Vexílla Regis

Vexílla Regis
MIENTRAS EL MUNDO GIRA, LA CRUZ PERMANECE

LOS QUE APOYAN EL ABORTO PUDIERON NACER

LOS QUE APOYAN EL ABORTO PUDIERON NACER
NO AL ABORTO. ELLOS NO TIENEN LA CULPA DE QUE NO LUCHASTEIS CONTRA VUESTRA CONCUPISCENCIA

NO QUEREMOS QUE SE ACABE LA RELIGIÓN

NO QUEREMOS QUE SE ACABE LA RELIGIÓN
No hay forma de vivir sin Dios.

ORGULLOSAMENTE HISPANOHABLANTES

ORGULLOSAMENTE HISPANOHABLANTES

martes, 29 de abril de 2025

MES EUCARÍSTICO - DÍA VIGESIMONOVENO

Dispuesto por el padre Diego Álvarez de la Paz SJ, reimpreso en Madrid en 1830.
     
MES EUCARÍSTICO, ESTO ES, PREPARACIONES, ASPIRACIONES Y ACCIÓN DE GRACIAS PARA ANTES Y DESPUÉS DE LA SAGRADA COMUNIÓN

DÍA VIGESIMONOVENO

PREPARACIÓN
I. ¿Quién viene a mí en este Sacramento? Cristo, todo Bien, que Dios nos mostró, y para cuya posesión convida a todos diciendo: oíd oyéndome; comed el Bien, y se deleitará sustanciosamente vuestra alma (Éxod. 33, 19 - Isa. 55, 2).

ΙΙ. ¿A quién viene? A su miserable criatura, cercada de tantos males, que no tienen número; que es tan necia, que tiene al mal por bien y al bien por mal (Ps. 17, 13 - Isa 5, 20).

III. ¿A qué viene? A mostrarla lo que es bueno con verdad, y hacerla entender qué es lo que el Señor quiere de ella, para llenar de bienes su deseo, y constituirla señora de todos sus tesoros (Mich. 6, 8 - Ps. 102, 7 - Matth. 24, 27).
   
Aspiración: ¿Qué tengo yo en el Cielo, que aguardo, sino a Ti? ¿Y fuera de Ti, qué quise yo sobre la tierra, que me pudiera saciar? Desfalleció mi carne y mi corazón: por tanto quiero que Tú seas el Dios de mi corazón; y deseo que mi parte solo sea Dios eternamente (Ps. 72, v. 25 y 26). Buena cosa es para mí juntarme a mi Dios mediante este Sacramento, y poner en el Señor Dios mi esperanza, para anunciar después de mi muerte todas sus grandezas en las puertas de la hija de Sion, que es la Gloria (Ibid., 28). Estar sin Vos en esta vida es grave infierno; estar con Vos es dulce paraíso. El Cielo sin Vos no fuera Cielo, y con Vos el infierno dejaría de serlo. Tu vista causa la bienaventuranza; tu ausencia la pena eterna. Sin Ti soy pobre, contigo seré rico; no hay pobreza para los que Te aman; y de ningún bien carecerán los que Te buscan (Ps. 33, 11). ¿Por qué, alma mía, no buscarás ya de una vez al que solo te puede bastar? Tarde que temprano has de dejar con la muerte estas cosas; ¿pues qué tristeza será la tuya cuando, por haberlas amado con demasía, te veas privada de las eternas? No, Bien mío, no retires tu auxilio de mí (Ps. 21, 20): no apetezco más que a Ti; mi cuerpo está lleno de pereza, mi corazón caído y desmayado para obrar con fervor lo bueno; alarga pues tus manos piadosas, y toca las mías, para obrar lo que Tú gustas con fortaleza. Ven a mi corazón, y hazte para siempre dueño suyo. Enséñame a obrar ahora que tengo luz, porque no venga de improviso sobre mí la noche, en que ya ninguno puede trabajar (Joann. 9, 4). Tu misericordia, Señor, no me desampare.
   
ACCIÓN DE GRACIAS
I. Considera, alma mía, con viva fe a Cristo en medio de tu corazón como un tesoro de infinita bondad; y a ti como a un abismo de miserias, recibiendo de su plenitud toda optima dádiva y todo don perfecto (Joann. 1, 16 - Jacob. 1, 17).
 
II. Desea estrecharlo a ti con vínculo apretado de amor; para que siempre poseas a Dios en el entendimiento y voluntad; y no haya cosa alguna que te pueda separar de la caridad de Cristo (Rom. 8, 39).

III. Pide te conceda continuo ejercicio de su Divina presencia, para que caminando siempre a Su vista seas perfecto: y también para que así como sus delicias son estar con los hijos de los hombres, sean igualmente las tuyas estar con el Hijo de Dios (Gén. 17, 1 - Prov. 8, 31).

Aspiración: Teniéndolo todo sola mente en Ti, lumbre de mis ojos, consuelo de mi vida, no Te debo apartar de mí (Tobías 10, v. 4 y 5). Tú eres el que dices: ábreme tu boca, que yo te la henchiré (Ps. 80, 11). Sí, Bien mío, solo Tú puedes satisfacer los deseos de mi alma, porque la creaste a tu imagen y semejanza. Tú eres mi elemento, y si estoy fuera de Ti, estoy sin mí. Contigo todo es paz y holganza, bien, quietud y reposo; sin Ti todo es inquietud, desasosiego, turbación, tristeza y sinsabor. Estréchame pues, con el vínculo apretado de tu ardentísima caridad, para que en ningún instante me separe de Ti; y para que donde está mi tesoro, allí esté mi corazón (Luc. 12, 34). Mira, Dilecto mío, que la boca de mi espíritu está abierta; llénala del suavísimo pasto de tu amor. A Ti vuela mi alma con celeridad, recíbela entre tus dulces abrazos; y y pues aquel que se une a Vos, un espíritu se hace (1. Cor. 6, 17); habiendo por este Sacramento quedado en Vos, y Vos en mí, haced que mi alma se conglutine íntimamente con la vuestra; de suerte que pueda con verdad decir: Vivo, mas ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí (Gál. 2, 20). Concede esta gracia, lumbre de mis ojos, y dirige mis pasos: no me niegues este favor, consuelo de mi vida; y haz que en ningún instante olvide tu Presencia. Gracias te doy infinitas por tan infinitos beneficios como me haces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los comentarios deberán relacionarse con el artículo. Los administradores se reservan el derecho de publicación, y renuncian a TODA responsabilidad civil, administrativa, penal y canónica por el contenido de los comentarios que no sean de su autoría. La blasfemia está estrictamente prohibida, y los insultos a la administración constituyen causal de no publicación.

Comentar aquí significa aceptar las condiciones anteriores. De lo contrario, ABSTENERSE.

+Jorge de la Compasión (Autor del blog)

Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)