Vexílla Regis

Vexílla Regis
MIENTRAS EL MUNDO GIRA, LA CRUZ PERMANECE

LOS QUE APOYAN EL ABORTO PUDIERON NACER

LOS QUE APOYAN EL ABORTO PUDIERON NACER
NO AL ABORTO. ELLOS NO TIENEN LA CULPA DE QUE NO LUCHASTEIS CONTRA VUESTRA CONCUPISCENCIA

NO QUEREMOS QUE SE ACABE LA RELIGIÓN

NO QUEREMOS QUE SE ACABE LA RELIGIÓN
No hay forma de vivir sin Dios.

ORGULLOSAMENTE HISPANOHABLANTES

ORGULLOSAMENTE HISPANOHABLANTES

martes, 11 de mayo de 2021

NOVENA A SAN BERNARDINO DE SIENA

Novena dispuesta por el padre Don Nicolás Requejo Castro, y publicada en León (España) en la imprenta y litografía de Manuel González Redondo en 1856, con permiso eclesiástico. Los obispos de León Joaquín Barbágero, y Fr. Francisco de la Puente de Segovia, conceden cada uno cuarenta días de Indulgencia a todos los fieles por cada vez y cada día que recen esta Novena.
   
A LOS LECTORES (Por el autor)
Los innumerables cuadros que cuelgan y decoran la Ermita de nuestro patrón San Bernardino son un testimonio claro y evidente de la devoción con que ha sido venerado en todo tiempo. Con lenguaje mudo, al par que elocuente y persuasivo, indican al cristiano atento que allí fueron colocados a consecuencia de los beneficios recibidos del Cielo por su intercesión, y señalan la puerta donde debemos llamar en la tribulación y angustia. Vemos en unos recobrada la salud en los umbrales del sepulcro; en otros la visible protección del Cielo para salvar peligros que ponían en riesgo la existencia, y en todos estampada la gratitud a un Santo que enjugó muchas lágrimas, devolviendo el consuelo a  las familias sumidas en dolor por la situación amarga del esposo y del hijo idolatrado postrados en el lecho del dolor y sin esperanza alguna en los remedios humanos. A vista, pues, de tan singulares favores no es de extrañar la devoción ardiente y fervorosa que manifestaron nuestros padres; devoción que nos vino con la sangre, y que procuramos conservar viéndonos igualmente favorecidos. Recientes están aún los efectos de la protección y solicitud paternal con que nos defendió en los estragos del cólera que llenó de consternación y luto a la nación entera, y deseando con vosotros, yo, dejar a los que nos sobrevivan una prueba de gratitud que aumente si es posible la devoción a nuestro Patrón, he compuesto esta novena para gloria de Dios, en honor del Santo, y provecho nuestro. Réstame solo advertir a los devotos que el mejor modo de hallar propicios a los Santos y alcanzar favores del Cielo, consiste en suplicarles con pura conciencia, con fe viva y confianza; y así aunque las virtudes del Santo sirven de asunto a la novena, el espíritu de ella se dirige a recordar los deberes sagrados del cristiano, para que reflexionando en ellos aproveche el tiempo presente y se haga digno de la vida eterna. Oh tú, cualquieta que seas, que atraviesas esta tierra de dolor empapada en tantas lágrimas; si llegaste a comprender la instabilidad de las cosas humanas, y cuán vano y mentiroso es el apoyo de los hombres; levanta, levanta tus ojos al Cielo donde está Dios que puede y quiere tu felicidad; pues con este objeto te concedió la existencia; y si la Majestad inmensa te impone, o tus pecados te acobardan, allí está nuestro Patrón a quien tanto ama, a quien benigno escucha y a cuya intercesión debes acogerte en toda necesidad. Avivemos, pues, nuestra devoción haciendo la novena una vez en el año, o cuando nos veamos en algún peligro, pero acompañen siempre a nuestra súplica la devoción, la fe y la Confianza, y purificando la conciencia en los sacramentos de penitencia y comunión, se abrirán los Cielos, y vendrán sobre los devótos del Santo gracias suficientes para ser felices en el tiempo y la eternidad. Amén.
  
