Más temprano, antes de la sesión de clausura del VII Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales,
Francisco Bergoglio tuvo su tradicional reunión con los jesuitas (y
como es costumbre en estos casos, el presbítero Antonio Spadaro SJ
publicará la conversación en La Civiltà Cattolica)
y se reunió con el clero kazajo en la catedral de Nuestra Señora del
Perpetuo Socorro, sede de la Archidiócesis de María Santísima de Astaná. Allí, Bergoglio, hablando de la fe como herencia y promesa, vuelve a la carga por séptima vez en dos meses con su consigna del “retroceso” (“indietrismo” para los italianos como él):
«Pero pongamos atención: no se trata de mirar hacia atrás con nostalgia, quedándonos estancados en las cosas del pasado y dejándonos paralizar en el inmovilismo. Esta es la tentación del “retroceso”. La mirada cristiana, cuando vuelve hacia atrás para hacer memoria, lo que quiere es abrirnos al asombro ante el misterio de Dios, para llenar nuestro corazón de alabanza y gratitud por cuanto ha hecho el Señor. Un corazón agradecido, que desborda de alabanza, que no alberga añoranzas, sino que acoge el presente que vive como gracia; y quiere ponerse en camino, ir hacia adelante, comunicar a Jesús, como las mujeres y los discípulos de Emaús el día de la Pascua».
Si no puede verse el vídeo, clic aquí.
Desde
luego, no podían faltar el arzobispón Tomasz Bernard Peta, ni su
obispón auxiliar Atanasio Antonio Schneider Trautmann ORC, quien no tuvo
empacho en rendirle honores al mismo Francisco Bergoglio cuyas
actuaciones y discursos tanto deplora en la prensa, radio, televisión,
redes sociales y conferencias (como muestra reciente, en entrevista al periodista Alexey Gotovskiy de EWTN, calificó al encuentro interreligioso realizado en su ciudad como un «súpermercado de las religiones»). No solo eso, Schneider ayudó a empujar la silla de ruedas de Bergoglio y le sirvió como traductor durante el viaje.
Hubo neoconservadores quienes (vía Twitter principalmente) atentaron defender a Schneider por su presencia y concelebración en el servicio novusordita del día de ayer
diciendo «Era su diócesis, y tenía que estar presente», «él siempre ha
estado por la ortodoxia», «conmemorar al Papa en la misa no es un acto
de adhesión política», «Jesús comió con los publicanos y las
prostitutas», «está muy cuesta arriba para mí cuestionar su validez;
suerte si tú vas a examinar con microscopio a todos los obispos», «soy
católico de toda la vida, he sobrevivido a [insertar escándalo grave],
así que no te voy a aceptar que me dés lecciones de cómo ser católico»,
et álibi aliórum plurimórum ad náuseam. Aunque no pretendemos hacer
refutación con este artículo, vale la pena responder a esas objeciones:
- Ad primum: A nadie lo pueden obligar a estar donde no quiere, y si está es porque quiere. Esto es, de no ser porque le hacía de traductor, Schneider podía perfectamente declinar la invitación a los eventos. Valga citar una anécdota: Años atrás, un cura párroco modernista (ya difunto), refiriéndose a por qué no acudía a los eventos de la archidiócesis (retiros espirituales de presbiterio, asamblea general, peregrinaciones o el Corpus archidiocesano) y se quedaba en su parroquia, dijo: «El tiempo que pudiera perder allá, lo uso mejor ministrando a mis feligreses» (claro, la verdadera razón era que él y el arzobispón de entonces no se llevaban bien para nada).
- Ad secúndum: La ortodoxia (= recta doctrina) debe acompañarse con la ortopraxis (= recto proceder), de otro modo es hipocresía y un mal ejemplo para quienes lo siguen. Si bien a Schneider hay que abonarle que denunció la heterodoxia de “Amóris lætítia”, el “Sínodo de la Amazonía” y su culto idolátrico a la Pachamama, la covidhisteria y la mandatoriedad y licitud moral de las vacunas provenientes de líneas celulares de abortos, y el doble rasero de perseguir la Misa Latina Tradicional y hacerse la vista gorda con el “Synodalesweg” alemán, de nada sirve criticar a Bergoglio (a quien sin embargo, reconoce como Papa) en todo eso, y luego darle el besamanos (o simular en su honor el rito novusordiano).
- Ad tértium: El tema del meménto del Papa como acto de jurisdicción ya lo habíamos abordado hacía más de seis años,
pero volvemos a repetirlo: Cuando el sacerdote en el Te ígitur del Rito
Romano tradicional dice «Una cum fámulo tuo Papa nostro N., et Antístite nostro N.»
