OBISPONES BELGAS CRITICAN A BERGOGLIO POR SUS PALABRAS (Y POR QUERER “BEATIFICAR” AL REY BALDUINO “El triste”)

Tres obispones belgas se han unido para criticar a su jefe Francisco Bergoglio tras su visita a Bruselas del 27 al 29 de Septiembre, durante la cual calificó a los médicos abortistas de «sicarios».

   

El líder del régimen belga, el primer ministro Alexander De Croo Desguin, ideólogo abortista, calificó esta apreciación como «totalmente inaceptable» en una sesión del Parlamento Belga.

El obispón de Namur, Pierre Warin Dabin, dijo de Bergoglio en la página web de la diócesis:

«Ha suscitado polémica. Debemos aceptar nuestra sociedad tal como es. El testimonio cristiano debe ser más humilde. Estoy seguro de que el Papa no escribe todos sus discursos, pero debe tener en cuenta el contexto del país en el que se encuentra».

Por su parte, el obispón de Tournai, Guy Harpigny Adams, declaró a NoTele.be:

«No es a mí a quien se le debe preguntar qué puede hacer o no un Papa. En cualquier caso, cuando habla de estas cuestiones es en el nivel de la moral, que es diferente, distinto en todo caso de la legislación estatal. No hace falta que haga comentarios sobre lo que está sucediendo en Bélgica a nivel del Parlamento. Eso no es para él.

 

Cuando el rey Balduino se negó a firmar esta ley, directamente en Roma, en el Vaticano, dijeron que era magnífico. En Bélgica todavía estábamos perplejos. El hecho de que el Papa quiera beatificar al rey Balduino proviene probablemente de algunos [católicos], pero los obispos nunca lo han pedido. Y ahora pide a los obispos que participen en este trabajo. Obviamente obedeceremos, somos obispos».

En 1990, el rey Balduino I de los Belgas, no obstante las presiones del cardenal Danneels, se había negado a firmar la ley del aborto, que fue aprobada de todos modos. Frente a esta situación insólita, se acordó que él renunciaría al trono, asumiendo la regencia el Consejo de Ministros que firmaría la ley. 36 horas después, Balduino regresó al trono, tras una votación plenaria del Parlamento.

   

«Estoy de acuerdo con que el Papa diga algo sobre el aborto, pero llamar ‘sicarios’ a los médicos, a los ginecólogos –ya lo hizo hace unos años– es un poco fuerte. Y entiendo [sic] a los ginecólogos», añadió Harpigny. Sin embargo, Bergoglio no se refería a los ginecólogos, sino a los abortistas.

El obispón Johan Jozef Bonny Lootens de Amberes, activista homosexual y amigo de Bergoglio, se opuso a la beatificación del rey Balduino anunciada por este en su misa al aire libre en Bruselas.

   

«No sabíamos que el Papa diría eso. Por mis años en Roma sé que Balduino era venerado allí como santo. Sólo ellos pensaron que había dejado su realeza debido a la ley del aborto. Tuve que explicar cada vez que sólo dimitió durante 36 horas según un procedimiento acordado. Su imagen de que no quería ser rey de un país donde se aceptaba el aborto es incorrecta. En Roma han olvidado que después siguió siendo rey», dijo al diario De Standaard. «Pienso que sus consejeros no lo aconsejaron bien. Estos últimos minutos arrojaron una sombra sobre los tres días anteriores. Se siente como que el Papa tiró otra bomba y se fue. Eso es fácil».

   

Warin y Harpigny llevan más de un año que pasaron la edad de retiro forzoso para los obispones conciliares, y aún conservan su puesto.