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martes, 23 de febrero de 2021

HIMNO “Ex more docti mýstico” PARA LA CUARESMA

  
En el Breviario Romano Tradicional se encuentra el himno “Ex more docti mýstico”, atribuido a San Gregorio Magno y que se entona en las Maitines entre el I Domingo de Cuaresma y el Sábado antes del Domingo de Pasión.
   
Este himno está escrito en dímetro yámbico, y San Gregorio Magno discurre sobre el carácter místico del número cuarenta (como hizo en su Homilía sobre San Mateo IV, 1-11 –pronunciada en San Juan Lateranense el 4 de Marzo del año 591, I Domingo de Cuaresma–) y exhorta a la observancia de las prácticas cuaresmales de reducir el alimento y la bebida, el hablar, el sueño y las horas de ocio (como se ordena en el capítulo XLIX de la Regla de San Benito –San Gregorio Magno era monje benedictino–), por la cual se ruega a Dios reciba propicio para expiar los pecados y alcanzar la vida eterna.
   
   
LATÍN
Ex more docti mýstico
Servémus hoc jejúnium,
Deno diérum círculo
Ducto quater notíssimo.
      
Lex et prophétæ prímitus
Hoc prætulérunt, póstmodum
Christus sacrávit, ómnium
Rex atque factor témporum.
     
Utámur ergo párcius
Verbis, cibis et pótibus,
Somno, jocis, et árctius
Perstémus in custódia.
    
Vitémus autem nóxia,
Quæ súbruunt mentes vagas:
Nullúmque demus cállidi
Hostis locum tyránnidi.
    
Flectámus iram víndicem,
Plorémus ante Júdicem,
Clamémus ore súpplici,
Dicámus omnes cérnui:
    
Nostris malis offéndimus
Tuam, Deus, cleméntiam:
Effúnde nobis désuper,
Remíssor, indulgéntiam.
    
Meménto quod sumus tui,
Licet cadúci, plásmatis:
Ne des honórem nóminis
Tui, precámur, álteri.
    
Laxa malum, quod fécimus,
Auge bonum, quod póscimus:
Placére quo tandem tibi
Possímus hic, et pérpetim.
    
Præsta, beáta Trínitas,
Concéde, simplex Únitas,
Ut fructuósa sint tuis
Jejuniórum múnera.
Amen.
    
TRADUCCIÓN (tomada del Breviario Romano, edición de Dom Alfonso María de Gubianas y Santandréu OSB, vol. I, Editorial Litúrgica Española S.A., Barcelona 1936, pág. 5). 
Instruídos por mística costumbre,
Guardemos este ayuno, 
Constituido por el espacio tan célebre
De los cuarenta días.
   
Así lo observaron al principio
La Ley y los Profetas,
Y consagrólo más tarde el propio Cristo,
Que hizo y gobierna todos los tiempos.
   
Moderémonos, pues, en el hablar,
En el comer, en el beber, 
en el dormir y en los juegos,
Y prolonguemos nuestras vigilias.
   
Huyamos de todo lo que pueda
Dañar nuestra mente ociosa;
No demos ocasión alguna
A nuestro insidioso enemigo.
  
Aplaquemos la justa indignación del Señor;
Lloremos ante nuestro Juez;
Clamemos con voz suplicante,
Y digamos postrados todos:
   
Oh Dios, con nuestras maldades
Hemos ofendido vuestra clemencia;
Vos que sois indulgente,
Concedednos el perdón.
   
Acordaos de que, aunque frágiles,
Somos obra de vuestras manos;
Por lo mismo os rogamos
No deis a otros el honor de vuestro nombre.
   
Perdonadnos los males cometidos;
Aumentadnos los bienes que os pedimos,
Para que aquí os podamos agradar,
Y después en la gloria eterna.
   
Concedednos, oh gloriosa Trinidad;
Haced, oh indivisa Unidad,
Que sea fructuoso a vuestros siervos,
El obsequio de nuestros ayunos.
Amén.
   
En la versión previa a la reforma del Breviario Romano por el Papa Urbano VIII en 1632, en el segundo verso de la primera estrofa decía «Servémus abstinéntia» en lugar de «Servémus hoc jejúnium», el primer verso de la cuarta estrofa decía «Péssima» en vez de «Nóxia» y los dos últimos versos eran «Nullúmque demus cállido / Hosti locum tyránnidis», la quinta estrofa estaba invertida «Dicámus omnes cérnui: / Clamémus atque sínguli, / Plorémus ante Júdicem, / Flectámus iram víndicem», y el último verso del himno dice «Hæc parcitátis múnera».
   
En la «Liturgia de las Horas» de los modernistas el himno fue dividido en dos mitades, recitadas desde el Miércoles de Ceniza hasta el V Domingo de Cuaresma (para ellos no existe el Tiempo de Pasión): la primera mitad en el Oficio de Lectura (Maitines) y la segunda en las Laudes de cada domingo, con la misma doxología final.

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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)