Dispuesto
por el P. Fr. José Francisco Valdés, religioso descalzo de la Santa
Provincia de San Diego de México; e impreso en México por la Oficina del
Br. D. José Fernández Juaregui en 1787, con las licencias necesarias.
DÍA VEINTE Y TRES DEDICADO AL CULTO DEL GLORIOSO MÁRTIR SEÑOR SAN JORGE, ABOGADO CONTRA LOS ANIMALES PONZOÑOS Y SABANDIJAS
Por
la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.
ORACIÓN DICHA POR EL SANTO EN EL SUPLICIO
Señor
Dios mío, que me escogisteis para Vos, y sois la esperanza única de los
cristianos, refugio seguro de vuestros siervos, y tesoro riquísimo de
los que confían en Vos. Dios y Señor, que hacéis mercedes a los que los
aman, aun antes que os las pidan. Oídme Señor, y pues vuestra
misericordia me ha concedido el favor de confesar vuestro nombre,
recibid mi alma, y haced que sea colocada en las moradas eternas, donde
están vuestros escogidos. Pues queréis que todos se salven, dad la mano a
los que os invocan, dadles una encendida caridad, para que, amándoos
sobre todas las cosas, vayan a gozar de Dios en el reino de la Gloria.
Amén.
ORACIÓN AL SANTO
Invictísimo
Mártir de Jesucristo, gloriosísimo Jorge, que alentando de una
cristiana fortaleza, y de una fe firmísima, despreciaste las halagüeñas
promesas de Diocleciano, igualmente que sus amenazas: yo te doy los más
festivos plácemes, porque ese desprecio que te ha negociado la verdadera
felicidad, y por las glorias caducas que renunciaste en la tierra,
estás gozando de una gloria eterna: gózala enhorabuena, que yo
entretanto, confiado en que no desatenderá los clamores de tus devotos,
quien tuvo piedad para pedir por los mismos que le estaban atormentando.
Te suplico me alcances de Dios nuestro Señor, la gracia de estar bajo
tu protección, para librarme de los males y peligros que a cada paso me
amenazan, por aquel consuelo que recibió tu espíritu, al oír la voz del
cielo que te decía: “No temas Jorge, que yo estoy contigo”, te suplico,
estés siempre conmigo, y no me desampares, hasta ponerme en puerto
seguro, y librarme de caer en manos del dragón infernal. Amén.
A la Santísima Trinidad, y a los nueve coros de los Ángeles, se reza nueve veces:
℣. Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.
℟. Ten misericordia de nosotros.
ORACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA
Hermosa
Raquel, valerosa Judit, agraciada Ester, linda, pura, bella, santa,
inmaculada, piélago de virtudes, mar inmenso de gracias, y archivo de
benevolencias y cariños del Altísimo. ¿Qué elogios te podré decir, que
no sean menos que los que tu mereces? ¿Qué alabanzas te podré dar, que
no sean inferiores a tu grandeza? Pero todo cuanto se puede decir te
diré, con decirte María, con este nombre endulzaré mis labios, con este
nombre desterraré los temores, y con este nombre alentaré mis
esperanzas, confiado en que María es mar de misericordias, es abismo de
piedades, y por más que yo sea un mar de maldades, un abismo de
iniquidades, su piedad y su misericordia, me alcanzará de Dios nuestro
Señor, una verdadera contrición de mis pecados, y un general indulto de
ellos. Ea, María, Señora y Madre mía, haz que salga yo de esta vida,
triunfante de la serpiente antigua, así como tu triunfaste de ella desde
el primer instante de tu vida. Amén.
Se reza una Salve.
GOZOS
Pues el Cielo os ha exaltado
Dándoos el más alto honor:
San Jorge, Mártir sagrado,
Sed nuestro protector.
Vinisteis vos a la vida
De Capadocia allá en el pueblo,
Descendiendo de gente muy noble
Y por la verdadera Fe enaltecida.
Desde infante habéis mostrado
Hacia Jesús profundo amor.
San Jorge, Mártir sagrado,
Sed nuestro protector.
De las armas la carrera
A los veinte años abrazabais,
Mientras con hechos demostrabais
Vuestra fe pura y sincera.
Tan valiente sois, que encumbrado
Os ponen en gran honor.
San Jorge, Mártir sagrado,
Sed nuestro protector.
Matando a un dragón terrible
Al ser infernal vencíais,
Y los laureles santos revivíais
Con un vigor increíble,
Bienes del mundo habéis rechazado:
Sólo Jesús os llena el corazón.
San Jorge, Mártir sagrado,
Sed nuestro protector.
Entre los pobres repartís
Vuestra paternal herencia,
Y mostráis tanta clemencia
Que a Jesús en todo seguís:
Hicisteis voto de castidad,
Dándoos por entero al Señor.
San Jorge, Mártir sagrado,
Sed nuestro protector.
Ostentáis vuestro celo sin cuento,
Predicando la Ley divina,
En tal manera que os destina
El tirano prontamente al tormento.
Mas después de atormentado,
No sentís ningún dolor.
San Jorge, Mártir sagrado,
Sed nuestro protector.
Ante un caso tan notable
Muchos gentiles se convirtieron,
Con tanta fe que sufrieron,
Por Cristo, muerte espantable.
El tirano, del todo airado,
Os tortura con más rigor.
San Jorge, Mártir sagrado,
Sed nuestro protector.
Bien y talmente como honrándoos
Y enalteciendo vuestro heroísmo,
Los ídolos del paganismo
Se aterran homenajeándoos...
El verdugo presto ha cortado
Vuestra cabeza con gran furor.
San Jorge, Mártir sagrado,
Sed nuestro protector.
Guiando la hueste cristiana
Como caudillo admirable,
En más de una jornada memorable,
Habéis vencido la hueste pagana.
Nuestro pueblo os ha rezado
Siempre con sincero fervor.
San Jorge, Mártir sagrado,
Sed nuestro protector.
Como el Cielo os ha exaltado
Poniéndoos en lugar de honor:
San Jorge, Mártir sagrado,
Sed nuestro protector.
℣. Ruega por nosotros, bienaventurado mártir San Jorge.
℟. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
ORACIÓN
Oh
Dios, que nos alegras por los méritos y la intercesión de tu
bienaventurado mártir San Jorge, concédenos propicio que cuantos
beneficios pidamos por él, obtengamos por tu gracia. Por Jesucristo
Nuestro Señor. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
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Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)