EL NUEVO ALTAR EN LA IGLESIA CENTRAL DE LOS JESUITAS

La iglesia del Gesù (oficialmente, Santo Nombre de Jesús) en Roma, iglesia central de los jesuitas y paradigmática en cuanto a la aplicación de los decretos del Concilio de Trento sobre la arquitectura y arte sacros, ha visto una restauración que desdice totalmente de ella.

  

Así lo informó la página de la diócesis de Roma:

Una nueva disposición, tres gradas, y una corona de metal con función de ciborio. La Iglesia del Gesù, iglesia madre de la Compañía de Jesús en Roma, presenta una renovada sistematización del presbiterio, en sintonia con el Concilio Vaticano II. Realizada a fines del Quinientos –la dedicación es del año 1584– bajo la dirección de Giacomo Vignola y después de Giacomo Della Porta, la iglesia del Santísimo Nombre de Jesús en la vía Argentina encarna plenamente el espíritu del Concilio de Trento, con una única nave y la atención enfocada en el altar. Cumplía, pues, una adecuación litúrgica. La intervención se hizo posible gracias al apoyo de la Fondazione Roma, con la aprobación del Vicariato de Roma, de la Superintendencia de Bienes Culturales y del Fondo de Edificios de Culto del Ministerio del Interior.

    

El domingo 12 a las 19h, el obispo Daniele Libanori, auxiliar del sector Centro y ex rector de la iglesia del Gesù, durante la Misa presidida por él  bendecirá el ambón y el altar en su nueva sistematización luego de la adecuación litúrgica del presbiterio. El martes 14 a las 18h, la nueva disposición será presentada en el curso del encuentro “La Iglesia del Gesù en Roma, de la arquitectura tridentina a la adecuación post-conciliar”, en la cual tomarán parte el cardenal vicario Ángelo De Donatis, el presidente de la Fondazione Roma Franco Parasassi, y el presidente honorario de la Fundación, Emmanuele Francesco Maria Emanuele. El profesor Emanuele Gambuti, de la Universidad La Sapienza, trazará una storia del “Complejo arquitectónico del Gesù en el curso de los siglos”; mientras que el arquitecto, liturgista y responsable del proyecto arquitectónico Marco Riso hablará de “Las elecciones arquitectónicas”. Al finalizar está prevista la intervención del padre Giuseppe Midili, director de la Oficina Litúrgica Diocesana y responsabie de la proyección litúrgica.

    

«Esta intervención ha comportado un comprometido trabajo de reflexión en la fase proyectual –explica el padre Massimo Marelli, rector de la iglesia del Gesù–, debiéndose adecuar según la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II, el aula de una igiesia que fue proyectada y construida con los cánones arquitectónicos y litúrgicos del Concilio de Trento. La adecuación se realizó en ocasión de los 500 años de la conversión de San Ignacio de Loyola y en el IV centenario de su canonización junto a los Santos Francisco Javier, Teresa de Ávila, Felipe Neri e Isidro Labrador».

     

«Se trata de una reorganización en línea con las indicaciones conciliares –subraya em padre Giuseppe Midili–. La nueva disposición no se pone en competencia con la originaria, sino que responde a las exigencias concretas de una comunidad que celebra en el presente. Era necesario que el Pueblo de Dios se pudiese reunir sintiéndose un único cuerpo».

     

En particular, Francesco Schiavone ha realizado tres gradas circulares para el ambón, el altar y la sede. Carlo Serino de Equilibrarte por su parte hizo la corona revestida con láminas de hierro; las láminas de revestimiento externo serán grabadas con el texto griego que viene del Apocalipsis: Τὸ πνεῦμα καὶ ἡ νύμφη λέγουσιν· Ἔρχου· καὶ ὁ ἀκούων εἰπάτω· Ἔρχου·. Λέγει ὁ μαρτυρῶν ταῦτα· Ναί· ἔρχομαι ταχύ. Ἀμήν· ἔρχου, κύριε Ἰησοῦ. (El Espíritu y la esposa dicen: “¡Ven!”. Y quien escucha repita: “¡Ven!”. Aquel que espera estas cosas dice: “¡Sí, vendré pronto!”. Amén. Ven, Señor Jesús) y enchapadas galvánicamente. Giuseppe Cialone hizo una cruz en latón rectangular que será puesta bajo la corona. Durante los trabajos de sistematización, fue también restaurado el retablo del altar mayor, con la obra “Circuncisión” del Alessandro Capalti (1843), así como se ha efectuado una intervención restauración conservativa del pavimento en mármol policromado de la iglesia.

  

Tanta palabrería y plata (perdidas) en semejante bazofia, reminiscente de la piedra tallada de los masones. Y artísticamente un denuesto tal que en otros monumentos históricos haría prender las alarmas de la UNESCO, del Ministerio de Cultura y la Autoridad de Patrimonio.