NOVENA AL GLORIOSO SAN BERNARDINO DE SIENA

 
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
   
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador y Redentor mio, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido: propongo firmemente de nunca más pecar, y de apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, y de confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta: ofrézcoos mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y así como os lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita me los perdonaréis, por los merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio hasta la muerte. Amén.
  
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Dios magnífico y terrible en Santidad, dueño del tiempo y Señor de la eternidad, Vos sois el océano inmenso de bondad, misericordia y gracia, el origen de las virtudes y la fuente inagotable de los dones. Vos hicisteis los cielos y la tierra, y disteis ser a los Ángeles y al hombre, y si la naturaleza anuncia Vuestra gloria, y publica Vuestra bondad, yo también uniré mi acento al de los Serafines y os llamaré santo, santo, santo, deseando que tu santísimo nombre sea ensalzado en todos los ángulos del globo. Bendito seáis Señor y Padre mío, mi alma es vuestra, mi vida os pertenece y mi corazón os busca, porque sois el tesoro infinito y la felicidad completa. ¿Qué ocupación más grata para el hombre que bendecir y servir al Creador? Así debió hacerlo toda su vida; pero ay Dios mío, que traspasando el primer padre vuestro mandato, tocó el fruto fatal cuya amargura ha llegado a nosotros con su sangre; y al cántico de alegría sucedieron los ayes y gemidos, al candor de la inocencia el rubor y la vergüenza del pecado, y a la seguridad de la gracia la inquietud y remordimionlos en que se agita el corazón buscando el bien que perdió, y que jamás hallará. No, Dios mío, no hay remedio para la profunda llaga que alcanza a todas las generaciones, y solamente puede impedir se exacerbe el bálsamo de la Religión Santa. Dadme luz, mi Dios para no ser engañado más por la infernal serpiente; fortaleza para mortificar mis pasiones, y humildad para respetar y cumplir vuestros preceptos; y si no es dable dejar de suspirar y gemir en la tierra, la deje en paz y en gracia vuestra para recobrar en el Cielo la alegría de los Santos y alabaros eternamente. Amén.
 
Aquí se rezan tres Padrenuestros y Avemarías por las necesidades de la Iglesia y del Reino.
  
DÍA PRIMERO – 11 DE MAYO
SOBRE LA DEVOCIÓN Y RESPETO CON QUE DEBEMOS ESTAR EN LA PRESENCIA DE DIOS.
Dios mío y Señor: Siendo el objeto de la presente novena rendir un tributo de adoración a Vos, Señor que coronáis los Santos, dándonos en ellos protección y amparo en nuestra fragilidad y miseria, a la luz de la simple reflexión conozco la devoción, reverencia, y veneración con que debo parecer en vuestro templo para abrigar la esperanza de que os dignareis fijar sobre mí los ojos de misericordia, halle mi súplica propicia y paternal acogida. Sí, Dios mío, yo que me conozco tan pobre y necesitado en lo más indispensable para conservar la salud y la vida, y me veo reciamente combatido en el alma, y en el ejercicio de las virtudes por donde debo caminar a Vuestro Reino; yo que no tengo más patrimonio que la imperfección y el pecado, ¿me olvidaré al formar mi petición de la humildad y respeto que reclama vuestra Majestad, cuando los Ángeles para serviros cubren el rostro con sus alas? ¿Olvidaré también que según el profeta Rey, los gemidos del corazón son ofrenda que jamás desprecia vuestro amor? No lo haré así, Dios mío, ni seré tan tibio y poco reverente en mi oración como lo he sido hasta aqui, y que tal vez con este lamentable descuido habré dado causa para no ser escuchado ni socorrido en mis súplicas; antes bien procuraré encender mis palabras en el fervor y fuego santo que ardía en el corazón de nuestro Patrón San Bernardino, para que aprendiendo a orar, y penetrando mi acento en esa morada de gracia, alcance los auxilios que necesito en esta vida ya para salvar los peligros que me rodean, ya para socorro en la necesidad que me aflige, y lleno de gratitud me aplique a conseguir las virtudes, y la protección a que debo aspirar para entrar en la Gloria. Amén.

