ADVERTENCIA:
Con el siguiente artículo NO PRETENDEMOS DE NINGUNA
MANERA ATACAR LA DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN, que Dios nuestro Señor
ha establecido como moralmente necesaria para los creyentes, y es señal
de predestinación. El objeto de estas líneas es denunciar la falsa
devoción
que se promueve a falsas advocaciones por parte del modernismo del
Vaticano II.
Durante el encuentro con el clero en la catedral de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Astaná el día de ayer, Francisco Bergoglio hizo “bendecir” el cuadro “Madre de las Estepas
Orientales” (en ruso “Мать Великой Степи”; en kazajo “Ұлы Дала Анасы”),
pintado por el artista kazajo Dosbol Kazymov. El cuadro, en el que la
Virgen Santísima y el Niño Jesús aparecen representados con rasgos y
actitudes kazajas, flanqueados con sendos ángeles músicos tocando el sybyzgy (flauta alargada) y el jetigen (cítara de puente),
será enviado al santuario de Nuestra Señora de la Paz en Orzenoye, al
norte del país.
La
composición, que prima fácie se inspira en la iconografía de Nuestra
Señora del Perpetuo Socorro, presenta elementos culturales kazajos: la madre lleva el tocado kimeshek, que tradicionalmente usan las mujeres
casadas después que nace su primer hijo. El niño, en cambio, tiene el
chapan, abrigo típico de los hombres adultos en el Asia central. Los halos que llevan en
sus cabezas tienen respectivamente una estrella y el decorado tuskeyz de
las alfombras de Kazajistán, y el shanrak, la estructura cruciforme que
corona las yurtas de los nómades y forma parte del escudo del país.
Un
elemento de la iconografía particular de esta imagen es que las miradas
de los protagonistas están desviadas, no se cruzan ni miran al
espectador: el artista explicó al periodista de EWTN Alexei Gotovsky
que en Kazajistán se dice: «Анамын козiн балада, баламын козiн далада» (literalmente «La madre mira al hijo, y el hijo mira el camino»), además
que las mujeres cuando hablan con un hombre no lo miran directamente a
los ojos, en señal de modestia («Тыгылып арама», literalmente «No fijar
la mirada»).
Ahora
bien, caben señalar dos cosas de esta imagen específica: artísticamente
(y considerando los adefesios que adornan algunos templos modernistas, o
las imágenes estilo caricatura que vemos en tiendas de artículos
religiosos), no está mal. Pero su significado es inquietante porque, de
una parte, el mismo Kazymov dijo en la entrevista:
«Mis antepasados tenían a “Umai”, la patrona de todos los seres vivos, pero en general de todo el universo, por así decirlo, y aquí encuentro algunos paralelos.
La madre es nuestra imagen común, uniéndonos a toda la humanidad y a mí con él. Esta es nuestra madre común, porque todos venimos a este mundo gracias a nuestras madres.
[…]En general, creo que ninguna religión se contradice con otra, se interpenetran y se complementan. Así que no veo ninguna contradicción. Al contrario, como artista, como creador, me interesa cómo nuestras vírgenes esteparias se comunican con las vírgenes europeas. Ni siquiera sé cómo ponerlo en palabras. Cantar la belleza de nuestras mujeres, nuestras madres, quiero que sea comprensible para un europeo y una persona de cualquier continente, para que todos puedan apreciarlo».
“Umai” (en túrquico antiguo 𐰆𐰢𐰖;
en kazajo Ұмай ана; en ruso Ума́й; en turco Umay Ana) era la diosa de
la fertilidad en la mitología turca y el tengrianismo mongol, asimilable
al concepto de la diosa madre tierra (Matar Kubileya/Cibeles/Gea/Pachamama).
Entre los pueblos altaicos (que agrupa a turcos, mongoles y tungúses),
Umai era la segunda deidad más importante después de su esposo Tengri, y considerada protectora de las mujeres y los niños, por lo que
siempre era representada con un niño en sus brazos. Ítem, las khatun
(esposas de los emperadores túrquicos y mongoles) eran consideradas
Umais; y según recogió el erudito qarajánida Mahmud al-Kashgari en su
diccionario Divanü Lügat’it-Türk (Compendio de las lenguas de los
turcos), compilado en Bagdad entre los años 1072 y 1074, cuando las khatun invocaban a Umai, tenían hijos varones,
garantizando la continuidad del imperio.
Estatua de Umai (Escultura en yeso del período selyúcida, siglos XII-XIII. Londres, Galería David Aaron).
Ítem,
el pintor dice: «ninguna religión se contradice con otra, se
interpenetran y se complementan». En una palabra, está diciendo que
todas las religiones son igualmente buenas. Eso católicamente se llama
INDIFERENTISMO, y ha sido condenado por todos los Papas desde Gregorio
XVI hasta Pío XII inclusive; pero por otra parte, fue adoptado en el
ecumenismo del Vaticano II y proclamado una vez más en el documento de clausura del VII Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales que nada más ayer concluyó.
Por otra parte, igual que en la estatua “bendecida” por Bergoglio en el Canadá poco más de dos meses atrás,
se presenta nuevamente en este cuadro por medio de los ángeles femenino y masculino la
unidad de los contrarios de la que tanto habla el ocultismo.
Unas
palabras finales sobre el lugar al que este cuadro (que como vemos NO
REPRESENTA A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA) será enviado: El santuario de
Nuestra Señora Reina de la Paz en Ozernoye, cerca a la frontera con
Rusia, construido en 1990 para conmemorar un milagro acaecido el 25 de Mayo de 1941:
la aparición de un lago lleno de peces que salvó a los habitantes del
caserío (polacos desterrados en 1936 por Stalin de la Ucrania soviética)
de morir de hambre a causa de la guerra, alberga un altar pentáptico
(políptico de cinco paneles) hecho de oro y plata que tiene en sus hojas
exteriores sendos bajorrelieves y reliquias de Karol Wojtyła y Elena Kowaslka, y una custodia en su
interior. La pieza, llamada “La Estrella de Kazajistán” (en polaco „Gwiazda Kazachstanu”), fue diseñada por el escultor polaco Mariusz Drapikowski, fue donada por la comunidad laica “Regina della Pace” de Rádom (Polonia),
y puesta en el lugar el 2 de Julio de 2014 (antes de esa fecha,
Benedicto XVI “bendijo” el altar el 10 de Octubre de 2012, y una vez en
Kazajistán, presidió el I Congreso Eucarístico Nacional en la catedral
de Astaná los días 6 y 7 de Julio de 2013).
Sobra
decir, ningún católico que se precie de serlo puede tener veneración a
esta imagen, por el contexto que tiene y el significado que conlleva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios deberán relacionarse con el artículo. Los administradores se reservan el derecho de publicación, y renuncian a TODA responsabilidad por el contenido de los comentarios que no sean de su autoría. La blasfemia está estrictamente prohibida, y los insultos a la administración es causal de no publicación.
Comentar aquí significa aceptar las condiciones anteriores. De lo contrario, ABSTENERSE.
+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)