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martes, 4 de julio de 2023

FRASSATI, ¿PATRONO DE LA “JUSTICIA SOCIAL”? (O POR QUÉ NO ES NI PUEDE SER BEATO CATÓLICO)


Estamos a un mes del comienzo de ese “Woodstock bautizado” que es la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará esta vez en Lisboa. Y entre los patronos de esta edición está, desde su primera edición oficial en 1983, Pedro Jorge Frassati (foto), un joven aficionado al alpinismo y miembro de la Acción Católica, que fue “beatificado” por Juan Pablo II Wojtyła en 1990, por tanto no es un beato católico tradicional (y cabe anotar que la causa había sido suspendida en 1941 durante el pontificado de Pío XII, y retomada en 1978 por Pablo VI Montini).
   
NOTICIA BIOGRÁFICA
Pedro Jorge Miguel Ángel nació en Turín el Sábado Santo 6 de Abril de 1901, segundo hijo de Alfredo Frassati Coda-Canati († 1961) y Adelaida Ametis Copello († 1949). Su padre era agnóstico, fundador y director del oligárquico diario “La Stampa”, y había sido embajador de Italia en Berlín entre 1920 y 1922 (durante ese tiempo, Pedro Jorge fue huésped de la familia Rahner-Trescher). Su madre, en cambio, era pintora de cierta fama, católica por conveniencia y frecuentemente hacía fuertemente críticas hacia la Iglesia. Ambos eran primos, y su matrimonio era un campo de batalla: las discusiones eran una constante, su vida social dio pie a rumores de infidelidad, y si no se separaron fue por sus hijos: Pedro Jorge y Luciana (que se casó con el diplomático polaco Juan Gawroński en 1925, e impulsó la causa de beatificación de su hermano), a quienes Adelaida confió su primera formación al sacerdote salesiano Antonio Cojazzi.
  
Vale anotar que antes de Pedro Jorge nació Elda, la hermana mayor, quien murió antes del primer año de edad.
  
Cuando nació, el párroco Mons. Alessandro Roccati hubo de bautizarlo de emergencia, porque estaba asfixiándose, y el día 5 de Septiembre de 1901 se completaron las ceremonias faltantes. Hizo su primera confesión el 11 de Junio de 1910 en la iglesia turinesa del Corpus Christi, recibió junto a su hermana la primera Comunión en la capilla de las hermanas Auxiliadoras de las Ánimas del Purgatorio el 19 de Junio de 1911, y fue confirmado el 10 de Junio de 1915 en la iglesia parroquial de la Virgen de las Gracias (más conocida como “La Cruceta”). Sus devociones constantes eran la Misa diaria, el Santo Rosario, y la Adoración nocturna.
   
Egresado del jesuítico Instituto Social (donde ingresó tras dos suspensos en el estatal Liceo Máximo D’Azeglio –inteligente era, pero no aplicado al estudiar–), Pedro Jorge estudió ingeniería mecánica con énfasis en minería en el Real Politécnico de Turín (murió a dos exámenes de graduarse). Con un grupo de amigos, solía ir a escalar las montañas de los alrededores, y en una de esas se enamoró de cierta Laura Hidalgo, una chica huérfana de orígenes modestos que estudiaba licenciatura en matemáticas y era miembro de la Acción Católica, pero nunca le declaró sus intenciones (en parte por su propia timidez, en parte porque temía que sus padres no la aceptaran).
  
Fue miembro de la Conferencia de San Vicente de Paúl, del Apostolado de la Oración, de la Congregación Mariana, de la Cruzada Eucarística y de la Acción Católica, y en 1922 profesó en la Tercera Orden Dominica con el nombre religioso de Jerónimo, en honor a Jerónimo Savonarola, el famoso fraile que buscaba la reforma de las costumbres en Florencia.
   
Murió el 4 de Julio de 1926 de poliomielitis fulminante, enfermedad que adquirió el 29 de Junio mientras atendía voluntario a los pobres de esa ciudad. Su funeral fue muy concurrido, en especial por los pobres a quienes ayudó, y al verlo, su padre, lleno de amargura, exclamó: «¡Yo no conocí a mi hijo!».
   
