GOBIERNO CHINO NOMBRA OBISPÓN CONTRARIANDO AL VATICANO

El 4 de Abril, la “Conferencia de Obispos Católicos de China” (órgano controlado por el gobierno) instaló a su presidente, José Shen Bin (若瑟 沈斌) como ordinario de Shanghái sin la aprobación vaticana.

Según el acuerdo sino-vaticano de Francisco Bergoglio, la elección de un nuevo ordinario debe ser hecha conjuntamente por el Vaticano y Pekín. El obispado de Shanghái ha estado vacante durante diez años: el “patriótico” Luis Jin Luxian SJ (類思 金 魯賢) y el “clandestino” José Fan Zhongliang (若瑟 范忠良) SJ murieron en 2013 y 2014 respectivamente, y el auxiliar inicialmente planeado y escogido, José Xing Wenzhi, renunció el 11 de Diciembre de 2011, y nunca más se supo de él.

Tadeo Ma Daqin (達陡 馬 達欽), reconocido tanto por el Vaticano como por China como auxiliar de Shanghái, está bajo arresto domiciliario en el seminario de Sheshan por renunciar a la Asociación Patriótica de Católicos Chinos inmediatamente después de su “instalación” episcopal como auxiliar de Shanghái el 7 de Julio de 2012. Su castigo continúa aunque se cuenta que en 2016 se unió de nuevo a la Asociación Patriótica. Solo se le permite ir al Consejo Consultivo Popular, mas no realizar ningún oficio religioso.

  

Según informes de la Agencia de Noticias Guangqi de la Diócesis de Shanghái, la ceremonia de inauguración de Shen en la catedral de San Ignacio fue presidida por el presbítero Ignacio Wu Jianlin, del Comité Católico de Shanghái para Asuntos Educativos, y el presbítero José Yang Yu, Secretario General de la Conferencia Episcopal China, leyó la carta de nombramiento de la Conferencia Episcopal. Tras los discursos del arzobispo de Pekín José Li Shan (若瑟 李山) y de algunos clérigos diocesanos, Shen Bin dio su discurso. Nunca mencionó a Francisco Bergoglio cuando asumió el cargo, sino que manifestó su deseo de continuar la «hermosa tradición de amor a la patria y a la Iglesia católica de Shanghái», respetando los principios de independencia y autogobierno, recordó la urgencia de seguir la línea de la «sinicización de la Iglesia en China» y su intención de «promover el anuncio del Evangelio», según lo que ha sido «la gran tradición de Shanghái».

Se rumorea que Shen exigió grandes donaciones en efectivo para instalar presbíteros en su diócesis.

El portavoz del Vaticano Matteo Bruni dijo que la Santa Sede se enteró de la instalación de Shen por los medios de comunicación:

«La Santa Sede fue informada hace unos días de la decisión de las autoridades chinas de trasladar a monseñor Shen Bin, obispo de Haimen, a la diócesis de Shanghai, y se ha enterado por los medios de comunicación del traslado esta mañana. Por el momento, no tengo nada que decir sobre la valoración de la Santa Sede al respecto».