduce que, contrario al heresiarca Lutero, Calvino enseñaba los judíos no necesitaban convertirse en Cristianos para salvarse; y consideraba que los judíos y los musulmanes eran hijos de Abrahán, sujetos de protección especial (no es de extrañar que según el historiador judío Cecil Roth, muchos hugonotes -calvinistas franceses- fueran descendientes de conversos judíos y musulmanes; y que según el profesor de sociología y antropología Abraham Lavender Ph.D, el Sello Hugonote de 1559 tuviera el Tetragrámaton judío sobre una zarza ardiente), adelantándose 400 años al Vaticano II y su Declaración Nostra Ætáte.
      
    La observancia de la ley mosaica no sólo era un elemento común en los calvinistas o en los cátaros del lado italiano de los Alpes. También en Escocia, la antigua Iglesia celta en fechas tan tardías como el 960, seguía conservando varios elementos judíos, como el sacerdocio hereditario de padres a hijos, celebrar la Última Cena el 14 de Nisán, y rechazar representar la Crucifixión. Y en ese mismo sentido, cuando el ‘Libro de la Disciplina’ fue adoptado por el Parlamento Escocés, haciendo del presbiterianismo la estructura de gobierno de la iglesia calvinista escocesa, John Knox subrayó un sistema de educación y de bienestar para la población similar a la Tzedaká (צְדָקָה) judía. ¿Cómo financiarlo? ¡Vendiendo las propiedades confiscadas a la Iglesia Católica! Ítem, proponía que la Ley Mosaica se implementara en Escocia, entre ellas la observancia del Sábado y la pena de muerte para delitos como el homicidio, la blasfemia, el adulterio, el perjurio y la idolatría (entendida ésta como pertenencia al Catolicismo).

CALVINO ECUMENISTA
«Calvino... en un memorando probablemente de Diciembre de 1560... describió el “Concilio Libre y Universal” que era necesario “para poner fin a las divisiones existentes en la cristiandad”. Debia ser libre con respecto al sitio de reuniones, al personal y sus procedimientos, y atado sólo a la Escritura. La ubicación debía ser central para las naciones concurrentes. Este documento interesante ofrece lo que virtualmente es una agenda para el Concilio, enumerando los puntos doctrinales, cultuales y de costumbres en disputa. El concilio de Calvino debía ser una conferencia de Fe y Orden, con autoridad. El Papa no estaba excluido, pero debía someterse a las decisiones del concilio y jurar ajustarse a ellas. Calvino insiste que mientras un sínodo nacional puede emprender una reforma interna, sólo un concilio genuinamente universal podía solucionar los problemas de la Cristiandad». (Ruth Rouse & Charles Stephen, eds. A History of the Ecumenical Movement: 1517-1948. Westminster Press, Filadelfia 1954, págs. 33-34).

«Edimburgo 1910 dio el impulso que desembocó en la Conferencia Mundial de Fe y Orden (Lausana, en 1927)». (Rouse & Stephen, op. cit., pág. 360)

«Ahora, Martín Lutero y Juan Calvino han dejado abundantemente claro que ellos no pensaban que la iglesia formada que ellos vieron crecer en su vida era el punto final. Por el contrario, ellos pensaban en los términos de la Iglesia Católica, y oraban por la restauración de la plena catolicidad y unidad de la iglesia» (Harold E. Fey, History of the Ecumenical Movement, Vol. II, pág. 123).

«En el tiempo de la masacre de los valdenses por el rey Francisco I de Francia (1545), Calvino hizo lo posible para suscitar protestas de los alemanes y suizos al gobierno francés y enviar ayudas a los sobrevivientes. En una carta a Enrique Bullinger (24 de Mayo de 1561), él elogió el heroico celo de los jóvenes voluntarios en favor de las parcialmente restauradas comunidades valdenses. La perspectiva de Juan Calvino fue ecuménica desde el principio, pero su interés en la unidad de la Iglesia fue probablemente acelerado por sus contactos con Martín Bucero y la ciudad de Estrasburgo (1538-1541). Trabajó en cercana armonía con Bucero y trabó amistad con Felipe Melanchton (asistente de Lutero), con el cual se encontró primero en Frankfurt en 1539. Tuvo una menor parte con estos hombres en los Coloquios de Worms, Hagenau y Ratisbona (1540-1541). Calvino ya había, durante su primer período en Ginebra, buscado una unificación de los protestantes suizos, y había criticado a Bucero por su insistencia recalcitrante en la Concordia de Wittenberg cuando ésta fue presentada en Berna». (Rouse & Stephen, op. cit., págs. 48-49)