Aquí cada uno levantará su espíritu al Señor, y le pedirá por intercesión del Santo la gracia que solicita en esta novena.
  
DEPRECACIÓN A SAN BERNARDINO PARA TODOS LOS DÍAS
Seráfico Bernardino, gloria y ornamento de la Iglesia, Protector generoso de nuestro pueblo, y paño de lágrimas para todo el que os invoca en la desgracia, postrado ante el Altar abro a Dios mi corazón confiando en que le hallare propicio en mis necesidades. Bien sabéis la facilidad con que se pierde la salud; los peligros que amenazan a los inrereses indispensables para el sustento; los azares de la vida, y la guerra sin tregua que me hacen los que quieren perder mi alma; y si en la aflicción se acoge siempre el hijo al padre que le dio el ser, y el desvalido procura excitar la compasión con lastimeros ayes, ¿qué haré yo, pobre desterrado en este valle de lágrimas, sino buscar en el Cielo el consuelo que no hallo en la tierra? Temo sí que impregnada mi súplica en las imperfecciones que me rodean llegue manchada al trono del Señor, y para evitarlo y no poner obstáculo a su bondad inefable, no hallo otro medio que el de acudir a Vos, glorioso Santo, implorando tu intercesión en esta novena, para que sustituyendo a mi tosco lenguaje el acento puro de los Santos, secundes mi petición y alcances del Señor el amparo y consuelo que necesito en ta necesidad presente, como te lo concedió ya en esta vida y lo confirmaron los milagros. Venga pues sobre mí esa protección tan conocida, ese amparo tan seguro, y esa bondad que publican tus devotos, para que aumentando nuestra devoción y cantando aquí tus glorias, logremos cantar en tu compañía las de nuestro Dios, nuestro Padre y nuestro Bienhechor por los siglos sin fin. Amén.
 
Un Padrenuestro y Avemaría en honor a San Bernardino, y luego «Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, y la Virgen concebida sin pecado original».

GOZOS
    
Patrón Santo y piadoso
De un pueblo que tanto te ama
A Dios por nosotros clama,
San Bernardino glorioso.
  
En Siena, pais hermoso,
El mundo te vio nacer
Y con los años crecer
Tu espíritu fervoroso.
Con Dios eres ya dichoso,
Y pues a todos nos llama,
A Dios por nosotros clama,
San Bernardino glorioso.
  
Desde el Cielo poderoso
Acoges bajo tu manto
Al que miras en quebranto
O le ves menesteroso;
Sobre este pueblo amoroso
Nuexos favores derrama
A Dios por nosotros clama,
San Bernardino glorioso.
   
Si el labrador laborioso
Pide le guardes los panes
Fruto de muchos afanes
Para el sustento precioso,
En tiempo tempestuoso
Tú los peligros allana,
A Dios por nosotros clama,
San Bernardino glorioso.
  
Si con semblante lloroso
Clama una Madre afligida
Y os pide salad y vida
Para el hijo o el esposo,
Presta alivio presuroso
Al enfermo que está en cama
A Dios por nosotros clama,
San Bernardino glorioso.
  
El pueblo verá gozoso
Que su Patrón Bernardino
Dispensa el favor divino
Al devoto religioso;
Escucha, pues, generoso
Al que tu amparo reclama
A Dios por nosotros clama,
San Bernardino glorioso.
  
℣. Ruega por nosotros hienaventurado Bernardino
℟. Para que seamos dignos de las promesas del Señor.
 
ORACIÓN
Señor Jesús, que concediste a tu bienaventurado confesor Bernardino un amor tan grande a tu santo nombre; por sus méritos e intercesión te suplicamos, que infundas en nuestros corazones el espíritu de tu divino amor, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
 
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
   
DÍA SEGUNDO – 12 DE MAYO
Por la señal…
Acto de Contrición, Oración para todos los días y los tres Padrenuestros y Avemarías.
 
