El patriarca fanariota Bartolomé I Archondonis pidió el 31 de Marzo que la Pascua se celebre en una misma fecha todos los años a partir del año 2025.
«En este día, el mensaje mundialmente gozoso de la Resurrección adquiere una actualidad adicional, ya que nuestros hermanos cristianos no ortodoxos celebran hoy la resurrección de entre los muertos de nuestro Señor, la Santa Pascua. Ya hemos enviado aquí a nuestros representantes a todas las comunidades cristianas de las demás confesiones, para transmitirles los deseos festivos de la Santa Iglesia de Cristo Grande y nuestras felicitaciones patriarcales. Pero también desde esta posición dirigimos un cordial saludo de amor a todos los cristianos de todo el mundo que celebran hoy la santa Pascua. Pidamos al Señor que la celebración común de la Pascua que tendremos el próximo año no sea una feliz coincidencia, un hecho fortuito, sino el inicio del establecimiento de una fecha común para la cristiandad occidental, en vista del 1700.º aniversario, en 2025, de la convocatoria del primer Concilio Ecuménico de Nicea, que entre otras cosas también abordó la cuestión de la reglamentación del tiempo de la celebración de la Pascua. Somos optimistas porque hay buena voluntad y disposición por ambas partes, ya que la celebración por separado del único acontecimiento de la Resurrección del único Señor es un escándalo»,
dijo tras presidir la Divina Liturgia por el II Domingo de la Gran y Santa Cuaresma en la iglesia de San Teodoro en Vlanga (otro barrio de Constantinopla).
La fecha de la Pascua se fijó en el Concilio de Nicea en el Domingo siguiente al plenilunio del equinoccio de primavera, en un intervalo que puede variar entre el 22 de Marzo y el 25 de Abril, para distanciarse de la práctica judía de celebrarla el 14 de Nisán. Para la Iglesia Ortodoxa (y los católicos de rito oriental), la Pascua cae este año 2024 el 5 de Mayo, cinco semanas después de la Pascua Católica y protestante. Pero en 2025, coincidirán en celebrarla el 20 de Abril.
Estas variaciones se deben a que los ortodoxos siguen el calendario juliano, que tiene en la actualidad un retraso de 13 días respecto al calendario gregoriano (aunque el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, los Patriarcados melquitas de Alejandría y de Antioquía, los Patriarcados de Bulgaria y de Rumanía, y las iglesias autocéfalas de Chipre, Grecia, las Tierras checas y Eslovaquia, Albania y la iglesia autónoma de Estonia, la mayor parte de la Iglesia Ortodoxa en América, y la cismática Iglesia Ortodoxa de Ucrania de Epifanio Dumenko —autónoma bajo el Patriarcado de Constantinopla— adoptaron la revisión hecha el matemático serbio Milutin Milanković en 1923. Revisión que sin embargo fue rechazada por el Patriarcado griego de Jerusalén, la Iglesia Ortodoxa Rusa, la Iglesia Ortodoxa Serbia, la Iglesia Ortodoxa de Georgia, la Iglesia Ortodoxa Ucraniana-Patriarcado de Moscú —y la cismática Iglesia Ortodoxa Ucraniana-Patriarcado de Kiev de Filareto Denisenko—, los monasterios de Monte Athos y Santa Catalina del Sinaí, como también por sectores de Grecia, Bulgaria y Rumanía, que siguen el calendario antiguo).
De otra parte, un intento de fijación de la fecha de la Pascua se dio en Inglaterra con la Easter Act de 1928, que establece que la Pascua debe ser el Domingo siguiente al segundo sábado de Abril, esto es, entre el 9 y el 15 de Abril. Si bien la ley fue aprobada por el Parlamento, el Gobierno británico defirió a las distintas iglesias su implementación. Y en la Constitución deuterovaticana sobre la Liturgia “Sacrosánctum Concílium”, se anexó una declaración que va del siguiente tenor:
LATÍN
APPÉNDIXSacrosáncti Œcuménici Concílii Vaticáni secúndi de calendário recognoscéndo declarátioSacrosánctum Œcuménicum Concílium Vaticánum secúndum, haud parvi moménti æstímans multórum desidéria de festo Paschátis certæ domínicæ assignándo et de calendário stabiliéndo, ómnibus sédulo perpénsis, quæ ex inductióne novi calendárii manáre possint, hæc quæ sequúntur declárat:
- Sacrosánctum Concílium non obnítitur quin festum Paschátis certæ domínicæ in Calendário Gregoriáno assignétur, assentiéntibus iis quórum intérsit, præsértim frátribus ab Apostólicæ Sedis communióne sejúnctis.
Item Sacrosánctum Concílium declárat se non obsístere incéptis quæ cónferant ad calendárium perpétuum in societátem civílem inducéndum.Variórum áutem systemátum, quæ ad calendárium perpétuum stabiliéndum et in societátem civílem inducéndum excogitántur, iis tantum Ecclésia non obsístit, quæ hebdómadam septem diérum cum domínica servant et tutántur, nullis diébus extra hebdómadam interjéctis, ita ut hebdomadárum succéssio intácta, nisi accédant gravíssimæ ratiónes de quíbus Apostólica Sedes judícium ferat, relínquatur.
TRADUCCIÓN
APÉNDICEDeclaración del sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II sobre la revisión del calendarioEl sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II, reconociendo la importancia de los deseos de muchos con respecto a la fijación de la fiesta de Pascua en un domingo determinado y a la estabilización del calendario, después de examinar cuidadosamente las consecuencias que podrían seguirse de la introducción del nuevo calendario, declara lo siguiente:
- El sacrosanto Concilio no se opone a que la fiesta de Pascua se fije en un domingo determinado dentro del Calendario Gregoriano, con tal que den su asentimiento todos los que estén interesados, especialmente los hermanos separados de la comunión con la Sede Apostólica.
Además, el sacrosanto Concilio declara que no se opone a las gestiones ordenadas a introducir un calendario perpetuo de la sociedad civil.La Iglesia no se opone a los diversos proyectos que se están elaborando para establecer el calendario perpetuo e introducirlo en la sociedad civil, con tal que conserven y garanticen la semana de siete días con el domingo, sin añadir ningún día que quede al margen de la semana, de modo que la sucesión de las semanas se mantenga intacta, a no ser que se presenten razones gravísimas, de las que juzgará la Sede Apostólica.
El 12 de Junio de 2015, Francisco Bergoglio en el III Retiro Mundial de Sacerdotes organizado por la Renovación Carismática, dijo que «tienen que llegar a un acuerdo» para una fecha común, para acabar con el chiste de «Un católico y un ortodoxo se encontraron y se dijeron: “¿Tu Cristo ya resucitó? Porque el mío resucitará el próximo Domingo”». Al año siguiente, el “arzobispo” anglicano de Canterbury Justin Welby hizo otro tanto.
Todo ello es para que se cumpla la Escritura, que dice:
«Y él hablará mal contra el Excelso, y atropellará los santos del Altísimo, y se creerá con facultad de cambiar los tiempos de las solemnidades, y las leyes o ceremonias, y serán dejadas a su arbitrio todas las cosas por un tiempo, o año, y dos tiempos, y la mitad de un tiempo» (Daniel VII, 25/Versión de Mons. Félix Torres Amat).
Comentando este pasaje, Dom Augustin Calmet OSB, el padre George Haydock, Mons. Félix Torres Amat y Mons. Juan Straubinger coinciden en que se refiere al Anticristo, que cambiará las observancias litúrgicas. Profecía que desde hace más de 60 años se está cumpliendo.
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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)