EL FANTASMA DEL PATRIARCADO

Traducción de la reflexión del profesor Roberto De Mattei, tomada de MESSA IN LATINO.

  

EL FANTASMA DEL PATRIARCADO

   

El “fantasma del patriarcado” es el tema de un editorial del diario “Il Messaggero” publicado el 24 de noviembre de 2024 con firma del sociólogo Luca Ricolfi. Escribe Ricolfi:

«Cualquiera que niegue la existencia del patriarcado es mirado con asombro y rechazo, como si hubiese osado negar la Shoá. La razón es sencilla: nos han martillado de tal manera la tesis que la violencia contra las mujeres depende de la supervivencia del patriarcado que, para muchos, negar el patriarcado suena como negar la violencia contra las mujeres. Pero, si dejamos por un instante los ardores ideológicos de los creyentes en el patriarcado, y nos concedemos un mínino margen de lucidez, no podemos no ver las excelentes razones de los negacionistas, que son muchas y solidísimas. La más importante es que, a excepción de algunos enclaves específicos (…), en las sociedades occidentales han desaparecido casi por completo los rasgos distintivos de las sociedades patriarcales: el poder despótico del jefe de familia, el matrimonio arreglado, la sumisión de los hijos (incluso de los hijos varones) a la autoridad del padre, y más en general el primado de los deberes sobre los derechos en todo campo de la vida social (trabajo, familia, guerra).

   

El proceso ha durado siglos, pero ha tenido dos impulsos fundamentales: el ascenso del matrimonio por amor entre el siglo XVIII y el XIXI, en la época romántica, y las revoluciones libertarias y antiautoritarias de los estudiantes y las mujeres en los años 60 y 70 del siglo XX. Un aspecto fundamental de estos procesos es la evaporación de la figura del padre, y más en general de toda autoridad, tempestivamente annunciada por Alexander Mitscherlich con su libro Hacia una sociedad sin padre (Feltrinelli 1972), publicado en lengua alemana en 1963. Sobre esto, entre los sociólogos, psicólogos sociales y los psicoanalistas subsisten muy pocas dudas».

En este punto el prof. Ricolfi plantea una pregunta obvia: ¿cómo se puede hablar de sociedad patriatcal cuando la figura del padre ha desaparecido no solo en la familia, sino más en general, en la sociedad?

   

La respuesta es esta:

«la hipótesis que debemos tomar seriamente en consideración es que la violencia de la cual las mujeres son víctimas sea si no el resultado –contraintuitivo y paradójico– de la derrota del patriarcado. Son siempre más numerosas las voces que llaman la atención sobre el hecho que podría ser precisamente las grandes conquistas de libertad y de autonomía de las mujeres en los últimos 50 años, combinadas con el creciente individualismo, consumismo e hipertrofia de los derechos –todos rasgos típicos de nuestro tiempo– los que han hecho a los varones desposeídos cada vez más agresivos, inseguros, frágiles, posesivos y, en última instancia, incapaces de soportar la más mínima derrota, o de aceptar un simple rechazo. En resumen: el hodierno machismo sería también una suerte de contragolpe a las conquistas de las mujeres para las cuales los los hombres no estaban preparados ni dispuestos a dar un paso al costado. La violencia machista no sería la señal de la supervivencia del patriarcado, sino más bien de su agonía, e del desorden que de esta última deriva».

No hay que sorprenderse por aquello que Ricolfi llama la «paradoja nórdica», o «el hecho –a primera vista sorprendente– que oa violencia contra las mujetes, desde las violaciones a los feminicidios, sea mayor en los países más civilizados (como los escandinavos) y que un país como Italia, en el cual la brecha de género es todavía relativamente amplia, esté entre los menos inseguros del continente europeo».

Es exactamente la confirmación, proveniente de un sociólogo, de cuanto escribimos en RadioRomaLibera hace un año, el 2 de diciembre de 2023 (https://www.radioromalibera.org/perche-dobbiamo-tornare-al-patriarcato/), comentando la profunda crisis de identidad que ha acaecido luego de la destrucción del modelo social del patriarcado: 

«El denominado feminicidio no es fruto de la vieja cultura patriarcal, sino de la nueva cultura antipatriarcal, que confunde las ideas, fragiliza los sentimientos y desestabiliza la mente, privada de aquel apoyo natural que, casi desde el nacimiento, ofrecía la familia, con sus puntos de seguridad, paternos y maternos. El hombre está solo con sus pesadillas, sus miedos y sus angustias, al borde de un abismo: el abismo del vacío al que se precipita cuando se renuncia a ser lo que se es, cuando se abandona la propia naturaleza inmutable y permanente de hombre, de mujer, de padre, de madre, de hijo.

    

Y si todos hablan de feminicidio –agregábamos–, ninguno habla de un crimen mucho más extendido y propagado: el de infanticidio, cometido cada día en Italia, en Europa y en el mundo, por padres y madres que ejercen la máxima de las violencias contra el propio hijo inocente, antes incluso que él vea la luz».

El artículo de Ricolfi se inspiró del “Día internacional contra la violencia contra la mujer”, que se celebra cada año el 25 de noviembre. La víspera se celebró en Roma una manifestación nacional contra la violencia contra las mujeres durante la cual se corearon consignas feministas, entre ellas «Desarmemos el patriarcado», y fue quemada una imagen del ministro de Instrucción Pública Giuseppe Valditara, culpable de haber afirmado, en un vídeomensaje presentado a la Cámara de Diputados de la fundación dedicada a Giulia Cecchettin, que el patriarcado no existe más en Italia y «el incremento de los fenómenos de violencia sexual está ligado también a formas de marginaalidad y desviación descendientes de algún modo de una migración ilegal».

   

Invitado a comentar estas declaraciones en el programa Piazzapulita del canal La7, el Prof. Ricolfi reiteró que el patriarcado, que ha desaparecido de la sociedad occidental, hoy existe sólo en las familias inmigrantes: agregamos: como una grotesca y violenta caricatura islámica del modelo cristiano y occidental de patriarcado. En este caso, más que de patriarcado, deberíamos hablar de formas de machismo islámico que son tan salvajes como el feminismo occidental. Agradecemos al Ministro Valditara y al Prof. Ricolfi, por haber roto el silencio de la corrección política, recordando una verdad que está a la vista de todo el que la quiera ver.