UN CATÓLICO COMPROMETIDO, EN UN PARTIDO MODERNISTA
Pedro Jorge Frassati fue un ejemplar del “catolicismo social” del Turín y el Piamonte de mediados del siglo XIX y comienzos del XX, un movimiento (si cabe expresarlo así) de sacerdotes y laicos que dedicaron esfuerzos a atender a los necesitados, como San José Cafasso a los presos, San Juan Bosco a los jóvenes, San José Benito Cottolengo a los enfermos indigentes, o el bienaventurado José Allamano a las misiones extranjeras. Frassati se dedicó a los pobres de su ciudad.
   
Pero, por otra parte, es inquietante el hecho que el propio Pedro Jorge fue colaborador de los sacerdotes Luigi Sturzo (fundador del Partido Popular Italiano –antecesor de la Democracia Cristiana–) y Primo Mazzolari (cuyas obras fueron censuradas por el Santo Oficio, y fue el primero en predicar que Judas Iscariote se había salvado –tema que tanto le gusta a Bergoglio), que fueron notorios modernistas. Y en ese aspecto, cabe señalar que el PPI era un partido que solo tenía una tenue inspiración católica, no que era un partido católico. El mismo Sturzo decía:
  • «El Partido Popular Italiano ha sido impulsado por aquellos que vivieron la Acción Católica, pero ha nacido como partido no católico aconfesional, como un partido con un fuerte contenido democrático, y que se inspira en la idealidad cristiana, pero que no toma la religión como elemento de diferenciación política» (LUIGI STURZO, Discurso fundacional del Partido Popular Italiano, Verona, 16 de Marzo de 1919 –publicado en Corriere d’Italia, 19 de Marzo de 1919–. En STURZO, Il Partito Popolare Italiano, vol. I. Bolonia, Zanichelli, 1956, pág. 26; y PIETRO SCOPPOLA, Dal neoguelfismo alla democrazia cristiana, 2.ª ed. revisada. Roma, Studium, 1963, págs. 133-134).
  • «Otra diferencia sustancial entre nosotros y los partidos políticos operantes en Italia, y por ende entre nosotros y el fascismo, está en la concepción del Estado. Nosotros los populares hemos surgido para combatir el Estado laico y el Estado panteísta del liberalismo y de la democracia; combatimos también al Estado como el primer ético y el concepto absoluto de la nación panteísta o su deificación, que es lo mismo. Para nosotros, el Estado es la sociedad organizada políticamente para alcanzar los fines específicos; él no suprime, no anula, y no crea los derechos naturales del hombre, de la familia, de la clase, de las ciudades, y de la religión; solamente los reconoce, los tutela y los coordina, en los límites de su propia función política. Para nosotros, el Estado no crea la ética, la traduce en ley y le da fuerza social. Para nosotros el Estado no es la libertad, no está por encima de la libertad, la reconoce, la coordina y limita el uso para que no degenere en licencia. Para nosotros el Estado no es religión, la respeta y tutela el uso de los derechos ajenos públicos. Para nosotros una nación no es un ente espiritual absorbente de la vida de los individuos, es el complejo histórico de un pueblo, que actúa en la solidaridad de su actividad y que desarrolla sus energías en los organismos en los cuales toda nación civil está ordenada. […] Es superfluo decir por qué no nos llamamos “partido católico”: los dos términos son antitéticos; el catolicismo es religión, es universalidad; el partido es política, es división. Casi desde el inicio habíamos excluido que nuestra enseña política fuese la religión, y habíamos querido claramente meternos en el terreno específico de un partido, que tiene por objeto directo la vida pública de la nación. Buscamos en la religión el espíritu vivificador de toda la vida individual y colectiva; pero no podemos transformarnos de partido político en ordenamiento de Iglesia, ni tenemos derecho de hablar en nombre de la Iglesia, ni podemos ser emanación y dependencia de organismos eclesiásticos, ni podemos convalidar de la fuerza de la Iglesia nuestra acción política» (LUIGI STURZO, Discurso en el I Congreso del Partido Popular Italiano, Bolonia, 14 de Junio de 1919).
Y Antonio Gramsci, el creador del marxismo cultural, apunta a cómo «modernismo significa democracia cristiana» y observó sobre la creación del PPI: «la constitución del Partido Popular equivale por importancia a la Reforma Alemana, es la explosión inconsciente irresistible de la Reforma italiana». Declaración que poco favor le hace al PPI, al que sin embargo, Pedro Jorge se unió en 1920.
   