«…Juan Calvino… estaba endeble en el fundamento de la fe Cristiana. Calvino nunca dio un testimonio de su nuevo nacimiento; en cambio se identificó con su bautismo infantil Católico. Notar las siguientes citas de sus Instituciones: ‘En cualquier tiempo que somos bautizados, somos lavados y purificados de una vez para toda la vida’ (Instituciones, IV). ‘Por el bautismo somos injertados en el cuerpo de Cristo … infantes somos para ser bautizados … hijos de Cristianos, como ellos inmediatamente que nacen son recibidos por Dios como herederos de su pacto, así también estamos para ser admitidos al bautismo’ (Instituciones, IV)». (Servicio de Información Fundamental Bautista, “The Calvinism Debate”)
  
ELEMENTOS GNÓSTICOS DE LA DOCTRINA CALVINISTA
La Institución de Calvino era la base doctrinal de su proyecto de reforma, resumida en cinco puntos:
  1. Depravación total de la humanidad.
  2. Elección incondicional de Dios.
  3. Expiación limitada a los elegidos.
  4. Gracia irresistible.
  5. Preservación de los santos, pase lo que pase.
“Es interesante notar que la teoría de Calvino de que aquellos destinados a la salvación ‘sabrían’ de esto y así serían numerados entre los elegidos, es una justa aproximación a la doctrina gnóstica y tuvo alguna extensión anticipada por la herejía del Libre Espíritu”. (JAMES WEBB. The Occult Underground, LaSalle, Illinois: Open Court Press, 1974, pag. 239)

"Richard Baxter, miembro del círculo irvingita dado a la profecía, una vez se sintió inspirado para declarar la verdad de la especulación (Israelismo británico/destino de las Diez Tribus perdidas). (Webb, op. cit., pág. 148)
   
(T.U.L.I.P) - Predestinación/Elección
“¿Qué virtudes y qué vicios traen sobre el judío esta enemistad universal? ¿Por qué él era a su vez igualmente maltratado y odiado por los [griegos] alejandrinos y los romanos, por los persas y los árabes, por los turcos y por la nación cristiana? Porque en todos lados y hasta el presente día el judío era un ser insociable.
  
¿Por qué era insociable? Porque era exclusivo, y su exclusividad era al mismo tiempo política y religiosa o en otras palabras, él mantenía su política, su culto religioso y su ley... Esta fe en su predestinación, en su elección, desarrolló en los judíos un inmenso orgullo; ellos llegaron a mirar a los no-judíos con desprecio y a menudo con odio, cuando las razones patrióticas se añadieron a las teológicas”. [BERNARD LAZARE, L’Antisemitisme, (1894); LÉON DE PONCINS, The Secret Powers Behind Revolution, (1929)].
 
Calvino usó terminología Rosacruz-Masónica (aún antes de su aparición formal).
“El Gran Arquitecto del Universo (también conocido como el Supremo Arquitecto del Universo) es... usado dentro de la francmasonería para representar en forma neutral a cualquier Ser Supremo en el cual crea cada miembro individualmente considerado. Es también una concepción rosacruz de Dios, como lo expresara Max Heindel. El concepto del Demiurgo como un gran arquitecto también está presente en el gnosticismo y en otros sistemas religiosos y filosóficos...
 
