CUELGA LOS HÁBITOS EL “PADRE TIKTOK”

Matthieu Jasseron, próximo a cumplir los 40 años y más conocido como el “Padre TikTok”, anunció en un vídeo publicado en YouTube que dejaba el presbiterado.

En el vídeo, Jasseron se despacha contra lo que denominó “el pecado original y esencial de la Iglesia: Haber hecho de la más bella de las revelaciones espirituales una institución política”, y se presenta como una víctima de agresión, presiones ¡de los servicios de inteligencia!, traición y abuso de poder.

  

Hijo de un farmacéutico fallecido y de una ingeniera de la Defensa, Matthieu creció en un ambiente irreligioso donde no se oía siquiera una oración. Con todo, se hizo bautizar ya de adulto y tras renunciar a su cargo de protocolista notarial, fue “instalado” presbítero el 29 de Junio de 2019 por el arzobispón de Sens-Auxerre y Prelado de la “Misión de Francia” Hervé Jean Robert Giraud Minodier, quien pasaba por alto las irreverencias que cometía y las herejías que decía su súbdito durante su “carrera” en las redes sociales (de hecho, NUNCA LO REPRENDIÓ ni por negar que la homosexualidad es pecado, ni por decir que el diablo es un cuento infantil; mucho menos por bailar en su iglesia con otros colegas esa canción diabólica que es “Jerusalema”), pero no pudo protegerlo más porque el pasado 13 de Marzo, Giraud (dicho sea de paso, el primer obispón en Francia en tener una cuenta de Twitter) fue trasladado a Viviers, una diócesis de tercera categoría.

A fines de Mayo, tras anunciar seis meses atrás que abandonaba las redes sociales dizque «para evitar convertirse en gurú», cedió su cuenta de TikTok (que en su ápice más de 1,2 millones de seguidores y 30 millones de “Me gusta” en tres años) a la asociación “1000 Raisons de Croire” (1000 razones para creer), un equipo de jóvenes “misioneros digitales” de una línea más “convencional”. La plataforma de vídeos “Théostream” (una suerte de “Netflix cristiano”) fue entregado a la carismática Comunidad del Emmanuel (a la que pertenece el obispón retirado de facto de Fréjus-Tolón Dominique Marie Jean Rey Périer), y su cuenta de Instagram con 63.000 seguidores la entregó a “Lueurs” (Destellos), un servicio de pódcast de la Archidiócesis de París. Al mes siguiente, se despidió de la que había sido su parroquia y escenario de sus irreverencias, la iglesia de San Juan Bautista de Joigny, donde fue enviado el presbítero Jean-Éric Agbobli como administrador parroquial desde el 1 de Septiembre (Agoboli, incardinado en la diócesis de Sens-Auxerre desde el 8 de Marzo, venía de la diócesis de Kpalimé en Togo con el lastre de haber sido acusado de presuntos abusos sexuales en la Escuela Polivalente del Espíritu Santo de la cual era rector, y hacer arrestar a los profesores denunciantes).