SOBRE LA DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN.
Dios mío y Señor: para poder agradaros en toda mi vida, y con especialidad en estos nueve días, os prometí ayer imitar las virtudes que más resplandecieron en nuestro patrón San Bernardino, y como resalta entre todas la devoción y ternura con que sirvió y amó toda la vida a la Santísima Virgen María, quiero yo inflamar mi corazón en tan grata ocupación, y consagrar mi atención y esmero en promover su culto, puesto que la habéis coronado como Reina de todo lo creado. Sí, dulce Jesús mío, yo deseo emplearme en el servicio de la que Vos llamáis Madre, porque os llevó en su virginal seno, os dio su pecho, os arrulló en su regazo, os lloró en la Pasión, y veló en la muerte. Y aunque estos títulos gloriosos no despertasen mi amor, la amaría por ser la criatura más bella y perfecta del universo, y complemento de todas las virtudes, áncora de salvación para las generaciones que atraviesan el océano del mundo, y faro refulgente que las conduce a seguro puerto. Si reflexiono en fin que como buena Madre emplea su poder y valimiento para asociarme a la Pasión de su Hijo y salvarme, que llena de amor y ternura solicita mi bien, y con afabilidad y agrado escucha mis súplicas y las atiende, ¿no seguiré con gusto las huellas de San Bernardino para correr a sus templos, visitar sus altares, y ofrecerla un testimonio de la veneración que nos merece la Reina de los cielos y la tierra? Pronto estoy, mi Redentor amado, pronto estoy a rendirla el homenaje y el obsequio que merece, porque sé que sirviendo a la Madre sirvo al Hijo, y que agradándola os agrado; porque no puedo menos de amar a la que es tan pura y hermosa, y porque necesito en fin de su amparo y patrocinio; ¡ojalá consiga yo agradarla! ¡Ojalá logre tenerla propicia en los muchos peligros de esta vida, para esperar también consuelo en la muerte y descansar en paz en la región de los escogidos. Amén.
  
Pedir la gracia que se desea recibir. La Deprecación y los Gozos se rezarán todos los días. 
   
DÍA TERCERO – 13 DE MAYO
Por la señal…
Acto de Contrición, Oración para todos los días y los tres Padrenuestros y Avemarías.
   
SOBRE LA DEVOCIÓN AL DULCE NOMBRE DE JESÚS.
Dios mío y Señor: A pesar de haber recibido en la revelación luz bastante para llenar cumplidamene vuestra ley, y serviros en espíritu y verdad, la vida de los Santos me presenta un ejemplo práctico de lo que debo hacer para salvarme, y destruyen las excusas que suelen presentar la fragilidad, las costumbres y los abusos. Brillante y rica en santidad la de nuestro Patrón San Bernardino, cuyo resplandor no había visto igual desde los Apóstoles, según un piadoso escritor, debo meditar continuamente en ella, para corresponder a los altos fines de mi creación, y seguirle en aquella ardiente devoción al dulcísimo Nombre de Jesús vuestro Hijo y mi Salvador, que no siendo bastante a contenerla su corazón, le traía esculpido en un escudo en medio de un sol, con el cual inflamaba sus exhortaciones y encendía el corazón de los oyentes. Quiera que este dulcísimo Nombre, ante el cual debe doblar la rodilla el Cielo, la tierra y el infierno, estuviese grabado en los corazones y le repitiesen sin cesar los labios del cristiano, porque en Él solo podemos ser salvos, y acogernos en todos los peligros. ¿Y se hace así en nuestros días? ¿No se ve por el contrario ultrajado y escarnecido este sagrado Nombre por hombres ignorantes, impíos y malvados que no saben hablar sin vomitar la blasfemia, ese pecado horrible por el cual vienen a no dudarlo tantos males sobre la tierra? Si Vos nos decís que las calamidades son efectos del pecado, ¿podemos extrañar que la peste, las guerras, y el hambre diezmen las generaciones, en un tiempo en que se hace la guerra a vuestro Cristo con impudencia y descaro? Basta ya de osbtinación, Dios mío, y haced que el blasfemo conozca que provoca la cólera del Cielo en los tremendos azotes que nos envías; y que si hasta hoy no alcanzan a los culpados, no está muy distante el día en que serán víctima de otros mayores que tiene reservados vuestra justicia para castigo y expiación de sus pecados. Haced, Señor, que los devotos de San Bernardino le imiten en su lenguaje puro y casto, y sobre todo tengan siempre en sus labios el dulcísimo Nombre de Jesús, para que manifestando en la palabra la religión y virtud que abrigan, os alaben y bendigan en la vida y en la muerte. Amén.
  
