LA IGLESIA CONCILIAR ALEMANA, AL BORDE DE LA MUERTE: “COMUNIÓN” A PROTESTANTE Y MUSULMANA EN EL “KATHOLIKENTAG”

El “Katholikentag” (Día Católico) es un congreso que se realiza en Alemania cada 2 años desde 1950 (hasta antes de ese año, era anual) en torno a la fiesta de la Ascensión o del Corpus Christi, organizado desde 1970 por el Comité Central de Católicos Alemanes.

   

Este año, la 102.ª edición del Katholikentag se realizó en la ciudad de Stutgart, y con todo y ser el primero después del corona, solo contó con 25.000 participantes (una cifra menor a años anteriores) y a juzgar por los eventos e intervenciones, no se distinguía de un congreso del Futuro del Partido Socialista Alemán, una convención de diversidad de Google o las “Juventudes Verdes”. Como es habitual desde 1969, se ofician los servicios Novus Ordo durante el Jueves y el Domingo (día de la clausura del congreso). Y es aquí donde apunta este artículo: En los servicios, se dieron la galleta y el Kool Aid inválidos a personas que ni siquiera pertencen a la Secta del Vaticano II.

  

El jueves 26 de Mayo, en el servicio presidido por el obispón de Stutgart Gebhard Fürst, de 73 años, dio la “comunión” a Muhterem Aras, una musulmana de origen turco de 56 años, militante del partido Los Verdes y presidenta del parlamento de Baden-Wurtemberg. En contraste, la presidenta de la Iglesia Luterana de Württemberg, Sabine Foth, asistió al servicio pero se abstuvo de “comulgar” por “respeto al obispo”. Cabe reseñar que la gente tomaba la “hostia” con una o dos manos y la mojaba en un cáliz como si fuera una galleta.

  

El domingo 29 de Mayo, el turno de presidir el servicio de clausura le tocó al obispón de Limburgo Georg Bätzing, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos Alemanes. Y esta vez, quien recibió fue Karl Ernst Thomas de Maizière Werner, de 68 años. Descendiente de hugonotes (calvinistas franceses) y miembro de la Iglesia Evangélica Luterana, De Maizière fue ministro federal de Interior y Defensa de Alemania durante los gobiernos de Ángela Merkel (2009-2018), y presidirá el “Deutscher Evangelischer Kirchentag” (Día de la Iglesia Evangélica Alemana) en Núremberg del 7 al 11 de Junio de 2023. Todo captado “casualmente” por el periodista Christoph Strack de la cadena pública Deutsche Welle, quien publicó la foto en su cuenta de Twitter con mensaje siguiente:

«Signos de ecumenismo… El presidente del Congreso de la Iglesia Evangélica Alemana 2023 en Núremberg, Thomas de #Maizière, también recibió la comunión en el servicio de clausura del #DíaCatólico de manos del obispo Bätzing.
   
A veces se dice “simplemente hazlo”. #k[atholiken]t[ag]22»

     

Según el canon wojtyliano 844 §4, la “communicátio in sacris pasiva” (que un acatólico reciba los sacramentos –inválidos– del Novus Ordo) solo aplica en peligro de muerte o casos graves (que según la instrucción “In quíbus rerum circumstántiis” del cardenal neerlandés Johannes Gerardus María Willebrands Kok, presidente del –entonces– Secretariado para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, del 1 de Junio de 1972 son: encarcelamiento, persecución o grandes movimientos poblacionales que resulten en que los acatólicos sean “esparcidos en regiones católicas”), la persona crea “católicamente” en dichos sacramentos y esté debidamente dispuesto renunciando al pecado y llevando una vida cristiana; y el “Vadémecum ecuménico” de 2020 del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos advierte que esto no puede ser “un mero acto de cortesía” o algo accidental. De Maizière es luterano (y por ende, no cree en la Transubstanciación sino en la Consustanciación, esto es, que la sustancia del Pan y del Vino permanecen junto al Cuerpo y la Sangre de Cristo –de ahí que se la llame también llamada Empanación–), y podía recibir del pastor luterano local. Aras, como ya se indicó, es musulmana (sobra explicar que los musulmanes no creen que Jesús muriera en la Cruz, mucho menos en la Presencia Real en la Sagrada Eucaristía). Pero a quién engañamos, esto es Alemania. Allá, hace rato los conciliares comulgan en los servicios luteranos y viceversa (aunque los protestantes son un poco más escrupulosos que algunos conciliares. Muestra de ello es que el diario local Stuttgarter-Nachrichten refiere que un protestante preguntó a una “ministra de comunión” si podía recibir o no, y ella le contestó «No lo sé. Solo sé que es el cuerpo de Cristo»), y el Synodale Weg ha propuesto normalizar esta práctica.

   

Desde luego, vale recordar un caso famosísimo de “communicátio in sacris pasiva”: Sucedió en las exequias de Karol Wojtyła el 8 de Abril de 2005, el “hermano” Roger Schütz Marsauche, fundador de la comunidad ecuménica de Taizé, recibió la “comunión” de nadie menos que de Joseph Ratzinger. Sí, el mismo que once días después llegará a ser el “Papa” Benedicto XVI que tantos neocones añoran todavía. Y para constancia, Schütz (quien fue asesinado a puñaladas el 16 de Agosto a manos de la rumana Luminița Ruxandra Solcan) nunca abjuró del protestantismo, no obstante (según su dicho), haber recibido la “comunión” Novus Ordo diariamente en Taizé, desde que la recibió por primera vez en 1972 de manos del obispón de Autun (en cuyo territorio se encuentra Taizé) Armand-François Le Bourgeois CJM –su labor ecumenista fue tal que presidió un comité episcopal que decidió ofrecer la comunión a los anglicanos que no pudiesen recibirla en sus iglesias en Francia– y también recibirla del propio Wojtyła.

   

El “Hermano” Roger Schütz (de la Comunidad de Taizé) recibiendo la galleta novusordiana de manos del entonces cardenal Joseph Ratzinger durante las exequias de Karol Wojtyła (Vaticano, 8 de Abril de 2005).

  

Al final, esta situación (que es sacrílega ante los ojos de los neoconservadores y pseudotradicionalistas conciliares) confirma una vez más lo que los Católicos sedevacantistas sostenemos: EN EL NOVUS ORDO NO HAY TRANSUBSTANCIACIÓN, POR TANTO, NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO NO ESTÁ ALLÍ. Así, tanto Aras como De Maizière y los que concurrieron al Katholikentag (y todos los que acuden a su parroquia modernista) reciben y adoran un pan vacío.