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miércoles, 12 de julio de 2023

SUIZA: SERVICIO ECUMÉNICO DE VERANO PARA JUBILADOS

Traducción de la noticia tomada de KATH.CH (Suiza). Comentario propio.
  
EL SERVICIO EN LA CABAÑA CREA UN BUEN AMBIENTE
El comisionado parroquial Michael Hermann celebró un servicio ecuménico en la vieja cabaña de baño de Rorschach el domingo. «Cada año venimos al servicio en la cabaña de baño», dice Erika Schmid de San Galo. Los bañistas al lado, miran con arrebatada atención.
     
Cuán ancho es el mar…

Se erige allí en el lago de Constanza como una imponente casa sobre pilotes: la cabaña de baño de madera de Rorschach. Poco antes de las 9:30h, algunas personas cruzan el pontón de madera que parte de la costa.

Las personas que acuden al servicio eclesial van a la cabaña de baño.

Una vez sobre el embarcadero, atraviesan algunas mesas de restaurante y llegan al mostrador. Pero no hay boletos: la admisión al servicio es gratis. Solo los bañistas tienen que pagar, dicen. Se pueden oír cantos corales. El coro local de San Columbano está ensayando.

Hablando animadamente
Hay alrededor de 60 sillas y varios parasoles en el corredor de madera. Al frente hay una mesa con velas, y junto a ella el cirio pascual. También hay una linterna. El sol está que arde.

El sitio se llena, pronto todas las sillas están ocupadas y alrededor de veinte personas deben participar de pie. La gente conversa animada entre sí. «Voy regularmente al servicio, sea aquí o en la iglesia», dice un adulto mayor que ha logrado conseguir una silla. «La naturaleza es hermosa aquí».
   
«Hace mucho que venimos aquí anualmente al servicio en la cabaña de baño», dice Erika Schmid de San Galo. La católica está aquí con su amiga Erzsebet Porzo, quien vive en Rorschach. Las dos mujeres retiradas trabajaron juntas como enfermeras en el hospital cantonal en San Galo. «Pienso que los cristianos deberíamos estar juntos, eso sería cristiano», dice Schmid, aludiendo al servicio ecuménico en Badhütten. Ella también critica, sin que se lo pregunten, que las mujeres todavía tengan «tan pocos derechos» en la Iglesia Católica.
  
Las amigas y compañeras de trabajo Erzsebet Porzo y Erika Schmid
  
«La atmósfera aquí es abierta, los temas discutidos aquí son interesantes», dice Porzo, señalando a una de las muchas macetas. «Y mira esta lavanda, es hermosa».
    
Lavanda perenne frente a sus ojos, durante el servicio
   
Suena un gong. «Bienvenidos al servicio en el Badhütte», dice Michael Hermann con una voz amigable. El representante de la comunidad católica de San Columbano en Rorschach y Rorschacherberg conduce por primera vez el servicio de la cabaña de baño, como dirá después.
  
El coro de San Columbano animando el servicio en la cabaña de baño de Rorschach
   
Todos en ropa de verano
El educador religioso tiene ropa de verano: una camisa blanca sin corbata y bermudas negras. Los visitantes, en su mayoría mujeres de más de 60 años, están similarmente veraneras. Nadie está allí en bañador. Los bañistas curiosos observan lo que alrededor de ochenta personas asistentes al servicio están haciendo.

Michael Hermann conduce el servicio de baño en Rorschach.
   
«Más fuerte», suenan las voces desde atrás. Michael Hermann toma un nuevo micrófono. Ahora su voz puede escucharse claramente: «En el nombre de Dios, nuestro Padre y Madre - en el nombre de Jesucristo, llamado Hijo de Dios - en el nombre de la Fuerza del Espíritu, Guardián de la vida», Hermann comienza la liturgia.

Poco después, sigue la primera canción del servicio musical. El coro y los visitantes cantan «Weit wie das Meer ist Gottes große Liebe» (Ancho como el mar es el gran amor de Dios). Hermann nos dice cómo creció en Toggenburg, rodeado de montañas. Durante sus vacaciones fue a conocer la inmensidad del mar. Y ahora que vive en el lago de Constanza, también experimenta la inmensidad. «El agua me hace sentir la conexión con la naturaleza y con la creación de Dios».

Pronto comienza el servicio en la cabaña de baño.