El PPI era enemigo implacable del Duce Benito Mussolini, y Pedro Jorge, antifascista como era fue arrestado en Roma en 1921 en medio de una protesta del Congreso de Jóvenes Obreros Católicos; dos años después, abandona el círculo “César Balbo” de la Federación Universitaria Católica Italiana porque este izó la bandera italiana cuando el Duce visitó la ciudad. Al final, el partido se dividió y desapareció en 1926, para resurgir con la posguerra como la Democracia Cristiana que con sobornos, mafia y Gladio se mantuvo en el poder por más de 30 años hasta convertirse en el centroizquierdista Partido Democrático (pero eso es otra historia…).
  
La Sagrada Escritura advierte que con el que no profesa la sana doctrina no se puede tener trato de familiaridad, so pena de participar en las culpas de este:
«Todo aquel que no persevera en la doctrina de Cristo, sino que se aparta de ella, no tiene a Dios, el que persevera en ella, ese tiene o posee dentro de sí al Padre y al Hijo. Si viene alguno a vosotros, y no trae esta doctrina, no le recibáis en casa, ni le saludéis: es un falso apóstol: tratadle como a un excomulgado, porque quien le saluda, comunica en cierto modo con sus acciones perversas pues da a entender que tiene poco horror a sus desórdenes, y que le apadrina» (Epístola 2.ª de San Juan, versos 9-11. Versión de Mons. Félix Torres Amat).
  
Habíamos reseñado antes que mientras su padre era embajador ante la República de Weimar,  Pedro Jorge fue huésped en Friburgo de Brisgovia con la familia Rahner-Trescher (el jesuita Karl Rahner era modernista, uno de los más radicales y promovidos en el Vaticano II) y participó en la recién nacida organización Pax Romána (curiosamente, Montini antes de ser arzobispo de Milán, fue capellán del capítulo de Milán). Allí fue donde, después de una discusión con Karl Rahner, decidió estudiar ingeniería y trabajar con los mineros, abandonando así la vocación sacerdotal (a la cual su madre se oponía):
«Quiero poder ayudar, por todos los medios posibles, a las personas de mi país, y lo lograré mejor conservando mi estado laico que siendo sacerdote. Un ingeniero de minas, dando buen ejemplo, puede tener una acción más eficaz» (Fuente: https://www.filles-de-la-charite.org/es/personnalites/santos-y-beatos-de-la-familia-vicenciana/beato-pedro-jorge-frassati/). 
Pero, si vemos cómo acabaron siendo Rahner, Mazzolari y Sturzo, queda dar gracias que Pedro Jorge no se hizo sacerdote y murió de la edad que murió. Si no, hubiese sido un “Cura rojo”.

Frassati decía con frecuencia: «No basta la caridad, sino la reforma social». Pero se olvidó que sin la conversión interior, no puede haber reforma exterior que permanezca sino una apariencia, que el orden social sin Dios es lo mismo que estando contra Dios (y por ende, con el diablo); y lo más importante: que hallando el Reino de Dios, lo demás viene por añadidura (cf. San Mateo VI, 33).
   