(o la oración respectiva en el rito que se celebre), está haciendo una
declaración de jurisdicción, reconociendo que los mencionados tienen
autoridad sobre el celebrante, y que adhiere a sus enseñanzas y está (como dice el propio Schneider)
en «comunión canónica visible» con él. Por otra parte, está
expresamente prohibido que se mencione a los no católicos en la Misa,
menos a los usurpadores conciliares, que por sus herejías, cismas y apostasías han dejado de ser Papas de la Iglesia Católica (o dicho de otra manera, nunca lo fueron), como dijo el cardenal John Henry Newman al Duque de Norfolk:«Si, por una parte, creemos que un Papa puede agregar a nuestros artículos de fe, así, por la otra sostenemos también que un Papa herético, ipso facto, cesa de ser Papa por razón de su herejía, como he dicho». (Carta al Duque de Norfolk, pág. 377).
- Ad quártum: Si bien es cierto que Nuestro Santísimo Señor comía y bebía con los pecadores (y los fariseos constantemente Le echaban eso en cara), no por ello significaba que Él les aprobaba su vida de pecado. Antes por el contrario, los movía a conversión y les decía: «No peques más». Ahí están el Evangelista San Mateo, Santa María Magdalena o Zaqueo como ejemplos de personas que se convirtieron luego de encontrarse con el Señor y escuchar Su palabra.
- Ad quíntum: En estos tiempos
de la Gran Apostasía, es imperativo discernir quiénes son verdaderos
sacerdotes y obispos, separándolos de los que no lo son. Máxime si se
tiene en cuenta que desde el 18 de Junio de 1968, Pablo VI Montini promulgó con la Constitución “Pontificális Románi recognítio” el Nuevo Rito de Ordenación,
que por el grave defecto (adulteración) de las palabras necesarias
(forma) para la ordenación sacerdotal y la consagración episcopal, ya no produce en la Iglesia Conciliar sacerdotes y obispos válidos y sacrificantes,
sino meros presbíteros y obispones laicos inválidos que solo presiden
la cena comunal y supervisan a esos presidentes de cena comunal
respectivamente, ni más ni menos que lo que sucede con los anglicanos.
- Ad sextum: Cuando Martín Lutero, muchos «católicos de toda la vida» se fueron con él. Ídem cuando la Revolución francesa, cuando las Revoluciones liberales, cuando la Revolución comunista, y el Vaticano II. ¿Por qué? Porque no tenían en ellos la Sana Doctrina Católica (y porque sus sacerdotes no se las enseñaron), porque para ellos la enseñanza se reducía a un «obedece a tu párroco y dobla la cerviz», porque se adaptaron «al espíritu de la edad» (cf. Profecía de San Antonio Abad), y creían que bastaba con decir «somos católicos de toda la vida» (o para el casticismo hispano, «cristianos viejos somos») sin dar testimonio con las obras. A ellos les va la advertencia de San Juan María Vianney, de que en su ignorancia de las cuestiones de la Fe se irán al Infierno y POR SU PROPIA CULPA. Peor suerte correrán los que se las dan de sabios en su propia opinión y a los argumentos sólidos responden con burla y ofensa impugnando la Verdad conocida (que al ser pecado contra el Espíritu Santo, NO TIENE ABSOLUCIÓN POSIBLE), porque Nuestro Señor los tachará de necios y su juicio será más severo.
En
fin, y como decíamos ayer, Schneider es el ejemplo de la doble moral de
los neocones y falsos tradicionalistas en general, que piensan que
están haciendo lo correcto al estar con quienes profesan el error y la
apostasía, y encima tener la cachaza de decir: «eso no está socavando la fe ni sembrando división, a diferencia de vosotros y vuestros reproches». Ellos deben meditar que está escrito:
«Todo aquel que no persevera en la doctrina de Cristo, sino que se aparta de ella, no tiene a Dios; el que persevera en ella, ése tiene, o posee dentro de sí al Padre y al Hijo. Si viene alguno a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le saludéis: Es un falso apóstol, tratadle como a un excomulgado. Porque quien le saluda, comunica en cierto modo con sus acciones perversas, pues da a entender que tiene poco horror a sus desórdenes, y que le apadrina» (2.ª Carta del Apóstol San Juan, cap. único, v. 9-11/Versión de Mons. Félix Torres Amat).
JORGE RONDÓN SANTOS
15 de Septiembre de 2022.
Fiesta de Nuestra Señora de los Dolores; de San Nicomedes Mártir y San
Nicetas Godo, Máritr. Aparición de la Milagrosa Imagen de Santo Domingo
en Soriano Calabro. Fiesta del Señor del Milagro de Salta. Tránsito de
Santa Catalina Flisca Adorno, Viuda; y Martirio de los Bienaventurados
Juan Bautista y Jacinto de los Ángeles. Fundación del Reino de Castilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios deberán relacionarse con el artículo. Los administradores se reservan el derecho de publicación, y renuncian a TODA responsabilidad por el contenido de los comentarios que no sean de su autoría. La blasfemia está estrictamente prohibida, y los insultos a la administración es causal de no publicación.
Comentar aquí significa aceptar las condiciones anteriores. De lo contrario, ABSTENERSE.
+Jorge de la Compasión (Autor del blog)
Jorge Rondón Santos (Editor colaborador)