Juan Calvino, en su Institución de la Religión Cristiana (publicada en 1536), repetidamente llama al Dios Cristiano como ‘el Arquitecto del Universo’, refiriéndose a sus obras como ‘Arquitectura del Universo’, y en su comentario sobre el Salmo 19 se refiere al Dios Cristiano como el ‘Gran Arquitecto’ o el ‘Arquitecto del Universo’” (Wikipedia, voz ‘Great Architect of the Universe’)

CALVINO SODOMITA
Contrario a lo afirmado por Teodoro Beza y demás panegiristas hugonotes y conciliares como Dave Armstrong (e incluso la Enciclopedia Católica), Calvino fue un dechado de lascivia e impureza. Según Jerónimo Hermes Bolsec, autor de la ‘Historia de la vida y las costumbres, actos, doctrina y muerte de Juan Calvino, una vez señor de Ginebra’, Calvino (que ya había recibido la tonsura) fue apresado en Noyon el 26 de Mayo de 1534 (Domingo de la Trinidad), y hallado culpable del delito de sodomía, y en lugar de ser quemado en la hoguera (como se acostumbraba en ese tiempo), fue condenado por el obispo de Noyon a ser marcado con una flor de lis en su espalda y renunció a su parroquia de Pont-l’Evêque y al beneficio en el cabildo catedralicio de Noyon. Este hecho, indicado por el padre Antoine-Henri Berault-Bercastel en el tomo V de su Historia General de la Iglesia y desarrollado como un capítulo completo por el teólogo luterano Conrado Schlüsselburg en su Teología Calvinista (De asélgia Calvíni, váriis flagítiis et sodomíticis libidínibus, ob quas stigma ferro candénti Joánnis Calvíni dorso impréssum fuerat a magistrátu sub quo vixit/De la ἀσέλγεια -lascivia- de Calvino, sus distintos escándalos y libídine sodomita, cuyo estigma fue impreso con hierro candente en la espalda de Calvino por un magistrado bajo el cual vivía), consta también en los libros públicos de Noyon, que pudo revisar el jesuita Tomás Stapleton y transcribir en su Prontuario Católico, parte 32, pág. 133 (citado por el teólogo anglicano William Whitaker, quien sin embargo parangona blasfemamente a Calvino con San Pablo –es de advertir que Whitaker fue señalado de tendencia al puritanismo, el calvinisimo inglés–); y el mismo Cardenal Richelieu en el libro segundo de su Tratado para la conversión de los que se han separado de la Iglesia describe que las autoridades ginebrinas, de ordinario paladines de la fama calvinista, no pudieron confutar un informe dado por las gentes de Noyon a un emisario:
“Algo que debe tenerse como prueba indiscutida de los crímentes imputados a Calvino es que, después que la acusación había sido preparada contra él, la iglesia de Ginebra no solo no mostró lo contrario, sino que ni siquiera contradijo la información que a Filiberto Berthelier, comisionado por las personas de la misma ciudad, le dieron en Noyon. Esta información fue firmada por los habitantes más respetables de Noyon, y fue transcrita con todas las formas acostumbradas de ley. Y en el mismo informe vemos que este heresiarca, habiendo sido convicto de tan abominable pecado, que siempre había sido condenado con la hoguera, el castigo que él había merecido fue, por intercesión del obispo, mitigado con el de la fleur-de-lis. Agrego a esto que Bolesque (Bolsec) había dado la misma información, y Bethelier, que aún vivía en la misma época de Bolesque, no lo contradijo como, ciertamente, pudiera haber hecho, sin ir contra la convicción de su conciencia, y oponiéndose a la confianza pública. Por tanto, el silencio tanto de la ciudad interesada en el asunto como también de su secretario es, en esta ocasión, una prueba infalible de los desórdenes imputados a Calvino”.
Ni la familia de Calvino, con todo el poder que tenían en Noyon (y que le permitió la conmutación de la pena de muerte), pudieron lograr que de los registros públicos se eliminase dicha entrada, que inevitablemente trajo mayor deshonra que la misma excomunión de Gerardo. Y Beza lo calla OBVIAMENTE porque está notado por los mismos crímenes y herejía de su maestro.

