Traducción del artículo publicado en LIFE SITE NEWS.
¿EL GOBIERNO ISRAELÍ AYUDÓ A ESTABLECER HAMÁS PARA SOCAVAR UNA SOLUCIÓN DE DOS ESTADOS?
«Cualquiera que quiera torpedear el establecimiento de un estado palestino tiene que apoyar el fortalecimiento de Hamás y transferir dinero a Hamás», dijo el Primer ministro Benjamín Netanyáhu a sus colegas del partido Likud en 2019. «Esto es parte de nuestra estrategia».
Patrick Delaney
Miércoles 6 de Diciembre de 2023 - 3:54 pm Hora del Este.
(LifeSiteNews) — Después de los resultados del ataque terrorista por Hamás el 7 de Octubre, se han planteado muchas preguntas sobre la cascada de aparentes fallas en la defensa de su población civil por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel, pero también, y con gran asombro, han salido a la superficie informes documentando el irónico y prolongado apoyo israelí para el grupo miliciano basado en Gaza que ataco y mató a muchos de sus ciudadanos.
Hace dos meses Hamás, que gobierna el enclave bajo el yugo del bloqueo israelí de 15 años, envió grandes grupos de combatientes para irrumpir el cercado causando las muertes reportadas de 1.200 personas, militares y civiles, aunque no es claro cuántas perdieron sus vidas debido al fuego amigo de los mismos militares israelíes.
Tal vez el hecho más conocido en Occidente respecto de Hamás es el compromiso explícito en su Carta de 1988 para “suprimir” el Estado de Israel cuyo ejército, cuarenta años antes, ejecutó muchas masacres a su población palestina como medio de expulsión de alrededor de 700.000 civiles de sus tierras y casas. Estos refugiados y sus descendientes, con aquellos que se sumaron durante la Guerra de los Seis Días en 1967, ahora suman más de 5,9 millones y están distribuidos en Gaza (70 por 100 de la población local), Jordania, Líbano, Siria y Cisjordania, con el derecho a regresar a su hogar legítimamente reconocido por el derecho internacional.
Aunque después Hamás moderó su retórica, todavía se rehúsan a reconocer el Estado de Israel, lo que parece razonable para al menos alguno de los sionistas más recalcitrantes. Incluso David Ben-Gurión, quien es reconocido como el primer fundador nacional de Israel, una vez le dijo a Nahum Goldmann, presidente del Congreso Mundial Judío:
«Si yo fuera un líder árabe, nunca negociaría con Israel. Eso es natural: hemos tomado su país. […] Venimos de Israel, pero hace dos mil años, ¿y qué es eso para ellos? Ha habido antisemitismo, los nazis, Hitler, Auschwitz, ¿pero eso ha sido su culpa? Ellos solo ven una cosa: hemos venido aquí y les hemos quitado su país. ¿Por qué deberían aceptar eso?».
Y semejante a la carta de Hamás que rechaza cualquier reconocimiento de Israel, la plataforma política del Partido Likud del estado judío también se compromete para asegurar que al pueblo palestino no se le permita nunca cumplir sus legítimas aspiraciones para establecer su propio estado. El plan de la solución de los dos estados para la paz es apoyado abrumadoramente por los gobiernos nacionales del mundo, junto con la Iglesia Católica, los ortodoxos y muchas otras iglesias cristianas.
El partido del Primer ministro Benjamín Netanyáhu declara que «rechaza de plano el establecimiento de un Estado árabe palestino al oeste del río Jordán», y ha sido capaz de torpedear tal desarrollo por el “pecado” de su ocupación militar por 56 años de la región, incluyendo su actual confiscación de territorio palestino a través de la expansión de asentamientos ilegales.
Otra estrategia empleada para conseguir este objetivo ha sido el prolongado apoyo que el Partido Likud y el Estado judío han dado a su presunto enemigo, Hamás, que como ellos, rechaza la solución de los dos estados.
El día siguiente del ataque del 7 de Octubre, Tal Schneider, escribiendo a The Times of Israel, recordó cómo Netanyahu ha estado ejerciendo por años esta política de tratar a Hamás «como socio». Esta táctica fue pensada para dividir a Gaza de la Autoridad palestina en Cisjordania y su búsqueda diplomática —con la comunidad internacional— de una solución de dos estados.
«Hamás fue promovido de un mero grupo terrorista a una organización con la cual Israel sostuvo negociaciones indirectas vía Egipto, y alguien a quien se le permite recibir infusiones de dinero del extranjero», escribió Schneider añadiendo que el gobierno israelí «permitió que ingresaran maletas llenas con millones en dinero catarí a Gaza por sus cruces fronterizos desde 2018».
La política era «tratar a la Autoridad palestina como una carga, y a Hamás como un activo», continuó, haciendo referencia también a informes en 2019 que citan el apoyo explícito de Netanyáhu para la transferencia de fondos a Hamás como medio para hundir al estado palestino.
