Traducción del artículo publicado por Aldo María Valli en DUC IN ALTUM.
«Nuestro trabajo fue antiético y totalitario». Esta es la admisión hecha por algunos científicos británicos, miembros de un comité que alentó el uso del miedo para controlar el comportamiento de las personas durante la pandemia de Covid.
Las declaraciones se encuentran en el libro de Laura Dodsworth A State of Fear. How the UK government weaponized fear during the Covid-19 pandemic (Estado de miedo. Así el gobierno británico convirtió en arma el miedo durante la pandemia de Covid-19), publicado hace pocos días en Gran Bretaña.
En el libro, algunos miembros del Scientific Pandemic Influenza Group on Behaviour (SPI-B, Grupo científico sobre el comportamiento de la pandemia de influenza) no ocultan su remordimiento por las tácticas empleadas.
En Marzo del año pasado, el grupo SPI-B aconsejó al gobierno británico aumentar «el nivel percibido de amenaza personal» a causa del Covid-19 porque en aquel momento «un número notable de personas aún no se sentía suficientemente amenazado personalmente».
Gavin Morgan, un psicólogo del grupo, afirma: «Claramente, no es ético usar el miedo como medio de control. Usar el miedo sabe a totalitarismo. No es una postura ética para ningún gobierno moderno. Por naturaleza soy una persona optimista, pero todo esto me ha dado una visión más pesimista de las personas».
El SPI-B es uno de los subcomités que en Gran Bretaña aconsejan al Grupo científico consultivo sobre las emergencias (SAGE), dirigido por sir Patrick Vallance, consejero científico jefe.
Un científico del SPI-B dice a Laura Dodsworth: «En Marzo [de 20202], el gobierno estaba muy preocupado por la obediencia a las disposiciones, considerando que la gente no había querido estar encerrada. Hubo discusiones sobre el hecho que el miedo fuese necesario para alentar la obediencia, y se tomaron decisiones sobre cómo aumentar el miedo. El modo en que hemos usado el miedo es distópico. Seguramente, el uso del miedo fue éticamente discutible. Fue como un experimento extraño. Al final, se volvió contra nosotros porque la gente se espantó demasiado».
Otro miembro del SPI-B dice en el libro: «La psicología se podría llamar “control mental. Esto es lo que hacemos. Claramente buscamos hacerlo en forma positiva, pero en el pasado hubo también un uso nefasto».
Un miembro del comité advierte que «la gente usa la pandemia para tomar el poder y hacer que pasen cosas que de otro modo no sucederían… Debíamos estar muy atentos al autoritarismo que se está insinuando». Y otro declara: «Sin una vacuna, la psicología es tu arma principal… De hecho la psicología ha tenido a disposición una buena epidemia».
Más allá de las advertencias explícitas sobre el peligro del virus, el gobierno es acusado de haber alimentado la población con una dieta imparable de malas noticias, a base de muertos y recuperados, sin nunca contextualizar las cifras, por ejemplo, explicando si el número de muertos jornaleros era superior o inferior a los promedios estacionales.
Otro miembro de la SPI-B dijo estar «sorprendido por el uso de la psicología comportamental como arma» durante la pandemia, y que «los psicólogos no parecían darse cuenta de cuándo dejaron de ser altruistas y se volvieron manipuladores». Explica la admisión: «Tienen demasiado poder y esto los intoxica».
Steve Baker, vicepresidente del Grupo de Recuperación del Covid de los diputados conservadores, dijo: «Si es verdad que el Estado tomó la decisión de aterrorizar a la gente para obtener el respeto de las reglas, esto levanta preguntas extremadamente serias sobre el tipo de sociedad que queremos devenir».
Por tanto, A State of Fear. How the UK government weaponized fear during the Covid-19 pandemic es un libro sobre el miedo. Miedo de un virus, miedo de la muerte, miedo de perder nuestro trabajo, nuestra democracia, nuestros vínculos humanos, nuestra salud y nuestras mentes. El miedo es la emoción más poderosa. En los seres humanos juega un papel fundamental en el proceso evolutivo. Pero esto lo hace también uno de los instrumentos más potentes en la caja de herramientas de la psicología comportamental, y de hecho fue y es usada para manipular y controlar a las personas a durante la pandemia.
Después que las declaraciones de los científicos comportamentales, que han admitido haber aconsejado al gobierno aumentar el sentido de “amenaza personal” tanto como para aterrar a la población hasta la sumisión, muchas preguntas son legítimas: ¿en qué modo el miedo influenció la opinión pública? ¿Quién está verdaderamente involucrado en los procesos decisionales que influyen en nuestra vida? ¿En qué modo la ciencia comportamental es utilizada para manipularnos en forma subliminal? ¿En qué modo los medios emplean el miedo? ¿Cuáles son los riesgos reales para el bienestar psicofísico?
La autora explica que casi desde el inicio del aislamiento ha advertido una preocupación creciente por las consecuencias, ciertas e inevitables, que la difusión del terror habrá tenido sobre la población. Preocupación confirmada al ver que demasiadas personas consideran ahora a sus conciudadanos –incluso familiares y amigos– como enemigos. El proceso de atomización social nunca estuvo tan acentuado. ¿Cómo se podrá reparar este daño?
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+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)