Así, no son de dudar las palabras del protestante Gallife, en sus Noticias sobre Ginebra, tomo III pág 15, donde describe la moral de la ciudad en tiempos de Calvino:
Mostraré a aquellos que imaginan que el Reformador no hizo nada que no fuera bueno, nuestros  Registros cubiertos con entradas de hijos ilegítimos (ellos fueron expuestos en todas las esquinas de la ciudad y los campos), con acusaciones atroces por su obscenidad, con testamentos en los que padres y madres acusan a sus propios hijos no solamente de errores, sino de crímenes, con transacciones ante notarios públicos entre jovencitas y sus amantes, que les entregan en presencia de sus parientes medios para sostener su descendencia ilegítima; con multitud de matrimonios forzados, cuando los delincuentes son conducidos de la prisión a la iglesia; con madres que abandonan a sus infantes en el hospital, mientras estaban ellas viviendo en abundancia con un segundo esposo, con fajos completos de procesos entre hermanos, con pilas de denuncias secretas: todo esto en la generación alimentada por el maná místico de Calvino.
 
LA HORRIBLE MUERTE DE CALVINO
Asimismo, Bolsec (que era médico) menciona que además de las enfermedades que sufría habitualmente (y que refiere Teodoro de Béza, sucesor de Calvino en Ginebra) -tisis, cólicos nefríticos, asma, fiebres cuartanas, gota, hemorroides y migraña-, Calvino en sus últimos años sufrió de “una emanación de pus y gusanos en todo su cuerpo; y singularmente, de una úlcera muy maloliente y virulenta en el fondo y en las partes vergonzosas” (probablemente sífilis). Y esto lo confirman, entre otros, el teólogo luterano Conrado Schlüsselburg:
Deum étiam in hoc sǽculo judícium suum in Calvínum patefécisse, quem in virga furóris visitávit, atque horribíliter punívit, ante mortis infelícis horam. Deus enim manu sua poténti ádeo hunc hæréticum percússit, ut desperáta salúte, dæmónibus invocátis, jurans, exécrans, et blasphémans misérrime, ánimam malígnam exhalávit. Óbiit áutem Calvínus morbo pediculári, vérmibus circa pudénda in aposthémate seu úlcere fœtentíssimo crescéntibus, ita ut nullus assisténtum fœtórem ámplius ferre posset [Dios también en este siglo ejerció su juicio sobre Calvino, a quien visitó la vara del furor y castigó horriblemente, ante la hora de su infeliz muerte. Dios con su mano poderosa hirió de tal manera a este hereje, que desesperando de su salvación, invocando a los demonios, jurando, blasfemando y prorrumpiendo en espantosas imprecaciones, exhaló miserabilísimamente su alma malvada; murió Calvino de un tabardillo, formándosele cerca de las partes vergonzosas una profunda y sórdida apostema o úlcera cubierta de gusanos, tan asquerosa y hedionda que ninguno de los que le asistían podía resistir su fetidez]. (De Theología Calvinistárum, libro 2, folio 72. Citado por John MacEncroe en The Wanderings of the Human Mind in “searching the Scriptures” y por Giovanni Perrone en El protestantismo y la regla de la Fe, parte 2).
y Juan Haren, discípulo de Calvino y predicador en los Países Bajos, que presenciara la muerte de Calvino y años después se convirtió al catolicismo:
Calvínus in desperatióne fíniens vitam, óbiit turpíssimo et fœdíssimo morbo, quem Deus rebéllibus et maledíctis comminátus est, prius excruciátus et consumptus. Quod ego veríssime attestári áudeo, qui funéstum et trágicum illíus éxitum et exítium his meis óculis præsens aspéxi [Calvino, acabando sus días en la desesperación, murió de una enfermedad sucia y vergonzosa sobremanera, con la cual amenazó Dios a los rebeldes y malditos; atormentado y corrompido antes de morir: lo que me atrevo a afirmar, porque vi con mis propios ojos su fin trágico y funesto]. (Libello de vita Calvini. Citado por B. Whack, Esq. en su obra The Mystery of iniquity revealed; or A contrast between the lives of some anti-Christian popes and the godly reformers).
Jacques Desmay, doctor de La Sorbona y vicario de Ruan, basándose en los registros del capítulo de la catedral de Noyon, amplía diciendo:
El deán me contó que un viejo canónigo, amigo cercano de Calvino, le había relatado anteriormente la manera en que Calvino murió, y que él lo supo de un hombre llamado Petit Jean, que era mozo de cámara de Calvino, y le asistió en su último suspiro. Este hombre después de la muerte de su señor dejó Ginebra, y vino a residir nuevamente en Noyon. Él le relató a este canónigo que Calvino en su lecho de muerte hacía mucha lamentación, y que a menudo le oía gritar mucho y lamentar amargamente su condición; y un día le llamó y dijo: “Ve a mi estudio, y trae de allí el Oficio de Nuestra Señora según el uso de Noyon”. Él fue y lo trajo, y Calvino continuó orando a Dios con este oficio durante largo tiempo. Él mencionó que el pueblo de Ginebra no quería que muchas personas lo visitaran en su enfermedad, y dijo que él agonizaba entre muchos achaques, como apostemas, sarpullido, almorranas, la piedra (cálculo), cálculos renales, gota, consunción, respiración entrecortada y esputos de sangre: y que estaba siendo golpeado por Dios como aquellos de los que habla el profeta: “Tégitit eos in posterióra, oppróbrium sempitérnum dedit eis” (Salmo 77, 66). Remarques sur la vie de Jean Calvin tirées des registres de Noyon, lieu de sa naissance.