Hermann entonces lee un salmo alabando «al Señor de todas las naciones» y la obra de la creación, que alcanza al espacio. El siguiente canto es seguido por una lectura de la Biblia, sobre el rescate de los egipcios [sic] de las tropas de Faraón, gracias a una partición divina del mar.

Experiencias bíblicas límite sobre el agua
Hermann hace eco de otros textos bíblicos que tienen que ver con eventos en lagos o mares. Jesús, que es atrapado en una tormenta con sus discípulos. Pablo, que sufre el naufragio de su misión cruzando el Mediterráneo. «Frecuentemente es una cuestión de vida o muerte», dice Hermann. Pero al final usualmente hay un final feliz.
    
«Nosotros también pertenecemos al pueblo de Dios. Dios también quiere la liberación y la salvación para nosotros. Nosotros también somos parte de esta maravillosa creación», Hermann se refiere al momento actual, y lo conecta con la salvación de los israelitas.
   
Tarareando como una cortinilla de sonido
Recordando la guerra de Ucrania, la comunidad canta entonces «Let There Be Peace On Earth», una canción estadounidense de Jill Jackson Miller. Y luego «Meine Hoffnung, meine Freude» (Mi esperanza, mi alegría). Cada segundo verso es tarareado, después del cual se dice una intercesión, por hombres y mujeres que espontáneamente lo piden a Michael Hermann en el lugar.

Casi todas ellas hablan sobre el tema del agua. «Por los migrantes que emprenden un largo y peligroso camino a través del mar», «por el acceso al agua potable para todos los pueblos», «por suficiente agua para los campos». Mientras, son encendidas las siete velas en la mesa del frente.
    
Todos se ponen de pie para el «Padre Nuestro». Poco después, Michael Hermann concluye, «Pidamos a Dios que nos bendiga, y hagámoslo con la canción ‘Bewahre uns Gott, behüte uns Gott’». Es un himno calvinista del siglo XX compuesto por Eugen Eckert. Inmediatamente después, el coro canta una animada canción española que hace alegrar tanto a los cantores como a los oyentes. Y hace a todos los bañistas al lado a dar un vistazo.
  
Bañistas en la cubierta de madera vecina de la cabaña de baño
   
El servicio fue «sensacional, súperbello», dice Verena Tobler entusiastamente. «El sacerdote hizo un buen trabajo», dice del líder del servicio católico. La visitante calvinista tiene un esposo católico, se casaron ecuménicamente y es generalmente ecuménica. «Yo asisto a ambas iglesias», dice. Esta es su cuarta vez en el Badhütte.
  
Las vecinas Verena Tobler (izq.) y Caché Bischofsberger

Tobler está con su vecina, a la que le habló sobre el servicio. «Me gusta ir a la iglesia», dice Caché Bischofberger, una católica. Es su primera vez, y piensa que vendrá de nuevo: vendrá nuevamente, le gustó.

Pregunta crucial: ¿discípulos mujeres?
Luego Tobler se acerca Michael Hermann para conocer más sobre el líder del culto. Otra mujer quiere saber por qué Hermann habla de mujeres discípulos y hombres discípulos [en el original «von Jüngerinnen und Jüngern gesprochen habe», N. del T.]. Todos los discípulos eran hombres. Eso no es totalmente cierto, dice Michael Hermann. También había mujeres alrededor de Jesús, como María Magdalena. «Esto no es una declaración política», añade con una sonrisa para tranquilizar a la escéptica.
  
La tradición del culto en la Cabaña de baño de Rorschach
El servicio ecuménico existe desde hace unos 20 años. Eso dice la recientemente retirada líder parroquial católica romana de Rorschach/Rorschacherberg, Anna Maria Frei-Braun. Los servicios de culto se llevan a cabo una vez al año. Un año bajo la dirección del pastor reformado local, una vez bajo la dirección del oficial parroquial católico local.
   
Responsable del servicio católico de Badhütte: Ann Maria Frei-Braun (anteriormente), Michael Hermann (actualmente)
    
El pastor reformado Pius Helfenstein dice: «El servicio surgió por necesidad. Tuvimos muy pocas personas en la iglesia ese verano. Así que decidimos probar el Badhütte». Aparentemente con éxito. "Estos servicios siempre han sido muy bien atendidos», dice Frei-Braun. 

COMENTARIO: Como se ve por las fotografías, el sinodalismo ecuménico es para mayores de 60 años.

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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)