Pedir la gracia que se desea recibir. La Deprecación y los Gozos se rezarán todos los días. 
 
DÍA CUARTO – 14 DE MAYO
Por la señal…
Acto de Contrición, Oración para todos los días y los tres Padrenuestros y Avemarías.
   
SOBRE EL DESPRECIO DE LOS BIENES TERRENOS.
Dios y Señor mío, que me mandáis buscar con preferencia el Reino de los cielos asegurándome que con él me vendrán los bienes de la tierra, yo me ruborizo en vuestra presencia porque, lejos de seguir vuestro consejo, tengo el corazón esclavo de los bienes terrenos, procurando con afán acrecentarlos sin reparar en los medios, violando los preceptos de la Iglesia por contentar mi avaricia, sin cuidar de adquirir los únicos bienes que hacen la felicidad del alma inmortal creada para Vos. La falta de meditación en los bienes eternos me oculta todo su valor y hermosura, y envuelto en pensamientos apocados corro tras el oro y los honores, sin advertir que todo es vanidad y polvo que, o lleva el viento, o se hunde en el sepulcro. ¡Qué diferencia entre nosotros y el glorioso Patrón a quien veneramos, y qué pruebas vemos en las mitras colocadas a sus pies! Embebido en los bienes que reserváis en vuestra gloria, no solamente no apetecía los de la tierra sino que, rehusando los obispados de Siena, Ferrara y Urbino, exclamaba cuando le brindaban con honores: «Estoy contento con el sayal, y no quiero entrar en nuevo rumbo donde tal vez naufrague». Oh Dios mío ¿por que degradamos la inteligencia que nos habéis dado, prefiriendo los bienes perecederos y caducos a la promesa inefable de vuestro reino? ¿Por qué nos obcecamos en pasatiempos pueriles, cuando debiéramos rivalizar en obras santas, suspirando por las delicias de la gloria? ¿Por qué este afán de recoger y atrojar, y tanta negligencia para lo bueno y santo? ¿Cuánto nos daña la ignorancia en que vivimos, y cuán lamentable es el descuido en negocio tan interesante? No os conozco mi Dios, ni aprecio como debía Vuestra doctrina, pues si la apreciase, seríais Vos el recreo de mi alma, el embeleso de mis sentidos, y blanco de mis acciones. Si os amase estaría en Vos mi corazón a todas horas, y tendría que violentarme para atender a las obligaciones terrenas, ansiado por concluirlas, para volver luego a vuestra amable compañía. Abra una vez los ojos a vuestra luz Dios mío, y no permitáis deje esclavizar mi corazón en los bienes; antes bien use de ellos con sobriedad y moderación, y no sirvan jamás de obstáculo para que cumpla los deberes cristianos, viva en gracia y logre los eternos en la Gloria. Amén.
  
Pedir la gracia que se desea recibir. La Deprecación y los Gozos se rezarán todos los días. 
   
DÍA QUINTO – 15 DE MAYO
Por la señal…
Acto de Contrición, Oración para todos los días y los tres Padrenuestros y Avemarías.
   
