Las imágenes de un sacerdote maronita con un fusil Kalashnikov colgado sobre su hombro durante la liturgia de media noche el 24 de Diciembre en la iglesia de San Marón en La granja de Josué/Mazraat Yachouh (Distrito de Matn, Líbano) se han vuelto virales en las redes sociales.
Durante el sermón, el sacerdote explicó que el arma que portaba formaba parte de una escena simbólica destinada a transmitir un mensaje en medio de las guerras que vive el mundo, diciendo que «La verdadera arma del creyente no son las balas, sino la cruz, que representa el amor y el perdón».
Al final de su discurso, arrojó el arma al suelo, llamando a los fieles a renunciar a la violencia y «entregar las armas al ejército» como único garante de la estabilidad, añadiendo: «¿Quieres que Dios pelee contra tus enemigos? ¿O amas a tus enemigos como Él lo hizo con nosotros?».
La archieparquía maronita de Antelias emitió un comunicado aclarando la situación, y señaló que a pesar de la intención simbólica y que el mensaje era coherente con la doctrina de la Iglesia, desaprueba el método utilizado por el sacerdote, a quien el obispo Antonio Farés Bou Najm le advirtió por escrito que no repitiera tales acciones en el futuro.
TRADUCCIÓN
El Departamento de Medios de Comunicación de la Diócesis Maronita de Antelias emitió la siguiente declaración:Se difundió en las redes sociales la noticia de que un sacerdote de la parroquia de San Marón en Mazraat Yachouh de Matn, afiliada a la Diócesis Maronita de Antelias, mientras celebraba la misa de medianoche, en Navidad, portaba un arma militar sobre sus ornamentos sacerdotales, lo que generó confusión y muchas especulaciones.La diócesis maronita de Antelias desea aclarar lo siguiente:En primer lugar, la diócesis no está de acuerdo con el método adoptado por el sacerdote y le ha enviado una advertencia por escrito para que no repita estos asuntos. Sabiendo que está de acuerdo con el contenido del sermón por ser coherente con las enseñanzas de la Iglesia y sus directrices espirituales y pastorales.En segundo lugar, lo que hizo el sacerdote no fue más que parte de una escena que utilizó en su sermón en la que enfatizó que el arma del creyente es la cruz. El citado sacerdote arrojó el arma delante de los creyentes, llamándolos a desechar todas las armas que destruyen a los demás y a aferrarse a la única arma, que es la cruz, arma del amor y del perdón.En tercer y último lugar, la Diócesis espera que esta cuestión no tenga dimensiones sectarias y que no sea explotada por algunos para incitar luchas sectarias y odio, especialmente a la luz de la atmósfera tensa que vivimos y las circunstancias excepcionales que nuestro querido país, Líbano, está pasando.
También en el vídeo se observa que los maronitas permiten la presencia de monaguillas (es de advertir que el rito maronita se novusordizó en 1994, a tal punto que, de volver a vivir San Marón, el bienaventurado padre Chárbel Makhlouf o los mártires maronitas de Damasco, ciertamente dirían al verla: «Esta no es la fe por la cual he muerto»).
Dan risa cómo se matan entre sí los neocones en Facebook y sitios como Infovaticana, diciendo que los curas trabucaires, que el ETA nacido en las sacristías, que la guerra civil, que los curas casados (que son la mitad en los maronitas y, lejos de ser una solución como pretenden los modernistas de Alemania, traen mayor problema –dicho en 2005 de la boca del mismo patriarca maronita Nasralá Pedro Sfeir de Reyfoun que novusordizó el rito propio de ellos–), que esto y lo otro y et cœ́tera, pero en realidad no se dan cuenta (o no quieren admitir) que es más destructivo un rito adulterado que todas las armas del mundo, porque estas solo matan cuerpos, pero aquel manda al Infierno las almas de los que tienen la desgracia de recibirlo.
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