Señor Dios Rey Omnipotente, en vuestras manos están puestas todas las cosas; y si queréis salvar a vuestro pueblo, nadie puede resistir a vuestra voluntad. Vos hicisteis el Cielo y la tierra, y todo cuanto en ella se contiene: Vos sois el dueño de todas las cosas; ¿quién podrá pues, resistir a vuestra Majestad? Por tanto, Señor, Dios de Abrahán, tened misericordia de vuestro pueblo, porque nuestros enemigos quieren perdernos, y exterminar vuestra herencia. Así, Señor, no despreciéis esta parte que redimiste con el precio de vuestra Sangre. Oíd, Señor, nuestras oraciones, sed favorable a nuestra suerte, levantad el azote de vuestro justo enojo, y haced que nuestro llanto se convierta en alegría, para que viviendo alabemos vuestro Santo Nombre, y lo continuemos eternamente. Amén.
Oración adaptada de Ester XIII, 9-18.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios deberán relacionarse con el artículo. Los administradores se reservan el derecho de publicación, y renuncian a TODA responsabilidad por el contenido de los comentarios que no sean de su autoría. La blasfemia está estrictamente prohibida, y los insultos a la administración es causal de no publicación.
Comentar aquí significa aceptar las condiciones anteriores. De lo contrario, ABSTENERSE.
+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)