La Fiscalía Provincial de Puno (Perú) investiga un caso de presunta venta y el uso indebido de patrimonio de la Iglesia Católica para el lucro personal del investigado, recoge Infovaticana.
El caso se refiere a Alex Aníbal Cano Arce (izquierda), un laico que es canciller y portavoz de la diócesis de Puno e incluso canónigo [laico] de la catedral. El obispón de Puno es Jorge Pedro Carrión Pavlić, de 74 años.
Según el escrito de investigación de la Fiscalía,
«El imputado conjuntamente con otras personas por identificar, de manera clandestina, se ha dedicado a la venta de objetos religiosos de la Iglesia católica, tales como cuadros originales de pintura cusqueña, cálices, copones, adornos de oro y plata, entre otros objetos valiosos de propiedad de la iglesia, que son considerados como bienes culturales, los cuales fueron trasladados de algunas parroquias al Obispado de Puno y de estas ventas el denunciado ha obtenido grandes ganancias, como afirma el Diario sin Fronteras, de la ciudad de Puno, con fecha 23/07/24. Asimismo, el denunciado conjuntamente con otras personas también por identificar, ha venido disponiendo de los terrenos de la Iglesia católica, uno de estos terrenos se encuentra ubicado en el Barrio Chancharani Km 3.100 de la ciudad de Puno, del cual el denunciado ha estado disponiendo a terceros, sin tener la legitimidad para hacerlo, logrando obtener grandes ingresos económicos, tal como también han sido denunciados en varios medios periodísticos de la ciudad de Puno».
El caso es tanto más sorprendente cuanto que Cano Arce es también un policía en activo que ha trabajado como agente de inteligencia y seguridad.
El Estado Peruano otorga una subvención a la Iglesia Católica peruana en reparación por las expropiaciones de bienes religiosos realizadas en el pasado, con la que se pagan nóminas exiguas a eclesiásticos.
Cano Arce está incluido en la lista de empleados de la diócesis de Puno, lo que significa que recibe dos sueldos diferentes del Estado peruano, lo que está prohibido por la ley.
Por esta razón, Cano Arce también está siendo investigado por peculado doloso (malversación fraudulenta).
Hasta la fecha, el obispón Jorge Pedro Carrión Pavlić no ha dado ninguna explicación sobre estas acusaciones, ni ha tomado ninguna medida contra la persona investigada, a pesar de que el propio obispón fue citado a comparecer ante el Ministerio Público el 4 de Diciembre para declarar sobre sus vínculos con Cano Arce.
Mientras Carrión Pavlić no hace nada (a despecho del canon 392 § 2 wojtyliano), InfoVaticana recuerda que hace unos meses se aceptó la renuncia del arzobispón de Piura, José Antonio Eguren Anselmi, por acusaciones de presunto tráfico de tierras que no llegaron a formalizarse ante la justicia peruana.
Eguren también fue expulsado posteriormente del Sodalicio por Francisco Bergoglio.
De no actuarse claramente en este caso, por parte incluso de la Santa Sede ante la clara posibilidad de que sucesos semejantes estén produciéndose en otras diócesis, podría sospecharse de la existencia de un doble rasero bergogliano en este tipo de casos.
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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)