Irónico final para quien decía estar seguro de su salvación, cosa que ni Miguel Servet, con todo y antitrinitarismo, fue capaz de tanto. Servet, en la hoguera que el mismo Calvino le dispuso especialmente para que ardiera durante dos lentas horas, gritaba clamando Señor Jesús, Hijo de Dios, ten misericordia de mí, lo que Calvino veía desde su solio disfrutando el espectáculo, y posteriormente justificando su conducta. Incluso el descreído Gibbon deploró el hecho diciendo: Estoy más escandalizado por la sola ejecución de Servet, que por toda la hecatombe de los autos de fe en España y Portugal.
  
Bolsec refiere que el 19 de Mayo de 1546, Beza ordenó que inmediatamente a la muerte de Calvino (8:00h) se prohibiera la entrada a su habitación, y el cadáver fuera puesto en el ataúd con un velo negro, para ser enterrado a las 14:00h sin pompa ni desfile en el cementerio común de la ciudad.
   
Francesco Stancaro, discípulo de Calvino, dijo: ¿Qué demonio te impulsó, oh Calvino, a declarar como Arrio contra el Hijo de Dios? No es a otro, sino el Anticristo de Septentrión, a quien has tenido la imprudencia de adorar, ese gramático de Melanchton. Cuidado, lectores cristianos, sobre todo vosotros, ministros de la palabra, cuidado con los libros de Calvino... Ellos contienen una doctrina impía, las blasfemias del arrianismo, como si el espíritu de Miguel Servet (castigado de la hoguera por eso mismo), escapara del verdugo y pasara enteramente por la transmigración platónica a Calvino. (De Trinitáte et Mediatóre Dómino nostro Jesu Christo advérsus Henrícum Bullíngerum, Petrum Mártyrem et Joánnem Calvínum, et relíquos Tigurínæ ac Genevénsis ecclésiæ minístros, ecclésiæ Dei perturbatóres).
  
DISGRESIÓN: JOHN KNOX (traducción del libro When Scotland was Jewish)
Otro caso en particular es John Knox, quien introdujo el calvinismo en Escocia, donde se transformó en Presbiterianismo, que por su estructura y doctrina, amén del anticatolicismo y nacionalismo, es considerado una rama del judaísmo.
   
Según Mason Shefa, en su obra Presbiteryanism: An Overview (Presbiterianismo: un vistazo), “John Knox nació entre 1505 y 1515 en o cerca a Haddington, ciudad condal de East Lothian. Su padre, William Knox, era granjero. Todo cuanto se sabe de su madre es que su apellido de soltera era Sinclair y que murió cuando John Knox era niño[.] John Knox supo que la reina regente [María de Guisa] pedía ayuda de Francia. Así que él negoció por carta bajo el nombre asumido de John Sinclair con William Cecil, consejero principal de Isabel, por apoyo inglés, pero fue forzado a volver a Escocia cuando fue reconocido” (Mason Shefa, Presbyterianism, pp. 61, 71). Ahora, el clan Sinclair, constructor de la célebre y polémica Capilla de Rosslyn –única construcción sobreviviente a la tormenta iconoclasta escocesa, y que alberga una estatua de Lucifer, el ángel caído, el Hombre Verde de las religiones paganas más símbolos islámcos y judíos– tenía reputación de “mucho orgullo de raza” (Geddes MacGregor, The Thundering Scot, 1957, p. 1), orgullo proveniente de su ascendencia judía.
 
