El
pasado 22 de Agosto, con motivo de la apertura del Sínodo anual de la
Unión de Iglesias Metodistas y Valdenses para escoger a su Moderador
(Presidente), Bergoglio les envió el siguiente mensaje:
MENSAJE DELSANTO PADREFRANCISCO A LAS IGLESIAS METODISTAS Y VALDENSES EN OCASIÓN DE LA APERTURA ANUAL DEL SÍNODO[Torre Pellice, Turín, 25-30 de Agosto de 2019]
Queridos Hermanos y hermanas,el Sínodo de la Unión de las Iglesias metodistas y valdenses es ocasión propicia para dirigirles mi saludo cordial, expresión de mi fraterna cercanía y la de toda la Iglesia Católica.Oro por todos ustedes, para que en estos días de encuentro, oración y reflexión tengan una experiencia viva del Espíritu Santo, que anima y da fuerza al testimonio cristiano.Me uno a su oración también para pedir al Señor que consolide el espíritu ecuménico entre los cristianos, así como una comunión creciente entre nuestras Iglesias.Estamos llamados a continuar nuestro compromiso en el camino del conocimiento mutuo, de la comprensión y de la colaboración, a dar testimonio de Jesús y de su Evangelio de caridad.Como discípulos de Cristo podemos ofrecer respuestas comunes a los sufrimientos que afligen a tantas personas, especialmente a los más pobres y débiles, promoviendo así la justicia y la paz.Formulo a su Asamblea sinodal los mejores deseos y, mientras invoco la bendición del Señor, les pido, por favor orar por mí.Fraternamente,
Francisco
Del Vaticano, 22 de agosto de 2019
Los
180 diputados –pastores y laicos en igual número– convergen de toda
Italia a la “capital de los Valles valdenses” (como es conocida Torre
Pellice) dedicarán su atención a numerosas cuestiones, entre ellas la
libertad religiosa, las relaciones con el Estado, el compromiso social y
comunitario, el “Diálogo Global”, los derechos humanos, el presente y
el futuro de la llamada “generación intercultural” y de las iglesias
locales, el ecumenismo y el diálogo interreligioso.
El
Sínodo se abrió a las 15.30h con un culto en el templo de la vía
Beckwith, presidido por la predicadora local Erica Sfredda; y cuenta con
la presencia de Mons. Ambrogio Spreafico B., obispo de
Frosinone-Veroli-Ferentino y presidente de la Oficina nacional para el
ecumenismo y el diálogo interreligioso (UNEDI) de la Conferencia
Episcopal Italiana.
Los valdenses deben su nombre a Pedro Valdo, mercader de Lyon que fundó un movimiento pauperístico laico llamado “los pobres de Lyon” (continuadores con los “los pobres de Lombardía” de los herejes Arnaldo de Brescia, Pedro de Bruys y Enrique de Lausana) hacia 1177, que fue condenado como herético por el Papa Lucio III en el Concilio de Verona de 1184; y su doctrina fue condenada definitivamente por Inocencio III en el IV Concilio Lateranense en 1215. Adhirieron en 1532 mediante el sínodo de Chanforan (Angrogna) al movimiento protestante suizo, y se congregaron en los valles de Piamonte en 1560, luego de una masacre que hubo en Calabria; y con las Cartas Patentes del 17 de Febrero de 1848, el rey Carlos Alberto I de Saboya-Carignano, gobernante de Piamonte-Cerdeña les concedió los derechos políticos.
Por su parte, los metodistas fueron fundados en Inglaterra como un movimiento de avivamiento dentro de la Baja Iglesia anglicana por los hermanos John y Charles Wesley (por lo que son conocidos también como Wesleyanos -aunque John no quería que los llamaran así-) y George Whitefield (artífice del «Primer Gran Despertar» en lo que hoy es Estados Unidos y amigo de Benjamin Franklin), que predicaba en espacio público, tanto en la ciudad como en el campo (el lema metodista es «El mundo es mi parroquia»). Los hermanos Wesley estuvieron influenciados por los Hermanos Moravos y por el teólogo calvinista holandés Jacobo Arminio, mientras que Whitefield seguía el calvinismo clásico, por lo que el metodismo se dividió en 1739. En Italia aparecieron en 1859 durante el llamado “Risorgimento” con la llegada del predicador inglés William Arthur, secretario de la Sociedad Misionera Metodista Wesleyana de Londres.