SOBRE LA CARIDAD CON EL PRÓJIMO.
Señor mío Jesucristo, que abrasado en perfecta caridad por nuestra salud os dignasteis vestir nuestra carne, vivir sujeto a las penas y dolores de esta vida, y sufrir en la cruz una muerte cruel y afrentosa, yo os doy gracias porque me dais parte en esta virtud que es la reina de las otras, para que pueda también dispensar sus efectos al prójimo que debo amar como a mí mismo. Ciegos imitadores de vuestra caridad, no solo debemos evitar la murmuración, la intriga, los altercados y guerra que turban la armonía que debe reinar entre cristianos, sino que debemos sostenernos y apoyarnos mutuamente con la palabra y con el ejemplo, sufriéndonos los unos a los otros como hermanos. Debe pues manifestarse en todos los pasos, y servir de guía a nuestras obras, pero nunca nos la reclamáis con más ardor que en ciertas épocas, y con ciertas personas a quienes carga la tribulación y son más dignas de compasión. Esta sola consideración llevó a nuestro Patrón San Bernardino al hospital de la Escala en Siena, donde la peste hacía estragos horrorosos y había esparcido el terror y espanto. En el celo y caridad con que atendía a los enfermos se dejó ver un Ángel de consuelo enviado por el Señor, pues no contento con asistirles y cuidarles con esmero en lo tocante a la salud corporal, les auxiliaba y socorría con indecible fervor en los últimos instantes de la vida, cerraba en paz sus ojos, y componía los cuerpos para ponerlos en el sepulcro. ¡Oh Redentor amado, cuándo sentiré en mi corazón una chispa de esa caridad abrasada para que, si no puedo ejercerla en tan heroico grado, alargue siquiera al prójimo una mano generosa que enjugue sus lágrimas en los días amargos, y socorra también al pobre partiendo con él lo que me alarga vuestra bondad tal vez con menos mérito! Arda en mí la caridad, dulce Jesús mío, pues sin ella las virtudes y aún los dones del Cielo son sonidos que se lleva el viento y sombra vana sin existencia, y puesto que los actos de caridad han de ser materia del Iuicio que me espera, reputando como vuestros los socorros o desprecios de los pobres, haced que en ellos os vea a Vos, para que por la compasión que Ies dispense y por el consuelo que les dé, me consoléis también en el día de la necesidad extrema y descanse en vuestros brazos. Amén.
  
Pedir la gracia que se desea recibir. La Deprecación y los Gozos se rezarán todos los días. 
   
DÍA SEXTO – 16 DE MAYO
Por la señal…
Acto de Contrición, Oración para todos los días y los tres Padrenuestros y Avemarías.
   
DIFERENCIA ENTRE LA VIDA DE LOS SANTOS Y LA NUESTRA.
Glorioso sois, Dios mío, en vuestros santos, cuya vida presenta un destello de los infinitos atributos que forman la santidad inmensa que os rodea y de la que les dais parte. Las inspiraciones santas con que favoreces a vuestros escogidos, y esa mano divina con que aligeráis el peso de vuestro yugo, les hacía abrazar con gusto la mortificación y penitencia hasta formar una hostia viva, cuya oblación servía para vuestra gloria y para contener los pecados del mundo; y deseando que todos los hombres entrasen en el camino del Cielo, dejaban la patria para anunciar el Evangelio en remotas tierras, dejaban los bienes y dignidades por amor a la pobreza y retiro, y abrazaban con ansia las obligaciones más penosas en beneficio de la humanidad, llenando de admiración al mundo con sus virtudes heroicas, y enseñando a los demás con la brillante victoria de sus pasiones. Mas ¿de qué nos sirven todos estos ejemplos, Dios mío? ¿Cómo aprovechamos las instrucciones prácticas de lo que podemos hacer por vuestra gloria y en beneficio de las almas? Cobardes para todo lo que nos inspira la Religión, y flojos para abrazar la penitencia que alcanza la gracia y el perdón de nuestros pecados, somos impetuosos y esclavos de un lujo fastuoso que provoca la disolución de un excesivo amor a las diversiones y placeres que alejan la penitencia, de una ambición sin límites que aborrece la pobreza, del orgullo y soberbia que nos revela contra vuestra ley, y del amor propio que nos ciega creyéndonos superiores a los demás, encubriendo nuestros defectos y siguiendo con ojos cerrados los caminos del siglo sin atender a que tras este tiempo viene otro en que seremos juzgados y premiados, o castigados según las obras. Alúmbranos, Señor, con la luz que guió a aquellas almas sublimes que supieron llenar vuestros deseos, o al menos haced que imitando la vida de nuestro Patrón, sienta mi alma amor a la virtud, y si no llego a la misma perfección, os sirva lo bastante para alabaros en su compañía en vuestra gloria. Amén.
  
Pedir la gracia que se desea recibir. La Deprecación y los Gozos se rezarán todos los días. 
   
DÍA SÉPTIMO – 17 DE MAYO
Por la señal…
Acto de Contrición, Oración para todos los días y los tres Padrenuestros y Avemarías.
      