“Se desconocen muchísimos detalles sobre la infancia de John Knox, e incluso la fecha de su nacimiento. Los historiadoores creen que nació alrededor de 1513 ó 1514 en Haddington, Escocia. Es sabido que Knox asistió a una universidad, pero se desconoce si fue St. Andrews o la Universidad de Glasgow [N. del A. Howie declara que Knox fue enviado a Saint Andrews para estudiar con John Mair o Major, y M’Gavin en su nota intenta reconciliar este hecho con un registro en Glasgow de 1520]. Parece improbable que Knox se graduara, eligiendo en cambio tomar el sacerdocio como carrera alrededor de 1540. A comienzos de 1540’s estaba sirviendo como profesor de teología y para 1545 había caído en la influencia de George Wishart, un ministro de orientación luterana. En Marzo de 1546, el cardenal católico Beaton ordenó a Wishart ser quemado en la hoguera por herejía y Escocia entró en el paroxismo sangriento de la Reforma.
 
El mismo cardenal fue asesinado por una turba enfurecida de protestantes, entre ellos John Knox, que asedió su castillo en St. Andrews. Con todo, los protestantes radicales fueron prontamente derrotados, y Knox fue enviado en cadedas para servir en las galeras en Francia por 19 meses. Cuando el rey filoprotestante Eduardo VI de Inglaterra obtuvo su liberación, Knox volvió a las fronteras escocesas, sirviendo como ministro real en Berwick y New Castle. El enfermizo Eduardo murió pronto, elevando a la intransigentemente católica María Tudor (‘María Sangrienta’) al trono inglés. Knox huyó a Europa, primero a Fráncfort (Alemania), y luego a Ginebra (Suiza), donde unió fuerzas con Juan Calvino y también asistió en la traducción de la Biblia desde el latín al inglés, resultando en la Biblia de Ginebra. También en Ginebra fue que Knox escribió el tratado ‘Fiel Admonición’ (1554) en la cual abogó porque el pueblo derroque violentamente a los ‘gobernantes impíos’. Se hizo pastor de la Iglesia Reformada Inglesa en Ginebra (1556-1558) y subsiguientemente publicó su tratado ‘Primer toque de trompeta contra el monstruoso régimen de las mujeres’, con el cual atacó las políticas y el derecho de gobernar de las monarcas católicas María de Guisa [N. del T. Como regente de María Estuardo] (Escocia) y María Tudor (Inglaterra).
   
En 1577, varios nobles protestantes, incluyendo a Jacobo Estuardo, conde de Moray (ver capítulo 1), firmaron una alianza declarando al protestantismo como religión nacional de Escocia. Knox había estado en correspondencia con ellos y a su pedido, regresó a Escocia en Mayo de 1559. Con el liderazgo de Knox, el Parlamento escocés se declaró una nación protestante y adoptó la ‘Confesión escocesa’; el catolicismo fue proscrito en Escocia.
  
En 1560 se hizo una asamblea general para asistir a la reforma de la iglesia escocesa. Para 1561, el ‘Libro de la Disciplina’ fue adoptado por el Parlamento escocés, ubicando a la estructura calvinista presbiteriana en el centro de la gobernanza eclesiástica. En este tratado, Knox destacó un sistema de educación y bienestar que cubriera a toda la población financiera por la venta de las otrora propiedades católicas [N. del A. Hemos visto antes cuán consistente es esta visión con el ideal judío de la Tzedaká (Justicia Social)]. Knox también rediseñó el contenido del mismo servicio de culto, determinando que todos los ritos y prácticas debían estar basados en la escritura.
  