EL PROBLEMA CON LA CAUSA DE BEATIFICACIÓN
El proceso para la beatificación de Pedro Jorge inició en su etapa local en 1932, a instancias del arzobispo de Turín (después cardenal) Maurilio Fossati Destefanis O.Ss.G.C., y tras una primera evaluación inició la fase romana. Pero en el año 1941, algo la detiene inesperada pero tajantemente. Ese algo era que habían llegado al Vaticano acusaciones que la “Compañía de los tipos inquietantes”, el grupo de amigos con los que Pedro Jorge iba a escalar, a nadar y a otras actividades, tenía compañías mixtas y cuestionables. Fuesen verdaderas o no las acusaciones, Pío XII actuó con prudencia, suspendiendo la causa en 1942.

El Papa Pacelli actuó con prudencia y en forma católica. Un proceso de canonización, aunque se basa en una fe puramente humana, compromete la infalibilidad y el buen nombre de la Iglesia, y es menester que se ponderen bien las causas, se confronten los hechos y documentos, se verifiquen los presuntos hechos milagrosos, el culto ininterrumpido y no artificial, y se compruebe la ortodoxia (recta doctrina) y la buena conducta del candidato. De ahí que no sea raro que una causa demore años, ¡siglos incluso!, para dirimirse. Nada que ver con lo de «hoy en día en la actualidad actualmente, los tiempos de ahora no son como los de antes», donde los conciliares quieren sacar las causas (y las que les dejen más réditos financieros) a toda prisa, sin importar si su historicidad, ortodoxia o moralidad estén en entredicho. Si no, preguntadle a José María Escriba y Albás, Elena Faustina Kowalska Babel, Teresa de Calcuta, Juan Pablo II Wojtyła, Antonio Rosmini Serbati, Hélder Pessõa Câmara, Dorothy Day o Enrique Angelelli Carletti, entre otros candidatos modernos.
  
Regresamos: Años después, Luciana Frassati-Gawrońska inició una campaña de visitas y conversaciones con funcionarios vaticanos para aclarar la situación, que ella percibía como una difamación contra su hermano. El 12 de Junio de 1978, Pablo VI Montini reabrió la causa, y Wojtyła lo declaró “beato” el 20 de Mayo de 1990.
   
Nosotros los verdaderos católicos sabemos por la conclusión teológica del Sedevacantismo que ni Montini ni Wojtyła tuvieron autoridad papal alguna porque ellos fueron modernistas que adhirieron a la apostasía del Vaticano II, y mal puede ser cabeza de la Iglesia el que por sus herejías se separa de ella. Por consiguiente, sus actos fueron y son nulos, inválidos e írritos.

Adicional, en 1990 ya estaba vigente el nuevo proceso de “canonización”, el cual adolece de graves fallas, como la supresión del Promotor de la Fe (el famoso “Abogado del diablo”) como cargo distinto al Postulador y cuya función principal era presentar las objeciones contra un candidato, o la reducción de los milagros que se deben aprobar a prácticamente ninguno. En el caso concreto, se aprobó el 21 de Diciembre de 1989 la curación acaecida a fines de 1933 de Domenico Sellan (1893 - c. 1968), de una tuberculosis.
   
Quizá, si Dios en su Misericordia infinita, se digna concedernos un Papa verdaderamente católico y que se restablezca la Jurisdicción ordinaria, el caso de Pedro Jorge Frassati se pueda revisar con más serenidad. Pero hasta entonces, y bajo lo expuesto anteriormente, NO ES BEATO CATÓLICO, Y POR LO TANTO, NO SE LE PUEDE RENDIR CULTO DE VENERACIÓN. Y para quien quiera saber nuestro concepto, NO LO DEBE SER.
   
JORGE RONDÓN SANTOS
4 de Julio de 2023.
Día VI infraoctava de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo. Fiesta de Todos los Santos Sumos Pontífices; de San Ulrico de Augsburgo, Obispo y Confesor; y de Nuestra Señora Refugio de los Pecadores (en Méjico). Tránsito de Santa Isabel de Portugal Comienzo del Sitio de Belgrado; Fundación de la Villa de San Bernardo de la Frontera de Tarija.

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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)