Como informó el diario israelí Haaretz, el primer ministro dijo lo siguiente durante una reunión del bloque legislativo del partido Likud: «Cualquiera que quiera torpedear el establecimiento de un estado palestino tiene que apoyar el fortalecimiento de Hamás y transferir dinero a Hamás. […] Esto es parte de nuestra estrategia».
Muy pocos en Occidente son conscientes de este fuerte apoyo de Netanyáhu a Hamás.
También escribiendo sobre este tema en Haaretz, Adam Raz provee Una breve historia sobre la alianza Netanyáhu-Hamás, presentando un abundante nivel de evidencia de cómo este premier de larga data «ha dado una mano, de distintas maneras, al creciente poder militar y político de Hamás», implementando «una política de “divide y vencerás” frente a Cisjordania y Gaza».
«Su objetivo fue dañar a [el presidente de la Autoridad palestina Mahmud] Abbás e impedir la división de la Tierra de Israel en dos estados», escribe documentando las acciones de Netanyáhu en este aspecto, incluida la filtración de documentos militares de “alto secreto” y el entorpecimiento de las conversaciones de reconciliación entre Hamás y Fatah en 2017.
«Benjamín Netanyáhu y Hamás tienen una alianza política no declarada contra su enemigo común, la Autoridad palestina. En otras palabras, Netanyáhu tiene cooperación y acuerdo con un grupo cuyo objetivo es la destrucción del Estado de Israel», observó Raz. Y el ataque del 7 de Octubre es «un resultado de la política de Netanyáhu».
«Netanyáhu y Hamás son socios políticos, y ambas partes han cumplido con su parte del trato», concluyó.
Y aun, de acuerdo a un artículo en el Washington Post, tal apoyo del gobierno israelí no comenzó con el actual primer ministro, sino que fue dado desde el propio establecimiento de Hamás, del cual el columnista Ishaan Tharoor dijo: «En cierta medida… el Estado judío tiene que agradecerle su existencia».
Comenzando por la década de 1970, el secular partido Fatah de Yasser Arafat fue «el corazón de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP)» y sus «operativos en los territorios ocupados enfrentaron una brutal represión» de las fuerzas ocupantes israelíes. Por contraste, sin embargo, «las actividades de los islamistas afiliados a la Hermandad Musulmana vetada en Egipto fueron permitidas abiertamente en Gaza».
Viendo a estos islamistas «como un eficaz contrapeso» a la OLP, Israel miró favorablemente la obra del parapléjico clérigo jeque Ahmed Yassin quien «formó el grupo islamista Mujama al-Islamiya (الْمَجْمَع الْإِسْلَامِيَّ, Centro Islámico), al cual Israel primero reconoció como una caridad y después como una asociación. La Mujama de Yassin se convertiría en Hamás», escribió Tharoor.
Presentando otro posible motivo para tales políticas, el patriarca maronita Béchara Rai de Beirut observó en 2014 que «el proyecto de un nuevo Medio Oriente no está muerto, sino que está jugando a la luz de lo que vimos de la Primavera Árabe, que acabó con los movimientos populares y los remplazó con organizaciones radicales».
«El objetivo es dividir al Medio Oriente y crear estados sectarios para que Israel pueda vivir en paz y darse la justificación para ser un estado judío», dijo.
Desde el ataque del 7 de Octubre, los militares israelíes continúan bombardeando la Franja de Gaza causando la muerte de alrededor de 15.899 palestinos, de los cuales se reporta que el 70 por 100 son mujeres y niños. Esto no incluye los 7.000 reportados como desaparecidos, incluyendo 4.000 niños de los cuales se espera en su mayoría que estén muertos, enterrados bajo los escombros de sus casas.
A efectos de medida, Israel ha masacrado más palestinos en estos ataques recientes de los qye había hecho en los 22 años anteriores combinados. Adicionalmente, ha matado muchos más civiles (distinto de las bajas militares) en 59 días que los que murieron en 20 meses por la guerra Rusia-Ucrania, en ambos lados de ese conflicto (9.701).
El mes pasado, el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan declaró que Israel es un «estado terrorista», con el director de comunicaciones de su gobierno citándolo en una publicación en X: «Israel está implementando una estrategia de aniquilación total de una ciudad y su pueblo. Digo muy claro y sinceramente que Israel es un estado terrorista». Además, juró que su nación «dará pasos que asegurarán que los líderes políticos y militares que asesinaron brutalmente al pueblo oprimido de Gaza enfrenten un juicio en los tribunales internacionales».
Recientes encuestas en Estados Unidos revelan que el 61 por 100 de los votantes estadounidenses apoyan la idea de que su gobierno llame a un cese al fuego “permanente” en Gaza, una postura que la administración Biden ha rechazado.
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