Para profundizar un poco más en la teología de Knox, demos una mirada en la reciente biografía por Rosalind Marshall (John Knox, 2000). Aunque Marshall nunca pone en duda que Knox fuera un cristiano de todo corazón, ella lo caracteriza como modelado grandemente por los profetas del Antiguo Testamento. En su narrativa, Knox emerge como un purista bíblico, muy parecido a los judíos caraítas. Él creía que la Biblia era la palabra de Dios y solamente las escrituras debían servir como guía religiosa. Entre sus textos favoritos estaban el libro de Daniel, los Salmos (especialmente el salmo 6), Éxodo y los pasajes que describen a David y Moisés. Él era virulentamente anticatólico y antiespañol, viendo tanto a María Estuardo reina de los Escoceses y a la reina María de Inglaterra como ‘rameras idólatras’ y ‘Jezabeles’. Él proclamaba que ‘Dios debía enviar a un jehú para degollar a  María Estuardo’ [N. del A. Comparar la descripción de las actitudes de los marranos hacia María en David Martin Gitlitz (Secrecy and Deceit: The Religion of Crypto-Jewish / Secretismo y Engaño: La religión de los criptojudíos, University of New Mexico Press 2002), pág. 142-144. Reposando a menudo en la burla a los argumentos teológicos o dicho en el estilo de blasfemar las historias de milagros, este comportamiento marrano puede ser nombrado como “marioclasia”, la ridiculización furiosa de la mariología y toda la creencia católica conectada a ella]. Una vez arrojó una pintura de la Virgen María al río diciendo (pág. 25): ‘Tal ídolo está maldito, y por lo tanto no lo tocaré’.
  
Él enfiló contra las mujeres como monarcas, especialmente María de Inglaterra, declarando que bajo su mandato los ingleses fueron ‘compelidos a inclinar sus cuellos bajo el yugo de satanás y su soberbia amante, los pestilentes papistas y los soberbios españoles’ (Marshall 2000, pág. 107) [N. del A. En ausencia de ancestros marranos, la antipatía de Knox hacia España es virtualmente inexplicable. Ninguna historia de su vida menciona su viaje a España o que incluso llegara a conocer a los españoles. Así que parece no haber ninguna experiencia personal negativa para justificar su odio a España]. Asimismo, sus exhortaciones a sus congregantes estaban fundamentadas en el Antiguo Testamento (pág. 145). Por ejemplo, aplicó el salmo 80 (‘Turn us again, O Lord God of Hosts, cause thy face to shine and we shall be saved’) a los eventos en curso, igualando a su congregación presente a los antiguos israelitas.

Knox también urgió por la adopción de la ley mosaica como la ley fundamental de Escocia. Bajo ella, ‘ciertos crímenes [incluyendo] el asesinato, la blasfemia, el adulterio, el perjurio y la idolatría’ (Marshall 2000, pág. 67) serían punibles con la muerte. Además propuso que Escocia crease un sistema de educación universal para que cada individuo en la población pudiera ser letrado y capaz de leer las escrituras; también visionó un sistema de caridad universal para el cuidado de los indigentes, enfermos y discapacitados. Todos estos tres conceptos están enraizados en la tradición judaica, no en la cristiandad. Knox describía la sociedad resultante como aquella en la cual los acontecimientos en la Tierra reflejarían en el Cielo, una metáfora que Marshall atribuye a San Agustín, pero la cual podía tan fácilmente, y más en forma inmediata, se deriva de la tradición cabalística en Francia. En opinión de Knox, Escocia era ‘un nuevo Israel dedicado para sostener la ley de Dios’ (Smout 1969).

En 1656 el Parlamento escocés había institucionalizado el sabatarianismo, ‘prohibiendo que cualquiera frecuentase tabernas, bailes, oyera música profana, bañarse, fabricar cerveza u hornear pan, caminar profanamente o hacer cualquier otro negocio mundano’ en el Sabbath (Smout, pág. 79). También prohibiónque en el Sabbath estubieran ‘cargando agua o arrojando cenizas’, provisión que había estado en efecto en Aberdeen tan temprano como 1603, según Smout (pág. 79). Estas restricciones reflejan con mucho detalle los mitzvoth judíos sobre la observancia del Sabbath (Gitlitz 2003, págs. 317-354).