SOBRE EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA.
Dios mío, no hay cosa más grande y de mayor consuelo para el cristiano, que el tesoro de misericordia que encierra el Sacramento de la Penitencia. El hombre pecador que en mala hora y en momentos de extravío os ofende, alcanza vuestra gracia y amistad, y recobra los derechos que pierde a la gloria celestial. Y yo, Dios mío, a quien los latidos del corazón agitado con el peligro en que me han colocado mis pecados, me reprenden mi negligencia y descuido, ¿No correré presuroso a ese asilo de paz y de salud donde puedo dejar el peso que fatiga mi alma, y calmar mi angustia? Sí, Dios mío: yo examinaré primero mi conciencia con escrupulosidad, y si he sido un lince para las cosas de este mundo engañoso, lo seré también para escudriñar los pliegues del corazón, y extraer todo lo que hallare manchado. En su vista me llenaré de dolor por haberos ofendido siendo tan bueno, convirtiendo vuestras misericordias conmigo en medios para ultrajar vuestra Majestad inmensa. ¿Y cómo es posible no formar una resolución firme de no más pecar, si contemplo el abismo en que he corrido tanto tiempo y del que solamente puedo librarme por este Sacramento? Yo ignoro, Dios mío si esta confesión será la última de mi vida, y si en el mismo estado en que quede mi alma ha de parecer ante el tribunal terrible donde solo Vos sois Juez, y donde no hay apelación, y movido de un santo temor quisiera abrir el corazón para curar con el bálsamo divino las llagas que hayan causado los afectos impuros y terrenos. ¿Quién me asegura el mismo consuelo en la última enfermedad, donde el enemigo nos entretiene, y los amigos y deudos, movidos de una compasión mentida nos engañan por no sobresaltarnos, mientras la enfermedad progresa y suspende los sentidos, privando al alma de los auxilios que necesita en situación tan terrible en que pende la eternidad? Nadie, Dios mío, nadie puede darme esta seguridad, y por lo tanto voy a postrarme al sagrado tribunal de la Penitencia, donde después de alcanzar gracia, pueda también esperar escucharéis las súplicas que os hago en esta Novena, y me atendereis en la necesidad que me aflige, y por la cual os pido con todo el afecto de mi corazón. Esto es hecho, diré con el profeta Rey, de hoy más entraré en vida nueva y entraré en buena conciencia en el santuario y en el altar, ya que estuve tantas veces en presencia de los Ángeles con el alma corrompida y el cuerpo profanado, cuando debía ser templo del Espíritu Santo, donde haciendo Vos mansión le llenéis de dones y gracias para serviros con fidelidad. Amén.
  
Pedir la gracia que se desea recibir. La Deprecación y los Gozos se rezarán todos los días. 
   
DÍA OCTAVO – 18 DE MAYO
Por la señal…
Acto de Contrición, Oración para todos los días y los tres Padrenuestros y Avemarías.
     
SOBRE LAS MISERICORDIAS DE DIOS CON LOS HOMBRES.
Dios mío, es tanta la copia de gracias y favores con que nos colmáis en esta vida, que en todas partes vemos impresa la huella de vuestra infinita misericordia. Esta bondad y generosidad sin límites debiera en verdad hacernos más agradecidos, y corresponder mejor a tantos beneficios obrando con temor y temblor nuestra justificación, porque indudablemente llega tiempo en que vuestra liberalidad presente nos saldrá a la cara por no haber hecho de ella el uso conveniente. Lucirá vuestro día, Señor, después de estos pocos que nos concedes, y aunque ahora es todo carne, tierra, ilusión y concupiscencia, cuando se concluya todo y comparezca en vuestra presencia, el abuso de estas gracias se convertirá en severo fiscal y acusador, y mi mayor tormento será haber esterilizado todo lo que vuestra sabiduría infinita había ordena para mi salvación, convirtiéndolo mi malicia en medios de condenación. ¿Cuándo, Dios mío, cuándo caerá de mis ojos esta venda fatal que me impide ver con claridad los pasos que voy dando en este mundo, arrastrado de las máximas pecaminosas que en todas partes pululan, sin reparar en que los bienes y beneficios que disfruto me están llamando a Vos? Si de vuestra mano he recibido la vida y cuanto me rodea, ¿por qué no sois también el objeto de mi amor, el imán de mis deseos y el tesoro de mis aspiraciones y afectos? Hallo en mi alma un espacio que no se llena con las cosas de la tierra: la impaciencia en que se agita por encontrarla, la esperanza que abriga en su seno, y el impulso involuntario con que vuelan los ojos al Cielo buscando un objeto digno de su atención y amor; todo, Dios mío, me recuerda que este objeto divino sois Vos, y que sin estar en amistad y gracia vuestra, no puedo vivir tranquilo y menos ser feliz. Pues bien, si he nacido para el Cielo, haced, mi Dios, que en él estén mi pensamiento, mi voluntad y deseos; que no degrade tanta dignidad, ni desprecie derechos tan preciosos, antes bien ordene mi vida de modo que en ella se manifieste la grandeza de mi origen y la santidad del fin para que he sido creado, que no es otro que el de hacerme participante de vuestra Gloria, donde espero llegar para daros gracias por toda la eternidad. Amén.
  