Los valdenses deben su nombre a Pedro Valdo, mercader de Lyon que fundó un movimiento pauperístico laico llamado “los pobres de Lyon” (continuadores con los “los pobres de Lombardía” de los herejes Arnaldo de Brescia, Pedro de Bruys y Enrique de Lausana) hacia 1177, que fue condenado como herético por el Papa Lucio III en el Concilio de Verona de 1184; y su doctrina fue condenada definitivamente por Inocencio III en el IV Concilio Lateranense en 1215. Adhirieron en 1532 mediante el sínodo de Chanforan (Angrogna) al movimiento protestante suizo, y se congregaron en los valles de Piamonte en 1560, luego de una masacre que hubo en Calabria; y con las Cartas Patentes del 17 de Febrero de 1848, el rey Carlos Alberto I de Saboya-Carignano, gobernante de Piamonte-Cerdeña les concedió los derechos políticos.
Por su parte, los metodistas fueron fundados en Inglaterra como un movimiento de avivamiento dentro de la Baja Iglesia anglicana por los hermanos John y Charles Wesley (por lo que son conocidos también como Wesleyanos -aunque John no quería que los llamaran así-) y George Whitefield (artífice del «Primer Gran Despertar» en lo que hoy es Estados Unidos y amigo de Benjamin Franklin), que predicaba en espacio público, tanto en la ciudad como en el campo (el lema metodista es «El mundo es mi parroquia»). Los hermanos Wesley estuvieron influenciados por los Hermanos Moravos y por el teólogo calvinista holandés Jacobo Arminio, mientras que Whitefield seguía el calvinismo clásico, por lo que el metodismo se dividió en 1739. En Italia aparecieron en 1859 durante el llamado “Risorgimento” con la llegada del predicador inglés William Arthur, secretario de la Sociedad Misionera Metodista Wesleyana de Londres.
Como algo único en su especie, los valdenses y los metodistas italianos se unieron en una sola iglesia mediante el Pacto de integración de 1975 y el Sínodo único de 1979, siguiendo la confesión de fe reformada de 1655;
y sus relaciones con la República Italiana se regulan con la Intesa
(“Entente” o “Inteligencia”, algo así como especie de concordato) Ley
449 del 11 de Agosto de 1984 (modificado con la Ley 409 del 5 de Octubre
de 1993 y la Ley 68 del 8 de Junio de 2009). La Asamblea sinodal, que
es el máximo órgano de decisión de la Unión de
Iglesias Metodistas y Valdenses, se clausurará con la elección de los
cargos ejecutivos (la Mesa valdense, el Moderador -este año termina el
mandato del pastor Eugenio Bernardini, el que recibió a Bergoglio en su sede central el 22 de Junio de 2015- y el Comité permanente para la Obra para las Iglesias
Evangélicas Metodistas en Italia) y administrativos (el Consejo de la
Facultad Valdense de Teología, ly la Comisión para la Diaconía), que duran siete años.
Pero también han habido divisiones en temas claves: En 1995, un grupo de valdenses conservadores conformaron el grupo Sentieri Antichi Valdesi
(Sendas Antiguas Valdenses - SAV), denunciando las condescendencias del
valdismo oficial con temas como el aborto, la homosexualidad, el
movimiento ecuménico con iglesias no protestantes, etc., y se proclaman
la continuidad histórica del movimiento valdense.
CABE
PREGUNTARSE: ¿Qué ofrecen los valdenses a la sociedad italiana, que
Bergoglio elogia tanto? El apoyo a los anticonceptivos, el aborto, la
eutanasia, las uniones homosexuales (desde una decisión sinodal del
2010, ratificada al año siguiente), la destrucción de los Estados-nación
mediante la acogida a la invasión so capa de “refugiados y migrantes”,
el laicismo absoluto (rechazan la ostensión de crucifijos -y en general
todo símbolo religioso- en lugares públicos) y lucrarse compulsoriamente
con el 8 ‰ que los contribuyentes deben apartar en su planilla de
impuestos (cosa que comparten con la iglesia conciliar).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios deberán relacionarse con el artículo. Los administradores se reservan el derecho de publicación, y renuncian a TODA responsabilidad por el contenido de los comentarios que no sean de su autoría. La blasfemia está estrictamente prohibida, y los insultos a la administración es causal de no publicación.
Comentar aquí significa aceptar las condiciones anteriores. De lo contrario, ABSTENERSE.
+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)