Knox también desarrolló directrices muy detalladas para el entrenamiento religioso de los ministros: ‘Los ministros entrenados deberán estudiar no solamente teología, sino hebreo, matemáticas, medicina, economía, ética y filosofía moral’ (Marshall 2000, pág. 153), un currículum que parece estar más modelado sobre los ideales islámicos y judíos emanados de España y Francia meridional que sobre cualquier otro plan educacional cristiano precedente.

Knox abogó porque cada hogar tuviera sus miembros instruidos en los principios de la religión de la Reforma, para que ellos pudieran cantar los salmos en los servicios del Sabbath y sostener servicios domésticos de oración en la mañana y en la tarde en sus casas (Marshall 2000, pág. 153) Ambos padres debían ‘instruir a sus hijos en la ley de Dios’ (pág. 29); altamente reminiscente de las prácticas de culto familiar de los judíos ortodoxos. Virtualmente las únicas excepciones a la naturaleza judaica de su ideología eran la ausencia de las normas dietarias o kashrut (por ejemplo, la prohibición del cerdo); y el requerimiento de la circuncisión.
  
Examinar a la familia y los amigos de Knox’s trae alguna luz adicional sobre su pensamiento y simpatías. Entre sus más fervientes simpatizantes estaba Thomas Lever, antiguo maestro del Colegio de San Juan en Cambridge y luego ministro protestante residente en Zúrich. Lever es un apellido de origen semítico. Los descendientes de la misa famila posteriormente migraron a las colonias americanas y establecieron la Corporación de los Hermanos Lever; ellos eran judíos practicantes. También, entre los primeros protestantes en Fráncfort, Alemania, con una de las comunidades judías más grandes en Europa, estaban Thomas Parry (apellido sefardí común) y John Foxe (=Fuchs, apellido asquenazi). Cuando Knox regresó a Escocia, se albergó en la casa de un ‘reconocido mercader protestante, James Syme’ (Marshall 2000, pág. 89), y tuvo como su primer asistente a otro escocés, James Barron (ambos, por supuesto, son apellidos sefardíes).
 
En 1652, Knox realizó la ceremonia de bodas uniendo al señor James Stewart y la dama Agnes Keith, el primero un hombre que era consciente de su ascendencia judía y la última una mujer de una familia aberdoniana de la que hemos sugerido también era de origen judío. El mismo Knox se había casado con Marjorie Bowes (el apellido Bovée es judeofrancés), y la pareja llamó a sus dos hijos Nathaniel y Eleazer, nombres hebreos veterotestamentarios poco comunes para la época. Cuando Marjorie murió en 1560, ella le dio a sus hijos su bendición, ‘pidiendo que fueran siempre tan verdaderos adoradores de Dios como cualquiera que saliera de los lomos de Abrahán’ (Marshall 2000, pág. 155), un mantato extraño para una madre cristiana.
   
En 1564 Knox contrajo segundas nupcias a los 50 con Margarita Estuardo, de 17 años, miembro de la familia real Estuardo. Por supuesto, a causa de su vinculación de una mujer noble con un plebeyo (especialmente de uno que presidió la caída de la católica María Estuardo), y por el emparejamiento de una mujer joven con un hombre anciano, este matrimonio tiene poco sentido (a menos que sea visto desde una perspectiva judaica). Como explica Marshall (2000, p. 1999), Knox era el ‘ministro principal’ en Escocia en ese entonces. Si reconocemos a Knox como el Rabino Jefe, entonces su matrimonio con una mujer de la casa gobernante, y de ascendencia davídica, tiene un sentido eminente [N. del A. Con Margarita, Knox tuvo tres hijas: Marta, Margarita e Isabel Elizabeth; nuevamente, todos nombres bíblicos. Marta se casó con Alexander Fairlie/Fairleigh; Margaret se casó con Zachary (du) Pont; e Isabel con John Welsh].

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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)