Pedir la gracia que se desea recibir. La Deprecación y los Gozos se rezarán todos los días. 
    
DÍA NOVENO – 19 DE MAYO
Por la señal…
Acto de Contrición, Oración para todos los días y los tres Padrenuestros y Avemarías.
     
DEPRECACIÓN PARA QUE EL SEÑOR ACEPTE ESTA NOVENA.
Dios mío: Hoy que estamos en el último día de la novena, debo encender en nueva llama mis palabras para suplir la distracción, descuido o frialdad que tal vez ha mediado en toda ella. Aunque he procurado rezarla con el espíritu, devoción y fuego santo que nos inspira la imagen de nuestro Patrón San Bernardino, y aunque la necesidad y aflicción me rodea, conmueve el corazón y excita la compunción, temo sin embargo que la fragilidad que se desliza en los afectos más puros, y el aliento terreno que empaña los deseos de un alma abrasada en vuestra presencia, esterilicen mis súplicas y suspendan vuestras misericordias. Si ha sucedido así, y por esta causa no me habéis atendido todavía en la gracia que os he pedido en estos días, hoy elevo a Vos, Dios mío, la voz del desterrado que os necesita, voz importuna tal vez, pero que no cesará en sus lamentos hasta que me consoléis; pues derechos tiene el hijo pobre y desvalido para esperar le atienda el Padre que abunda en riquezas y en poder. Pecador soy, es verdad, y que os he ofendido mucho, lo confieso, mas también pecó el hijo pródigo, y no por esto dejó de recibirle en sus brazos el Padre que le lloró perdido, abriéndole su casa y demostrando con regocijo lo mucho que le amaba. Me vuelvo también a Vos, Dios mío, y clamo por la necesidad que os he manifestado, sin que dejéis de atenderme en tantas otras en que abunda este valle de lágrimas, donde los peligros son nuevos todos los días y en todos ellos, y aún en un instante puede naufragar mi salvación; y si no tienen valor alguno todas mis súplicas, escucha benigno las de nuestro Patrón San Bernardino que no puede faltarnos estando bajo su tutela y protección. Sálvenos su intercesión, Dios mío, como ha salvado tantas veces a nuestros padres, tiéndenos el manto de su protección como tendió el suyo sobre las aguas del Golfo de Mantua y le pasó sin peligro, y en su nombre publicaremos vuestros favores, crecerá nuestra devoción para daros gloria, Señor, en esta vida, y daros las gracias en la eternidad. Amén.
  
Pedir la gracia que se desea recibir. La Deprecación y los Gozos se rezarán todos los días.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los comentarios deberán relacionarse con el artículo. Los administradores se reservan el derecho de publicación, y renuncian a TODA responsabilidad por el contenido de los comentarios que no sean de su autoría. La blasfemia está estrictamente prohibida, y los insultos a la administración es causal de no publicación.

Comentar aquí significa aceptar las condiciones anteriores. De lo contrario, ABSTENERSE.

+Jorge de la Compasión (Autor del blog)

Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)